Después de un largo esfuerzo, Viggo y compañía por fin llegaron al piso cincuenta y seis. El lugar estaba en penumbras, un suelo árido y grandes rocas a la distancia que funcionaban como una muralla que impedía mirar a donde estaban los esqueletos de dragones y la sustancia oscura que los roía.
Viggo iba primero liderando el camino ayudado por la máscara de Ivaldi que le permitía ver en la oscuridad. Como la visibilidad era baja, la máscara desplego las mallas de energía sobre la superficie, así que todo dentro del rango de visión de Viggo parecía estar cortado en cuadritos. Él sostenía el hacha leviatán en su mano izquierda y llevaba la mano derecha libre. Después lo seguían Ottar, quien portaba el ultra espadón que le fabrico Kain y Rosewisse con su varita de plata. El camino por delante era amplio y desértico. Faltaban alrededor de trescientos metros para alcanzar las rocas, pero ya se podía dilucidar las enormes costillas del dragón. Debería haber habido por lo menos diez, pero ahora solo se contaban cuatro. Parece que las criaturas oscuras se tomaban su tiempo para carroñar los cadáveres.
—Esten atentos a cualquier cambio— susurro Viggo sin mirar hacia atrás y con su voz apagada por la máscara blanca de Ivaldi
—Entendido— respondieron Rosewisse y Ottar sosteniendo sus armas.
Viggo continúo avanzando hasta encontrar las enormes rocas y el pasadizo que se producía entre ellas. El espacio seguía siendo amplio, pero ahora había enormes manchones de la sustancia oscura por las paredes. Viggo frunció el ceño, ya no podían pasar por aquí a menos que destruyera la materia oscura.
Viggo se detuvo, miró hacia atrás y les dijo —primero, hay sustancia oscura, eso quiere decir que la criatura principal posee algo de inteligencia y preparo una trampa— Ottar y Rosewisse asintieron viendo a Viggo como una silueta que lo único que destacaba era la máscara blanca con forma ovalada —segundo, voy a ocupar la luz solar así que pueden prender las lámparas para no quedar ciegos. Y, por último, estén preparados, una vez que elimine la materia oscura puede que el monstruo se alerte y venga corriendo a atacarnos. Si pasa eso yo lo ataco primero con la luz solar. De no hacerle efecto, salimos corriendo, pero si le hace efecto, ustedes me esperan atrás. Nadie quiere convertirse en alimento para esa cosa—
Ese comentario hizo tiritar Rosewisse, ella no conocía a la criatura más que por las proyecciones que hizo Viggo con la ayuda de la mente de Ivaldi. Ottar solo apretó el agarre sobre su ultra espadón. Ambos llevaron sus manos a su cintura de la cual colgaba una lampara y la activaron. Dicha lampara se alimentaba de la energía de las piedras purpuras de los monstruos del calabozo.
Viggo avanzó por delante y con su conciencia activo su segunda divinidad que en estos momentos era una pequeña semilla en comparación con el árbol que era su divinidad asociada a la clarividencia. La divinidad asociada a la luz solar fue como una fuente de energía que canalizo la fuerza del sol a las manos de Viggo y produjo rayos eléctricos dorados que recubrieron las manos. Viggo se acercó con dicha luz solar en sus manos produciendo chispas y rayos constantemente. Camino un par de pasos, todo la materia oscura y dicha sustancia se retrajo. Viggo aumento el flujo de energía divina y toco directamente la sustancia. La materia oscura cayó al suelo, se reunió rápidamente y formó un cuerpo de un metro de altura similar a la criatura que habían visto Viggo y Ottar con anterioridad. Era una masa amorfa con tentáculos y bocas por todos lados. Tenía cuatro patas toscas como de elefante y soltaba un sonido bestial ahogado similar al de una serpiente a modo de advertencia.
Viggo retrocedió, Rosewisse y Ottar lo vieron. Él tomo la luz solar en su mano y la condenso en una lanza de luz solar. La arrojó a la criatura golpeándola en su centro y esta última soltó un chillido de agonía para al final desplomarse y caer sobre la tierra árida como si fuera una mancha de alquitrán. Sin embargo, la destrucción de la criatura no se detuvo en ese punto, sino que se empezó a reducir de tamaño. Viggo con la máscara pudo ver claramente como se consumía igual que un papel al fuego hasta que se transformaba en partículas tan pequeñas que desaparecía a la vista.
—Bien— dijo Viggo —está hecho, continuemos, la luz solar es el enemigo de estas cosas—
Viggo avanzó por el pasadizo entre las rocas mientras Rosewisse y Ottar lo seguían de cerca. Al llegar al final del pasadizo vieron cómo se ampliaba el piso con más de mil metros de ancho y decenas de kilómetros a la distancia. Los huesos de dragones que vieron desde el otro lado eran los únicos que quedaban. El resto había sido devorado y solo quedaban grandes manchones de materia oscura. Las cuatro costillas que vieron del otro lado cayeron y provocaron una polvareda. Parece que como Viggo dijo en un principio, la criatura de materia oscura había reaccionado a la muerte de la sustancia que Viggo ataco con luz solar. Rápidamente se juntó la materia oscura de un gran cráter que había por delante de ellos y se formó una criatura de tres metros de alto con un cuerpo amorfo, tentacular y bocas por todos lados con cuatro patas de elefante.
Viggo rápidamente formo una lanza de luz solar que cegó a Rosewisse y Ottar. Él no se preocupó por ellos, estaba más preocupado de matar a la criatura. Viggo lanzó la lanza de luz solar y golpeo en el centro a la criatura. Esta última lanzó un rugido de agonía que se escuchó como si fueran muchos animales diferentes a la vez.
—Viggo, idiota— protesto Rosewisse cubriéndose los ojos.
Viggo miró hacia atrás y vio a Rosewisse y Ottar sentados en el suelo cubriéndose los ojos. Viggo sonrió, pero no se rio. Una vez que Ottar y Rosewisse se recuperen sería su perdición.
—Lo siento, no me moveré, así que tranquilos. Relájense y esperen hasta cuando se les pase la ceguera—
Viggo miró a la distancia con la máscara blanca de Ivaldi. La malla de energía se extendió durante kilómetros, pero todo lo que pudo ver fueron una decena de cráteres con más masas amorfas de materia oscura esperando tomar la forma tentacular llena de bocas. Ya no había restos de dragón ni se veían otras criaturas. Era un páramo desértico y deshabitado en todo el sentido de la palabra.
Pasaron veinte minutos para que Rosewisse y Ottar recuperaran la visión y golpearan a Viggo en el estómago.
—Idiota— dijeron ellos al mismo tiempo
Viggo se aguantó el dolor, no pensaba que ellos estarían tan enojados.
—Casi me dejas ciega, pensé que quedaría así para toda la vida— dijo Rosewisse con un tono de voz molesto
—Lo siento— dijo Viggo aguantándose el dolor y sujetándose el estómago
—Viggo, piensa las cosas antes de hacerlas— añadió Ottar
—Sí, es solo que esa cosa se estaba formando y había que vencerla antes de que diera problemas— respondió Viggo, soltó un suspiro y enderezo su espalda —hagan guardia por mí, voy a volver a colocarme mi armadura—
Rosewisse y Ottar asintieron al mismo tiempo. Viggo se puso la armadura real enana de color turquesa y bordes dorados. Después miró el camino por delante, volteó a mirar a Rosewisse y Ottar y les preguntó —¿Vamos?—
—Sí, vamos— respondió Rosewisse —pero avísame cuando vayas a ocupar tu poder, no quiero quedar ciega—
—Lo mismo digo— añadió Ottar igual de molesto
Viggo soltó una risita y camino por delante mientras ellos lo seguían. Sin embargo, esta vez hizo algo diferente, guardo el hacha leviatán y extrajo de su anillo la mente de Ivaldi. Tomo la mente de Ivaldi en su mano izquierda y dejo su mano derecha desocupada para lanzar las lanzas de luz solar.
Al acercarse a un cráter con una criatura de materia oscura, Viggo canalizo mana a la mente de Ivaldi y dicho artefacto hizo su trabajo escaneando los alrededores y proyectando la información de la criatura de materia oscura. Solo había un título para aquella cosa amorfa "exterior". Por lo usual, la mente de Ivaldi transmitiría toda la información asociada a un elemento a la máscara de Ivaldi, pero esta vez no había información.
Al mismo tiempo, la charca de materia oscura se fue reuniendo y rápidamente formo una criatura tentacular con bocas por todos lados y cuatro patas de elefante. La criatura comenzó a subir por el cráter, pero antes de que pudiera llegar arriba, Viggo utilizo su divinidad de luz solar y formo una lanza de luz solar en su mano derecha. Lanzó la lanza y golpeo en el centro a la criatura. Igual que la criatura anterior, esta también soltó un rugido de agonía como si fuera varios animales en uno solo.
—Vamos— dijo Viggo al ver que solo quedó el cráter vació y continúo avanzando. Rosewisse y Ottar lo siguieron de cerca, muertos de miedo. Ya que Viggo les había comunicado que la luz solar era lo único que podía dañar a estas criaturas. Por eso, no quedaba casi nadie de la familia Hera y Zeus, todos habían sido devorados mientras intentaban de forma infructífera luchar contra dichas criaturas.
Al llegar al final del piso encontraron un pasillo que bajaba en una pendiente. Viggo lo fue escaneando con la máscara de Ivaldi. No había signos de materia oscura, así que miró a Rosewisse y Ottar y les preguntó —¿Seguimos?—
—¿Que dices?— preguntó Rosewisse con el ceño fruncido, pero con un claro miedo en la mirada —ya llegamos hasta aquí—
—Vamos Viggo, hay que descubrir lo que ocultan estás criaturas— dijo Ottar
Viggo asintió, avanzó por la cueva que los condujo cientos de metros por debajo de la tierra y se encontraron con un piso más abrumador que el anterior. Sin embargo, lo más impresionante para Viggo fueron dos cosas. Primero, que había una especie de ciudad construida en piedra con enormes construcciones que abarcaba varios kilómetros de distancia. Y lo segundo, fue la proliferación de la materia oscura por todos lados. Viggo tenía una divinidad que le permitía generar diez lanzas de luz solar por hora, pero esto era demasiado. Simplemente se sintió abrumado y se sintió incapaz de seguir adelante. A lo mejor podría hacer un esfuerzo y luchar, pero a la hora que toda la materia oscura se reuniera y formara una sola criatura, sería el fin de todos.
—Volvamos— dijo Viggo en voz baja —esto, por ahora, es imposible—
—¿De qué hablas Viggo?— preguntó Rosewisse, ella también veía la silueta de la ciudad que abarcaba varios kilómetros de distancia, pero no podía ver más —¿Acaso hay más de esas criaturas? ¿Hay tantas?—
Ottar miró a Viggo, después a Rosewisse y de nuevo a Viggo, estaba confundido.
Viggo se dio la vuelta y los miró de frente con la máscara puesta sobre su rostro. Se quito la máscara y se la tendió a Rosewisse —son muchos, veló por ti misma— dijo
Rosewisse tomo la máscara de Ivaldi, se la puso y miró a la distancia. Ella tomo una profunda respiración por la boca. Entonces entendió porque Viggo quería retroceder, no era viable de ninguna manera.
—Déjame ver— dijo Ottar tendiendo su mano
Rosewisse se quitó la máscara blanca y se la puso en la mano. Ella miraba al suelo con una expresión de asombro que no se lo podía creer.
—Ottar— dijo Viggo a modo de ayuda —solo te colocas la máscara sobre tu rostro, miras a la distancia y a los diez segundos se extenderá una malla de energía. Después concentras tus ojos en un solo punto por otros diez segundos y la imagen se acercará. No te preocupes por la escasa luz del piso, todo será bastante claro.
—Entiendo— respondió Ottar, se puso la máscara y vio lo que Viggo y Rosewisse pudieron ver. Kilómetros y kilómetros de una ciudad de piedra cubierta de materia oscura por todos lados. Incluso se veían en ciertos lados unas esferas circulares del tamaño de un adulto con un enorme ojo ígneo. Él se quitó la máscara, se la tendió a Viggo y este último la recogió.
—No nos podemos rendir— dijo Ottar —ocupa toda tu luz solar y después salemos corriendo. Debes poder hacer algún daño. Entonces, una vez que repongas la luz solar volvemos y continuamos lanzando hasta despejarlo todo—
—No es bueno, a lo sumo puedo hacer diez lanzas de luz solar por hora. Eso quiere decir que para la cantidad de materia oscura nos tomaría un mes limpiar todo el piso. Necesitamos buscar una forma más eficiente, ahora es el momento, a futuro no tendremos tiempo para pensar en estas cosas—
Rosewisse y Ottar miraron al suelo, pensaron en algo y asintieron en señal de acuerdo.