Aurora se retorció nerviosa en la cama donde estaba dormida. La cámara era agradable y suave, lo suficiente como para que ella se haya quedado dormida durante muchas más horas de lo que había esperado.
La puerta sonó y los pasos se escucharon desde afuera y Aurora inconscientemente bajó su cabeza para ocultarse entre las sabanas y escuchó una risa que la puso roja de vergüenza.
Fue esa vergüenza lo que la hizo salir y mirar al hombre que se le estaba riendo mientras le traía una fuente con un desayuno.
"Está mal entrar en la habitación de una dama." Dijo Aurora pareciendo que estaba acusando a un pervertido.
Kairos a diferencia de lo que esperaba, le dio una sonrisa y se acercó a su lado mientras ella se acomodaba.
"No si es mi cama." Respondió y sonriéndole, murmuró. "Es bastante tarde para un desayuno, pero creí que tendrías hambre."
La primera parte de la respuesta hizo que Aurora se pusiera ligeramente roja, pero viendo que él no la molesto, ella se concentró en el desayuno.
¡Ella había dormido en la casa de su novio y en su cama! Solamente era la cama, ya que ella estuvo sola, pero, aun así, fue un paso hacia adelante.
Uno menor de lo que había imaginado hacer cuando decidió venir aquí… Aurora trató de mantener sus pensamientos en control y miró el desayuno.
Tostadas, jugo, huevo, frutas y tocino.
"No si querías té o café, así que traje jugo." Dijo Kairos titubeando durante unos segundos y mirándola, sonrió. "Espero que te guste."
Se notaba que era la primera vez que hacía un desayuno y no era porque la fuente estaba mal hecho, sino que ella podía oler el olor a tostada quemada desde afuera y a diferencia del olor la que le trajeron estaba dorada.
"Me gusta." Respondió Aurora y acercándose a él hizo una señal de beso que él correspondió con una sonrisa y al apartarse, murmuró. "Recompensa."
Ella tomó distancia y sin nervios comió mientras estaba sentada y disfrutó la comida sin importarle que él la mirara con una sonrisa.
Se sintió relajada y tranquila más de lo que había esperado y no era que los problemas desaparecían, sino que luego de descansar durante un día.
Quizás los problemas no habían desaparecido, pero ahora no necesitaba reflexionar sobre las soluciones, sino que de disfrutar el desayuno y la mirada de su novio.
Esto último era lo que más le gustaba, ya que Kairos miraba queriendo leer sus expresiones para ver si lo que preparó le gusto o no.
"Está delicioso, no necesitas parecer como si tuvieras miedo a que te deje por hacer mal un desayuno." Murmuró Aurora al comer la tostada.
"¿Así me veo?" Preguntó Kairos con curiosidad y cuando ella asintió, se rio. "Entonces está bien. Tuve que sacrificar muchos panes para que salga bien."
Aurora no contuvo su pequeña carcajada, ya que a pesar de que él sonreía, estaba siendo sincero y el olor a quemado desde afuera era notable para alguien con sus sentidos.
Ella comió con tranquilidad y cuando terminó y vio que él guardaba la fuente en un artefacto espacial, dudó un segundo.
"¿Tienes trabajo? No quiero molestarte y…"
"Está bien. No necesitas parecer como si tuvieras miedo a que te deje por tu visita." Interrumpió Kairos y él le sonrió divertido.
"¿Es así? Estoy aliviada." Dijo Aurora y acercándose a él que estaba sentado en la esquina de la cama, le acarició la mejilla y murmuró. "Si no me rechazas puede que decida invadir tu casa."
¡La despertaron con un desayuno en la cama! Para ella tal evento era algo único, ya que, si lo comparaba con su hermana, esa glotona jamás le haría desayuno y probablemente si le compraba un desayuno trataría de robarle comida o la miraría como un cachorrito pidiendo comida y la diferencia era inmensa.
"No tendría demasiado problema." Respondió Kairos despertándola de sus tontas comparaciones.
Aurora, al escuchar la respuesta que mostraba que no era una broma, se dejó caer en los brazos de él y se acurrucó a su lado.
Le daba vergüenza ahora mismo estar usando un pijama, pero en cierto modo lo que había intentado hacer cuando vino a visitarlo había sido más que esto. Ella no creía que fuera un error el acto en sí mismo, pero él vio a través de ella y ahora ella estaba agradecida con él.
A pesar de que ella no era la persona más romántica y no se crio en un ambiente reservado, quería que el acto en sí mismo fuera algo agradable. No guiado por miedos ni presión a cumplir un acto de una lista. Así que le gusto que él fuera quien se detuviera.
Aurora se quedó a su lado y luego se acostó en el regazo de él durante unos minutos y en silencio.
Ella cerró sus ojos suavemente al sentir como él le acariciaba la cabeza con amabilidad y cariño. El silencio no fue incómodo y ella estaba a gusto. Relajada y tranquila.
¿Esta clase de sensación se tenía cuando uno estaba en pareja? A ella le gustaba cuando ambos bromeaban entre ellos queriendo avergonzar al otro, pero en estos momentos de comodidad le gustaba aún más.
Le hacía entender que lo que ambos tenían era algo real y que ya había pasado ese tiempo donde dudaban con cada acción que hacían temiendo que arruinara su relación. Era más evidente para Kairos, que se mostraba relajado. Al menos más relajado de lo normal, ya que él siempre parecía nervioso con cosas como hacerle el desayuno y no era de un modo negativo, sino que lindo.
"¿Qué te gustaría hacer?" Preguntó Kairos con curiosidad y sin detener sus caricias, murmuró. "Podemos visitar la ciudad. Ir a la playa, al cine o al teatro."
Ella abrió lentamente sus ojos y lo vio a él mirándola atentamente. Su voz era agradable y a ella le gustaba, también le gustó la idea de hacer todo eso con él, pero ella no respondió de inmediato.
"¿Qué tal si nos quedamos en casa? Déjame que te haga el almuerzo hoy y luego vemos alguna película o serie." Preguntó Aurora curiosa.
No era que deseaba hacer todo eso porque las parejas lo hacían, sino que le gustaba la idea de estar acostada al lado de él mirando televisión y también le gustaba la idea de cocinarle.
Aurora se levantó al pensar en tales escenarios y recuperó algo de energía al ver que él asentía.
"Le avisaré a tu hermana que te quedaras conmigo por unos días." Dijo Kairos y al ver que ella elevaba la ceja de manera cuestionadora, preguntó. "¿Qué te parece?"
La estaba invitando a que se quedara con él por unos días y ella lo necesitaba. Quizás no era un tiempo dedicado para ella misma en solitario, pero le gustaba la idea de estar con su novio.
Sentía un poco de pena por sus compañeros que la seguían visitando en Zerzura y por su hermana, pero creyó que a ellos no le molestaría y más si le decía que iba a estar con su novio.
"Me parece una excelente idea." Respondió Aurora y simplemente sonrió cuando él dejó la habitación cerrando a la puerta.
Aurora al quedar sola no pudo contener su sonrisa y luego se rio en solitario dándose cuenta de lo infantil que parecía al estar tan feliz.
Revisando la hora y viendo que no tenía mensajes, ella se cambió de ropa con cambio rápido y luego fue al baño para lavarse los dientes y peinarse.
Debido a que siempre iba preparada, tenía su ropa y objetos, así que no necesitaba volver a Zerzura.
Al salir del baño, ella vio el cuarto de Kairos y se dio cuenta de cierta rareza.
La habitación era agradable y bien amueblada con una cama doble plaza de gran tamaño. Los muebles eran modernos y elegantes.
Sin embargo, aparte de los muebles, no había nada más, ni fotos o cuadros de él, ni nada que diera la sensación de ser su casa.
Incluso ella tenía en la mesa de luz o algunos objetos personales, pero aquí no había nada que diera la impresión de que alguien estaba viviendo aquí.
Aurora salió de la habitación y caminando al pasillo se dirigió a la sala.
El departamento no era tan grande comparado a su casa en Zerzura, sino que tenía un tamaño menor. Dos dormitorios, cocina y sala-comedor.
Al salir ella vio algunos cuadros y los muebles y en la sala notó el televisor, el juego de sofás, pero no vio fotos ni cuadros y la decoración era mínima sin la calidez de un 'hogar'.
"¿Vives aquí?" Preguntó Aurora cuando Kairos vino desde la cocina.
Quizás era solamente ella teniendo su idea de lo que consideraba un 'hogar', pero hizo su pregunta con curiosidad honesta y sin intenciones de sonar insultante.
No se trataba de que no existiera decoración, sino que la casa no daba la sensación de ser de él.
"Por lo general duermo aquí." Respondió Kairos y siguiendo su mirada a la estantería vacía, comentó. "Por eso no lo decoro. No le encuentro sentido decorar un lugar en el cual permanezco unas pocas horas."
Él posiblemente tenía múltiples sitios para dormir y si bien este parecía más importante que los demás, no lo trataba como su hogar.
"Había esperado que tu casa me dijera algo más de ti." Murmuró Aurora y viendo que él se acercaba abrazándola por la espalda, ella se giró para mirarlo sonreír.
"Si tienes curiosidad puedes preguntar." Dijo Kairos en un tono claro.
La mirada que él tenía daba a entender de que respondería a cualquiera de sus preguntas y Aurora al reflexionar habló.
"¿Tienes familia?" Preguntó con curiosidad y al sentir que él se tensaba por un segundo, señaló. "Si es que quieres contarme."
Ella podía sentir el cuerpo de él y los brazos, así que sintió la tensión que duró un segundo antes de desaparecer y él le dio una media sonrisa mientras ponía sus palabras en orden.
Aurora esperó expectante.
Kairos no hablaba de su familia y a pesar de que él era abierto con sus emociones, no era muy hablador de otros temas y si bien ella estaba curiosa no quiso incomodar.
"Mi madre murió cuando era muy joven y mi padre no lo conocí. Mis dos hermanos mayores murieron cuando era joven y si bien tengo varios hermanos no he hablado con ellos desde hace años." Contó Kairos y sonriéndole mientras ella lo miraba, explicó. "No es que nos llevemos mal. Mis hermanos y yo siempre fuimos independientes."
Aurora estuvo más sorprendida de lo que había esperado.
Ella no investigó profundamente, pero siempre supo que no se hablaba de la familia de su novio ni se mencionaba nada. En cierto sentido, él tenía una mayor seguridad que ella, lo suficiente como para que nada pudiera ser encontrado.
No era raro cuando el hombre era el único dueño de la mayor empresa del mundo que tenía la tecnología más avanzada y aquellos encargados de la seguridad no dejaban que nada saliera.
"¿Sorprendida?" Preguntó Kairos con una sonrisa al notar su expresión.
"Lo estoy. Había imaginado que eras un robot creado por Lucius para dirigir la empresa y de esa forma ocultar sus locuras." Murmuró Aurora en un tono serio y conspiranoico.
En las redes se teorizó que el actual dueño era simplemente un títere de un excéntrico Sabio. Por supuesto, excepto la parte de ser un robot, ya que tal parte era una suposición de ella luego de conocer a Lucius.
Kairos se rio divertido y asintió.
"Es algo que él haría." Respondió y mirándola, le sonrió y preguntó. "¿Qué tal si en unos de estos días vienes a mi trabajo? Permanezco la mayoría de mi tiempo allí y si quieres conocerme ahí puedes hacerlo."
Por la forma que lo miraba, la invitación no iba a ser guiada, sino que le estaba dando la oportunidad de que ella lo conociera por medio de aquellos que trabajaban con él.
Y para ella era una idea interesante.