Parte Tercera, Capítulo Decimotercero.
— ¡¿Qué Ocurre?!— Ay no... Esto no puede estar pasando.Mientras que dos enfermeras murmuraban sus miedos detrás de un muro, el resto del equipo médico corría por los pasillos del Hospital con las camillas y sus respectivos pacientes. Una mujer con una voz casi ronca, pero fuerte, era la de más rango en el lugar actualmente.— ¡Evacúen a los pacientes Inmediatamente! ¡Aléjenlos lo más posible de este piso! — Pregonó la Mujer. Los que pasaban a su lado con Rapidez, eran apurados por sus órdenes Alarmantes. Su expresión era alterada, y buscaba con la mirada a todo aquel que estuviera estancado. — ¡No pierdan más tiempo! ¡Este piso ya no es seguro! ¡Lleven a los pacientes a los pisos inferiores y esperen las órdenes de los Ninjas!Sus años en el campo le enseñaron lo que era trabajar bajo presión. Pero ese actuar solo se utilizaba en las situaciones MÉDICAS. Dónde un paciente estuviera en peligro y su salvación quedara en manos del Médico a cargo. Sin embargo, la situación en esta ocasión era todavía más arriesgada, ajena a algo que ella pudo haber imaginado.Hierro salió disparado de la Habitación del Genin sin nombre. A su vez, todo ese piso fue inundado de hierro, y todos el equipo médico y pacientes, estaban atrapados en su interior.¿Hierro? ¿Ese Hierro?La única persona que era capaz de utilizar una habilidad parecida, era el actual Kazekage, Gaara. Pero él manipulaba la Arena, a diferencia de un Kazekage anterior, que manipulaba el Hierro. Esa técnica no se vio más nunca desde su desaparición y confirmado deceso, ni siquiera teniendo al mismo Gaara como Kazekage.Controlar el Hierro era algo único y especial. No era una cosa Escasa, sino IMPOSIBLE. Nunca antes existió alguien que pudiera demostrar su igualdad con el Kazekage desaparecido. Los únicos en la tierra del viento que podían manipular el Mineral, provenían de la familia Kage de la Aldea de La Arena.Qué ese Muchacho tuviera tal cosa bajo su control, era de temer, y ella lo sabía. El hierro no era como la Arena. Era verdaderamente peligroso. El tan solo acto de dejarse atrapar y apachurrarse, podría provocar la muerte de distintas formas. Ese material era Mortal, y quién lo logre manipular, tendrá muchas maneras distintas de llevar a cavo una masacre si se lo propone.Por eso estaba aquí, evacuando a todos los que podían. Hombres y Mujeres ayudaban a los más ancianos a movilizarse, así como a los que directamente no estaban conscientes y no les quedaba otra opción que evacuarlos con ellos postrados en sus camas.La fémina correteaba por los pasillos, en busca de que sus órdenes llegasen a los oídos de todos, y que ninguna vida se perdiera o se quedase atrás como las personas del piso superior.— ¡Rápido, dejen atrás cualquier peso innecesario! — Gritó. Hacía la Utilización de sus brazos para nadar entre el tumulto de Gente. — ¡Piensen sólo en los pacientes! ¡No podemos-— ¡Kyaahh!Un alarido agudo llegó a sus oídos, y solo ese grito fue como si una burbuja gigantesca los rodeara a todos al mismo tiempo. Un mutismo se profundizó, como si cada individuo en el lugar estuviese recordando la dirección en dónde vino el grito con exactitud. El derroche de personas no permitió dar con la Ubicación, pero ya era tarde.Con los ojos abiertos como dos Naranjas enormes, la Mujer Enfermera palideció mientras los gritos de las personas al fondo del pasillo más lejano aumentaban hasta que la razón se hizo presente. Un Mar negro brillante chocó con la pared del final del pasillo, y como única vía de escape, vino hacia ella, llevándose a todas las personas que estaban de por medio. Hombres y Mujeres, así como pacientes, fueron hundidos bajo el Metal viviente, y lo único que pudo hacer ella antes de perder la consciencia visual de todo de lo que la rodeaba, fue cubrirse los ojos con los antebrazos y agarrar todo el aire que pudiera tomar.Si al estar hundida en esa masa metálica se le presenta la oportunidad de estar consciente, aunque sea por un par de minutos, aprovecharía el poco aire que hubiera en sus pulmones.— Ojalá que esa Jovencita esté Bien...El momento presenciado no se pasó por alto por ninguno de los presentes. La falta de explicación y la ausencia completa del causante, provocó que los Miembros de Akatsuki permanecieran al Margen de hacer cualquier movimiento fuera de consciencia.Kakashi estaba estupefacto después del susto que había recibido. No se esperaba que uno de los Akatsuki se liberara de la técnica de Shikamaru tan fácilmente.¿Cuándo había pasado? ¿Cuándo fue que Kakashi se descuidó y lo dejó pasar, así como así?Shikamaru yacía sentado en el suelo bajo una oscuridad momentánea, provocada por la tapadera de las nubes a la luna resplandeciente. Su compañera de equipo fue a su auxilio en cuánto eso que amenazó la vida de su Amigo, dejó de moverse.A Tan solo unos metros de Shikamaru, salía de la tierra una mano unida a una enredadera grisácea. La misma salía de la tierra, y a su vez, parecía ser el complemento de una de las extremidades de Kakuzu. El Akatsuki codicioso se había hecho con su liberación mediante su propia técnica, que consistía en estirar su extremidad por el suelo, manejada por esa enredadera, responsable de muchas muertes por ahorcamiento.Todo Akatsuki tenía un secreto, algo que lo diferenciaba de los Ninjas comunes. Si uno era Inmortal, entonces, ¿Qué era Kakuzu?, eso trató de plantearse Shikamaru en las noches anteriores, pero solo llegó a unos planes simples para derrotarlo, aun desconociendo al cien sus técnicas.Por consecuencia, había sido tomado por sorpresa. Kakuzu se iba a ser con la vida de Shikamaru sin haber sido notado, a solo unos segundos de haberle cortado la garganta o habérsela aplastado directamente. Incluso pudo haber usado los segundos de shock de sus compañeros para llevarse a Shikamaru con su mano libre, sacar la otra de la tierra, y sacarse al cerebro del tablero.Pero su movimiento había sido detenido, como si sus pensamientos fuesen un libro abierto para ese individuo.Justo cuando la mano de Kakuzu salió disparada de la tierra, desnuda, en dirección a Shikamaru, sus amigos, y el mismo Kakashi, no tuvieron tiempo en reaccionar, cuando un destello iluminó momentáneamente un punto diminuto en la oscuridad del bosque, y una chispa anaranjada pasó justo por un lado de Kakashi, e impactó a la muñeca del Akatsuki.La mano cayó al suelo sin poder moverse, y el sonido de un pequeño chisporroteo los había dejado a todos perplejos.Mientras los mismos Akatsuki intentaban saber quién era el nuevo aliado que se les había sumado, los Ninjas de Konoha que estaban presentes buscaron con la mirada al salvador de Shikamaru.No lejos de ellos, justo en la copa de un Árbol, se encontraba un Anbu.Su cuerpo era indiscutiblemente el de una Mujer. Delgado, con las curvas notorias y el pecho a solo a medias de ser notorio. Su cabello castaño era visible tras su Máscara de gato. No era muy alta, y se sostenía del árbol mientras dejaba que su cuerpo, salvo su pie y mano con el que se sostenía en el árbol, quedara suspendido en el aire. Su mano libre, específicamente, la derecha, apuntaba con su dedo índice hacia ellos, levantando el pulgar.Se le notaba igual o más estupefacta. Esto no lo pensaban los Adolescentes, que solo veían a un Anbu con una habilidad desconocida que había auxiliado a su compañero. Lo pensaba Kakashi, un Exmiembro del Anbu, que bien sabía la extrañeza de este comportamiento.Los Anbu de Konoha no estaban entrenados para vacilar, lo que le hizo dar un fruncimiento de ceño, mientras que intercambiaba atención con la pareja de Akatsuki que se había quedado extrañamente muda.— Algo está mal. — Deduce Kakashi, pues Kakuzu estaba absorto, viendo la mano que sobresalía de la tierra con un silencio sepulcral. Ésta no parecía responderle. — ¿Simplemente dejó de moverse?, No lo entiendo... aquí está pasando algo muy grande, pero ahora mismo...Cuando Kakashi quiso mirar con cuidado hacia dónde se encontraba la mujer Anbu, ésta se tornó vacilante. Como si el simple hecho de ser observada por Kakashi, le hiciera recomponerse y volver a su estado de circunspección. Claramente su lenguaje corporal no fue menos para la buena deducción del peliblanco, que no pasó por alto la manera en la que la Mujer bajó la mano con rapidez casi tenebrosa, como si ni ella misma entendiese la situación, o no quisiera haber llegado a este punto.— Lo suponía. Algo extraño pasa con esos Anbus...El carraspeo de Hidan obligó a Kakashi a ponerse alerta. Así mismo, Shikamaru se levantó tan rápido como pudo, y acompañado de sus amigos, se alejaron hasta quedar tras Kakashi-sensei.Tenían que estar lo más alejados posibles de esa mano. Aunque por unos instantes esta se movió a causa de la insistencia de Kakuzu en recuperarla, la misma no regresó a su dueño a través de debajo del suelo, hasta que Kakuzu hizo un último Intento posteriormente de un alargado silencio.— Kakashi-sensei. — Ino le hizo un llamado desde su espalda. — ¡E-Ellos...!Si bien no pudo terminar su frase a causa del susto con Shikamaru, Kakashi conocía la razón del cuestionamiento. Ambos Akatsuki tenían la mirada fija en la nada, y su concentración en la misma era casi hipnotizante para todos.Hidan, quién era el más lanzado, estaba tan quieto como una piedra en el barro. Sin embargo, su molestia era fugaz en su expresión. El Hambre palpitaba con desdén en su ser; Quería hacerse con una víctima capaz de ofrecerle dolor, lo más pronto posible.Hatake movió ligeramente su cabeza, lo suficiente para ver de reojo al pelinegro. Hizo lo que pudo para que su Indagación llegase a sus oídos. Shikamaru fruncía el entrecejo, sin perder de vista a los dos Miembros de Akatsuki. No era muy distinto a Hidan cuando se refería a querer acabar con alguien.— ¿Estás bien, Shikamaru?— Eh, Sí...— Me alegro. — Le dice, regresando su suma atención a los Akatsuki. — Quiero que te abstengas de cualquier ataque Innecesario...— No es necesario que me lo digas, soy el más consciente del poder de esos dos. — Afirma Shikamaru con Firmeza. —Pero antes de proseguir con sus aires de confianza entremezclada con la rabia interna, Kakashi lo aprisiona con una tensión palpable en sus palabras.— No sólo me refiero a eso. Quiero que te fijes en tu alrededor, ¿No notas algo extraño?Siendo parte acallada de la discusión, Ino y Chōji intentan encontrar con la mirada, lo que se pensaba que Kakashi estuviera apuntando con sus señales verbalizadas.Shikamaru no sabe qué más decir, cuando el Peliblanco le murmura:— Los Akatsuki no pueden ser el único Enemigo aquí presente. — Declara finalmente. —— ¡¿Eh?!— ¡Eso es Malo...!Ino y Chōji le murmuran de regreso, y Shikamaru solo arruga crecidamente su expresión.El mismo Kakashi sonaba seguro con esas direcciones, y había tenido en cuenta algunos factores encontrados en su entorno mientras se enfrentaba a Hidan de Akatsuki. No le sobraba tiempo para quedarse quieto y explicarse con profundidad; No cuando el comportamiento de la pareja enemiga había quedado en la nada.Mientras veía a los Akatsuki murmurar entre ellos, con las expresiones más inexpresivamente serenas posible, logró parafrasear parte de sus últimos pensamientos.— He tenido la impresión de estar siendo vigilado constantemente. Pero como estaba demasiado metido en la batalla, dejé ese detalle de lado. Más sin embargo...— ¿Sin embargo...? — Ino recompuso, con un pesar evidente en la garganta. —— Con lo que acaba de suceder, ya me ha dejado todo más claro que antes. — Les Informa Kakashi con la mirada bien centrada hacia el frente. Los alumnos de Asuma únicamente podían verlo como un capitán analítico; Un Jōnin tenebroso que había fijado un objetivo a exterminar. — Habían Anbus viéndonos, pero nunca se entrometieron en la batalla.El Equipo diez reaccionó individualmente ante la noticia, pero el regreso del testimonio de Kakashi los presionó para permanecer en silencio, y no mirar más allá de los árboles. Era como si el mismo Kakashi les dijese en secreto: "No hagan lo que creo que harán. Fíjense únicamente en los Akatsuki".— Ellos no son lo que pretenden hacernos creer. No lo lograron. — Dice. — Cometieron el Error de Quedarse, y perdieron en el momento en que los Akatsuki los reconocieron como Anbus en mi presencia. Siendo supuestos Anbus, nunca nos ayudaron, o siquiera regresaron a buscar refuerzos o a servirnos como simple apoyo. Únicamente permanecieron allí, a la espera. Si no querían ser descubiertos, o si eran compañeros del enemigo, pudieron habernos rebasado y hecho lo suyo, pero no hicieron nada más que vernos desde las sombras. Cuando todos finalmente cayeron... sentí todo más frío ahora. Sabía que se encontraban por aquí, pero con lo que pasó en el cielo y esto, aun me quedaban cosas qué descifrar... Hasta que Shikamaru llegó.— ¿Hasta que yo llegué? — El Hijo de Nara Shikaku palideció un poco entre la división de estar atento al enemigo, y estar al tanto de las palabras de Kakashi. — ¿A qué se refiere exactamente con eso?— Shikamaru, tú más que nadie debería de estar al tanto de las obligaciones de un Anbu. — Sentencia el Hatake. — Como un Joven Chunin que se ha ganado el respeto de los adultos, te ha tocado observar de cerca de un Anbu. ¿De verdad crees posible, que uno se quede solo mirando? ¿Así nada más?— Bueno... quizás estaban esperando el momento indicado, ¿O No? — Intentó descifrar el Akimichi. —Pero su duda fue revocada con un movimiento de cabeza ligero por parte de su compañero Nara. Dándole la razón al Ninja que ha copiado más de mil técnicas Ninja.— No tiene sentido si consideramos todo lo que ha pasado hasta ahora. — Aclara Shikamaru. Su tono se vuelve más punzo con cada palabra pronunciada. — Desde que Murió Asuma-sensei...el mundo se ha puesto de cabeza, como si su misma muerte fuese un mal presagio.Sus Amigos ahogan el nerviosismo que se atora en sus gargantas. Al mismo tiempo que los Akatsuki parecían estar volviendo en sí, con el detalle de estar ahora más centrados en el cielo que dormía a las estrellas sobre ellos.— Los portales, La Aldea varada en el tiempo, el pergamino prohibido... la aparente colaboración del tercero para protegerlo... y Ahora, eso del cielo. — Recuenta Shikamaru. — Y No olvidemos el supuesto desquebraje del tiempo que juró ese rey. Si Unimos todo en un Orden, puede también tener sentido lo de esos Anbus. Anbus que, siendo de Konoha, no arremetieron en contra de Akatsuki, teniendo como prioridad a órdenes de la quinta, Buscar en los alrededores a cualquier sospechoso que pudiese estar familiarizado con el Incidente de los portales. Pero, en vez de eso, no hicieron nada; Ni siquiera teniendo al propio Akatsuki frente a ellos. Solo si nos basamos en ese único detalle, la coartada de que ellos sean de Konoha, se desploma por sí sola. Nadie de Konoha, mucho menos los Anbus, no arremetería en contra de una pareja de Akatsuki que ronde cerca de las puertas de la aldea.Yamanaka y Akimichi palidecen casi al mismo tiempo. Habían perdido la total concentración que tenían sobre el plan inicial: Salir de Konoha sin ser vistos, y salir en busca de Akatsuki; Específicamente, a los responsables del perecimiento de Asuma-sensei.Pero el tablero se les había volteado en su contra.Los Akatsuki se les habían adelantado, y aparentemente, las circunstancias para todos habían empeorado.La Adolescente rubia y el Akimichi, estuvieron atentos cuando Shikamaru inclinó solo un poco su cabeza. Parecía estar buscando algo a través de los árboles cercanos a la carretera.— Shikamaru...— Kakashi-sensei tiene razón. Puede no estar equivocado. — Su afirmación tomó por sorpresa al propio peliblanco. Bien sabía que sus teorías serían siempre bien recibidas, más sin embargo siempre se sorprendía de la perspicacia del Hijo de Shikaku. — Cuando el más grande fue a por mí, ese Anbu me defendió al Instante.— ¡Ah...! ¡Esa técnica! — Inmediatamente, Ino se aproxima a las cercanías del hombro derecho de Kakashi. — ¿Qué era eso?, Esa... clase de luz...— No tengo ni idea, nunca he visto algo parecido. — Responde él, claramente decepcionado por su desconocimiento. ¿El Ninja que copia, desconociendo una técnica Ninja?, era de esperarse estar decepcionado de sí mismo. — Aparenta ser un Jutsu del estilo Rayo, Raiton. Sus efectos parecen ser desestabilizar a su oponente.— ¿Desestabilizar? — Ino ve el hueco en el suelo, en dónde antes había salido la mano de Kakuzu, en contra de Shikamaru. — La mano...Cuando se dio cuenta, la extremidad había regresado a su estado Normal. Kakuzu se agarraba el antebrazo con la mano contraria, y parecía estar analizando la misma brecha que el ataque anterior del Anbu le había dejado a los Ninjas de Konoha. Solo el acto de Kakuzu, dejó perpleja a la rubia, quién no tardó mucho en afirmar sin arrepentimiento, después de tragar en seco.— Está... igual se confundido.— Así es. — Afirma Shikamaru. — Eso nos lleva a creer... que quién sea ese Anbu, no está con ellos. Pero tampoco lo está con nosotros.— ¡P-Pero...! Es un Anbu de Konoha...La tierra se levantó desde dónde el arma asesina de Hidan había sido jalada. Justo al lado de Kakashi, estaba enterrada el arma que le había quitado al miembro religioso de Akatsuki, pero el arma roja estaba unida a su dueño mediante una especie de cuerda negra, capaz de alargar su distancia. Hidan aprovechó esa ventaja, y de un jalón el arma había llegado nuevamente a sus manos.La sorpresa hizo que Kakashi retrocediera en un salto, seguido de los Ninjas más Jóvenes que lo seguían.Al parecer, tanto el cómo Kakuzu habían vuelto en sí. Guardó la daga más pequeña en el interior de su capa. Shikamaru soltó un pequeño respingo. Con esa misma daga punzante, Asuma había sido asesinado.— ¡Bien, Bien! ¡Ya está bueno! ¡Ustedes Ganan! — Les grita Hidan, visiblemente decepcionado. —Su declaración a regañadientes los ha dejado perplejos. El equipo diez acababa de tener un Deja vú cuando Hidan resopló con molestia.Lo que ocurrió la última vez, se estaba repitiendo. El mismo desinterés, con la vida de alguien querido a sus pies, inerte.El final de Asuma se había repetido con más de siete Ninjas alrededor. El más perturbador, era el que había compartido con Kakashi su inquietud; El Joven que desconfiaba de sus propias habilidades para enfrentarse a ellos. Pero, aun así, pudo burlar y marear a Kakuzu lo suficiente para que no molestase a Kakashi, y darle tiempo a Shikamaru para que llegara.Si tan solo hubiera resistido un poco más...— ¡Me importa una mierda si reforzarán la seguridad de su puta aldea! — Escupe. — ¡Cuando regrese, los mato! ¡Más les vale esperarnos!Nunca antes Shikamaru se había sentido tan inútil. O Al menos, eso pensó cuando Asuma partió y no despertó. Pero ahora, esta noche, que había decidido por fin dar con el fin del causante de la destrucción de una familia en nacimiento, se lo había recalcado: Era un inútil. Todavía no era lo suficientemente fuerte.O Eso quiso pensar... cuando lo vio. Shikamaru fue perspicaz cuando salió de su fachada de Impotencia y autodestrucción, y no perdió de vista a Kakuzu. El Akatsuki grande y tenebroso, conocedor de arrebatar luz de los ojos con vida, se sostenía la muñeca mientras la veía con supuesta cautela tajante. Hidan acababa de concluir con su desprecio hacia los Ninjas que habitaban la aldea que quería llenar de dolor.Con todo, Kakuzu tenía el miramiento enfocado a los rincones más profundos del bosque. Su actitud estaba distanciada a la de su compañero Akatsuki, aun habiendo vivido la misma experiencia, aparentemente.Shikamaru llegó a una conclusión.— ¿Esa no es la mano que iba a utilizar para ahorcarme? ¿Qué acaso... no puede mover su brazo? — Pensando en ello, Shikamaru se apresuró en mover sus ojos tanto como podía. Sin contar con un Sharingan, tenía a su cerebro de su lado para estudiar bien al hombre que se retiraba, dándoles la espalda. — ¡No! ¡No es su brazo! ¿Es su... mano? ¡Sí!, Él definitivamente no puede mover su mano... ¡¿Pero cómo?! ¡¿La mano completa?! ¡¿De la muñeca hacia arriba?!Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando encontró la pieza faltante, sin embargo, en ese momento, una nube de humo explotó limpiamente en los lugares de los miembros de Akatsuki. Para cuando el humo se disipó, ninguno de los dos estaba allí.— ¡¿Volvieron a Huir?! — Asumió apresuradamente. —No... fue igual que la otra vez. Permanecieron al margen al mismo tiempo, y hasta Hidan se apaciguó y los dos desaparecieron al mismo tiempo. No cabe duda... alguien les estaba hablando. Es tal cual como el Jutsu de la familia de Ino.Se hizo un silencio fúnebre, llevado por la brisa fría de la noche a través de los cadáveres de aquellos que no pudieron contra dos miembros de Akatsuki. Por seguridad, el único Jōnin en pie, Kakashi, observó el sitio en el que anteriormente estaban los enemigos.Eliminó todo rastro de duda, y sus músculos tensos descansaron con Impotencia. No obstante, no cruzaron más allá de la puerta, era una cosa realmente afortunada.— ¿Por qué se fueron? — Era una duda que se sembró. Ino exigía respuestas. — ¡N-No serían capaces de huir! ¡Tuvieron que tener algún motivo! ¡O pudieron haber entrado por otra puerta...!— El equipo de detección ya nos hubiera alertado. — Responde Shikamaru sin mirarla. Observaba perplejo el suelo sangriento. — No me cabe la duda... ellos abortaron el ataque; Algo los hizo retroceder.— ¿Y Qué pudo haber sido eso...? — Chōji cuestiona. — Incluso si lo del cielo no haya sido obra suya, no sería algo muy de ellos huir por eso.Chōji tampoco había olvidado el día en el que Asuma-sensei se fue. Recordaba perfectamente las amenazas de los Akatsuki, y como repentinamente, se retractaron de luchar en el lugar y desaparecieron de la misma manera.Antes de que eso ocurriera, se les veía murmurando cosas, pero no entre ellos. Entre tanto Akatsuki demente, sin escrúpulos y por ver, nadie se caería hacia atrás si entre ellos hubiese alguien con una habilidad similar a la del clan Yamanaka. Eso implicaba que seguían teniendo cartas guardadas, y Shikamaru no había tomado eso en cuenta.¿Será que tienen a alguien en las sombras, guiándolos en el caso de que algo se salga de control? ¿Una persona que estuviera allí simplemente para regresarlos?Esa posibilidad contradeciría la información que obtuvieron de Jiraiya-sama, la que afirmaba seguramente que los Akatsuki se movían solamente en parejas; Sin excepciones.Entonces, ¿Cómo pudo haber ocurrido lo mismo dos veces? ¿Qué tienen de similar estas dos ocasiones? Shikamaru taladraba su cabeza en busca de pistas qué desentrañar, y para cuando Kakashi logró vacilarlo, sus amigos se habían quedado tan perplejos qué, incluso si él estaba sereno, la mancha había salido a la luz.— ¿Cómo llegaron hasta aquí? — Les había preguntado, escudriñándolos individualmente con su único ojo a la vista. — No es sorprendente, pero que hayan sido justamente ustedes...— ...Ino y Chōji se quedaron a la espera de Shikamaru, como si el mismo fuese una especie de guía en la discusión que se avecinaba. A Fin de cuentas, era su capitán, ¡Sin ninguna discusión!Los tres tenían el mismo rango. Pero el que tenía la mente más fría, sensata y reflexiva, era el Nara del trío Amistado.Shikamaru no estaba molesto, aunque sí frustrado. Ya se habían ido, y no tendría el irresponsable pensamiento de querer enfrentarlos aquí y ahora, tan cerca de los ciudadanos inocentes.Era mejor así. Era solo cuestión de encontrar otra oportunidad perfecta. Y Siguió pensando así, aun estando bajo la mirada metódica del Hatake. Diría que hasta lo entiende, pero hasta el qué pensaría Kakashi-sensei, seguía siendo un enigma para él en estas circunstancias, cuando ya tenían muchos problemas como para centrarse solamente en un hombre inmortal con una daga.Un Inmortal que había acabado con un hombre Inocente.— Sobre eso... — Quiso salvar Ino, pero una exclamación proveniente de sus espaldas, la interrumpió. —Inmediatamente, ella, como sus compañeros, se giraron para reconocer al dueño de la voz. Frente a ellos, había llegado de un salto un Ninja, acompañado de un querido compañero de Batallas. Se trataba de Kotetsu, quién desprendía la preocupación en él.— ¡Kakashi-san...!— Está bien, ya se han ido.— ¿Eh...?— Se han ido. — Repite Kakashi, el tono cansado habitual se le había escapado. Con consciencia, lleva su mano a su diadema Ninja, y dice audiblemente para que los presentes puedan escucharlo. — No me surgió la oportunidad de usar mi Sharingan, pero incluso así... soy responsable de las bajas de esta noche. Asumo toda la responsabilidad, no tengo excusa.— ¡Um...! Eh... ya veo. — Dice Kotetsu, tartamudo. — E-Es una lástima... una verdadera lástima.Y No es que el hombre fuese así todo el tiempo. Akatsuki no era ninguna organización con la que solo se les encontraba para jugar a las cartas. Una organización de ese calibre, era de temer; Sobrepasaba el poder de Ninjas tan únicos como Asuma, o la propia Jinchūriki de la nube, quién hasta después del entierro de Asuma, se supo de su captura.Las naciones no tenían relaciones amistosas, y si podían ocultar los sucesos que las hicieran ver con pérdida de poder frente a otra, lo harían. Pero la pérdida de un Jinchūriki era algo grave; Una cosa que sobrepasaba cualquier crimen. Akatsuki era una organización que los afectaba a todos por igual, por lo que, la captura de la mujer Jinchūriki y su posterior fallecimiento, fue confirmada poco después de lo sucedido.Aunque les hubiera servido saber eso justo antes de lo de Asuma. Pudieron haber formulado otra estrategia que impidiese la movilización de ese tipo de personas por la tierra del fuego... si tan solo se hubiera informado antes, que ya estaban tras la captura de Naruto.No habiendo tenido tiempo de ver a sus camaradas caídos, Kotetsu pareció recuperar la decisión con la que había llegado. Al parecer, lo que el peliblanco pensaba que era un vistazo para asegurarse de que necesitaba refuerzos, no era en verdad un vistazo.— ¡Es un poco tranquilizador que se hayan ido... pero no era esa la razón por la que vine! — Expresa el hombre con angustia. Se pone firme. — ¡Más aún, en la puerta...!— ¡Es verdad! ¡La puerta!Al Unísono, Chōji y Shikamaru jadearon al escuchar a Ino chillar.Kakashi solo pudo enarcar una ceja con inquisición, pero antes de darse cuenta, ya se encontraba corriendo al son del Ino-Shika-Chou y Kotetsu, en dirección a la gran puerta de la Aldea.Las mismas se iban agrandando conforme más y más se acercaban, hasta que finalmente, Kakashi pudo discernir una acumulación de Ninjas como Kotetsu, guardando distancia de un individuo en el suelo. Los Ninjas en sí no eran muchos, podrían calcularse entre unos diez a quince Shinobi en el escenario.Al llegar, Kakashi solo pudo hacer la pregunta que daría comienzo a la disputa:— ¿Qué está pasando...?— Es ella... — Murmura Chōji. Con apuro, intenta decir: — ¡Oye...!— ¡Chōji, alto!A la voz firme de Shikamaru, y su brazo en el pecho del Akimichi para evitarle dar un paso más, Kakashi solo puede ver lo que se desarrollaba frente a él, con los ojos inmersos en busca de respuestas.Shikamaru frunce el ceño con análisis pleno. A su otro lado, Ino trató de atestiguar que Chōji no iba a hacer nada malo.— ¡Mírenla bien! — Les ordena. — ¡Miren su frente!Haciendo caso a sus palabras, Kakashi queda perplejo en medio del Ino-Shika-Chou. No muy lejos de pisar el suelo al lado interno de la gran puerta, yacía una niña de cabellos violetas, echa bola en el suelo. No gritaba a todo pulmón, pero podría hacerlo si lo que sea que la estuviese afectando, no apretase sus pulmones con fuerza descomunal. Sus ojos eran como dos huevos blancos, echados hacia atrás y completamente pálidos, mientras que se sostenía la cabeza entre quejidos ahogados, y daba vueltas contra el suelo, como si su cuerpo estuviese encendido bajo unas llamas abrazadoras.Su flequillo suave y violeta yacía despeinado, y no estaba en dónde se supone que debía de estar. Y allí, en el medio de su pálida frente, algo se dibujaba en un brillante tono blanco vidrioso; Tan cristalino como un gran ventanal frente a un campo de flores, bañado con el sol del futuro... una media luna.La marca en su frente Era pequeña, casi como del tamaño de la marca que tenía Tsunade-sama en la suya. Pero su brillo era como un vidrio en el suelo, reflejando la luz del sol en su forma más resplandeciente. Un brillo pequeño e inocente, pero lo bastante problemático para dejarlos a todos alertas.Esta sensación, era la misma que con la luna.La misma fatiga, y a la vez no. Una sensación hermosa, pero poco placentera, como si el Chakra fuese bañado de un agua pegajosamente fría.Y Así, todo mundo que presenciaba la escena, yacía en su más ensimismada perplejidad. Nadie podía hacer nada, porque surgía el pensamiento constante de que quizás alguien más podría hacerlo. La coincidencia de los portales con el pergamino, era algo que no se descartó para aquellos que sabían de dicho pergamino.Sin embargo, este encuentro, con los portales y la luna, así como Akatsuki, no eran pasados por alto por las personas que desconocían la existencia del pergamino.La situación era la misma para los que sabían la verdad y los que no. Solo faltaba el que diera la mano dura; el que decidiría qué hacer con lo que se desarrollaba en frente de una de las cuatro puertas de la aldea de la Hoja.— ¡Uwa...!— ¡...!Ino respingó nerviosamente en reacción al quejido de la niña. La de los cabellos morados seguía rodando por el suelo, usando sus pies para levantar su cuerpo, pero volviendo a caer. No era capaz de abrir los ojos y ver claramente en dónde se encontraba; El mundo que ella veía, no parecía ser el mismo. Sus extremidades actuaban como si el mundo le diera vueltas, y los más cercanos a ella, temían tocarla, por lo que solo cupo una posibilidad.— ¡¿Quién es ella?!— ¡Hm...! ¡N-No lo sabemos! — Le respondió Ino a un serio Kakashi, a escucha de Shikamaru y Chōji. — ¡Nos la topamos de camino a...!Ino se mordió la lengua al dejar salir el peine. Pero no pasó un segundo más cuando Shikamaru aclaró la duda de Kakashi.— Chocó con nosotros incluso antes de nosotros salir de la Aldea. — Dijo él. — Estaba alarmada cuando la encontramos. Dijo que algo pasaba con la luna.— ¡¿Te mencionó algo más?!Shikamaru pensó más en ello. Abrió los ojos, perplejo.— ¡Dijo que necesitaba encontrar a alguien que se había perdido en el bosque!— ¡¿Qué...?!— Los guardianes de la puerta insistían en detenerla, y dijo todo eso. — Chōji añade. — Hablaba muy apurada y estaba asustada. ¡Pero cuando hubo esa explosión, se encontró muy mal, y fuimos a ver a qué se refería, cuando nos topamos con usted!— Es así... — Murmura Kakashi. Su ceño se frunce, y las palabras de Saturo le hacen sudar un poco de frío en la punta de sus dedos. — Esto ya no es una coincidencia... ¡Es un Hecho!El grupo de Ninjas se disolvía en parejas o individualmente, en cuanto la niña comenzaba a llorar a ojos cerrados. Con sus manos intentaba apartar algo que la perturbaba, pero ningún grito salía. Los presentes solo podían escuchar intentos de gritos, jadeos y la saliva filtrándose por su boca casi dormida. La media luna de su frente tenía efectos que nadie presente podía comprender, y no sabían si podría ser arriesgado que alguien la tocase sin saber exactamente si ella era parte de Akatsuki o no.Ino apretaba en un puño su desconcierto. ¡¿Qué debía de hacer?! ¡Sus gritos apagados podían taladrar profundamente en su alma! ¡Lo sentía!La presión persistía en el transcurso de los segundos; Y De los segundos, a minutos. El tiempo que pasó, estuvo plagado de Ninjas corriendo a su alrededor, gritándose entre sí alguna respuesta a lo que debían de hacer. Kakashi había dejado al Ino-Shika-Chou atrás para estar al mando hasta recibir alguna orden clara de la Hokage. Incluso había ordenado a Ino a informarle, pero cuando sus pies estaban lo suficientemente cerca de la niña, un destello familiar iluminó momentáneamente un rincón del frondoso y oscuro bosque.Retrocedió con un salto y un llamado de alerta a los presentes, y todos habían hecho lo mismo con segundos de retraso cuando una chispa anaranjada había sido disparada a unos pocos metros de donde antes estaba el pie de Kakashi.Abrió los ojos tanto como pudo. No puede tratarse de eso, ¿No? ¡Sería demasiado fácil!, se pensaba. Pero una parte de él, con más vividez, QUERÍA que esto tuviera respuestas de una vez por todas, para acabar con esta ola de incógnitas que no hacían más que dejar atrás a Konoha con la poca información que tenían de una aldea que conocieron hace pocos días.Pero ya no había más motivos.Ya no tendrían que esperar a que algo más grande sucediera, y fueran nuevamente corriendo a informarle a Saturo-sama.La respuesta de la sorpresa de los Akatsuki, estaba ahora frente a ellos; El objetivo que Kakashi había tenido apuntado desde que se encontró a la pareja maleante en el bosque.Con la niña aun retorciéndose a sus espaldas, la persona de cuclillas se levantaba con lentitud. La luz de la luna aclaraba la vista de los presentes, y su figura y complexión física era todavía más obvia para todo el mundo.Una mujer.De cabello castaño, y cuerpo delgado. De una estatura alrededor de los 1,67, y el rostro escondido tras una máscara de gato blanco con bigotes rojos. Su equipamiento consistía de lo esencial para los Anbus; Poco armamento a la vista. Bolsos para los Kunais en lugares escondidos, tanto en los tobillos como por detrás de las axilas.Kakashi separó sus pies, y fulminó a la persona que creía que lo miraba fijamente. La frialdad en su lenguaje corporal, le decía que buscaba evitar el conflicto. Pues estaba rodeada, y ella misma se había metido habiendo podido escapar.— ¿Un Anbu...?— Oye, qué haces...— ¿Por qué la cubres...?Era lo que decían algunos Ninja cuando la mujer Anbu se paró recta, simplemente observando a Kakashi. Los murmullos que ponían en duda su confianza, la hicieron observarlos de reojo. El movimiento minúsculo de su máscara era suficiente para congelarlos enteros; Una misma reina del hielo.La niña seguía dando gritos ahogados tras ella, y posando la vista por encima del hombro para divisarla, se quedó fría viendo como la niña actuaba como si sus pulmones quemasen.— Dándome la espalda así... — Reflexiona Kakashi. Le hizo una ceña al Ino-Shika-Chou tras él para que se mantuvieran igual de calmados que él. Kakashi bajó los puños, más no desactivó su defensa. — ¿Son compañeros? ¿Esa mujer no es una Anbu de Konoha?, Pero... ¿Cómo...? ¡Es imposible que nuestra vigilancia cometiera tal error...!El clic de algo reactivó la agudez en los sentidos de Kakashi. Así como todos los Ninjas que rodeaban a la mujer desconocida, Kakashi y el equipo diez, no hicieron más que quedar en silencio ante el acto que se llevó a cabo en sus narices.Un cinturón con agujas escondidas cayó al suelo, seguido de un pequeño bolso de cuero con papeles bomba sin usar. Posteriormente, la enmascarada comenzaba a desabrochar los botones de las correas de los pequeños bolsos que llevaba encima, siendo el más grande, uno lleno de Kunais y pergaminos.Todo eso fue puesto en el suelo, junto con la chaqueta negra que llevaba puesta. Con los quejidos ahogados de la niña, y frente a un Kakashi perspicaz y analítico, la Falsa Anbu de Konoha levantaba las manos a la altura de su cabeza en señal de rendición. No reveló su identidad, y aunque Kakashi no sabía el por qué, podía decir que a simple vista estaba desarmada. Su blusa era de mayas, y simplemente se le veía un top negro debajo de esta. Se había quitado la chaqueta para sacar a relucir el control que Konoha ahora tenía sobre ella.Ella ya no era ninguna amenaza, pero incluso con eso, Kakashi no era tonto como para acercarse sin más. Pues ella había hecho en dos ocasiones, frente a él, algo que se le escapaba de las manos y estaba un poco más allá de su comprensión. Como así, a su vez, parecía tener conocimiento sobre lo que ocurre a puertas cerradas en Konoha y en el cielo.El silencio de la Anbu desarmada perduró hasta que no sintió un poco de calma en el semblante de Kakashi.— No haré ningún movimiento tonto. — Dice con una pesadez tumultuosa. Su tono de voz era suave, pero adolorido. Como si estuviese confesando un crimen imperdonable. Tras la máscara gatuna, Kakashi estaba siendo suplicado por una Joven Incomprendida. — La niña que se encuentra tras de mí... es alguien sumamente importante para mí. Así que, por favor, les ruego que no le provoquen ningún daño.Mientras decía eso, la niña de cabello morado se quejaba con la poca saliva que tenía en su boca seca. Ya no había necesidad de hacerle más daño si ella misma padecía de algo que nadie comprendía. Pero, más allá de eso, Kakashi notó una cosa.La imperturbabilidad en el comportamiento del Anbu, era entrenado. Estaba firme, con las piernas separadas y las manos levantadas. Pero sus dedos separados y estirados, para asegurar que no usaría su técnica desconocida... temblaban ligeramente.Los sonidos de la niña tras ella le afectaban de alguna manera, de eso estaba seguro Kakashi. Aunque él vio a esa niña como sospechosa, nunca se le pasó por la cabeza hacerle daño. Él no era alguien que lastimase niños, ni, aunque estos fuesen Shinobi. Sería como abusar de la fuerza que él había ganado a través de años de experiencia.Viendo que no había amenaza creciente, y esta se rebobinaba hasta disminuir, el de cabello blanco quiso aprovechar la súplica de la mujer para asegurarse de no estar a pasos de un enfrentamiento extra.— ¿Se puede saber quiénes son ustedes? — Pregunta. — Eso del cielo... la luna. ¿Ha sido obra de ustedes?— ¡Uwahh...!Ninguno quería entrometerse en el camino de Kakashi, y permitieron que este hiciera lo que quisiera como el Jōnin más poderoso aquí presente. La niña jadeaba, y las lágrimas recorrían su rostro mugriento mientras su frente sangraba por los rasguños del suelo. La mujer Anbu, tan rígida como una maya al sol, 'habló en su tono monótono y con rastros de súplica y arrepentimiento en él.— Por favor... no le hagan daño.El equipo diez se había quedado frío ante la falta de respuesta. Shikamaru estudiaba a la mujer de pies a cabeza. No había rastros de querer armar una pelea ahora. Ella hablaba con sinceridad.Posterior a mirar al suelo, y siendo escucha del sufrimiento incomprendido de la menor a sus espaldas, la mujer con máscara Anbu se dirige a Kakashi con una seguridad un poco naciente en su voz, entremezclada con la súplica de que sus palabras fuesen bien recibidas.— No sé qué fue lo que pasó en el cielo. — Responde. — Pero puede ser que sepa qué es lo que lo haya provocado.— Ya veo... entonces, ¿Tú y esos dos—— Sin embargo. — Interrumpe ella con prisa y firmeza. Después de hundir sus talones en el suelo, prosigue. — No tengo nada qué ver con esas personas. Nada que tenga que ver con Akatsuki, me concierne.Kakashi no esperó más.— ¿Qué hacías en el bosque, a las afueras de Konoha?— Responder eso aquí... no sería inteligente. — Un tono casi burlonceo se había filtrado, a lo cual Shikamaru carraspeó. — De verdad... no puedo tomarme este tema tan a la ligera; No con ella en ese estado. Si he de tratar con eso, tengo que solicitar ver a la Hokage inmediatamente.La conclusión dejó a más de un Ninja pasmado. ¿A La Hokage? ¿Por qué quería una forastera ver a la Hokage?Más aún: ¿Por qué una forastera, vestida de Anbu, que dice saber la razón del fenómeno en el cielo, quiere ver personalmente a la Hokage?Kakashi baja la guardia, y se para con firmeza y cautela.— Responde lo que te pregunté antes.Ella no responde.— ¿Quiénes son ustedes? — Vuelve a indagar. — ¿Y dónde está tu compañero?La tensión abrazó el lugar como una neblina espesa y oscura. Kakashi no la consideraba peligrosa, al menos no para él. Por lo tanto, no podía permitirle tan fácilmente el ver directamente a la líder de la villa.Teniendo todo escenario peligroso en consideración, el equipo diez se puso en guardia cuando Shikamaru hizo una ceña en espera. Estaban listos, y cuando Kakashi diese la orden, ellos se lanzarían a apoyarlo.La tierra bajo los pies de la desconocida, se levantó a una altura minúscula del suelo cuando ésta separó aún más sus pies de sí. Quería reafirmar su resignación; Decirles claramente que ella no haría ningún movimiento brusco. Las quejas de la Joven niña eran un recordatorio de lo que se estaba jugando si ella se lanzase a atacar. Y el equipo diez bajó un poco la guardia al fijarse en su decisión de proteger a la más Joven.Un destello vacío, pero vívido, giró en las cuencas de Shikamaru. La mujer Anbu tragó en seco, y alzando las manos en el aire, se entregó a lo que tuviese que pasarle mientras que respondía finalmente la pregunta de Kakashi.— Mi nombre es Soku. Como ven, soy una Anbu de la Aldea de Konoha. Vengo expresamente... a dialogar con su Hokage. — El aire pasa violentamente por su garganta, y su grito se dispersa en el aire. — ¡Y Vengo Sola!