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FINAL

Este último capítulo cuenta con la interrupción del narrador, que le otorga un final más alla de la vida, a esta historia trágica, creyendo que con estas palabras quizás encontremos un cierto consuelo, un cierto alivio, para estas dos almas que se fundieron en el tiempo sin poder tener una despedida terrenal. No obstante, creo pertinente aclarar que, el final para estos dos personajes ya se dio, lo que a continuacion se reza y se esboza, son meras conjeturas del más allá, en una necesidad imperiosa de que el lector encuentre un cierto alivio, vea una cierta esperanza, pueda observar esta historia con otra mirada. Y por que no, darle una última oportunidad al amor, que quizás es lo mas preciado que uno puede llegar a alcanzar en esta vida.

Sebastián, no volvió a despertar aquel día. Su cuerpo sucumbió ante los efectos de una enfermedad que lo debilitó rapidamente en el transcurso de cortas semanas, su último deseo finalmente se cumplió, el cansancio y la muerte lo esperaron y le dieron su descanso eterno de aquella vida que tanta amargura, tristeza y soledad inundaron su final terrenal. Sus últimos esfuerzos para dejar aquella carta fueron en vano, pues aquella noche, Lucía murió producto de un ataque al corazón. Verán, ella se encontraba en un momento de mucho estrés por su trabajo, que culminó con un triste final. Ambos murieron en sus respectivos apartamentos. Esa misma noche, Lucía, en sus ultimos instantes, pensó ferviamente en Sebastián. No para intentar recuperarlo. Sino por que una sensación de nostalgia y melancolia la perseguia a traves de aquella relación que en ese momento para ella, se transformaba en un recuerdo lejano. Extrañó su compañia. Al igual que él. Pero no pudieron sobrellevar la tristeza que significaba estar separados el uno del otro. Es quizas ese sentimiento el que acabó arrebatandoles la vida. Es quizas la pena por la que pasaban sus días lo que terminó con ellos. No fueron lo suficientemente fuertes para regresar. Fue demasiado tarde para ambos. Los infortunios de la vida le negaron poder disfrutarla.

De todas maneras la carta no habria llegado a manos de ella. Pues a la mañana siguiente el correo entró en una protesta masiva que conllevo la quema de miles de cartas y postales que el dia anterior la gente habia enviado para quebla reciban sus seres queridos. Sus enamorados. Sus familiares. Sus amigos. Sebastián murió sin haber despedido propiamente a Lucia, y ella lo hizo sin enterarse de la enfermedad que padeció Sebastian que lo deterioro hasta quitarle su ultimo aliento. El destino jugó sus cartas. Dejando a aquellos que alguna vez se amaron tanto sin una despedida, abandonando este plano terrenal sin un último "adiós". Un último beso. Un último abrazo.

Estoy seguro que Sebastian, en aquellos finales "siete minutos" donde nuestras memorias se repiten, dandonos un ultimo repaso de lo que fuimos, de lo que vivimos, solamente recordó su relación, esos enteros "siete minutos" fueron dedicados a ella, su razón de vivir, de sentir. Recordó a Lucía, sus besos, sus caricias, sus almas entrelazadas finalmente. Para él, ella representó su mundo y su digno final, giró entorno a su persona. El amor, representó todo para aquel joven. No fue su madre, no fueron sus amigos. Ni siquiera sus clases o sus alumnos. Lucía fue su verdadera y única pasión. Solo ella cruzó su mente en su final, como lo estuvo presente durante toda su vida a partir de su primera vista.

Seguramente, su memoria dio paso a un "octavo minuto", en el que finalmente estaban los dos juntos. Una idea que puede llegar a ser posible pues el amor que él tenia era incalculable, y creo fervientemente, la propia vida, le dio este ultimo regalo a modo de despedida. En este tiempo extra, Sebastian y Lucia yacian nuevamente abrazados, riendo juntos en algún pueblo perdido de Argentina. Los dos solos, enamorados nuevamente. Es ese octavo minuto, las cosas que hubiesemos deseado para nuestra vida, nuestra "vida perfecta" por fin se materializa, aunque solo en nuestra mente, pero ¡que mas da!... Aunque solo sea en nuestra mente, es necesario poder experimentar esto, es nuestro final, nuestro ultimo deseo, él le pidió eso a la muerte antes de partir, un último instante en el que él y Lucía se encontrasen de nuevo. Sin miedos esta vez. Sin distancia. Sin pensamientos. Esa era la vida que hubiese deseado Sebastian. La vida que le fue negada por decisiones propias. Por miedo a tomar las riendas y lanzarse a aquello que más amó y deseó. No creo que ello implique un final trágico. No creo que para él toda su historia allá sido trágica a fin de cuentas, pues obtuvo su final deseado en aquel octavo minuto que se eternizó en su memoria. Es lo último que Sebastian vió. Solo ellos dos, viviendo su amor, sin dolor esta vez. Recordando aquello que fueron, aquello que podrian ser de no haber sido solo por decisiones y emociones que se pararon en medio de sus destinos.

Elijo pensar que si existe otra vida, él la habria buscado. La habría encontrado. Y en esa otra vida hubieran concretado lo que se negó en esta. Pero todos sabemos, o más bien, hasta ahora sabemos, que solo tenemos esta vida. No hay nada más. Ni siquiera este final creado por el autor nos asegura de que eso pasó. No hay más que esta vida. Y en el caso de que esta vida se repitiese en bucle, estoy seguro de que Sebastián lo repetiría con gusto, solo para volver a vivir todo aquello que vivió con Lucía. A veces sobre estimamos lo que el amor, la tristeza, la soledad, pueden generar en la vida de una persona y lo que ello puede cambiar en su modo de ver la vida. Para él, quedará aquella carta, que solo son cenizas en este momento, una vez más traicionado por los medios públicos. Para ella, quedará aquella carta que escribió hace ya muchos años, que simbolizaban su amor eterno, materializado en ella, que Sebastian no logró ver. Solo quedaran recuerdos de los dos. Para Lucía, quizas Sebastian no haya significado todo lo que él significó para ella, eso no quita que los dos se han amado. En distintas intensidades capaz, pero al fin y al cabo amor es amor. Ninguno resultó culpable de sus finales, solo fueron causas naturales. No es justo encontrar culpables en esta historia de amor. Es solo ver el desenlace natural de la vida, una en la que los dos supieron hacer feliz el uno al otro. Juntos supieron sobrellevar la vida. En el momento que quizas esto mas se evidencio, fue cuando se encontraban separados. Los sueños que tenía Sebastian, eran una alarma, un deseo reprimido de lo que él quería para su vida. De lo que él necesitaba en su vida. Necesitaba a Lucía. Ella a él tambien.

Pero que en el final, solo quedará aquella "Carta a Lucía". Una ultima declaración de amor de Sebastian. Su perpetuidad en la vida de Lucía se hacia presente al momento de escribir aquella carta. Su pecho se oprimía. Estaba muriendo. Estaba deseando que todo aquello fuese un simple mal sueño. Cuando dejó de pensar en ese "mal sueño" y su realidad se hizo presente, su cuerpo cedió. Su alma jamás cederá. Estoy seguro, que aún su corazón late por amor a su compañera. Su alma vive a traves de sus recuerdos. A traves de aquella carta, que inmortalizó a ambos, en esta vida temporal.

Fin