¡Corsés! ¡La peor jodida invención creada para mujeres son los corsés!
—¡Aprieta el estómago! —escuché a Madame Cordelia ordenar desde atrás mientras sus asistentes, Raya y Stanley, apretaban la cuerda en la parte trasera de mis corsés mientras yo luchaba por respirar.
Si tuviera que apretar mi estómago más tiempo, juro que iba a estallar. Me incliné hacia adelante, apoyándome en la silla mientras intentaba 'Aprieta el estómago' como querida Madame Cordelia había pedido. El sudor cubría mis cejas mientras apretaba el estómago con Raya y Stanley aún apretando la cuerda.
—Casi terminamos, casi terminamos... —Stanley me habló dulcemente y yo susurré oraciones a los dioses superiores para que terminara mi tortura—. ¡Ya está hecho! —Stanley finalmente anunció, gracias a los dioses!
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