Estoy mirando por la ventana del carruaje más cómodo de mi familia, delante de mí está mi padre, solo vamos nosotros. Defterévon va a caballo un poco por delante. Y Fonissa, mi antigua maestra, se adelantó para prepararnos un alojamiento en la capital de Mageia.
Mi padre me castigó por golpear a los soldados novatos, el castigo fue duplicar la severidad del entrenamiento, fue algo horrible, nunca había estado tan cansada en mi corta vida.
Sin embargo, ese entrenamiento intenso no hizo más que hacerme mejorar más rápido.
Aunque solo entrenamos por dos semanas me di cuenta de mi mejora y lastimosamente todavía no me deja enfrentarme a Defterevon, según mi padre él puede ser uno de los caballeros más fuertes del imperio gracias a sus prodigiosas habilidades.
-Acamparemos aquí, preparen las tiendas de campaña -mi padre ordena mientras mira por una de las ventanas.
Llevamos tres días de viaje, parece que es un viaje discreto debido a que no nos quedamos en ciudades, sino en el bosque, aunque sigo teniendo muchas comodidades debido a que hay criadas para atenderme a mí y a mi padre.
Bajo del carruaje, que por dentro tiene muchas comodidades y accesorios de lujo, pero si solo ven el exterior solo parece un carruaje discreto.
Algunos guardias estaban bajando las tiendas de las carretas, otros reunían los caballos para llevarlos a descansar, y los demás comenzaban a recorrer el perímetro.
Estaba atardeciendo, el sol aun estaba alto pero debido a que los árboles taparan la luz es mejor prepararse con tiempo, tal vez en una hora ya no habría más luz, por alguna razón acampar en el bosque me ponía feliz, era algo que nunca experimenté.
-Veo que esto le agrada Lady Desine -habla mientras se acerca hacia mí.
-Así es, es algo nuevo para mí, pero supongo que tú ya tienes experiencia estando en el bosque, Von.
-Si, no son buenas experiencias, pero las tengo -dice Defterevon con una sonrisa triste.
-Tal vez esto no es lo tuyo.
-También pensé en eso, intenté escapar un par de veces, pero siempre me encontraban y luego me arrastraban hasta el cuartel.
-Me refería a acampar Sir Defterevon – digo intentando no reírme de su patética anécdota.
- A-ah… em ¿Lo siento?
-Bien, preparen mi ropa de entrenamiento -para salir de la situación incómoda le digo a las criadas que están detrás de mí.
-Si mi Lady -dicen las tres al unísono
Ahora que estamos en el bosque mi padre me entrena cuando paramos para acampar, o sea casi al anochecer, eso hace que mi entrenamiento sea más difícil, pero me ayuda a mejorar mis instintos.
Mi padre usa una espada y un escudo por lo que su estilo de lucha es muy diferente al mío ya que a mí se me da mejor hacerlo con dos cortas, por lo que he empezado a entrenar así, en cambio defterevon lo hace con solo una espada bastarda, aunque me di cuenta que en su espalda baja tiene dos dagas que esconde con su capa.
Las tiendas ya estaban montadas y varias hogueras estaban comenzando a encenderse, había un escuadrón de cuarenta soldados, además vinieron siete criadas, por lo que en total éramos 50 personas aquí.
-Veo que ya estás lista – dice mi padre que volvió luego de dar instrucciones a los soldados.
-Ya estoy lista padre…
- ¿Qué es lo que quieres?
- ¿Fui muy obvia? -digo mientras doy una sonrisa tímida- padre… ya estoy lista para luchar contra defterevon.
-No, aún no estás lista -dice mientras se saca su abrigo y recoge su espada.
-Si me das la oportunidad te lo voy a demostrar, tú mismo has dicho que soy la Athánatos con más talento.
-Tener talento no te hace fuerte, entrenar para explotar ese talento sí.
-Solo por esta vez, sé que puedo hacerlo, si pierdo ya no insistiré más- hago la cara más suplicante y tierna posible.
-*Suspiro* está bien, Defterevon -detrás de mí, el aparece.
-Si – él también se quita su capa negra y blanca que era símbolo del Gran Ducado Athánatos.
-El duelo termina cuando uno se rinda o quede inconsciente – mi padre pone las reglas y se aleja unos pasos para darnos libertad de acción.
-Bien -digo mientras desenvaino mis espadas que estaban decoradas con oro.
Defterevon estaba quieto, me observaba sin desenvainar ninguna de sus armas, sin embargo, pude notar que estaba completamente alerta, parecía que sus ojos lo veían todo.
-Comiencen.
-He de advertirte que no me rendiré, así que si quieres ganar tendrás que noquearme – le digo a defterevon mientras camino a su alrededor, sin embargo, el sigue quieto en su posición.
Ya que no se movía decidí atacar por mi cuenta y en un momento ya me encontraba en su lado izquierdo, justo donde estaba su espada, ya que si intentaba sacarla ahora no le daría el tiempo y no tendría forma de defenderse.
Pero cuando mis golpes estaban por alcanzarlo se aleja y lo esquiva por poco.
Sin darle tiempo a que recupere el equilibrio ataco con mi pie izquierdo a su pie derecho que quedo atrasado para barrerlo, pero cuando nuestros pies se encuentran no pude moverlo en lo más mínimo, en cambio yo fui la que perdió el equilibrio, la diferencia de fuerza era abismal.
Para intentar evadir un posible ataque alzo mis espadas de forma brusca dejando todo mi parte baja sin guardia, sin embargo, no me golpeó, solo me empujó desde abajo el codo izquierdo haciendo que todo mi guardia se desarme y quede totalmente desprotegida.
Pero por alguna razón él no me atacó, así que aprovecho y doy unos pasos hacia atrás para recuperarme. Él se quedó parado mirándome, con una leve sonrisa.
"¿se está burlando?"
Ahora que me había alejado noté que muchos soldados estaban viendo el encuentro.
- ¿Por qué no atacas? – mi voz sonó más enojada de lo que esperaba.
-Porque no puedo atacar a mi Lady, soy un caballero -dice mientras asiente, como si estuviera orgulloso de lo que dijo.
-Eso no importa ahora, esto es un duelo. De igual forma, dile algo -miro a mi padre para que le obligué a luchar.
-Tienes que luchar enserio Sir Defterevon.
-Lo siento Gran Duque, pero yo ya no estoy bajo su mando, solo sigo órdenes de la Señorita Desine – al decir algo tan ofensivo hacía mi padre esperaba que su guardia personal mire de forma hostil a Von, sin embargo, solo había miradas expectantes, tal vez quieran saber que tan fuerte es en realidad.
Mi padre sonríe levemente, luego me mira a mí, esperando para ver que hacía.
-Sir Defterevon, como tu Lady te lo ordeno, lucha seriamente conmigo e intenta dejarme inconsciente.
-Si mi Lady – ahora el desenvaina su espada por primera vez desde que empezamos el duelo.
-Comiencen -dice mi padre nuevamente
Cuando se dio la señal el lanzó su espada a un lado haciendo que pierda la concentración por un momento y cuando reaccioné ya era demasiado tarde, su mano se estaba acercando a mi cara y ya no podía detenerlo, pude ver entre sus dedos que sus ojos cafés cambiaron de color a un rojo pálido. Inesperadamente siento un golpe en mis pies, él me había barrido sin que me diera cuenta, había perdido completamente el equilibrio, y ahora su mano agarró mi cara, en algún momento ya estaba cayendo hacia atrás impulsado por su mano.
Solo había oscuridad debido a que me había tapado la visión, sin embargo, la caída resultó extrañamente lenta, el impacto estaba tardando en llegar, pero me hizo dar cuenta de por qué mi padre no quería que me enfrentase a él. Tal vez pensó que me desanimaría si me enfrentaba a tal diferencia de fuerza.
Pero se equivocó, esto solo me dejaba un objetivo. Ser más fuerte.
Escucho el cantar de las aves y siento el movimiento del carruaje. Sin abrir los ojos disfruto del pacifico momento…
-Ya despertaste.
-Sí padre, ¿Cuánto tiempo he dormido? -digo mientras me siento
-Aproximadamente medio día.
- ¿Cómo supiste que estaba despierta?
-Cambió el ritmo de tu respiración.
-Gran Duque estamos cerca del Fuerte Pyknos -dice un caballero que se asoma por la ventana del carruaje.
-Bien, aquí tengo que hacer unas cosas, acampen afuera del fuerte, no dejen que los vean. -mi padre baja del carruaje y luego se voltea a verme -Desi, ¿vienes conmigo?
-Gracias por la invitación padre, pero me voy a negar, siento una molestia en mi cabeza.
- -suspirar- Por eso no quería que te enfrentes a Defterevon.
Bajé del carruaje después de unos minutos de que mi padre se fue, el dolor que sentía en mi cabeza fue solo una excusa, era un dolor fácil de soportar, la verdadera razón por la cual me quedé era porque quería charlar con Von, quedé fascinada por su velocidad, fue tan rápido que ni siquiera me dio tiempo a reaccionar. Mi padre me había dicho que su maestro era Ezzio Theristís y él es muy fuerte, en la última guerra lucharon codo a codo, aguantando oleadas enteras ellos solos, aunque toda la gloria y reconocimiento recayó sobre mi padre.
- ¿Dónde se encuentra Sir Defterevon? -le pregunto a una de las criadas.
-Su padre lo mandó a explorar el perímetro. -dice mientras desvía la vista, era obvio que mi padre lo castigó por lastimarme a pesar de ser yo misma quien le había pedido tal trato.
-Bien, ¿sabe hacia qué dirección fue?
-No lo sé señorita.
-Usted, ¿sabe hacia qué dirección fue Sir Defterevon? -le pregunto a un guardia que estaba parado al lado de mi carruaje.
-Fue hacia el sureste señorita -dice manteniendo la vista hacia el frente.
-Entendido, guíeme por favor, y no es necesario que me sigan -le digo a las criadas mientras sigo al guardia que empezó a caminar hacia donde debería haber ido Von.
Caminamos entre los árboles unos 10 minutos hasta llegar a un lago, en la orilla pude ver a Von recostado por un árbol, tenía algo que parecía un pasto largo en la boca y sus manos detrás de su cabeza haciendo de almohada, parecía dormido, pero era todo lo contrario, en el momento en que pude verlo era obvio que estaba con su guardia alta.
-Puedes retirarte -el guardia estaba mirando a Von con una clara cara de molestia. Dio una reverencia antes de volver por donde vinimos.
Mientras que ellos hacían guardia, él se iba a dormir en el bosque con mucha tranquilidad.
Agarré una piedra lo suficientemente grande como para no poder cerrar mi mano y se la lancé con mucha fuerza, si le diera en la cabeza a una persona normal podría ser noqueado.
Cuando la piedra lo estaba por golpear esta se cortó en dos y Von desapareció de mi vista, no, no solo de mi vista. Ya ni siquiera podía sentir su presencia, pero a la vez sentía miradas hacia mi desde muchas direcciones, sentía como si me estuviesen casando.
-En realidad (nombre) me entrenó para ser un asesino y no un caballero, incluso he hecho misiones para el Gran Duque antes, aunque solo fueron para probar mi habilidad. -lo escucho hablar detrás de mí, me asustó, pero no demostré, creo. -la sensación de ser observada se desvaneció cuando el habló.
-Tan hablador como siempre Von.
-Estuve mucho tiempo sin poder hablar así que ahora aprovecho para hablar cada vez que pueda, si no lo hago siento que estoy desperdiciando la oportunidad.
-Como sea, ¿por qué estaba entrenando como caballero si es un asesino?
-El Gran Duque quería que de momento yo sea oficialmente su caballero, nadie tiene a su caballero como su propio asesino, es para ocultarme en la vista de todos.
-Ya veo, eso explicaría tu velocidad al atacarme.
-Sí, sin mi velocidad sería un caballero ordinario.
-Por cierto, ¿tienes permitido decirme esto?
-Usted puede saber lo que quiera de mí, al fin y al cabo, sigo siendo su caballero y debo responder a sus preguntas.
- ¿Entonces la velocidad con la que me atacó ayer es lo máximo a lo que te puedes mover?
Von sonríe, como si hubiese dicho algo interesante -No, pero esa velocidad era necesaria para poder derrotarla – entonces mientras yo lo atacaba el había calculado la velocidad con la podría ganar el duelo.
- ¿Qué tan rápido podrías moverte si usas toda tu velocidad? -su limite no debe estar muy lejos de lo que mostró en el duelo.
-Muy rápido. -para una persona que habla mucho dio una respuesta corta, que no responde exactamente mi pregunta.
-Sé más específico -digo, me molestó un poco su corta respuesta.
-Su padre me podría parar, pero usted ni siquiera me habría visto, incluso no se daría cuenta cuando sea derribada.
- ¿Cómo perfeccionó tal velocidad? -la curiosidad que tenía por mi caballero por fin estaba siendo saciada, pero a la vez había mas dudas, ¿qué tipo de entrenamiento tuvo que pasar para poder moverse así?
Me miró de forma curiosa, sin embargo, se quitó su armadura liviana y luego la ropa superior de su cuerpo. -Por favor no me mires con esa cara de asco señorita -dice de una forma muy apenada.
De repente sus ojos se volvieron rojos brillantes y el iris de estos parecían las de un felino fijando a su presa, sentí una intención asesina y di un salto hacia mientras intentaba agarrar mis espadas, pero al bajar mis manos hacia mi cintura no tenía nada. En sus manos estaban mis espadas, en algún momento me las había quitada y no me había dado cuenta. Y al ver eso también pude notar como en su pecho se habían formado algo que parecían runas antiguas.
-Todavía no puedo contralar la intención asesina que largo cuando me pongo en este estado así que no me sirve para hacer misiones en cubierto, pero espero poder perfeccionarlo.
Doy un pasó hacia adelante y me aclaro la garganta, mis manos sudaban, era la primera vez que me asustaba, nunca antes lo había hecho, cuando era niña no le temía a la oscuridad, a los truenos o a los animales grandes, sin embargo, ahora entiendo el sentimiento de sentirse indefenso. Fue una extraña experiencia, ahora que lo sabía y mientras más fuerte me vuelva dudo que pueda sentir esto otra vez.
-Eso fue asombroso -mi voz tembló un poco, me sentí avergonzada porque todavía no me recuperaba del todo. -me podrías enseñar como lo haces, por favor.
Von estaba haciendo una onomatopeya muy graciosa mientras se volvía a vestir, tal vez no esperaba que le pidiese de esa forma, seguro creía que le ordenaría que lo haga. -Por más que quisiera enseñarle a la señorita esto no es algo que se puede aprender, en mi caso es mas bien un don innato.
-Ya veo, es una lástima, tal habilidad me gustaría poseerla. -es un desperdicio no poder tener tal velocidad.
-Aunque su padre podría…
Fue interrumpido cuando algunos guardias llegaron, todos tenían sus espadas desenvainadas y miraban con atención hacía el bosque.
-Lamento interrumpir su platica señorita, pero sentimos una presencia peligrosa y nos apresuramos a venir, además venía a informar que su padre ya está volviendo y tan pronto como él llegue partiremos.
-Está bien, no se preocupe, simplemente estaba recibiendo consejos de Von.
El guardia miró de forma curiosa a Von pero no dijo nada más.