Cuando abro a los ojos, las dos están despiertas y preparadas. Me ayudan a vestirme y se ríen de mis protestas. Es realmente agradable verlas reír. Sé que la sonrisa se esfumará en cuanto salgan del comedor.
Se adelantan tras besarme cada una en una mejilla. Las vuelvo a ver en el comedor. Dentro de mi limitada elección voy, poco a poco, guardando algo de comida disimuladamente. La acumulo en el almacén, por si algún día me hace falta.
Dian me mira con cara de pocos amigos. Prefiero ignorarlo. También mira a Song y Shi, lo que me molesta. Si les hace algo, lo pagará. Compruebo en la lista de tareas que no coincide con ninguna de ellas y me tranquilizo. Al menos por hoy. No sé como tratar el tema.
Hoy, las prácticas de qi son diferentes. Tengo que intentar copiarlo de un manual completo a otro. No dejo de hacer errores, pero uno de los esclavos me tranquiliza en un descanso. Es normal. Me llevará como mínimo un par de meses dominarlo. Y eso para los más sencillos.
He recuperado tres cuadernos hoy. Uno requiere reino profundo. Para los otros se puede empezar en el reino del Génesis. El primero se llama "Puño del tigre". Su efecto es darle más potencia a los puños. Podría aprender la primera etapa, aunque mejor cuando avance la cultivación. Sin embargo, no sé si me será muy útil una técnica de ataque como ésta.
El otro cuaderno es una técnica de defensa, "Armadura interior". Aumenta la resistencia de los órganos internos. Aunque solo puedo aprender la primera fase, podría serme muy útil. Al menos, al recibir golpes, el daño no sería tan grave. Y, lo mejor, no es detectable. Empezaré con ella, aunque más adelante. Mi reserva de qi es pequeña. Prefiero concentrarme en aumentarla, en lugar de practicar.
He acabado de imbuir un cuaderno con qi. Es un completo desastre, no se parece en nada. Pero el maestro Mu no parece decepcionado. Su única orden es seguir practicando igual.
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Toda la tarde recogiendo madera. Normalmente sería un poco agotador, pero con el almacén de la Residencia se hace mucho más fácil. De hecho, tengo mucho tiempo para descansar. Además necesito más qi, así que me acerco a Liang. Es una esclava morena y pechos algo más pequeños que Shi. Está también cortando madera. No es muy atractiva, así que la suelen molestar menos. Seré suave, no quiero que me odie.
Me mira acercarme sin ninguna expresión. Se deja desnudar sin decir nada. Sabe cuál es su rango y cuál el mío. Le acaricio uno de sus pequeños pechos, aplicando un poco de qi.
–¡Ah!– exclama, sorprendida por la sensación
La hago girarse y apoyar las manos contra el pequeño árbol que iba a cortar.
–No estoy mojada…– se queja, creyendo que la voy a penetrar sin más.
Me coloco detrás de ella. No la penetro, sino que acaricio su pecho con una mano y con la otra su entrepierna. Pellizco suavemente su pezón, qi incluido. Empiezo acariciando su vagina por fuera.
–¡Aah! ¡Aaaah!– gime un poco.
Los labios de la vagina empiezan a humedecerse, así que la penetro con un dedo y acaricio su clítoris con otro, aplicando qi todo el rato. No puedo recrearme mucho, tampoco tenemos mucho tiempo.
–¡AAAAhhhh! ¡Sí! ¡Assssí! ¡AAAAAAHHHH!
Ya está completamente mojada. Pongo las manos en sus caderas y la penetro. El qi con el que entra mi miembro la hace llegar a un primer orgasmo. Aprovecho para tantear su qi y darle un poco. Empiezo despacio, pero acelero rápido. Mi cuerpo impacta continuamente contra su culo, haciéndolo temblar.
–¡AAaaahhhhh! ¡MMMMmmhhhh! ¡AAAaahhhhh! ¡AAAAahhhhh! ¡MMMMMmhhhh! ¡MMMMMMhhhh!
Dejo de controlarme y acelero aún más. Finalmente, libero mi semen dentro de ella, y también algo de qi.
–¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhh! ¡AAAAaaaaah! ¡Aaaaahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Mmmmmhhh!
Absorbo su qi al mismo tiempo que tiene un orgasmo. Más del que absorbí ayer de las dos. Le dejo más que suficiente y no la perjudico en su cultivación, si es que la lleva a cabo. De hecho, mi infusión inicial de qi la ha beneficiado.
Extraigo mi miembro y la dejo caer poco a poco. Parece que se ha quedado sin fuerzas en las piernas. Me mira sin la expresión vacía de antes. No está enfadada ni hay odio. Más bien sorpresa. Y algo de lujuria. El cabello pegado a la cara por el sudor la hace más sexy. Su respiración se va calmando.
Me visto y corto algunos árboles mientras ella descansa. Lo hago bastante más rápido que ella. Estoy en la etapa uno y mi hacha es mejor, para aguantar mi fuerza. No quiero que tenga problemas por haberla retrasado.
Cuando acabo, me encuentro que ya se ha levantado y vestido. Me mira con una expresión extraña.
–Gracias. Cuando quieras más… Ya sabes…– se me insinúa descaradamente.
Esta actitud sería extraña en otras circunstancias. Pero somos esclavos, y ellas en especial son simplemente usadas para sexo. Lo mejor que les puede pasar es que no les duela. Solo, a veces, entre esclavos, pueden disfrutarlo. Y el placer que yo le he dado no lo puede igualar ningún esclavo. Según dice el cuaderno, maestros de reinos altos pueden dominar así el cuerpo. Es muy raro en alguien como yo. Pero es la técnica que enseña el cuaderno, prohibida y olvidada.
La cojo de la cintura y la atraigo. La beso en los labios. Juego con su lengua y el qi. También le masajeo el culo. Ella se sorprende al principio, pero enseguida me abraza.
–Te buscaré otro día– le aseguro.
Ella asiente. La ayudo a cargar la madera y se despide dando un beso al aire. Está agradecida por la ayuda, ha tenido menos trabajo de lo normal. Y el sexo le ha gustado. Yo estoy un rato manejando el qi que tengo de más. Se va ampliando el contenedor, tal y como el cuaderno indica.
Luego recojo los restos de madera que no ha podido llevarse. Y ya que hay árboles cerca, sigo cortando un poco más para ir acumulando madera. Cuando empieza a hacerse tarde, hago viajes para llevar la madera ya cortada, o eso es lo que se supone. En realidad, espero un tiempo prudencial y la saco del almacén. Mientras, voy leyendo el cuaderno de la "Armadura". No voy a practicar aún, pero intento familiarizarme con el contenido.
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Parece que Shi y Song tienen más confianza. Incluso demasiada. Pero no me quejo. Están las dos frente a mí, desnudas, a cuatro patas, moviendo insinuantemente el trasero. Puedo ver los pechos de Shi cayendo levemente. Los de Song son más pronunciados. Se mueven notablemente al hacerlo ella.
Me pongo detrás de ellas y les pego a las dos en el trasero. Suavemente. Jugando y aplicando qi en los golpes.
–¡Au! ¡Aaa!– se quejan, pero el tono de voz no es de dolor.
Acaricio sus traseros. Mis manos se deslizan hacia sus partes más íntimas. Pronto los fluidos empiezan a brotar. Ellas aplastan su cara contra las almohadas de paja. Las muerden para acallar sus gemidos.
Sigo jugando con las partes íntimas de Shi con la mano, acariciándolas, penetrándola con los dedos. Mientras, con la boca, juego con las de Song, en especial con la perla que esconden. Sus gemidos ahogados resuenan en la habitación, sugerentes.
Un par de orgasmos después, penetro a Song de golpe, sin avisar. Ella se estremece, pero no por ello paro. Yo también estoy excitado. Compruebo, eso sí, que su qi casi está lleno. Inyecto el suficiente para sobrepasar su límite, mientras embisto tras ella sin compasión, jugando con el qi. Dejo que tenga varios pequeños orgasmos, que me aprietan en su interior.
Dejo por un momento a Shi. Me hecho encima de Song, agarrando sus amplios senos con mis manos. Le muerdo la oreja, mientras la penetro con más fuerza. Ella se aprieta contra la almohada, suprimiendo los gemidos. El fuerte orgasmo de su cuerpo es evidente. Al apretar su vagina, también eyaculo dentro de ella. Esta vez le extraigo más qi. Quiero probar a llevarlo al límite.
–¿Estás bien?– le pregunto suavemente al oído.
–Has sido un poco bruto… aaaahhhh– se queja sin convicción –. Ha sido increíble. Mmmmmmmh.
La beso en la mejilla y miro hacia Shi. Me encuentro con su mirada y le sonrío. Hay cierta amenaza en mi sonrisa. Ella rápidamente esconde su rostro en la almohada. Su actitud inusualmente tímida es muy linda.
Me levanto y me coloco tras de ella. Al igual que con Song, la penetro de golpe.
–Aaammmmh.
La he sorprendido y ha dejado escapar un gemido. También me echo encima de ella, agarrándole sus pequeños senos. Poderlos abarcar completamente con mis manos en una sensación diferente. Con el pulgar juego con sus pezones, mientras acelero mi penetración. Le beso el cuello y se lo mordisqueo.
Siento como los orgasmos me aprietan dentro de ella. También la lleno de qi. Acabo de correrme en Song, pero vuelvo a estar excitado. Debe ser la sensación de dominio de la que habla el cuaderno. Somos muy primitivos.
Mi miembro entra y sale cada vez más deprisa, mientras jugueteo con sus senos y pezones, con su cuello. Al igual que Song, después de varios pequeños estremecimientos, su cuerpo tiembla con más fuerza y me aprieta. No intento aguantar, sino que me dejo llevar y también me corro. Me quedo unos segundos dentro de ella, además de absorber su qi.
–¿Shi?– la llamo con suavidad.
–Ah, estoy bien… aah… creo… aah.
–Le habíamos dicho que lo hiciera un poco más fuerte, pero no sé si tanto–rie Song.
–Ha sido aah intenso– confirma Shi.
–Sí, ha sido bastante malo– me regaña Song Ai, ya recuperada.
Me besa intensamente en los labios y me hace acostarme, para dormirse apoyada en mí. Shi también se incorpora un poco y me besa, antes de hacer lo mismo. Realmente ha sido intenso. Me he dejado llevar. Tendré que ir con cuidado, no quiero hacerles daño.
Mientras ellas se van durmiendo, me concentro en el qi. Está cerca del límite que puedo forzar. Según el cuaderno, no debería forzar así más de dos veces al día. Unas cinco si es la mitad. Con ellas dos, creo que podría hacerlo una vez cada semana. Es lo que tardan en recuperar el qi, más o menos. Si quiero subir rápido, necesitaré a más.
También tengo que ir con cuidado, no puedo ir mejorando continuamente la cultivación de mis parejas sexuales. Si empiezan a subir de nivel demasiadas de ellas, sería sospechoso.
Otro problema es qué hacer para ocultar mi cultivación. Si empiezo a subir, llamaré la atención. Tras haber estado pensándolo, he decidido que tengo que llegar al reino del Alma. Y hacer creer que he estado escondiéndolo durante años. Si lo consigo, seré un estudiante, seré libre. Si me descubren, probablemente muera. Por primera vez tengo un objetivo claro, un posible futuro. Peligroso, pero al alcance.
Lo primero es localizar y estudiar una técnica para ocultar el qi. Sé que existe, pero no sé si está entre los descartes. Y debo dominarla antes de subir al siguiente nivel, es imprescindible.
Sigo despierto, hasta que mi contenedor se expande para contener todo el qi. Una gran parte del qi se ha dispersado, así que no ha subido tanto. Pero, al haberlo forzado, se ha hecho más elástico. O eso se supone. Cansado, me dejo vencer por el sueño y me duermo. Aunque antes hago circular algo de qi por el brazo de Shi. Tiene una contusión. No ha querido hablar de ello, así que no he preguntado.