Con esa patada —Yan Ling usó toda su fuerza—. El hombre se agarró la parte baja del cuerpo, su figura encogiéndose como un camarón marchito.
Al ver a Yan Ling golpear a alguien, la mujer de mediana edad cogió un bisturí del quirófano, lista para rajar la cara de Yan Ling.
La enfermera jefe cercana reaccionó rápidamente, estirando su pie para tropezar a la mujer mientras esta se lanzaba hacia adelante.
En el siguiente instante, la mujer de mediana edad estaba desparramada en el suelo, sus extremidades revoloteando en el aire.
Justo entonces —había llegado el obstetra—. Al ver más personal del hospital, la mujer de mediana edad rápidamente sacó su teléfono inició una transmisión en vivo y comenzó a aullar y gritar mientras yacía en el suelo.
—¡Oh queridos, vengan a ver! Solo porque nos negamos a una cesárea, ¡los doctores y enfermeras descontrolados del Hospital Hongya nos golpearon. ¿Ya no hay justicia en el mundo?
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