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The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · แฟนตาซี
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980 Chs

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 72: Avanzar, aunque sea lento.

Una gran cantidad de energía mágica empezó a reunirse desde los alrededores.

Agatha respiró profundamente, sintiendo que el ambiente en Zerzura era más agradable que en otras ciudades.

No solo era el ambiente, lo que la hizo sonreír, sino que la jovencita que estaba a su lado.

Dejando de lado, a James que seguía trabajando con sus asistentes y la Cardenal Brousseau que estaba hablando con los paladines, su hija se sentía incómoda y nerviosa.

"Tranquila. Solo estamos yendo al centro del bosque mágico a encontrarnos con bestias mágicas importantes." Dijo Agatha con calma.

Aunque lo dijo con calma, sus palabras no trajeron calma y su hija tembló otra vez de forma inconsciente.

"Hubiera preferido que Alice viniera con nosotras… Que ella siempre sea tan tranquila, me trae calma." Confesó Aurora de forma honesta.

Si Alice viniera a esta clase de lugar, simplemente miraría indiferente no importa que se encontrara y en cierto modo no daría apoyo, pero para Aurora, era todo lo contrario.

"Estoy yo. ¿No soy de confianza?" Preguntó Agatha mirando a su hija.

"Madre, hace un momento buscabas ponerme más nerviosa." Murmuró Aurora en respuesta.

"En mi defensa, te ves linda cuando estás nerviosa." Se excusó Agatha y al ver que su linda hija, le daba una mirada seria, se volvió a reír y acariciando las mejillas, murmuró. "No te preocupes mi niña, madre se encargará de todo."

Aurora se puso aún más incómoda y Agatha ni siquiera trato de contener su risa.

¿Desde qué punto su hija le dejo de pedir ayuda? Desde hace tiempo, su hija solo pedía uno o dos favores, que no eran problema.

Otros hijos andaban por la vida usando la autoridad y prestigio de sus padres, pero muy pocos sabían que ella tenía dos hermosas y adorables hijas.

"¿Estará bien?" Preguntó Aurora de repente y dejándose abrazar, dudó. "Ya sabes, tu habilidad y la de padre."

Al instante que esas palabras salieron, Agatha pudo ver que ella estaba volviendo a dudar de si fue lo correcto pedir ayuda.

"Aurora, yo y tu padre cambiaremos, es inevitable para nosotros. Prefiero cambiar ayudando a mi hija, que realizando inútiles trabajos para la iglesia." Respondió Agatha y viendo que su hija se relajaba, comentó. "En cuanto a tu padre, incluso si evita luchar, eventualmente cambiara. Es más, ha estado muy sensible últimamente."

Su esposo era un buen hombre, respetuoso, amable y empático con otros y de ciertas formas podía sentir más emociones de lo que ella podía sentir.

Sin embargo, una vez que algo le molestaba o tenía un objetivo podía ser aterrador… Y su cuerpo sentía sus emociones, haciéndolo entrar en estado de batalla en cualquier momento y lugar.

A veces ni siquiera se necesitaba un estímulo y por esa razón Agatha no lo estaba llevando con ella, en este momento.

En el bosque las bestias harían que entrara en modo batalla y eso estimularía su habilidad innata, empujando a que ascendiera.

"Además, últimamente he estado investigando para cambiar el tamaño de tu padre… O el mío, lo que sea más divertido." Dijo Agatha y de inmediato sintió que su hija se apartaba un poco.

Por la mirada que le daba estuvo claro que no deseaba escuchar nada privado y eso le divirtió a Agatha, pero se abstuvo de molestarla al ver a la Cardenal Brousseau y James terminaron con su tarea.

Volviendo a respirar hondo, evitó mencionar que el problema no era cambiar, sino lo que sucedía al avanzar.

Estar en este lugar era agradable, pero con cada respiración su cuerpo estaba asimilando cada vez más energía mágica y era posible que si un día ascendía… Muy pocos lugares en este mundo pudieran mantener su presencia.

Ya estaba al nivel de que ni siquiera necesitaba comer, con tan solo respirar la energía mágica, su cuerpo se revitalizaba y entraba en un estado perfecto.

Ocultando sus emociones, dio una mirada al dúo individuos prestigiosos.

"¿Listos?" Preguntó Agatha y al ver que tanto James como la Cardenal asentían, ella agitó su mano.

La energía mágica se extendió a su alrededor distorsionando el espacio y conectando con el lugar que deseaba ir.

Estaba Zerzura, pero el otro lado era en medio del bosque mágico y la densidad de energía mágica retrasó un poco el viaje espacial.

Sin embargo, para ella no fue tan difícil forzar su viaje y tras un momento el espacio se distorsionó y los alrededores se hicieron añicos.

A diferencia de cualquier viaje espacial, este demoró varios segundos y la razón fue que Agatha simplemente estaba 'avisando' de que una distorsiona aparecería y era una forma de 'avisar' que llegaría.

Tras un momento, el espacio volvió a retorcerse y…

"Wow."

Su hija dejó salir la primera exclamación del día y tenía sentido que lo hiciera.

Al frente de ellos estaba un enorme árbol y si un investigador venía era posible que le encontrara similitud al 'Adansonia', pero el problema era el tamaño.

¿Cuánto media? Su tamaño era lo suficiente alto que superaba algunos edificios más grandes del mundo y era posible que alcanzara los mil metros.

¿Qué tan ancho era? Tal vez superaba los doscientos metros de ancho.

El tallo era enorme y había grietas y huecos en al área, donde algunas bestias se adentraban y en cuanto a la copa, estaba repleta de hojas de diferentes tamaños y sus ramas se extendían en muchas direcciones.

Las bestias mágicas del tipo ave estaban volando por el área y muchas de ellas estaban descansando en esa zona que parecía un bosque en el aire.

No todas eran bestias mágicas como los leones alados o las aves de fuego, la mayoría eran bestias mágicas salvajes, que en este lugar estaba en orden.

"¿Cómo es tan grande?" Preguntó Aurora con una mirada impresionada.

"¿Quieres la verdad? Aquellos que han intentado investigarlo pueden contarse con los dedos de una mano." Dijo Agatha y señalando a un gran Homotherium que se acercaba, señaló. "Esa es la razón por la cual muy pocos han pisado este lugar y han salido vivos."

Su hija no pudo preguntar nada debido al gran Homotherium acompañado de miembros de su raza que estaba volando en su dirección.

Cinco metros de longitud y cuatro metros de alto, piel rojiza y una mirada feroz de un depredador.

Sus patas delanteras eran más largas que las traseras y ahora estaba acompañando de varios rangos S.

Para ser una bestia de rango SS, no era tan grande, pero si uno se guiaba por su tamaño, terminaría siendo quemado.

Esa gran bestia observó a su grupo y detuvo su mirada en Aurora, quien se sintió nerviosa de inmediato al reconocerlo.

"Vamos." Ordenó esa bestia sin inmutarse.

Estaba claro que deseaba hablarle a Aurora, pero la presencia de los demás molestaba y Agatha pudo sentir la mirada en su persona.

Era una mirada que llevaba cautela extrema y por su parte, dio una sonrisa a pesar de ser rodeada.

En grupo descendieron a la base del gran árbol y todos pudieron ver la entrada que dirigía al interior del gran árbol y la escalera era una gruesa raíz.

Las raíces del árbol se extendían por la zona y cubrían diferentes áreas.

En algunos lugares estaban Goliathus derribando árboles para hacer lugar para otras bestias y en otra área estaban los gorilas atronadores descansando.

Estaba claro que deseaban reformar el lugar, pero todavía no tenían demasiada idea de lo que deseaban hacer.

Agregando la guerra, era posible que no tuvieran tiempo para rediseñar los alrededores.

Al ver que los homotherium se retiraban ante el gruñido del gran felino que lideraba, Agatha pudo ver que su hija estaba nerviosa otra vez.

La conocía bastante para darse cuenta de que su hija no deseaba entrar al lugar.

¿Qué hizo para estar nerviosa?

Su hija de vez en cuando miraba a los felinos y esos ojos maravillados, hizo que Agatha entendiera.

"Si quieres puedes esperar aquí. No necesitas venir." Dijo Agatha y al sentir la mirada del homotherium que lideraba, declaró. "Sé que estás nerviosa. Es mejor que te relajes."

Sus últimas palabras lograron que el homotherium que estaba por hablar, se quedara en silencio como si entendiera lo que sucedía.

¡Esa gran felina estaba siendo considerada con su hija!

Por la mirada de reojo que de vez en cuando daba, estuvo claro que ambas podrían haberse conocido antes y si bien no eran extremadamente conocidas, había un respeto mutuo.

"Si ves a un cachorrito, puedes jugar con él." Susurró Agatha al oído de su hija y al ver que su linda niña, se ponía roja, se rio.

Ahí estaba la razón por la cual su hija estaba nerviosa.

¿Veía a estos grandes felinos como 'lindos'? ¿Peluches gigantes? ¿O trató a uno de esa forma?

Agatha dándole una señal a James y la Cardenal Brousseau que estaban en silencio, voló a la gran entrada del árbol.

El hueco era natural y al entrar no todo estuvo oscuro, sino que había plantas que iluminaban las paredes y en el techo del árbol.

De cierta forma, el hueco se podía considerar como una antesala y la 'puerta' al interior más profundo, estaba cubierta por raíces que, con un solo gruñido de la felina, se apartó.

El lugar era grande como para que bestias de más de diez metros entraran y cualquier humano se sentiría oprimido.

Al pasar la entrada, las miradas se fijaron en su grupo y Agatha dio una sonrisa.

El camino delante de su grupo estaba abierto, pero a cada uno de los lados estaba lleno de varios tipos de bestias mágicas.

Gorilas, goliathus, aves de fuego, panteras, leones alados y otras bestias mágicas, estaban observando su grupo.

Este lugar era como una sala y si uno miraba la enorme roca que estaba al final del pasillo y la pantera que estaba arriba, entonces sería normal definirlo como una sala de trono.

Agatha caminó guiando a su grupo y pudo sentir que ni la Cardenal Brousseau o James estaban nerviosos por las miradas de los lados, pero si por la mirada del frente.

Una pantera negra del tipo tigre de cinco metros de longitud y cuatro metros de alto, su pelaje negro se veía suave y agradable, pero esos ojos púrpuras eran lo que llamaba la atención.

Feroces y agresivos, que ahora esa pantera tuviera sus garras fuera y mostrara sus colmillos, dejo en claro que ellos no era lo que ella esperaba.

Agatha pudo sentir la agresividad de la otra parte, pero esa pantera olfateo un momento.

"Tienes su olor y te pareces un poco a ella." Dijo la pantera, relajándose de forma superficial.

"¿Es así? Supongo que es normal que una hija se parezca a su madre." Respondió Agatha, tratando de controlar su expresión.

Estaba aguantando su risa debido a toda la situación en este lugar.

Tantas bestias mágicas de rango S estaban rodeándola y entre la multitud había una leona alada de rango SS que se ocultaba.

En este lugar ni la roca que servía como trono era normal… Y ni hablar de la pantera que miraba y bajando la guardia de forma superficial.

Al mencionar que era la madre de la jovencita que estaba afuera, la agresividad de esa pantera disminuyó, pero a la vez la cautela y su guardia nunca disminuyó.

"La Protectora de Zerzura está esperando afuera. Al parecer está nerviosa." Explicó el homotherium que había guiado.

La voz femenina de esa bestia llevaba respeto, que muy pocas veces era visto.

"¿Nervios? ¿Por qué estaría nerviosa?" Preguntó la gran felina y bajando de la roca, dudó. "¿Alba le hiciste algo?"

Su tono y su voz era casual, pero eso mismo lo hizo que se sintiera aterrador.

"No. No se veía nerviosa la última vez que hablo conmigo. Hasta pensé que estaba preparada para luchar." Murmuró la bestia que lo había acompañado y que fue llamada 'Alba' e inclinando su cabeza, señaló. "Hasta la he dejado sola, para que no sienta de esa forma."

Agatha recordó los informes que había leído sobre su hija y en su primera misión arca al extranjero se encontró una gran patrulla liderada por un Homotherium.

Su hija nunca mencionó el rango, pero ahora se dio cuenta de que se encontró a una bestia de rango SS.

Era normal que su hija estuviera dispuesta a luchar si era necesario y resultaba difícil que su hija conociera los 'nervios' durante la batalla… Y más cuando de ella dependían otros.

Viendo esa conversación de esas dos felinas, Agatha no pudo contener su risa y no le importó que atrajera la mirada de ambas.

Su cautela era sin duda impresionante y estaba claro que la mayoría de los que estaban aquí eran bestias que le desagradaban los humanos y estaban en guardia en contra de ellos, pero hablaban de su hija de forma amable.

"Mi hija todavía es una niña y si bien en un momento serio, ocultara su nerviosismo. En momentos normales la superan." Explicó Agatha con calma.

La pantera asintió y empezó a caminar a la salida.

Por la mirada que daba, estuvo claro que había localizado la posición de su hija y estaba dirigiéndose a ella, ignorándolos por completo.

James y la Cardenal Brousseau le dieron una mirada, como si entendieran que sin esa felina las negociaciones no tendrían sentido, pero Agatha los ignoró y dio una sonrisa.

"Incluso si sales mi hija estará nerviosa y responderá de forma mecánica. No lograrás acercarte cómo quieres." Dijo Agatha y al ver que la pantera se detenía, añadió. "Si me escuchas te enseñaré la forma para que puedas acercarte y hacer que ella baje toda su guardia."

El informe de la misión asalto, en donde la pantera negra que se suponía que lideraba otras bestias fue liberada, no era tan detallado.

Aurora ocultó parte de lo sucedido y no fue temas relacionados con su supuesto 'sistema' o algún secreto de ese tipo, sino que debía tratarse de otra cosa.

Fue encontrada en un estado agotado y cansado, al lado de una pantera negra… Grande, pelaje agradable y suave que daba la impresión de ser un perfecto peluche.

Su hija muy posiblemente ni siquiera tuvo límites y ahora esta pantera parecía estar esperando que sucedería lo mismo, sin conocer que ese momento fue una excepción.

"Escucharé." Respondió la pantera curiosa por lo que estaba hablar.

Todo su cuerpo dejaba ver que estaba preparada para la batalla, pero sus ojos púrpuras mostraban curiosidad.

Los rumores de que ella cambió tras ser liberada, eran ciertos y Agatha dio una sonrisa.

******

"Creo que no debí quedarme… Siento que madre puede ser problemática." Murmuró Aurora sentada en una raíz.

—Lo es.

Su sistema dio su respuesta ante su murmullo y Aurora volvió a suspirar.

El problema no solo era ese, sino que, a pesar de estar en medio del bosque mágico en la base de un gran árbol, no había nadie vigilándola.

Si extendía sus sentidos, podía percibir a los homotherium mirando desde lejos, pero estaban demasiado lejos como para decir que la estaban vigilando.

Si no fuera porque a una distancia considerable otras bestias mágicas estaban por el área y en el cielo estaban aves, era posible que se sintiera demasiado sola.

"Espero que la reunión vaya bien." Murmuró Aurora, dando un suspiro mirando el cielo.

Ver el enorme tallo del árbol elevarse al cielo era nada más que impresionante y era una vista tan atractiva que la hizo relajarse.

Esta reunión era importante y no solo para arreglar los problemas relacionados con la Señora de las Bestias, sino que para crear una futura conexión con el bosque.

Una vez que se acercara lo suficiente, James podría comerciar con las bestias y los beneficios iban a hacer que Zerzura pudiera mantenerse por sí misma.

Según el Anciano Kernen, la Academia Cernunnos y algunos profesores como él, eran los únicos que se relacionaban con las mayorías de las tribus.

Todos los demás humanos eran eliminados al entrar al bosque e incluso los domadores con sus propios compañeros, eran cazados.

Aurora estaría satisfecha con un acuerdo para evitar conflictos directos.

Ya aplicaban leyes para proteger a las bestias mágicas inteligentes y a pesar de que siempre había problemas, las regulaciones eran mantenidas de forma estricta.

Así que incluso si las bestias mágicas exigían que su gente no fuera eliminada o que los humanos se encargaran de detener los cazadores furtivos en su zona, Zerzura lo cumpliría.

De esa forma podrían asegurar que el lado sur de Zerzura que daba al bosque mágico iba a ser 'seguro' y no tendrían que esperar conflictos repentinos.

Pensando en esa situación, Aurora escuchó un ruido y se giró hacia atrás.

La raíz era gruesa y grande, a pesar de que estaba sentada en una esquina rota, no pudo ver lo que ocurría en la parte superior.

Usando su artefacto de vuelo, se dirigió a la cima de la raíz y ella parpadeó sorprendida.

"…"

Una pequeña 'gatita' de pelaje negro estaba a unos metros tratando de escalar la raíz y moverse como si no estuviera acostumbrado a su cuerpo.

—Eso no es…

"Es bonita." Murmuró Aurora, interrumpiendo a su sistema.

Pequeña y adorable, sabía que su sistema se refería a que no era una 'gatita' y era posible que fuera una pequeña pantera, pero… ¿A quién le importaba?

Aurora tosió controlando su expresión y dio una mirada por sus alrededores para ver si era observada y tras no ver nada… Se abalanzó a la pequeña felina.

"¿Te perdiste, pequeña?" Preguntó, con una sonrisa y acercando sus brazos, la adorable pequeña dio unos pasos tambaleantes y Aurora la tomó en sus brazos.

El pelaje era suave y el cuerpo era pequeño, pero demasiado agradable.

Aurora volvió a dar una mirada a los alrededores y al no ver a nadie, voló al otro lado de la raíz y al bajar, sostuvo a la pequeña con un brazo y con la otra sacó su espada de su anillo espacial.

La pantera no tuvo miedo al verla con su espada en la mano y simplemente parpadeó, cuando la vio clavar su espada en el suelo y generar un pequeño asiento, con su aura celeste.

Era capaz de crear un domo con su aura celeste, crear un asiento no era tan difícil.

"Necesitaba un lugar para sentarme." Murmuró Aurora sin nada de vergüenza.

—…

Su sistema le dio tres puntos seguidos dejando en claro que su excusa no funcionaria.

No estaba mintiendo… Necesitaba un lugar para sentarse, preferiblemente uno en el cual nadie pudiera observar y le permitiera abrazar a la pequeña sin contenerse.

"¡Eres linda!" Exclamó Aurora y abrazó a la pequeña y al ver que la pequeña respondía frotándose con su mano, ella continuo.

Frotándola con sus mejillas, Aurora sintió la lengua pasar por su mejilla y se rio suavemente.

En este lugar recóndito entre medio de las raíces en donde normalmente no sería vista, ella se dejó llevar y jugueteo con la pequeña, disfrutando hacerle cariño.

"¿Si te llevo conmigo se enojarán?" Dudó Aurora y al sentir la mirada de la pequeña, murmuró. "Estoy bromeando… Bueno, no, no tanto, pero no me atrevo. 'Ella' vendrá por mí."

Se rio ante sus propios pensamientos y al sentir que la pequeña se acurrucaba en su regazo, Aurora se sintió agotada y dio un largo suspiro.

¿Desde cuándo no se relajaba de esta manera?

Estaba exhausta y ella afirmó su espalda en la raíz y simplemente abrazó a la pequeña, que se relajó en sus brazos.

Empezó en el funeral y con la muerte de Cynda… ¿Qué fue lo que sintió? Las palabras de Zhan Tian fue lo que causo que llorara desconsolada

¿Qué pasaba si ella se hubiera soltado más? ¿Ser más amigable? ¿Dar ese paso para relacionarse y volver a dejar a otros entrar a su diminuto círculo? ¿Acercarse como su hermana lo hizo con César?

Era demasiado tarde para tales preguntas.

"Estoy cansada."

No estaba queriendo eliminar a la Señora de las Bestias por venganza, sino que era un paso para algo más grande… Para demostrar al mundo que Zerzura no era una presa fácil.

Para unir a la gente que estaba sufriendo bajo esa señora de la guerra y para terminar con los conflictos y la guerra.

Esa fue la razón por la cual no se estaba centrando en la eliminación y le dejo ese trabajo a su madre.

Había que mirar a lo que sucedería cuando esa señora de la guerra ya no estuviera, los conflictos de los que quedarían y el peligro para las ciudades.

Era difícil decir que cambiaría de inmediato o que trataría de al menos no encerrarse como Cynda hubiera querido, pero no centrarse en la venganza, era parte de su intento de avanzar.

"Es difícil no caer en los mismos errores." Murmuró Aurora mirando el cielo y sintiendo que la pequeña pantera se elevaba por su pecho, para lamer sus mejillas, comentó. "Pero hay que intentarlo, ¿no? Incluso cuando todo parezca perdido… ¿Eso no es lo que significa 'vivir'?"

En el fondo, ella quería caer en los mismos errores… Si lo hiciera, ella misma se prepararía para ir en contra de la Señora de las Bestias, al igual que lo hizo con el gremio 'The Eternal Guards' y aquel que destruyó la ciudad en donde la gente que quería había esto.

"Hay que avanzar, aunque sea lento." Dijo Aurora y al mirar a la pequeña cuyos ojos púrpuras estaban fijos en ella, preguntó. "¿No lo crees?"

Aurora recordó el día en el funeral que huyó a la dimensión de su maestro.

******

-Luego del funeral en Zerzura, antes de que Agatha recibiera el pedido de ayuda de su hija-

En un blanco ilimitado espacio en donde no había sonido y estaba completamente en silencio, un anciano abrió sus ojos al escuchar un llanto.

¿Qué hora era? ¿Qué día era? El anciano no le importo el tiempo que estuvo meditando-durmiendo y se levantó.

El espacio al frente de él fue cortado y en un parpadeo se acercó a una jovencita que lloraba acostada en el suelo.

¿Deseaba estar sola? Su aprendiz lloraba en silencio como si fuera una niña desconsolada y él, dio un suspiro.

No sabía por qué lloraba, estaba enterado de los caídos en la última batalla y era posible que su aprendiz no pudo soportar el funeral.

Él se sentó a su lado y dio palmaditas en la cabeza de su aprendiz, escuchándola llorar hasta que todo se detuvo, tras un tiempo indefinido.

"Abuelo… No me gusta sentir dolor." Murmuró esa jovencita sin querer levantarse del suelo.

La forma que lo llamo paso de 'maestro' a 'abuelo' e hizo que el anciano recordara cuando ella era una pequeña niña que le pedía que la entrenara y lo llamaba 'abuelo'.

Era antes de que ella se alejara y mantuviera una distancia, dándose cuenta de lo irreal que era tener un 'maestro' y venir a esta clase de lugar.

"Todos pensamos en eso en algún punto de nuestra vida." Respondió el anciano y mirando que esa jovencita volvía a levantarse, señaló. "Si no sientes dolor, no sentirás las otras emociones. Para evitar el dolor, debes evitar querer y de esa forma evitarás sentir el dolor de la perdida."

Las emociones estaban relacionadas… Quitar el dolor, haría que fuera imposible querer y eso era de esa forma, para que posteriormente no fuera lastimada ante la pérdida de los seres queridos.

"Y ya lo has intentado." Murmuró el anciano mirando a su aprendiz que estaba cabizbaja.

¿No era lo que había intentado desde que perdió aquellos seres queridos? Tratando de olvidar a sus amigos, compañeros y conocidos.

Había querido no sentir dolor y se había distanciado de todos aquellos que trataron acercarse y ahora se dio cuenta de que eso no funciono.

"Puedes volver con tu familia… Ser una flor en un invernadero." Dijo el anciano con un tono serio y su aprendiz le dio una mirada.

Una flor en un invernadero… Una hija amada por sus padres, por su hermana y cuidada por ellos.

Si ella deseaba esa vida podría no sufrir ningún percance y viviría cómodamente de principio a fin.

Era normal que pudiera hacerlo cuando sus padres eran tan fuerte y protectores, ni hablar de su hermana y sobre todo…

"No quiero." Intervino Aurora, deteniendo los pensamientos del anciano.

La mirada que daba su aprendiz era decidida y determinada… La misma mirada que alguna vez dio cuando empezó a salir a luchar vestida de esa 'heroína'.

Tenía todas las ventajas para vivir una vida cómoda, pero esa sería la vida en un invernadero y era imposible que su aprendiz aceptara ese escenario.

Podría haber ido a una escuela normal, tener amigos normales e incluso si deseara ser fuerte podría entrenar en secreto, pero en vez de eso, siempre saltaba de cabeza a todo tipo de conflictos.

Lo hizo por su propia voluntad, formando sus propios ideales y valores que la guiaban… Ella estaba viviendo la vida a su manera.

"Entonces tienes que soportar las condiciones hostiles en el exterior." Declaró el anciano de forma solemne.

"¿Maestro, de verdad está usando la analogía de una 'flor en el invernadero'?" Preguntó Aurora algo incrédula y al verlo a él asentir, ella dio una sonrisa.

Al principio fue pequeña, pero luego dio un suspiro como si dijera que él era poco confiable y en medio de todo eso, sus labios temblaron otra vez.

Aunque al pequeño costo de que ella lo viera mal, pudo animarla un poco y eso era bueno para el anciano.

"Siento que estoy siendo tragada por la oscuridad." Murmuró su aprendiz con cierta pena en su voz.

El anciano no respondió.

No necesitaba responder… Después de todo, ella era su aprendiz.

"Pero no lo permitiré… Tengo que avanzar, tengo que moverme y no debo permitir ser tragada ahora." Masculló Aurora y con una voz fría, declaró. "Debo matar a la Señora de las Bestias… No, no solo pensar en matarla. Si la mato, otros ocuparan su lugar y nada cambiara. Necesito prepararme."

En su propia analogía del pozo de desesperación, moverse para que no fuera tragada era lo principal y al mismo tiempo proteger esa 'luz' que estaba con ella.

Tampoco tenía que pensar en matar… Ya lo hizo antes y cumplió con sus objetivos, pero nada termino cambiando.

Ahora necesitaba ver más lejos y prepararse para terminar con su objetivo y alcanzar lo que deseaba.

Su aprendiz había dejado ver su espada como un arte y la estaba viendo como un arma, pero incluso en ese punto, sabía como darle un objetivo a esa arma.

"Entonces necesitas pensar bien que es lo que quieres hacer y si quieres enfrentarla también debes entrenar." Dijo el anciano con seriedad.

Lo primero que hizo su aprendiz fue mirarlo y le dio un suspiro, tal vez pensando que no era muy considerado.

Sabía de su situación y conflictos con su espada y también entendía que ahora, simplemente se forzaba a tomarla, pero el anciano no tuvo cambios de expresión.

"Si no deseas entrenar con tu espada, entonces hay que entrenar tu estado físico." Murmuró el anciano e ignorando la mirada de su aprendiz y pensó un momento, propuso. "Podrías mejorar tus capacidades cuerpo a cuerpo. Luego si te agrada, tal vez puedas intentar entrenar como luchadora."

Iba a ser complicado porque su aprendiz había aprendido a ser un espadachín y su entrenamiento siempre se especializó en eso.

Desde que aprendió a usar la energía mágica hasta la forma que movía su cuerpo y sus músculos, prácticamente para cambiar de estilo tenía que entrenar durante un tiempo.

"Puedes avanzar, aunque sea lento." Señaló el anciano y vio que su aprendiz se levantaba de vuelta.

Lo importante era que su estado físico no se deteriora y pudiera seguir luchando cuando fuera necesario.

De esa forma su problemática aprendiz podría no salir tan herida del enfrentamiento que estaba por venir… Y de todos aquellos que vendrían en el futuro.

Bastante tarde, pero al final, lo pude publicar. Mañana viene el ultimo capitulo de esta seccion.

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