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Berriak Lurra La Mentira del Dragon

La vida de Narrar cambia el día que el destino lo cruza con la persona que lo motivara a cambiar su estilo de vida. Acompaña a Narrat en su aventura por descubrir la verdad de los Reinos.

Eduardo_Solano · Kỳ huyễn
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Capitulo 3

Cuando recobre la conciencia me percaté de que ya no estaba en el bar, me encontraba a las afueras del pueblo junto a una fogata, ya era de noche y las estrellas adornaban el cielo, de la nada un fuerte dolor de cabeza llego a mi, al intentar tocar donde provenía el dolor sentí una venda que estaba cubriendo la zona del golpe y rodeando toda mi cabeza.

— Que bueno que despiertas — me sorprendió la voz grave de aquel hombre — llevas mucho tiempo dormido, espero que el golpe no te haya desorientado mucho.

Observé al señor que me defendió y note que tenía varios golpes, me sorprendí de que alguien con su habilidad hubiera terminado así de lastimado, por lo que le pregunte el resultado de la pelea.

— No soy alguien intocable, además los ciclos no pasan en vano, la agilidad solo sirve para evitar la mayoría de los golpes, pero ten en cuenta que siempre que proteges a alguien vas a salir muy lastimado.

En eso comprendí que la única herida que tenía era el botellazo que recibí y que él me había rescatado de ese lugar sin importándole su condición.

— Noté que me estabas siguiendo — me dijo sin mostrar ninguna preocupación o molestia.

— Perdón si te incomodé, es que tenía que preguntarte algo. — le contesté.

— Es acerca de lo que les dije a los niños verdad, si noté que te exaltaste un poco al escuchar lo que dije, a mi también me dio curiosidad ver que te hayas exaltado con algo sin importancia como eso — me dijo mientras movía la leña en el fuego.

— Es que me molesta que quieran quitarle sus fantasías a los niños ade… espera un momento ¡Fuiste al bar a propósito! — le grité mientras me ponía de pie enojado.

— Así es, fui para comprobar que tan interesado estabas y resultó ser una buena prueba. Perdón por no haberte rescatado a tiempo — decía esto mientras seguía sentado moviendo la leña de la fogata.

— ¿Cómo que una prueba? Ademas ¿Cómo es posible que arriesgaras tu propia vida en la defensa de un desconocido? — le reclamé.

— Porque me intereso tu convicción de ir a reclamarle a un extraño algo que los demás lo dejarían así — me volteó a ver — En un mundo donde lo material esta por encima de los sueños, por encima de la fantasía, de la magia, ya a nadie le importa esas cosas, ya nadie tiene fe en los demás, ya nadie busca creer que hay algo mas que lo que ven sus ojos, pero tu, preferiste defender algo tan simple como la inocencia.

— No me agrado que les trataras de quitar los sueños a los niños, eso era todo, no es algo especial lo que hice — Le contesté — A mí el tiempo me a destrozado mis sueños y esperanzas, pero no me arrepiento de que de niño me dedicara a jugar y soñar, por eso no quiero que los niños pierdan esas esperanzas tan pronto, el tiempo se las llevará poco a poco no un viejo amargado queriendo hacer que los niños maduren pronto, la infancia es muy corta y pasa tan rápido que no es justo que le den prisas.

— ¿Pero que acaso no es mejor eso? entre más pronto asuman la realidad mejor seguirán con su triste y patética vida.

— Tal sea verdad pero sí pensar de manera de triste y resignada significa madurar, prefiero seguir siendo infantil.

— Entonces no me equivoqué al rescatarte, vi que tú buscas más allá, que defiendes lo que los demás no defenderían, que a pesar de los golpes que da la vida y de los sueños que destroza el tiempo, tu todavía crees en las fantasías, todavía crees que este mundo esta lleno de magia, crees que esta vida puede dar mas de lo que se aprecia la simple vista, entonces es por eso que te rescate, la vida de alguien como tu no debía de terminar en una pelea de cantina no hasta que cumplas con una gran aventura — me miró fijamente

Su mirada era sincera y seria, no había rastros de burla o locura, no se por qué pero me puse recordar aquellos sueños rotos, todos esos días arrepintiéndome de haber nacido en esta posición, que tonto era, me había encerrado en la idea de que este pueblo y esta vida de campesino era todo lo que tenia, pero el me recordó que yo no vivo en un pueblo pequeño sino, que yo vivo en este mundo en el mundo de Berriak Lurra no hay razón para encerrarme en este lugar, todavía tengo muchas opciones para mi vida, si eso llamado destino, del cual me queje mucho, ahora me había puesto con esta persona entonces posiblemente puedo cambiar el rumbo de mi vida.

— ¿Cuál es tu nombre amigo? — dijo el señor interrumpiendo mis pensamientos.

— Soy Narrat Zail Eak, puedes llamarme Narrat, llevo 22 ciclos de vida, trabajo en el campo y como ya te abras dado cuenta, llevo toda mi vida en este lugar, mi padre es un trabajador de el mismo lugar que yo, mi madre.. — recordé la triste verdad de que mi madre hace mucho tiempo que nos dejó. Cuando ella falleció tenia vivido 8 ciclos y desde ese día mi padre se empezó a comportar de forma diferente, podría decir que antes éramos una familia muy feliz, pero a partir de que ella partió, mi padre se empezó a comportar de manera más cerrada y lo único que hacía era trabajar y tomar alcohol en la soledad, él y yo nos distanciamos, discutíamos casi todos los días, realmente vivíamos acompañados solitariamente.

— Y tú ¿Cómo te llamas? — le pregunte dejando de lado mis pensamientos.

— Me llamo Vidai Ari, soy un viajero.

Fue tan simple su respuesta que sentí como si me hubiera ignorado, me quedaron pocas ganas de preguntarle algo más.

— Toma amigo — me decía mientras sacaba de los bolsillos de su abrigo una carta, el sello estaba roto y desgastado, no era la primera vez que alguien la leía.

— ¿Qué es esto? — le pregunté intrigado.

— Quieres saber acerca de lo que dije ¿No es así? No pensabas que te contaría todo lo que quieres saber, ¿O si? Eres tú el que quiere una aventura, así que toma lee esta carta y si realmente quieres saber más busca a Gehiago en el Reino de Abeslari, él te dirá lo demás, pero algo si te advierto, lo que te interesa saber puede que no sea tan fácil de descubrir.

Esta carta representaba lo que buscaba, ahora que lo veo me siento con nervios, ¿Seré capaz de terminar lo que estoy a punto de empezar? Me preguntaba mientras acercaba mi mano para tomar esa carta, mi mano temblaba, no creía que el tener tu sueño tan cerca sería tan agobiante. Bajé la mano. No pude tomar esa carta.

— Porque no la tomas, acaso ¿No es lo que buscabas? — me dijo Vidai extrañado.

— Lo que pasa es que no se si tenga el coraje necesario para poder realizar esta aventura, solo era valiente en mis sueños, pero cuando yo pensaba que solo eran eso… sueños, pero ahora que se me presenta esta oportunidad me doy cuenta de que quiero que todo esto siga siendo solo un sueño, para nunca afrontar la verdad de que soy solo un cobarde — le dije estas palabras avergonzándome. No podía creer lo tonto que me sentí, primero tratando de resaltar y presumir, y ahora tratando de ocultar mi cabeza entre mis hombros. Fue entonces cuando su risa burlona me saco de mi decepción.

— ¿Ahora te burlas de mi verdad? — le repliqué.

— !HA HA HA¡ no es eso, ahora estoy más seguro de que eres el indicado para iniciar esto— Me decía esto mientras nuevamente estiraba su mano para darme esa carta. — No se pide ser más valiente ni tener más coraje, tampoco se nace con esas virtudes, te lo dije no es tan sencillo, en la vida se tienen que tomar las oportunidades que se presentan para así demostrar tu valor y coraje, ahora aquí está tu oportunidad, ahora es el momento de demostrar lo que realmente vales.

Tanta seguridad me dio que no me pude arrepentir, si esta persona cree en mí ¿Por que yo no e de creer? estire mi mano y esta vez sin dudas tome aquella carta observándola con mucha intriga.

— No sé qué valla a pasar, lo único que se es que no me rendiré — me decía a mí mismo en voz alta.

Sin aviso alguno una niña de cómo unos 13 o 14 ciclos llego con una carreta, de esos donde los granjeros llevan los víveres a vender, obvio que era robada.

— Vamos Vidai ¿Donde estabas? te estuve buscando en toda esta villa, ya no hay ¡tiempo!, ¡súbete! — grito con mucho apuro. Vidai me miro y me dijo unas palabras.

— Recuerda, ¡no te rindas!, investiga y descubre la verdad, ¡nos vemos al final del camino mi amigo! — Con una sonrisa corrió hacia aquel transporte y con apuro le gritaron a los caballos para que cabalgaran lo mas rápido posible, y al igual que apareció en mi camino se desvaneció.

Paso algo de tiempo desde que se fue Vidai y yo seguía sin abrir la carta, por el grosor del sobre sé que son varias hojas, a la fogata no le quedan más que menos de una hora para que se extinga. ¿Seguiré esperando a que algo mágico pase? ¿A que algo me dé una señal de que estoy en lo correcto? o ¿Tirare la carta al fuego? Un sin fin de dudas terminaron en mi mente. Una carta con sello rojo pero sin remitente, la verdad de mí intriga yacía en un simple papel. Tome un último suspiro, mi cuerpo dejo de temblar, los nervios desvanecieron, abrí el sobre, leí la carta.