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[Acto #0.10]

Toc

Toc

Después de recoger algunos documentos en su oficina, llego sin mucho titubear a su lugar destinado pocos minutos después.

Toc

Toc

Sus golpes hacia la puerta hicieron un poco de eco por el luminoso pasillo, aunque nadie le prestaba atención y pasaban de largo.

Toc

Toc

Lo hizo un par de veces más, pero seguía sin haber respuesta.

"Acaso... ¿esto es una broma?"

—Tsk.

Chasqueo la lengua, preparada para irse, una voz la detuvo.

—¡Pasa!

  La ronca voz del general logro ponerla tensa algunos instantes, imponente y reconfortante fue lo que pudo identificar, agarro la manija y abrió la puerta.

Sumergiéndose en la total oscuridad de la habitación.

...

Camino con mucho silencio y poco entusiasmo sobre las cosas que se encontraban tiradas en el suelo, se sabía de memoria el camino, ya ha estado dentro de la habitación innumerables veces.

Aunque no había mucho misterio detrás, también podría ver dentro de la oscuridad, o bueno, mejor que algunos animales.

snifffff

—Ahhh...

El general suspiro, siguiendo contemplando la ciudad desde su gran ventana, sin siquiera atreverse a mirar a la chica que entro en su oficina, sabía quién era, su olor era totalmente identificable.

—Uhmmm...—intento hablar—, ¿se-?

—¿En serio sigues comiendo cosas agrias? —interrumpió su pregunta—, ya te he dicho que dejes de hacerlo, solamente causas molestias de formas inimaginables hacia mi sensible olfato.

No obtuvo respuesta alguna, la chica seguía mirándolo seriamente.

—Bien, bien —dio un suspiro pesado—, si te estas preguntando por que viniste aquí, bueno, es solo una simple corazonada que he tenido desde hace mucho... y bueno, también es una cosa de negocios.

—No termino de entender del todo señor...

—Empecemos desde el principio —su silla de oficina dio un giro de 180°—, hace pocos días recibí un correo de una persona muy importante, y bueno, no podía negarme a tal petición.

—¿Una petición...?

Su ceja de alzo un poco.

—Si —dijo despreocupadamente—, solamente era del alcalde del Sector Sur de Japón.

—El... ¿alcalde? —pregunto dudosa.

—Seguramente, ya has escuchado la noticia del medio día —el general se levantó cuidadosamente de su silla—, no por nada mande a que colocaran aquella televisión vieja para que puedas enterarte del asunto.

—Como...

—Las preguntas no son de importancia ahora oficial Suimori-san —contesto sereno—, lo importante viene ahora... —medito un poco—, veras, aquella petición que me mandaron puede que aumente de forma exponencial la seguridad del país.

La chica siguió sin entender totalmente lo que decía el animal frente a ella.

—Para no hacerte un cuento largo —menciono mientras se dirigía hacia una pila de papeles aleatoria de la habitación—, aquella petición era sobre la instalación de una comisaría en el Sector Sur.

—... ¿que?

—De seguro ya debes saber las cosas locas que ocurren por ahí —siguió buscando—, asesinatos, robos a bancos, y entre mucho más etcétera.

—Solamente tengo información de lo que vi en la televisión...

—Ya se eso, de seguro no te limitaste en llamarlos "incompetentes" en tu cabeza —la miro de reojo—, ¿verdad?

—No sé de qué está hablando...

Finalmente, el director saco un archivador lleno de hojas.

—Ahora si puedo ir al grano —menciono, mientras su cuerpo se sentó de nuevo en la silla—, como dije antes, se solicitó una instalación de una comisaría en esa zona, por lo tanto, tendríamos que hacer un nuevo orden jerárquico.

Chii solamente acomodo la silla y se sentó frente a él.

—Pero, lamentablemente eso nos llevaría mucho tiempo por el poco personal que hay en estas fechas, por lo que quería proponerte algo.

Ella ladeo su cabeza en señal de pregunta.

—Quiero que seas la encargada de dirigir aquella futura comisaria, a cambio, te puedo deber un favor desde, con que digas "si" es más que suficiente para hacer el papeleo.

"Mierda..."

Maldijo en ese momento la poca suerte que tenía, tratar de conseguir una vida tranquila era muy complicado, un sueño muy lejos de completarse.

—¿Por qué yo? —pregunto finalmente—, ¿no hay otros policías mejores afuera?

El jefe suspiro una vez más.

—Podría ser, pero eres tú la que tengo más confianza entre otros, no creo que esos animales tengan la cabeza para manejar muchos grupos de personas al mismo tiempo —menciono.

—Pero...

Intento negarse, pero parecía ser interrumpida a cada momento.

—Te estoy dando un favor mío que puedes usarlo en cualquier momento, incluso una mejor paga que la miseria que te estamos tanto, creo que tienes la edad suficiente para saber qué ventajas y desventajas hay aquí.

"Este tipo..."

Realmente estaba acorralada, e imposible de hacer cualquier movimiento porque terminaría en un bucle de preguntas y respuestas, que sabia el penoso resultado que traería.

Dirigió su mirada hacia abajo y se puso a pensar.

"¿Que tan difícil debería ser un trabajo como este...?"

—¿Y bien? —pregunto el animal—, ¿estas dispuesta a mejorar al menos un poco tu vida?

—Y-yo... —tartamudeo—, acepto.

Con la mirada perdida, solamente soltó un suspiro de derrota.

—Que bien, más tarde le pediré a un bus que te recoja junto a los demás candidatos que irán junto a ti, ¿entendido?

Dio su mejor cara y respondió con una sonrisa falsa.

—Si, general.

—Gracias por tu comprensión General Suimori-san, puedes irte a recoger tus cosas, el bus pasara en unas cuantas horas.

—Está bien... 

El general solamente dio vuelta a su silla y termina admirando la gran ciudad desde su ventana.