Yan Ling pensó que, una vez Yuan Bao regresara, le presentaría formalmente a Qi Yunjue y luego confirmaría su relación.
Sin embargo, Qi Yunjue vio su silencio y asumió que era porque todavía estaba aferrada a ese hombre, razón por la cual no podía prometerle nada.
No quería presionarla para que tomara una decisión,
pero se sentía algo decepcionado en el fondo.
Justo cuando la atmósfera dentro del coche volvía a caer en silencio, una voz cautelosa sonó desde fuera de la ventanilla del coche —Cuñada, el hospital necesita que un familiar registre algunos detalles...
Qi Yunjue retiró su mirada, su expresión aparentemente tranquila, pero Qi Yunyang, que conocía bien su temperamento, entendió.
¡En este preciso momento, era cuando más aterrador resultaba!
A través de la ventanilla del coche, Qi Yunyang podía sentir un frío escalofriante.
Al ver la expresión contenida y controlada de su hermano, Qi Yunyang no pudo evitar sentirse algo triste.
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