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capitulo 1

Arthur Parker, un repartidor de comida al que le habían robado su moto, golpeado con una pelota de béisbol en la cabeza, y tirado sanguijuelas encima estaba a unos metros de llegar a la casa del cliente cuando alguien lo empujo por la espalda haciéndole perder el equilibrio para casi estrecharse de cara de no ser por sus manos.

—Carajo— Exclamo Arthur.

—Lo siento ¿estás bien?— Dijo la chica que lo empujo, esta estaba dando la mano para ayudarlo a levantarse mientras se veía preocupada por él.

—Sí, estoy bien— Contesto Arthur incorporándose solo.

—Oye ¿a dónde crees que vas? aún no hemos terminado de hablar señorita— Manifestó alguien con una voz muy masculina.

Tras oír esa voz la chica siguió su camino y dejo atrás a Arthur.

—¿Qué mosca le habrá picado? — Se preguntó Arthur.

—Oye... repartidor. Dijo la misma voz masculina de antes, pero se oía más cansada.

—Huh. Arthur volteo a ver quien lo llamaba, pero no vio a nadie.

—Aquí abajo.

Arthur miro hacia abajo y vio a un alma de color verde pastel.

—¿Crees poder alcanzar a la chica con la que chocaste? —Pregunto la alma.

—Sí, ¿por qué?

—¿Cuánto quieres por llevar hacia ella?

Arthur se lo pensó un poco antes de contestar.

—300 verdes ¿los tienes?

—Si, pero solo te los daré si me llevas con ella.

—Más te vale que no me estés mintiendo insecto de mierda.

Arthur dejo la comida que estaba llevando en el suelo y coloco al alma en su mochila, para luego empezar a correr a una velocidad no muy rápida pero tampoco tan lenta.

Y después de correr por unos diez minutos encontró a la chica descansado en una banca de un parque.

—Ahí esta su chica, señor.

—Gracias por la ayuda, chico — Respondió la alma entregándole lo acordado— Dime ¿te gustaría hacerme otro favor?

La chica que estaba en la banca se llamaba Elena Martínez, y tras escapar de esa alma estaba reflexionando que será de su vida ahora.

Si acepta su propuesta podría tener todas las cosas que siempre deseo, pero a la vez podría perder todo por lo que una vez lucho.

Por lo que no podía hacer otra cosa mas que suspirar.

Hasta que algo similar a un balón se estrelló con su cara.

—¿Creíste que podías escapar de mí, niñita?— Dijo la alma que se aferró al rostro de Elena con sus 6 patas.

—Mi trabajo aquí ha terminado— Dijo Arthur quien se fue después de ver un rato como Elena hacía lo posible para quitarse a esa alma de la cara.

Pero cuando Arthur llego a su trabajo/casa sus padres lo regañaron por no haber entregado el pedido, "por haber dejado que le robaran la moto", por ensuciar su uniforme con agua sucia.

Después de que ambos descargaran toda su frustración con él, lo mandaron a su cuarto.

—Vaya día de mierda, pero al menos gane algo de dinero— Dijo para sí mismo Arthur mientras ponía el dinero que había ganado en su alcancía.

—Algo es algo ¿no?— Dijo alguien con una voz muy gruesa.

—¿Quién dijo eso? — Contesto Arthur viendo por todo su cuarto — María ¿eres tú?

—Me temo que no— Respondió ella dejándose ver.

—¿Qué demonios?

—Hola Arthur.

—¿Te conozco?

—No, pero desearás haberlo hecho antes.

—Huh, lo siento no te entiendo.

—Permíteme presentarme mi nombre es Graxy.

—¿Y?

—Soy un alma.

—Pues eso es bastante obvio así que puedes ir a la parte donde explicas por qué estas en mi cuarto.

—Pues para que seas mi compañero en la guerra por el trono.

—Lo siento ¿Qué?

—Ya lo oíste.

—No, no, no. Creo que equivocaste de año eso se va a celebrar en tres años.

—La reina lo adelanto.

—¿Así nomas?

—Así es.

—Gracias por considerarme como uno de tus posibles compañeros, pero estoy muy ocupado para participar en una pelea a lo mortal kombat — Comunico Arthur mientras se levantaba para enseñarle la salida a Graxy.

—¿Estás seguro?

—Si muy seguro.

—Solo piénsalo Arthur, si me ayudas a ganar yo te ayudo.

—¿Ah sí? ¿Cómo?

—Dándote lo que mas deseas poder, reconocimiento, cualquier otra cosa — Dijo Graxy quien voló para hablarle en el oído a Arthur.

Tras reflexionarlo un breve momento. Arthur Respondió: — ¿Dónde firmo?