Kendall, una asesina bien conocida que infundía terror en el corazón de sus enemigos. Kendall era conocida por ser la mejor entre los mejores, y su alias Phoenix se susurraba en todo el ambiente clandestino. Sin embargo, el reinado de Phoenix fue efímero y por sus propios maquinaciones, no obstante. Es algo horrible perder a la persona que más amas, especialmente de manera trágica. Parecía que estaba impulsada por la total depresión de no tener nada ni nadie por quien vivir. Por lo tanto, lo dio todo y destruyó por completo a quienes le arrebataron a su hermana menor. Sin embargo, después de sacrificarse para salvar a su hermana menor. Uno no esperaría que un asesino renaciera como una oruga o incluso un escarabajo pelotero, pero aquí tenemos a Kendall. Tal vez salvó a un país en una vida pasada. O fue el buen karma por destruir una organización de asesinos, se encuentra reencarnada como una tímida y obediente chica de secundaria rural. ¿Intimidada por compañeros de clase? ¿Doble estándar por parte de los profesores? ¿Menospreciada por su prometido? A medida que surgen desafíos y la presión aumenta por parte de poderosos conglomerados, ella conoce a Damien Knight, un hombre con una personalidad muy directa. Él conoce a alguien como Kendall y no puede controlar su intriga sobre ella. La joven era un completo misterio para él y todo lo que ella hacía siempre le sorprendía. Sus personalidades son bastante similares hasta cierto punto. Aunque su solicitud podría hacer que cualquiera luchara por mantener la cara seria. Ella se frota la muñeca con calma y lanza una advertencia —Espero que no te arrepientas de provocarme. Detrás de ella, aparece un hombre noble y guapo de la nada, dispuesto a hacer cualquier cosa para protegerla y apoyarla —¿Por qué? —ella pregunta. —Salvaste a mi abuelo, así que me ofrezco en retorno. ¿Algún problema? —él responde con una risa baja.
Kendall se quedó donde estaba.
El resto de los estudiantes recibieron la orden y rápidamente descendieron la montaña como si huyesen.
—¿Kendall, no te vas? —Asher, que estaba a punto de irse con el equipo, vio a Kendall agachada en el lugar con ojos firmes y al verlo sus pupilas se encogieron—. ¿Quieres entrar y salvarlos?
Él conocía muy bien los ojos de Kendall.
¡La aparición de esa mirada significa que debe lograr algo!
Y el temperamento de Kendall es frío por fuera y caliente por dentro, ¡él lo sabe! Las vidas de los estudiantes de la Clase 7 y de Jenny están en peligro, ¡y definitivamente no va a dejarlas morir!
—Sí —Kendall dijo con calma y haciendo un gesto hacia atrás—. Ustedes vayan primero.
—Si tú no te vas, yo tampoco me voy —Vincent se agachó de nuevo con una expresión solemne.
—¡Yo también quiero salvarlos! —Asher se agachó, con los ojos enrojecidos.
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