Mientras tanto, mientras Silas pasaba su tiempo con su primo, Olivia y la abuela Zhu permanecían sentadas en silencio en la habitación. La abuela Zhu miraba a su nuera con consternación como si no le gustara lo que acababa de escuchar.
—Olivia Zhu —la voz severa de la abuela Zhu cortó el aire silencioso después de un momento. Ella se aferró al extremo del reposabrazos en el que estaba sentada, con la mirada fija en la mujer que estaba sentada en el sofá largo —. ¿Es eso realmente lo que quieres?
—Sí, Madre —Olivia levantó lentamente los ojos hacia la Anciana Señora—. Eso es lo que quiero. Lamento no poder controlar a mi esposo ya. Pero he reflexionado y considerado mucho antes de venir aquí. Sé que no te agradará y peor aún, te enfadarás. Sin embargo, esto es lo que verdaderamente quiero.
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