LA ERA DE TAGOTIS Y MARI -1-
Apartado de mis funciones, desde la lejanía, observaba como se libraba una desigual batalla. La lucha de un moribundo, que quería absurdamente morir, contra el poder global que no estaba dispuesto a consentir que se cumpliese su voluntad. Tras el fallecimiento del Adalid, los gobiernos no iban a permitir que, un primus inter pares del nuevo mundo, también expirase y su vida se contaba por horas.
Nada más saberse dueño del enfermo, el doctor Robles ejecutó el perfecto plan trazado por Arturo y se fue con su equipo de anestesistas para doblegar la voluntad del paciente. Cuando la anestesia hiciese efecto mandaría intervenir a los especialistas para que le extirpasen el hígado cirrótico y lo conectasen al HMI-5G que lo mantendría vivo hasta que, por regeneración, se desarrollase un hígado nuevo que sustituye al dañado. Antes de despertarlo, lo conectarían al traductor encefalográmico TE-6G para reprogramarle el cerebro y eliminar la obsesión suicida de quererse morir y el problema de Arturo quedaría resuelto.
Recibí una llamada del capitán de la escolta personal de Alex para informarme de que habían llegado tres médicos que no eran de mi servicio y que no estaban en la lista que le entregué.
- Olvídese de mi relación, he sido destituido como responsable del equipo médico que lo atiende. – Le dije al capitán – A partir de ese momento es el doctor Robles quién lidera el grupo de galenos que lo cuida, él le dará el nuevo repertorio de especialistas que se ocuparán de su tratamiento.
- Me he expresado mal y usted no me ha entendido, uno de los médicos que han venido es el doctor Robles.
- Pues no se hable más, él es quien manda.
- Veo que usted no se leyó la letra pequeña del protocolo de ingreso, en el apartado de observaciones, mi protegido escribió que usted sería el jefe del equipo médico que lo podía atender.
- Entonces tiene un problema.
- Yo no, el hospital tiene un problema. Aquí, salvo que usted lo autorice, no entra ni Dios. Además, acabo de activar el dispositivo de crisis. ¿Vista la idea?
- Eso del dispositivo de crisis qué significa. – Se apresuró a decir mi colega.
- Que la relación de los profesionales detallados en la última tabla que me dio el doctor Sánchez es definitiva y son los únicos médicos que lo pueden atender y en ella usted no se encuentra.
- Si continúa con en esta actitud tan intransigente su protegido se morirá – interpeló, ex cátedra, el doctor Robles.
El capitán se giró, mientras lo miraba con desdén, y muy educadamente dejó clara cuál era su misión en este negocio, así como la de los otros cuatro miembros de la guardia imperial que lo acompañaban.
- Él ha venido aquí para morirse con dignidad. Yo tengo la orden de hacer cumplir su voluntad. Sólo si le veo padecer, avanzaré su fin pegándole un tiro.
- ¡Está usted loco! – Pretendió interrumpirle gritándole, mientras el miliciano proseguía impertérrito.
- Después les denunciaré por negligencia e incumplimiento de la voluntad del paciente. Al señor Rus le ampara la ley "507/000139 del 12 de abril de 2079 Derechos generales para la asistencia terminal" que se aplicaba a enfermos terminales que quieren morir sin dolor.
La conversación quedaba zanjada. Al cruzar el dintel, el capitán hizo un simple movimiento de cabeza para indicarle al guardia de la puerta que detrás de él no entrase nadie. Comprobó que Alex Rus no sufría, se sentó en el sillón y prosiguió apaciblemente con su lectura. Mientras el enfermo dormía, el traductor encefalográmico seguía volcando sus aleatorios sueños en la unidad de back-up del hospital....