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CAPÍTULO 23 TRAVESÍA EN EL REINO DE FINGORIUS.

Perspectiva: Katherine Berdún.

Vicircam, Viemars 20 de September del 1573.

- Su Santidad, ¡por favor cure a mi hijo! – me suplica una madre de rodillas con su bebé en brazos.

A simple vista, el infante se ve completamente normal, pero observando con más detalle, su estómago tiene una mancha negra bastante grande; cualquiera que lo viera pensaría que es algún tipo de enfermedad relacionada con la piel, o tal vez una marca de nacimiento; sin embargo, el problema de este niño es mucho más grave; concretamente, se le denomina Degradación, un estado que se produce cuando el porcentaje de Corrupción supera el 60%; como resultado, el cuerpo del afectado comienza a transformarse lentamente en un monstruo, una abominación que acabará a cualquiera que se encuentre en su camino. Generalmente, las personas que padecen esta condición son ejecutadas rápidamente, debido al peligro que representan y porque no existe una cura, o más bien, hacerlo implicaría matarlo, pues disipar la corrupción en un paciente tan corroído, produciría una falla masiva en sus órganos vitales, sin mencionar el terrible dolor que sufriría; no obstante, gracias a mis dones y equipamiento, es posible curarlo sin ninguna dificultad; unos lo llamarían milagro, pero yo diría que más bien es producto del esfuerzo, estudio, dedicación, y sobre todo, poder.

- La Diosa Fenicia es benevolente y magnánima; – hablo con grandilocuencia – como su emisaria, será concedido tu pedido… – pongo mis manos sobre el vientre del bebé – [Arte Oculta: Restauración].

Al bajo costo de 200.000 Unidades Mágicas, este hechizo puede suprimir enfermedades, infecciones, y en general, cualquier afección física que una persona pueda tener; así mismo, tiene la capacidad de eliminar la corrupción tanto en seres vivos como en objetos. Sin embargo, no es suficiente para curar una herida y produce un dolor considerable al objetivo; en consecuencia, es necesario utilizar el Arte Oculta [Reconstitución], con esto, quedará limpio de cualquier impureza y podrá recuperarse completamente. El proceso tarda varios minutos, durante los cuales, utilizo Multi Elemental para absorber gran parte de la corrupción, mientras que la sinergia de los hechizos y mi don de la Curación, hacen que el dolor sea más llevadero mientras lo regreso a la normalidad sin comprometer la vida del niño.

- ¡Mi hijo! ¡mi niño fue salvado! ¡gracias su Santidad! – la madre habla exaltada mientras lagrimas caen de sus mejillas.

- Hermanos y hermanas, – me dirijo a la muchedumbre – el día de hoy he venido para decirles que no están solos, la Diosa Fenicia siempre escucha sus plegarias, nos observa desde el paraíso y nos otorga sus bendiciones constantemente. No deben agradecerme, pues solo estoy obrando por la gracia de la Diosa; en su lugar, recen por aquellos que se encuentran pasando por situaciones similares, para que su Espíritu Divino interceda por nosotros; no pierdan la fe, crean en la Diosa, pues ella cree en ustedes.

- ¡Viva la Diosa Fenicia! – gritan todos los lugareños.

En esta ocasión me encuentro en la plaza principal de Vicircam, un pueblo fronterizo perteneciente al Reino de Fingorius, una nación bastante próspera por sus campos fértiles y extensas llanuras. Durante los últimos 2 años, he viajado a toda clase de ciudades, pueblos y villas para realizar "milagros" mientras hablo con pompa sobre la Diosa Fenicia. Los primeros días, curo a los creyentes más graves para aumentar mi fama y ganarme el cariño de los pobladores; de igual manera, esto consolida el poder de la iglesia y evita que los nobles, burgueses y otros individuos puedan aprovecharse de la situación; así mismo, los residentes de este pueblo se sentirán enormemente agradecidos, y comenzarán a depender de mí para ayudarlos con todas sus tribulaciones, incrementando aún más mi popularidad. Seguramente, me convertiré en una autoridad importante en solo unos días, sin mencionar que mi posición de Santa es equivalente al título de marquesa.

Me pasé los próximos días curando a todos los enfermos que pude, fue un trabajo agotador; todavía sigo pensando que hacer esto es una molestia, pero no tengo otra opción, esta es la única forma de cumplir mis objetivos; además, debo admitir que es sumamente satisfactorio que la gente me adore y obedezca ciegamente a mis órdenes; luego está eso de las expectativas y responsabilidades que tengo a cuestas, en un principio tenía incertidumbre y pensaba que no podría con ellas, sin embargo, con el pasar del tiempo he dejado a un lado esas preocupaciones, ahora soy capaz de sobrellevar y cumplir con todo lo que implica ser una Santa.

◇◇◇

Vicircam, Lunae 30 de September del 1573.

Actualmente, estoy viviendo en la mansión del Marqués Leartes, el noble dueño de estas tierras, un hombre bastante amable e inteligente, conoce muy bien su lugar y no trata de pasarse de astuto; en general, es muy atento y servil conmigo y todos mis acompañantes, entiende muy bien que puedo aplastarlo en cualquier momento, y por eso no se atreve ni a toser en mi presencia. De acuerdo a mi posición, este noble me ha proporcionado una habitación muy amplia y lujosa, tengo varias sirvientas a mi disposición, y proporciona los alimentos así como los servicios que hagan falta, sin duda, esta es la vida que una persona de mi calibre se merece; por supuesto, estos beneficios no son desinteresados, en algún momento, me pedirá que haga algo por él; los nobles casi siempre piden que cure a un familiar, bendiga a sus hijos, o en su defecto, que hable muy bien de su casa ante los fieles, puras banalidades, supersticiones y estrategias políticas rebuscadas. En un principio pensaba quedarme en el mejor hotel de este pueblo, pero resulta que ninguno es lo suficientemente bueno para que una Santa y una Apóstol pasen la noche; en consecuencia, no he tenido otra alternativa más que aceptar la "amabilidad" del Marqués, en verdad, es una lástima, es agotador tratar con estos políticos y sus interminables protocolos.

- Su Santidad Katherine, – el Marqués Leartes me saluda con amabilidad – es todo un honor recibirla en mis aposentos, por favor, tome asiento.

Esta noche estoy visitando el estudio de Leartes para informarle sobre mi partida; observando con detenimiento, es muy espacioso, tiene estantes llenos de innumerables libros, decorado con pinturas de bellos paisajes, en el techo hay un candelabro que ilumina el lugar produciendo varias luces mágicas; mientras observo los alrededores, me siento en un cómodo sofá que se encuentra en el centro de esta oficina, por su parte, el Marqués se levanta de su escritorio y se sienta en otro sofá que está justo frente a mí.

- Buenas noches señor Leartes, he venido para agradecerle por su hospitalidad, y manifestarle que me voy a marchar en los próximos días, mi papel en este pueblo ya está hecho. – hablo con elegancia.

- Es una lástima que su santidad se tenga que ir tan pronto, su presencia es un faro de esperanza para todos nosotros. – responde cortésmente.

- Para mi es todo un honor que me confíen su fe y esperanza, pero hay muchos habitantes de este Reino que esperan mi llegada, usted debe entender. – sonrío con elegancia.

- Por supuesto, su Santidad tiene un gran deber con todos sus fieles, entonces, – habla con amabilidad – me gustaría que realizara una ceremonia para que bendiga a los habitantes del pueblo Vicircam, estoy seguro que se sentirán muy satisfechos y su santidad podrá viajar con tranquilidad.

- Como la Santa de la Curación será todo un placer. – respondo con modestia.

- Estoy muy agradecido por su benevolencia, el pueblo se pondrá muy animado al escuchar esta noticia. – sonríe con satisfacción.

- Seguramente… – hago una pausa para cambiar el tema – pues bien, voy a retirarme a mi habitación, espero que pase una buena noche señor Leartes.

- Igualmente, su Santidad. – se despide con una sonrisa amable.

¡uff! Tratar con estos nobles es un dolor de cabeza, en fin, debo prepararme para realizar esa ceremonia y marcharme cuanto antes, ya estoy harta de vivir en este pueblo, quiero llegar a la Capital Real y concluir rápidamente mi visita en este país.

Entro en mi habitación y me acuesto en la cama pensando en lo aburrido que será de aquí en adelante; en estos momentos, es cuando necesito reponer mis fuerzas, así que saco de mi [Almacenamiento] el conejo de peluche de Agis, ¡ha! Tenerlo en mis manos me recuerda porque estoy haciendo todo esto e inmediatamente se esfuma mi desánimo. Debo ser más positiva, este viaje se acabará pronto, el Reino de Fingorius es la última nación que visitare, a partir de entonces, podre establecerme en la ciudad Mirusmari y enfocar mis esfuerzos en cosas menos molestas.

Poco tiempo después, alguien toca la puerta y entra, es Marselia y lleva varias carpetas, seguramente ha venido con información importante.

- Buenas noches. – le saludo con normalidad.

- Buenas noches, – me saluda y sonríe – he traído los informes finales sobre este pueblo.

La elfa se acerca y me entrega una carpeta llena de escritos, tablas, diagramas e imágenes; pasando las páginas y revisando con poco interés, me puedo dar cuenta de que Vicircam y sus poblaciones aledañas son estables en todos los aspectos, nada parece estar fuera de lugar, no obstante, es mejor preguntarle a Marselia.

- Todo parece en orden, ¿segura que no hay indicios de Extranjeros o monstruos poderosos? – le pregunto con duda.

- No hay Extranjeros en estas tierras, – me responde con seguridad – de lo contrario ya los habríamos descubierto; en cuanto a los monstruos, parece que no ha habido nada que valga la pena mencionar.

Encontrar Extranjeros, acabar con monstruos de alto rango, curar a los enfermos y heridos, ganarme el reconocimiento de las masas y profesar la palabra de la Diosa Fenicia, son mis objetivos a cumplir en este viaje. Ahora solo faltan por finalizar los primeros dos, es por esto que realizamos una búsqueda exhaustiva de estos individuos en cada lugar que visitamos. Acabar con monstruos poderosos es muy sencillo, Marselia y yo terminamos con ellos sin muchas complicaciones, lo difícil es localizar Extranjeros, sobre todo si son miembros de nuestra propia raza, agregando que son extremadamente astutos e inteligentes; hasta el momento, solo logramos capturar 1 y hemos asesinado a 2, fue gracias a eso que Marselia se convirtió en la Octava Apóstol. Los Extranjeros son más valiosos vivos que muertos, ya que es posible obtener información sobre el mundo de donde vienen, de sus costumbres, tecnología e incluso conocer la ubicación de otros; pasará un buen tiempo para hallar más de esa escoria, ya estoy deseando que aparezcan, son dignos oponentes y me encanta ver sus rostros de desesperación al darse cuenta de que no pueden matarme.

- Entiendo, es un poco extraño que no se reporten avistamientos de monstruos poderosos, debemos permanecer alertas. – hablo con desconfianza.

- Sí, es muy extraño, sobre todo cuando hay un alto número de aventureros que se han declarado muertos y desaparecidos; por eso me gustaría visitar el bosque Ardus, que se encuentra de camino a la ciudad Viridagri.

- De acuerdo, ojalá encontremos algún enemigo, quiero descargar toda mi frustración en esos monstruos. – hablo con franqueza.

- No creo que sea necesario, aquí tengo algo que alegrará su noche.

Marselia me entrega otra carpeta, esta vez es un informe completo sobre las actividades de Agis, ¡por fin! Estaba esperando esto con impaciencia. Tan pronto me convertí en la Santa de la Curación y me fue permitido recibir visitas, estaba ansiosa de ver a Agis, pero él nunca vino; comencé a pensar que tal vez ya no estaba interesado en mí, que me había olvidado, y un montón de ideas locas; como resultado, me puse muy triste y me dolía el corazón. Ya que perdimos contacto hace años, y no soportaba la incertidumbre, me vi obligada a solicitarle al Gremio de Aventureros que me envíe reportes mensuales detallados sobre él.

Observando los documentos e imágenes puedo notar que ahora tiene una nueva compañera, una Gelum bastante bella con buen cuerpo, de ojos violetas y cabello largo de color azul cobalto; ¡oh no! ya están casados oficialmente, ¡esto es malo! Se supone que yo debo ser la primera esposa, cuando me encuentre con Agis, tendré que ajustar cuentas con esa mujer. Parece que actualmente viven en la ciudad Novadiulco y se ha convertido en un aventurero muy fuerte y respetado, ¡Ah! Como se esperaba de mi amado, estoy segura de que pronto será ascendido al rango S; reflexionando sobre ello, es normal que Agis aún no me haya visitado, debe tener poco dinero e ir a la capital imperial es costoso, sin mencionar que vivir en semejante ciudad es muy difícil; ¡Ya veo! Seguramente se ha tardado tanto porque quiere conseguir los fondos suficientes, y ahora que recuerdo, yo le dije que me convertiría en la mejor sacerdotisa, y él me respondió que también sería el mejor aventurero; ¡con que era eso! Que tonta fui al pensar que se había olvidado de mí, o que no cumpliría su promesa, solo debo esperar un poco más, además, he viajado por todo el continente, sería complicado volver a vernos.

- Katherine, me preocupa que la mujer al lado de tu futuro marido, es increíblemente parecida a la Princesa de Hielo, sin mencionar que es sumamente bella. – se muestra insegura.

Cara Leonora Helladius, también conocida como la Princesa de Hielo, llamada de esa forma por su temperamento inflexible y lo espeluznante que puede llegar a ser; se dice que una vez ejecutó a un Extranjero con sus propias manos desmembrándolo parte por parte, adicionalmente, todos los nobles del Imperio Ferruarum le temen por sus métodos violentos para hacer cumplir la Ley y su crueldad cuando aplica castigos. Es preocupante el detalle de que tengan el mismo nombre y que se vean idénticas, pero no creo que eso sea posible, recientemente la Princesa fue vista en una reunión con la Emperatriz; lo más seguro es que esa mujer debe estar utilizando algún hechizo o habilidad para verse más bella, y probablemente tomó como base la apariencia de la Princesa, después de todo, las Gelum no son muy creativas a la hora de usar ilusiones o transformaciones. En lo que respecta a su nombre, tal vez sus padres tuvieron el mal gusto de ponérselo, o simplemente, se cambió el nombre apropósito, en fin, lo que importa es que no son la misma persona, al fin y al cabo, sus apellidos son diferentes.

- No te preocupes Marselia, – hablo con seguridad – estoy segura de que esto es una coincidencia, Agis es muy apuesto y talentoso, pero no es posible que esa sea la Princesa, en el informe dice que era una esclava, es difícil creer que esa aterradora mujer se rebaje a tal grado; además, por ley debe casarse con una humana, y esa voy a ser yo; ahora que soy una Santa, puedo presionar a esa Gelum para ser la primera esposa.

También está el hecho de que me he esforzado en convertirme en una mujer bella, sensual y provocativa, ya no soy esa chica fea y poco a tractiva de aquel entonces. Mi rostro expresa elegancia y encanto, esto se debe a mis ojos de color esmeralda que son poco comunes entre los humanos y me hacen rebosar de extravagancia. Mis cejas arqueadas y delgadas acentúan mis rasgos de una joven delicada y cuidadosa. Mi cabello liso, de color plateado, brillante y largo hasta mi cintura, aumenta mi belleza; la verdad, ese color no es de mi agrado ya que estoy obligada a usarlo, todavía pienso que mi tono natural (rosa pastel), es mucho más hermoso. Mi nariz delgada, recta y de tamaño mediano contrasta perfectamente con mi cara en forma de corazón. Mis labios rosados, gruesos y de tamaño regular, expresan perfectamente mi sensualidad. Mi cuerpo se ha desarrollado considerablemente, ahora tengo un busto grande de copa D, con lo cual estoy en el grupo de las ganadoras y seguramente por encima de esa hibrida. Mi trasero también se encuentra sobre el promedio; desgraciadamente, mi habito blanco lo cubre completamente, por lo que a simple vista es difícil de percibir. Mis piernas esbeltas y estilizadas me dan un aire de dama refinada. Finalmente, mi piel blanca y cintura bien definida, me hacen ver como una noble de la más alta alcurnia. Con esta apariencia seguramente Agis caerá rendido a mis pies.

- Tienes razón, – aprueba mi opinión – las Gelum se parecen bastante unas a otras; además, Novadiulco está relativamente cerca de la capital, – cambia el tema – solo debe pasar por la ciudad Leocadio para llegar, debemos terminar rápidamente nuestro trabajo en este país.

Es cierto, ese es el camino más utilizado a la hora de viajar a la capital, seguramente, Agis espera convertirse en rango S durante su trayecto a Mirusmari, pero se necesitan muchos méritos para llegar a tal rango; lo más probable, es que se quedará un tiempo en cada ciudad hasta conseguir ese objetivo.

- La ruta de la que hablas es plausible, – hablo en tono serio – pero creo que se tardará un poco más de tiempo; de todos modos, ¡estoy motivada! – muestro una sonrisa – y gracias por esto Marselia, eres una gran amiga y compañera.

- No hay de que, como mi superior y mi única amiga, esto no es nada. – sonríe con tranquilidad.

Contra todo pronóstico, Marselia y yo nos hicimos buenas amigas; si dejo a un lado su fanatismo insano por la Diosa Fenicia, esta elfa es una persona muy confiable y agradable, además, llevamos juntas más de 2 años, es imposible que no desarrollemos alguna clase de compañerismo durante todo ese tiempo. Probablemente esto implique que yo también estoy un poco loca; sin embargo, después de las cosas que he vivido, he comenzado a creer que cada uno enloquece de cierta forma. Por otra parte, Marselia es la única con la que puedo hablar honestamente, entiende mis pensamientos e incluso me apoya; sin duda, es bueno tener a alguien con quien desahogarse y expresarle tus preocupaciones. No obstante, pienso que nuestra amistad es superficial y engañosa, pues he notado en varias ocasiones que Marselia me ve como el objeto de su adoración, en lugar de su camarada; para ella, nuestra relación es más o menos un deber o tal vez alguna especie de honor, agregando que se guarda muchas opiniones y no se muestra como es en realidad; es un poco triste, aunque supongo que esto es lo máximo a lo que puedo aspirar; por eso trato de no involucrarme emocionalmente, es mi amiga, pero eso no significa que esté apegada a Marselia ni nada parecido, la valoro como una importante y confiable compañera, nada más. Si un día tuviera que elegir entre su vida y la mía, sin dudarlo, optaría por mi supervivencia, por el único que estoy dispuesta a sacrificarme es por Agis.

◇◇◇

Vía Principal a Ortumagna, Jublios 07 de November del 1573.

Sentada en mi carruaje y acompañada por Marselia, me dirijo con mi séquito a la capital real, la ciudad Ortumagna; después de tanto tiempo, mi viaje por fin está llegando a su conclusión, solo debo llegar rápidamente a esa metrópoli, curar a unos cuantos enfermos, matar monstruos debiluchos y, si tengo suerte, tal vez encuentre algún Extranjero para hacerlo sufrir un poco; es entonces cuando podré regresar a Mirusmari, luego voy a realizar todos los preparativos para la visita de Agis, literalmente, todo está marchando sobre ruedas.

Estamos tardando más de lo esperado, esto se debe a que fuimos al bosque Ardus y visitamos la ciudad Viridagri, pero fue una pérdida de tiempo, no encontramos nada, no había Extranjeros y los monstruos que enfrentamos eran tan débiles que ni siquiera valía la pena que moviera un dedo, por eso, le ordené a la Orden de Caballeros de la Luna Creciente que los exterminara. Luchar contra individuos poderosos es muy complicado, más aún si no cuentas con ayuda, es por esto que mi Mentora me dio el control completo de una compañía de 250 Caballeros de la Luna Creciente, el orgullo de la iglesia, soldados muy fuertes y altamente entrenados para todo tipo de situaciones.

La Orden de Caballeros de la Luna Creciente, se creó durante la Séptima incursión de los monstruos, en el lejano año 861; muchas personas, motivados por una fe incuestionable y la necesidad de proteger a los miembros más importantes del clero, decidieron convertirse en una fuerza al servicio exclusivo de la Iglesia de la Diosa de la Luna; posteriormente, las otras iglesias también crearon sus propias fuerzas militares privadas. Como era de esperarse, los nobles, burgueses, y por supuesto, los mismos gobernantes de cada nación, se opusieron rotundamente a esta iniciativa; pero una vez más, el poder de las masas venció sobre los políticos y adinerados; a partir de entonces, se originó la llamada facción de la iglesia, integrada por las 7 organizaciones religiosas que rinden culto a los Dioses, y cada una de las órdenes caballerescas; al final, estas órdenes se anexaron al Ejército de la Alianza como una división especial denominada Frente de Apoyo. El poder militar de la iglesia, en términos de números, no es rival para los grandes ejércitos de un país, no obstante, cada hombre y mujer que sirve como soldado en el Frente de Apoyo, individualmente, es más fuerte que un guerrero regular. Actualmente esta fuerza militar solo se moviliza como escolta para los miembros destacados de la iglesia, como Santos, Apóstoles, la Líder, los Cardenales y los Patriarcas; para exterminar grupos de Extranjeros, lidiar con monstruos rango E, cuando la División de Fuerzas de Elite no puede hacerlo, y cada vez que se abre la Puerta de la Fatalidad, para luchar en la gran guerra contra los monstruos.

Esta vía a la capital real es muy concurrida, es aún peor cuando nuestra marcha es tan lenta a causa del gran número de soldados, y a la formación que están empleando. Abro la ventana del carruaje para ver qué está pasando afuera y preguntarle a un caballero porque tanta demora.

- Su Santidad, parece que más adelante han chocado dos carretas, – me responde con nervios – pero no se preocupe, pronto nos permitirán continuar.

- Ya veo… – respondo con desinterés.

De repente, siento un escalofrió recorriendo mi espalda, ¡esto es malo! Alguien está lanzando un hechizo de alto nivel contra mí; respondo rápidamente y activo el Arte Oculta [Luz Sagrada]; inmediatamente, se forma una cúpula que protege a todos los que están a 10 metros a mí alrededor. El hechizo enemigo choca contra la barrera produciendo un gran estruendo, los presentes se asustan mientras que los caballeros se preparan para el combate; Marselia y yo salimos del carruaje para ver con nuestros ojos cual es la situación.

- Katherine, ¿de dónde vino el ataque? – Marselia me pregunta con rostro serio.

- Del frente, – señalo con mi mano – debemos prepararnos para luchar, ese tipo debe ser fuerte. – hablo un poco emocionada.

- [Arte Especial: Eco]… – Marselia activa un hechizo – ¡cálmense todos! Nosotros, su Santidad Katherine Berdún, los Caballeros de la Luna Creciente, y yo, la Octava Apóstol Marselia Brau, nos encargaremos de la amenaza…

Mientras Marselia tranquiliza a los civiles y le da órdenes a los caballeros, activo el Arte Especial [Equipamiento], con esto estoy preparada para luchar; el hechizo que me lanzaron es una imitación del Arte Oculta [Ataque Letal], el cual genera un fuego negro que calcina al objetivo sin dejar rastro, si te toca un poco, morirás rápidamente; no obstante, al ser una imitación, su poder y efectividad se ven considerablemente disminuidos, pues no fue capaz de penetrar mi [Luz Sagrada], sin mencionar que el hechizo original se produce justo debajo de los pies del objetivo, no en el cielo; aun así, muy pocos son capaces de utilizar semejante hechizo desde una distancia tan lejana y con tanta precisión.

Normalmente, visto un habito blanco y porto mi Báculo Sagrado, un Artefacto Mágico que potencia la magia curativa, disminuye el uso de Unidades Mágicas y aumenta la eficacia de cada hechizo, además, me permite sentir y conocer la dirección de Artes Ocultas que sean lanzadas en un área de 100 kilómetros; gracias a este efecto pude protegerme a tiempo de ese ataque. Ahora estoy vistiendo un conjunto de color negro que consta de camisa manga larga y pantalones que me permiten libertad de movimiento; también utilizo guanteletes, botas y casco fabricados en Gravitium, un metal sumamente raro y costoso, pues permite manipular la gravedad y es posible adjuntarle muchos más encantamientos de lo normal; en consecuencia, los objetos que tengo tienen efectos como: [Fuerza Por 10], [Aceleración], [Escudo de Energía], [Percepción], [Fortaleza], [Purificación], [Reflexión], que me permite devolver los ataques mágicos, [Repulsión], con el cual puedo alejar determinado objeto de mí, y [Atracción] que, como su nombre indica, puedo atraer cualquier cosa en mi dirección. En mi mano derecha tengo mi arma favorita, la Maza de Armas, fabricada en Diamamentun, el metal más fuerte y resistente de Alfa, el cual posee la cualidad de ser un aislante mágico, por lo que puedo repeler toda clase de ataques mágicos con mucha facilidad; adicionalmente, se le pueden aplicar efectos de Artes Ocultas y Especiales de refuerzo y aumento, así como habilidades ofensivas tales como Golpe de Onda, Dominio del Arma, y muchas otras. Este metal tiene los defectos de ser muy pesado y que es imposible agregarle encantamientos o Círculos Mágicos; de todos modos, será muy difícil que alguien pueda vencerme con este equipo.

Marselia también se prepara para luchar activando el hechizo [Equipamiento]; en un instante, se materializa una armadura de placas en todo su cuerpo, y en su mano izquierda aparece un Martillo de Armas; su equipo está fabricado en Diamamentun, con lo cual, es casi inmune a la magia, además, la posibilidad de lastimarla con ataques físicos es muy baja. Marselia es una Guerrera con la Subclase de Tanque, puede combatir contra enemigos poderosos y resistir todo tipo de golpes; cuando se trata de una batalla, esta elfa se convierte en un compañero muy confiable; aunque no es muy hábil en la magia, yo me encargo de cubrir esa debilidad, así que juntas nos volvemos imparables.

Minutos después, mi hechizo protector comienza a desaparecer, señal de que es nuestro turno para entrar en acción. Los Caballeros de la Luna Creciente que no estaban en el rango de [Luz Sagrada], están luchando contra numerosos monstruos, no hay duda, nuestro enemigo debe ser un monstruo de alto rango, solo esos engendros pueden comandar tantos subordinados. Nos abrimos paso por la carretera eliminando a todas las abominaciones que se interponen en nuestro camino, a su vez, protegemos a los civiles y los reunimos aun lado de la carretera para no dispersar nuestras fuerzas. Al cabo de un tiempo, hemos logrado salvar a la mayoría, pero hay demasiados enemigos, muchas personas y caballeros fueron asesinados.

- ¡Katherine! – grita Marselia mientras acaba con un monstruo – activa la Luz de los Dioses.

- Muy bien… – levanto mi mano izquierda y activo un hechizo – [Arte Oculta: Luz Divina]

De mi palma, se produce un rayo de luz dorada que calcina a todos los monstruos con los que tiene contacto; para matar a la mayor cantidad de enemigos posibles, muevo mi mano por toda la zona; con un costo de 1 millón de Unidades Mágicas, alcance ilimitado, una duración de 10 minutos, posee la capacidad de atravesar todo tipo de defensas físicas o mágicas, y con la particularidad de ser el único hechizo que produce daño mortal exclusivamente a los monstruos. Este Arte Oculta de atributo Luz, es considerado por las masas como la "Luz de los Dioses", ya que si se lanza sobre personas u objetos, les traspasa como si fueran niebla y sienten una extraña calidez en todo su cuerpo, en consecuencia, muchos afirman que fueron tocados por los Dioses; debo admitir que yo también pensaría lo mismo si fuera una ignorante en la magia, pero la razón detrás de esa sensación tiene una explicación muy sencilla: se debe a que este hechizo incinera la corrupción dejando intacto todo lo demás, y como las personas usualmente tienen bajos porcentajes de corrupción en su cuerpo, es completamente normal que no les cause daño y tengan la sensación de que algo les está tocando por todos lados.

- ¡Viva la Santa de la Curación! – la gente celebra al ver que todos los monstruos fueron exterminados.

- ¡Protejan a los civiles, esto aún no acaba! – grito una orden a los caballeros.

- ¡Si, su Santidad! – los caballeros responden al unísono.

A primera vista, no hay ningún enemigo en las inmediaciones, sin embargo, es mejor permanecer alertas; aunque usé uno de mis hechizos más poderosos, acabar con todos esos monstruos con tanta facilidad me hace dudar; además, no he visto al monstruo que me lanzó ese ataque.

- Katherine, ya eliminamos a todos los monstruos, – Marselia cuestiona mi orden – considero que deberíamos curar a los…

- [Arte Especial: Refracción] – activo un hechizo al sentir un ataque.

Gracias al hechizo, el proyectil que se lanzó contra mí, sale desviado y choca contra el suelo a varios metros de distancia; mirándolo de reojo, es una punta muy similar al Arte Especial [Aguja de Hierro]. En ese momento, se revela un monstruo de piel negra, ojos rojos, dos cuernos enroscados en su cabeza, orejas puntiagudas, de su boca sobre salen sus colmillos inferiores, con más de dos metros de altura y un rostro deforme, es una criatura temible de rango A, denominada como Trasgo por los soldados y aventureros.

- ¡Jum! Humana astuta, no en vano eres la Santa de la Curación. – el monstruo habla con una voz ronca y distorsionada.

- ¡Un Trasgo! – gritan los civiles con miedo.

Esta es la primera vez que veo a un Trasgo tan calmado e inteligente; generalmente, son erráticos y rabiosos, sin mencionar que estaba oculto con magia de invisibilidad. Claramente este monstruo es mucho más fuerte que el promedio, si lo atacamos sin cuidado, podríamos ser derrotadas; además, parece tener la intención de decir algo, ese ataque solo fue una advertencia.

- Humana, – me señala – si te rindes y vienes conmigo, te aseguro que dejare vivir a estos bichos. – me amenaza.

- No. – respondo secamente.

- ¿En serio? No te importan sus vidas, mi maestro me dijo que los humanos valoran mucho a sus compañeros, ¿me estoy equivocando? – habla con sorpresa.

- ¿Quién es tu maestro? – le pregunto inquisitivamente.

Si tiene un maestro, significa que existe una entidad aún más fuerte que controla este Trasgo, seguramente debe ser un monstruo de rango S. Mi mentora me dijo que en estas situaciones lo mejor es tratar de obtener la mayor cantidad de información; intentare seguirle el juego a ver si menciona algo relevante antes de que lo mate.

- Mi maestro es un ser generoso y sabio que ha reconocido tu poder, por eso, en lugar de matarte, te considera digna de ser su sirviente; a cambio, obtendrás un poder inimaginable. – responde con orgullo.

Ya veo, este monstruo quiere capturarme para transformarme en uno de ellos, y ahora recurre a la persuasión; solo un demente aceptaría esa propuesta.

- Eso debería decírmelo él mismo, ¿no crees? Si me dices donde está, podría ir a visitarlo y charlar sobre eso. – hablo con burla.

- ¿oh? Pero si se encuentra aquí mismo, ¿acaso no lo estás viendo?

En ese momento, recibo un ataque desde mi derecha, sin tiempo para activar un hechizo, interpongo mis brazos y activo el encantamiento [Escudo de Energía] y [Repulsión] para protegerme, sin embargo, perfora mi defensa y ruedo por el suelo varios metros; sintiendo un agudo dolor, reviso mi cuerpo, veo que tengo clavado en mi estómago una punta gruesa; de nuevo me lanzaron [Aguja de Hierro], pero esta vez era mucho más potente y rápida. Me pongo de pie y sin vacilación me extraigo el proyectil, el dolor se intensifica, aun así, mi don de la curación hace su trabajo y la herida desaparece sin dejar rastro.

- Humana, que grandiosa habilidad tienes, – habla otro monstruo – sin mencionar que deberías estar muerta en este momento, jajajajajaja. – ríe con malicia.

Abro los ojos de asombro al ver a mi atacante, ¡es un monstruo de rango S! Al mismo tiempo, los presentes se quedan en completo silencio; el terror y la presión que ejerce este monstruo es extraordinaria, puedo notar que algunos están temblando y, literalmente, se orinaron en los pantalones; por mi parte, no estoy tan aterrada, he sufrido demasiado como para tenerle miedo a una criatura tan arrogante.

- ….

Guardo silencio y observo al nuevo enemigo con detenimiento: de aspecto humanoide, piel y pelaje de color negro, ojos rojos, grandes cuernos saliendo de sus cienes, posee dientes largos y puntiagudos como la boca de un lobo, portando una tosca armadura metálica con una espada en su cintura, con cola y orejas semejantes a las de un gato; no hay duda, es un Feles, un monstruo sumamente rápido, preciso y astuto; fue este ser el que me lanzó aquel hechizo, no debo subestimarlo.

- ¿No vas a decir nada? – el Feles me pregunta con inquietud.

- No hay nada que decir. – respondo con seguridad.

- ¿En serio? – habla con mofa – si vienes conmigo sin resistencia, nadie más va a morir; o podemos hacerlo a las malas, entonces tendría que ensuciarme las manos y tú sufrirías mucho; así que responde, ¿lo hacemos por las buenas o por las malas? – me pregunta en tono serio.

Antes de que pudiera responder, Marselia ataca al Feles con su martillo, pero el monstruo lo esquiva sin esfuerzo; cuando el arma de la elfa toca el suelo, se produce un temblor y deja un cráter en el lugar; en ese momento, la criatura golpea a Marselia en el pecho y es despedida varios metros.

- Haa… – el Feles suspira – si quieren sufrir, no tengo ningún inconveniente.

El monstro levanta su mano en dirección a los civiles, seguramente realizará una poderosa magia para matarlos a todos. Honestamente, no me importa si esas personas viven o mueren, sin embargo, mi posición como Santa y mi orgullo como guerrera caerían en picada, simplemente, no puedo permitirlo; en consecuencia, rápidamente activo mi [Almacenamiento], saco una pequeña esfera de cristal dorado, y la lanzo sobre los caballeros y civiles; al instante, se produce una barrera de forma cubica de color blanco lechoso. El hechizo del monstruo es repelido, con esto, ya no habrá estorbos y no tendré que preocuparme por esos inútiles.

- Humana, tienes buenos trucos bajo la manga. – me habla el Trasgo con desprecio.

Lo que acabo de utilizar se llama Barrera Portátil, una Piedra de Hechizo muy rara con la capacidad de generar el Arte Oculta [Barrera Protectora], con lo cual, las personas estarán seguras durante 1 hora; desgraciadamente, solo se puede usar una vez, y era la única que tenía, debo acabar con estos engendros cuanto antes.

- Que humana tan estúpida, – el Feles se burla – encerraste a tus propias fuerzas dentro de la barrera, ahora nadie podrá ayudarte, este es tu fin. – sonríe con maldad.

- Marselia y yo somos más que suficiente para acabar con ustedes. – hablo con seguridad.

- Esa arrogancia será tu perdición. – el monstruo me habla con fastidio.

- ¡Marselia! Encárgate del Trasgo, yo voy con el Feles. – hablo en voz alta.

- ¡Sí! – la elfa me responde con firmeza.

- Monstruo, – señalo al Feles – te enseñare lo que es temerle a la Diosa.

Justo en ese momento, el monstruo se acerca en mi dirección con gran velocidad, por mi parte, cargo con un grito de guerra. Gracias a la habilidad Retribución, mi fuerza, velocidad, resistencia y sentidos aumentaron significativamente; entre más me lastimen, me volveré más fuerte. El Feles lanza un puño directo a mi rostro, el cual esquivo sin problemas y contraataco con mi Maza, pero se aleja varios metros; aprovechando la oportunidad, utilizo hechizos de refuerzo como [Visión Cinética], [Baluarte], un Arte Oculta que vendría a ser la versión superior de [Fortaleza], y [Precipitación], que incrementa el daño de mis ataques, y evita que me fatigue durante la batalla. En esta pelea debo dar todo lo que tengo, aunque es cierto que no puedo morir, eso no implica que sea invencible, si me quedo sin Unidades Mágicas y abuso demasiado de mis dones, sin duda voy a perder.

El Feles no pierde tiempo y realiza un hechizo, pero antes de que pueda manifestar su poder, utilizo el Arte Oculta [Omisión] para evitar su ataque; el monstruo se muestra sorprendido al ver que su magia no surte efecto; tomando esa oportunidad, me apresuro en su dirección para aplastarlo con mi maza; sin embargo, el engendro desenvaina su espada y se prepara para luchar. Los movimientos del Feles son rápidos y precisos, es muy difícil eludir sus ataques, y asestar un golpe es aún más complicado. Al cabo de unos minutos, ha logrado propinarme varias heridas y golpes, en cambio, yo no he podido asestar ni un solo ataque; debo admitirlo, este monstruo es más diestro que yo en el uso de armas y en la lucha cuerpo a cuerpo.

- [Arte Oculta: Difracción]

Mientras intercambiamos ataques con nuestras armas, activo otro de mis hechizos más fuertes, el cual tiene la capacidad de producir una honda de choque tan poderosa que parte a la mitad todo lo que se interpone en su camino. Entendiendo la letalidad del hechizo, el monstruo centra sus esfuerzos en esquivarlo a toda costa; de nuevo, aprovechando esa brecha, lo golpeo con mi maza en su cabeza, como consecuencia, el Feles rueda varios metros. Los civiles y caballeros que observan la pelea desde la seguridad de la barrera, me alientan con ovaciones; no voy a negarlo, sus gritos me llenan de valor; no obstante, mi golpe no le causó gran daño al Feles, ni siquiera hay sangre en mi maza. Completamente aturdido, el monstruo intenta levantarse con dificultad, notando eso, reduzco la distancia rápidamente y balanceo mi arma con todas mis fuerzas sobre su espalda, pero mi ataque es rechazado por una especie de barrera invisible, como resultado, pierdo mi postura y toda posibilidad de defenderme; el Feles se recupera y me apuñala en el pecho, ¡Mierda! ¡Eso duele! Sin preocuparme por la herida mortal, contraataco con mi arma una vez más, sin embargo, se aleja varios metros y mi sufrimiento se incrementa cuando extrae su espada de mi pecho con violencia.

- [Arte Oculta: Ballesta]

Ignorando el insoportable dolor, lanzo otro de mis hechizos más fuertes; de la nada, se materializa una enorme flecha oscura que viaja a gran velocidad; sorprendentemente, el Feles abanica el proyectil hacia el cielo con su espada que ahora está recubierta con una extraña aura morada.

- Tengo que admitir que eres una humana muy tenaz, pero si eso es todo lo que tienes, jamás podrás matarme. – el Feles habla con arrogancia.

- ….

Por mi parte, guardo silencio y enfoco todos mis pensamientos en mi enemigo; durante una pelea a muerte, las palabras sobran, no hay nada que decir, porque nuestras armas y acciones lo harán por nosotros. Analizando mi situación, es obvio que este monstruo debe estar utilizando alguna clase de barrera similar a un escudo de energía, fue por eso que no pude lastimarlo y aquel ataque fue repelido; reflexionando sobre ese detalle, pongo mi mano sobre mi pecho, la herida ya no está, pero el dolor persiste y claramente mi respiración está muy agitada, señal de que [Precipitación] ha perdido su efecto; si continúa causándome ese tipo de heridas, lo más seguro es que pierda el conocimiento. Parece que ese monstruo conoce mis debilidades, sabe que no puedo morir, pero la fatiga y el dolor son los factores que me llevaran a la derrota.

- ¿mmm? Parece que estás temblando, ¿acaso la Santa de la Curación tiene miedo? – muestra una sonrisa retorcida.

Es cierto, tengo miedo, estoy aterrada; enfrentarme a un monstruo de rango S por mí misma, ¿en que estaba pensando? Es obvio que no puedo ganar, pero no tengo otra opción, debo luchar por mi vida, debo ganar para cumplir mis objetivos, no puedo perder justo cuando estoy por finalizar mi misión. Ahora entiendo la clase de valor que se necesita para confrontar una situación desesperanzadora, ¿así se sintió Agis cuando luchó con aquel monstruo para protegerme? Esto demuestra que no he cambiado, en el fondo, sigo siendo aquella niña débil e insegura. ¡Agis dame fuerza! Aunque no estés presente físicamente, estoy segura de que nuestras almas están unidas, comparte conmigo un poco de tu determinación y seguridad.

- Soy fuerte, puedo hacerlo, puedo hacerlo, sobreviviré. – me hablo a mí misma entre murmullos para apartar el miedo.

- ¿Qué dices? Deja de murmurar tonterías, – habla con fastidio – aun tienes tiempo de rendirte, podrías ahorrarte mucho sufrimiento.

Observo los alrededores de reojo, determino la posición y condición de mis aliados y enemigos; parece que Marselia está en una dura lucha contra el Trasgo y tiene dificultades para lidiar con algunos ataques; si pudiera prestarle mi ayuda, estoy segura de que podría derrotarlo con relativa facilidad; por otro lado, estoy en total desventaja contra este Feles, es superior a mí en todos los aspectos, aunque he notado que tiene cierta dependencia a la magia, pues la utiliza para protegerse, esquivar y alejarse; aun así, es muy diestro en el uso de la espada, no obstante, no podrá derrotarme solo con eso, debo forzarlo a usar magia, y luego, voy a privarlo de ella, con eso, tengo la certeza de que podre lastimarlo.

- ¡haaa! – grito y corro a máxima velocidad.

El monstruo se prepara asumiendo una guardia con su espada colocándola a la altura de su frente con la punta dirigida a mí, sin duda este Feles tiene conocimientos profundos sobre la esgrima; dejando a un lado esas preocupaciones, centro mis esfuerzos en cortar la distancia, y realizar ataques rápidos; luego de unos minutos, y al costo de recibir varios cortes y apuñaladas, entiendo más o menos su patrón de ataque y defensa, no obstante, eso no es suficiente para lastimarlo. El dolor y cansancio están comenzando a afectar mi capacidad de combate, a este paso, seré derrotada en unos minutos; por otro lado, Marselia también parece estar fatigada a pesar de que los elfos rara vez se cansan, agregando que el efecto de la barrera protectora acabará en poco tiempo, las cosas no van nada bien.

- [Arte Especial: Espada de la Destrucción]

Activo otro hechizo ofensivo para obligarlo a alejarse, al mismo tiempo, utilizo los encantamientos [Reflexión] y [Repulsión], también uso las Artes Especiales [Refracción], [Niebla Oscura] y [Visión Lejana], todo esto con el fin de protegerme de los ataques del Feles; muevo mí vista a la batalla de Marselia con el Trasgo, levanto mi mano izquierda y lanzo el Arte Oculta [Haz de Muerte]; con dificultad, el Trasgo logra eludir el sorpresivo ataque, sin embargo, la elfa no desperdicia la oportunidad y le propina un poderoso golpe, con eso, la pelea está a su favor.

- Que humana tan sagaz. – lo dice mientras me toma del cuello con su mano derecha.

Lentamente aumenta la fuerza en su agarre y comienzo a asfixiarme, ¡Mierda! No puedo soltarme; intento golpearlo con mi maza, pero lo evita sujetando mi brazo derecho; sin otra opción, utilizo las habilidades Golpe de Onda y Dominio de las Artes Marciales para darle un puñetazo con mi mano izquierda en su asqueroso rostro; contra todo pronóstico, el monstruo se resiste pese a que usé todo lo que tenía en ese golpe; en pocos segundos, empiezo a perder el conocimiento, ¡Mierda, Mierda, Mierda! ¡No! Esto no puede estar pasando.

- ¡[Arte Oculta: Fuerza por 50]!

El Feles es golpeado en las costillas, como resultado, tanto el monstruo como yo, rodamos varios metros sobre el suelo; me levanto completamente aturdida para darme cuenta de que fui salvada por Marselia; seguramente, ha logrado someter rápidamente al Trasgo. Por otro lado, el Feles también se pone de pie y toma distancia de nosotras con expresión de disgusto; ambas lo observamos con detalle y permanecemos alerta a cualquier movimiento.

- Katherine, ¿aun puedes luchar? – me pregunta mientras se acerca rápidamente.

- Si… haa… gracias… por… ayudarme. – lo digo mientras respiro profusamente.

- [Arte Especial: Recuperación], con eso estarás bien. – la elfa habla con seguridad – tú también me ayudaste, estamos a mano.

- ¿Mataste al Trasgo? – le pregunto inquisitivamente.

- No, solo pude herirlo, lo dejé escapar. – se muestra infeliz al apretar los puños con fuerza.

- No importa, solo hay que permanecer vigilantes, por ahora, tratemos de acabar con el Feles. – hablo en tono serio.

La elfa y yo miramos con odio al monstruo rango S, parece que el golpe de Marselia fue efectivo pues ahora se muestra cauteloso, en consecuencia, aprovechamos la oportunidad para discutir nuestra estrategia en preparación para la última confrontación. Este choque será de todo o nada, pues ambas hemos usado habilidades y ya gastamos gran parte de nuestras Unidades Mágicas; es preciso acabar el combate ahora, de lo contrario, seremos derrotadas.

- [Arte Oculta: Aura de Poder, Fuerza por 50] – activo mis hechizos de refuerzo más poderosos.

- [Arte Oculta: Aceleración Tiempo-Espacio, Invulnerable, Tierra Divina] – Marselia utiliza sus cartas de triunfo.

De esta manera, Marselia y yo estamos preparadas para luchar con todo lo que tenemos; el Arte Oculta [Tierra Divina] es uno de los hechizos más poderosos, produce una pequeña cantidad de tierra de color oro, que el usuario puede manipular a voluntad y es capaz de penetrar cualquier tipo de defensa física y mágica; por otro lado, [Aura de Poder] incrementa mis capacidades físicas y mágicas, con lo cual, mis hechizos se volverán más potentes y yo seré más fuerte, resistente, veloz, y reduce mi fatiga; ahora siento que la victoria está a nuestro alcance.

El monstruo extiende su mano izquierda, seguramente va a lanzar un poderoso hechizo; por nuestro lado, nos apresuramos a su dirección con la determinación de matarlo. Antes de que realice algún movimiento, utilizo el Arte Oculta [Neutralización], el cual, genera una zona anti magia de un kilómetro a la redonda durante 30 minutos, donde no se pueden utilizar ningún tipo de hechizo, encantamiento, circulo u objeto mágico; la gran ventaja de este poder, es que no desvanece los efectos previos de habilidades, hechizos, encantamientos, etc., con lo cual, Marselia puede hacer uso indiscriminado de su Tierra Divina.

Marselia inicia el ataque balanceando su Martillo con la intención de aplastarlo, mientras lanza pequeños proyectiles de Tierra Divina; por mi parte, me encargo de realizar estocadas rápidas y certeras para que se genere una brecha que la elfa pueda aprovechar; no obstante, el Feles es muy hábil esquivando y contratacando, afortunadamente, con Marselia interceptando sus ataques, no ha logrado lastimarme; en contraste, mi compañera recibe la mayor parte del daño, pero gracias a su armadura, no ha sufrido ninguna herida importante.

Luego de unos minutos de lucha sin descanso, por fin hemos abrumado al Feles, sus movimientos son más torpes y su defensa es débil; incluso le he infringido varias heridas, en resumen, está cansado y sangrando, a este ritmo podremos acabar con esta escoria. Notando la condición desfavorable del monstruo, nos motivamos e intensificamos nuestros ataques sin cometer ningún descuido, después de todo, entre más este acorralado un animal, se volverá más errático y peligroso.

En un descuido del monstruo, realizo una fuerte estocada con la punta de mi maza que perfora su pecho, Marselia por su parte, le propina un poderoso golpe con su martillo en el estómago; el Feles rueda por el suelo y muestra una expresión de dolor; la elfa no pierde tiempo y toma la delantera para continuar con el ataque, sin embargo, observo que la mano izquierda del monstruo se cubre con esa siniestra aura morada; esa habilidad fue capaz de desviar fácilmente un Arte Oculta, si eso golpea a Marselia, lo más seguro es que morirá; con el fin de evitar ese destino fatal, enfoco todos mis esfuerzos para interponerme y protegerla, aunque el sufrimiento será terrible, es mejor que perder una pieza importante de batalla; de esta manera, consigo empujarla a un lado y las garras del Feles perforan mi vientre.

- ¡aaaaahh! – grito de dolor.

- ¡Muere maldita escoria! – exclama Marselia.

El martillo de la elfa cae sobre la cabeza del Feles, espachurrándola como un tomate podrido; los sesos y sangre ensucian mi cuerpo, ¡es asqueroso! Con esto damos fin al monstruo rango S; sin demora, extraigo las garras de mi vientre produciéndome más dolor; extrañamente, el proceso de regeneración tarda más de lo esperado, como pensaba, la letalidad de ese ataque era mucho más de lo que aparentaba, probablemente posee cualidades que impiden la curación; afortunadamente, soy inmune a esa clase de efectos. Simultáneamente, los civiles y caballeros gritan de felicidad por nuestra victoria, mientras que otros rezan a la Diosa Fenicia con lágrimas en sus mejillas.

- Katherine, ¿estás bien? – la elfa me pregunta angustiada al notar que mi herida no desaparece.

- Estoy bien, tomará un tiempo, no te preocupes. – le respondo con confianza.

Ambas nos quedamos observando el cadáver del Feles con expresión seria; de repente, el cuerpo convulsiona y de nuevo nos ponemos en guardia; la apariencia del monstruo fallecido, comienza a cambiar, y progresivamente, regresa a su aspecto original, algo que no debería pasar sin que antes se le extraigan las Unidades Mágicas residuales. La elfa y yo nos quedamos estupefactas al descubrir que era un hombre bestia de tipo felino; meditando sobre ello, eso explicaría sus conocimientos sobre mis poderes, su destreza con la esgrima y la capacidad de emular habilidades y hechizos que solo las 10 razas deberían usar; es escalofriante pensar bajo qué condiciones este individuo fue corrompido y transformado en semejante monstruo; si me hubieran capturado, seguramente este también sería mi destino.

- ¿El Trasgo también será igual? – la elfa pregunta con desconcierto.

- Probablemente, – hablo con amargura – debemos informar esto cuanto antes; algo o alguien está convirtiendo a la gente en monstruos, comprueba la identidad del cadáver con los aventureros desaparecidos. Esto no es nada bueno.

- ¡sí! – Marselia responde con firmeza.

Con pensamientos confusos, cansancio y dolor extremos, me dirijo a la barrera protectora donde se encuentran los caballeros y civiles para liberarlos, es preciso capturar a ese Trasgo; con lo herido que debe estar, no creo que haya llegado muy lejos, es absolutamente necesario sacarle toda la verdad a ese engendro. Siento que algo muy malo puede suceder, debo prepararme, ese monstruo me hizo entender que todavía soy débil, aún tengo un largo camino por recorrer.