Xue Yuming inconscientemente tomó la iniciativa. ¡Ella debía convencer a su hija para que regrese!
—Mamá, realmente no quiero volver. Estoy disfrutando mi vida aquí. Chen también está feliz. ¿Realmente quieres que viva una vida en agonía?
La vida con Huo Yunting, bajo la tortura física y mental del hombre, era horrible.
No estaba segura de si conocían su relación con Huo Yunting, pero simplemente no quería volver.
—Yang Yang, cualquier cosa es negociable. ¿De verdad crees que puedes vivir una vida pacífica en el extranjero? ¿Crees que la familia Huo simplemente te dejará en paz?
—No me importa. sólo déjame ser egoísta por una vez, por favor.
Los ojos de Lu Zhaoyang comenzaron a llorar. No podía soportar escuchar el llanto de su madre y sólo podía tratar de convencerse con esas palabras.
—¡Te lo ruego, no puedo vivir sin tu tío Huo! —Xue Yuming sollozaba cada vez más fuerte y sonaba casi sin esperanza.
—¡No hagas ninguna tontería!
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