Él

---Louis---

Eran cerca de las 7 de la mañana, me levanté cuando mi mayordomo tocó la puerta de mi habitación, era hora de bañarme, vestirme e ir a desayunar, hice todo lo más rápido posible, tomé mi portafolio y bajé a la primer planta, la servidumbre me dio los buenos días mientras alistaban las cosas para cuando me marchará, me senté en la mesa y comí lentamente la fruta y el jugo que me habían servido.

-Sr. Louis es hora de irnos, tenemos que estar antes de las 10 en el aeropuerto para cerrar el trato con los inversionistas y después ir a la empresa para que atienda algunos pendientes.- Me dijo Sebastián mientras observaba el itinerario en su celular.

Yo solo asentí con la cabeza, por lo regular no suelo hablar mucho con las personas, me considero un hombre serio, mis padres siempre me han dicho que debo intentar socializar más con las personas pero no quiero hacerlo, mi hermano menor Joseph siempre esta hablando por lo que nos complementamos, somos muy unidos y siempre nos ayudamos cuando estamos en problemas.

Revisé el teléfono para ver la hora y responder mensajes. Mientras miraba la bandeja de entrada de mi correo me llegó un mensaje de mi hermano donde me decía que estaba disfrutando las "vacaciones" en el extranjero, las cuales en realidad eran eran un viaje de negocios, le escribí rápidamente diciéndole: "Espero y cierres el trato. Cuídate, nos vemos en dos semanas", mi hermano inmediatamente me mando una foto de él en una discoteca, sonreí un poco al ver su expresión y decidí ir al auto. Sebastián manejaba el automóvil cuando de pronto me dijo que tendríamos que tomar otra ruta, ya que en la que usábamos diariamente había pasado un accidente que impedía el paso, volví a asentir con la cabeza y al ver mi reacción por el espejo inmediatamente comenzó a desviarse para llegar al aeropuerto.

Casi eran las 8:30 de la mañana y pasábamos por una calle en donde se podían ver a las madres llevando a sus hijos a la escuela, yo solo los observaba y veía sus caras de felicidad, a lo lejos una melena rojiza llamó mi atención, era una joven que ayudaba a una señora a la cual se le habían caído una manzanas al suelo, vi como la joven la ayudó y sonrió al ver como se alejaba la señora que ayudó, poco después entró a una biblioteca, sentí una gran curiosidad al verla, era imposible ignorarla, así que hice una seña a Sebastián para que se estacionará, bajé del auto y cuando mi mayordomo se iba a bajar le dije que se quedara en el auto, vi su cara de preocupación decidí mirarlo, él entendió que quería estar solo, caminé y entre a la biblioteca. La busqué por la biblioteca hasta que aquella melena asomó de un escritorio, ella estaba limpiando, cuando terminó coloco sus manos en la cadera e hizo un "baile" de celebración tan tierno que no pude evitar toser al verlo y dejar escapar una pequeña risa de mi boca, al parecer eso la susto porque se paro firmemente y volteo a verme con una sonrisa. Definitivamente era una mujer que había llamado mi interés, mi corazón comenzó a acelerar su ritmo, inconscientemente no pude evitar susurrar para mi:

-¿Qué es esto?.- Toque mi pecho tratando de sentir mis latidos y ella inclinó la cara tratando de descifrar lo que había dicho, volvió a pararse derecha mientras que con una sonrisa y una voz hermosa me dijo:

-Hola. Bienvenido, ¿En que puedo ayudarle?.-