Derrotados y humillados.
Así nos sentíamos todos mientras caminábamos hacia nuestro nuevo escondite: El Templo Aire del Oeste.
—Esto es humillante. —dijo Katara.
—¿Por la paliza que nos dio la Nación del Fuego o por tener que caminar hasta el Templo Aire del Oeste? —pregunto Sokka.
—Ambos. —
—Lo siento, amigos. —dijo Aang. —Pero Appa se cansa de llevar tanta gente. —
—¿Cómo estarán el resto de las tropas? —pregunto Teo.
—Lo más seguro es de camino a prisión. —contesto Haru. —Mi padre recién salió y ahora vuelve de nuevo. —
—¡Llegamos! —dijo Toph cuando llegamos a un risco. —Puedo sentirlo. —
—Creo que tus pies necesitan un oculista. —dijo Katara al no ver nada.
—Toph tiene razón, ya llegamos. —dije.
—Wow~… es increíble. —dijo Toph.
Nos subimos a Appa y volamos hasta estar en la estancia central del templo.
—Están diferente al Templo Aire del Norte. —dijo Teo. —Me pregunto si también tiene cuartos secretos. —
—Vamos a explorar. —dijo Haru mientras corría hacia las escaleras que daban hacia el interior del templo.
Aang tomo mi mano y corrimos detrás de ellos pero Katara nos detuvo.
—Vayan ustedes, chicos. —les dijo Katara a los demás. —Tenemos algunas cosas de que hablar. —
Vimos como los demás se iban.
—¿Por qué no podemos ir? —pregunto Aang.
—Debemos decidir qué vamos a hacer ahora y ya que son el Avatar y la Ānníng, creo que deberían de participar. —
Resople y mire hacia otro lado.
No tenía ganas de tener esta conversación en este momento justo después de nuestra derrota. ¿Qué no entendían que teníamos que relajarnos un poco? Ya sé que somos los que traeremos equilibrio al mundo pero creo que ya era bastante obvio que como no había funcionado la invasión nos teníamos que regresar al primer plan. Que Aang controlara los cuatro elementos y el estado Avatar.
—Entiendo. —dijo Aang frunciendo el ceño. —¿Y cuál es el plan? —
—El nuevo plan es el antiguo plan. —dijo Sokka. —Debes de controlar los cuatro elementos y tienen que enfrentar al Señor del Fuego antes de que llegue el cometa. —
—Oh~ si, no hay problemas, seguro que lo haremos. —dijo Aang con sarcasmo.
—Sera pan comido. —dije sarcástica. —Hasta lo podremos hacer con los ojos cerrados. —
—Chico, nadie ha dicho que será fácil. —dijo Katara.
—Eso ni siquiera será posible, ¿Dónde encontrare un maestro de fuego control? —
—Podríamos buscar a Jeong-Jeong. —opino Katara.
—Como si fuera posible que volvamos a verlo de nuevo. —dije aburrida de la conversación.
—¿Quién es? —pregunto Toph. —Agh… olvídenlo, si es importante lo sabre. —
—Bueno, no tenemos a nadie. —dijo Aang con una sonrisa mientras se ponía de pie y sacaba su planeador. —Creo que daré un paseo por el templo. —salió volando.
—¿Qué pasa con él? —pregunto Toph.
Suspiré, me puse de pie, tomé mis cosas y las de Aang.
—Voy a escoger mi habitación. —dije sonriendo y caminé hacia el interior del templo.
—¿Qué pasa con ella? —escuche que volvió a preguntar.
Caminé hacía unos de los pasillos donde estaban las habitaciones y escogí la primera para Aang y para mí.
Me puse a acomodar nuestras cosas para perder el tiempo y no tener que regresar con los demás.
—Lin, tenemos que hablar sobre el fuego control con Aang. —dijo Katara cuando llego a mi cuarto.
—{Ni media hora me dejan sola.} —pensé.
—Ya hablamos sobre eso. —dije dándole la espalda. —No hay nadie que pueda enseñarle. —
—Lo sé pero debemos tener un plan para eso y no podemos hacerlo si no están en la plática. —dijo.
—Aang está ocupado y para serte sincera yo también. —me di la vuelta y le sonreí.
—Luego acomodas. —tomo mi mano y me jalo hacia afuera. —Subiéremos a Appa e intentaremos hablar con él, los demás ya nos están esperando. —
Esto ya me estaba cansando.
Hicimos lo que dijo y fuimos a perseguir a Aang.
—¡Aang! ¡¿Podemos hablar sobre el fuego control ahora?! —grito Katara.
—¡¿Qué?! ¡El viento sopla muy fuerte en mis oídos! —dijo evadiendo la pregunta. —¡Miren esta maniobra! —
Comenzó a dar vueltas en el aire.
—¡Aang, creo que deberíamos estar haciendo planes de nuestro futuro! —grito Sokka.
Comenzamos a aterrizar.
—Está bien, lo podemos hacer mientras les muestro la mesa gigante de Pai Sho. —
—Yo quiero ver eso. —dije mientras bajaba de Appa y caminaba hacia el para que me llevara a ver esa mesa.
—Te va a encantar la cámara del eco eterno. —dijo Aang.
—Eso tendrá que esperar. —dijo Toph y apunto hacia nuestras espaldas.
Appa se quitó y pudimos ver a la persona menos esperada pero a la vez esperada ya que nos había estado persiguiendo todo este tiempo por todo el mundo.
—¿Qué tal? Soy Zuko. —levanto una mano y nos sonrió.
Fruncí el ceño y me puse en posición defensiva al igual que los demás.
—Escuchen. —dijo algo incomodo. —Supe que venían hacia acá y decidí esperarlos aquí. —
Appa soltó un berrido y lo lamio. Eso me tomo desprevenida, solo hacia eso con sus amigos y gente de confianza.
Quité mi pose defensiva pero lo seguí viendo con cautela. Entonces me di cuenta de que su aura estaba completamente cambiada, antes esta estaba llena de tristeza, enojo y vergüenza pero ahora solo podía ver nostalgia, arrepentimiento, amabilidad y algo de paz que quería brotar de él, como que todavía le faltaba algo para que esa paz salía a flote.
Mas calmada y no tan a la defensiva decidí escuchar lo que tenía que decir.
—Se que es una sorpresa verme aquí. —dijo mientras se limpiaba la saliva de Appa.
—No mucho. —dijo Sokka enojado. —Nos has estado siguiendo por todo el mundo. —
—Si…yo…eh…como sea, lo que quería decirles es que he cambiado… y que ahora soy bueno…y quisiera unirme a su grupo… y que también puedo enseñarte fuego control… ¿Qué me dicen? —
Eso sí que me sorprendió.
—¡¿Qué quieres que?! —pregunto Toph.
—No crearas que alguno de nosotros va a confiar en ti, ¿O sí? ¡¿Qué tan tontos crees que somos?! —grito Katara.
—Si, siempre has querido atraparnos y capturar a Aang y a Lin. —reclamo Sokka.
—He hecho cosas buena. —se defendió Zuko. —Pude haber robado a su bisonte en Ba Sing Se pero lo dejé libre. Eso es algo. —Appa lo volvió a lamer.
—Appa parece agradarle. —dijo Toph ya más relajada.
—De seguro se cubrió de miel o algo para que Appa lo lengüetee. —dijo Sokka. —¡No lo creo! —
Mire raro a Sokka.
—{¿Quién quisiera estar lleno de saliva de bisonte?} —pensé.
La verdad es que le estaba creyendo a Zuko, después de todo no estaba diciendo ninguna mentira.
Zuko miro al piso triste.
—Puedo creer poque no me creen, sé que he cometido errores en el pasado. —
—¡¿Como cuando atacaste a nuestro pueblo?! —grito Sokka.
—¡¿O cuando robaste el collar de Lin y lo usaste para ubicarnos y atraparnos?! —grito Katara.
—Él no me robo nada, Katara. —dije confundida.
—¡Claro que sí! Acuérdate que se te cayó el collar y el no siguió con su olor. —me dijo Katara.
—Tu misma lo dijiste se me cayó y él lo encontró. —dije calmada.
—¡¿Lo estas defendiendo?! ¡¿Acaso eres un traidora?! —me grito roja por el enojo.
Esta vez sí me enojé y le di una cachetada. Todos se me quedaron viendo con asombro mientras Katara se tapaba el cachete lastimado con su mano y me miraba con enojo.
—¡¿Acaso estas escuchando las estupideces que dices?! —le grite. —Yo no defiendo a nadie y mucho menos soy una traidora, acuérdate con quien hablas, Katara. Solo estoy diciendo que tu argumento es incorrecto él no me robo o arrebato mi collar, a mí se me cayó en la pelea y él lo tomo, si nos siguió con el olor pero nunca me lo robo. —
—No peleen por cosas que hice, por favor. —dijo Zuko.
Voltee a verlo seria.
—Admito que he hecho cosas terribles, estaba equivocado al capturarlos y lamento haber atacado la tribu agua y jamás debí haber mandado a ese asesino de la Nación del Fuego tras de ustedes…—
—Espera, ¿Tu enviaste al Hombre Combustión? —pregunto más enojado Sokka.
—Ese no era su nombre pero…—
—Oh~… lo siento no quise ofender a tu amigo. —dijo sarcástico Sokka.
—No es mi amigo. —
—¡Él nos encerró a Katara y a mí y trato de aniquilarnos! —grito Toph.
—¿Por qué tu no dices nada? —Zuko miro a Aang. —Una vez dijiste que podíamos ser amigos. —Aang miro hacia otro lado con el ceño fruncido. —Sabes que hay bondad en mí. —
Esta vez Aang nos miró, Sokka le negó con la cabeza, Katara y Toph no le prestaron atención y yo me encogí de hombros. Ya no sabía que pensar de Zuko, todo él había cambiado.
—Jamás confiaremos en ti después de todo lo que has hecho, nunca te unirás a nosotros. —dijo Aang.
Zuko lo miro sorprendido y en su aura se marcó más la tristeza.
—Tienes que irte de aquí. Ahora. —dijo Katara.
—¡Trato de explicar que ya no soy esa persona! —grito frustrado.
—Te vas o atacamos. —dijo Sokka amenazándolo con su bumerang.
—Si no me toman como amigo, tómenme como prisionero. —se hinco y levanto las manos.
—No, no lo haremos. —Katara le lanzo un chorro de agua. —Vete de aquí y no vuelvas y si te vemos otra vez…bueno, será mejor que no te veamos. —
Katara, Sokka y Aang se le acercaron amenazadoramente.
Zuko se puso de pie y se fue triste.
—Esta vez si te pasaste, Katara. —dije y ella me miro enojada. —El ni siquiera tenía intenciones de atacar de hecho estaba hincado y levantando las manos para que lo tomáramos prisionero, lo que hiciste fue como atacarlo por la espalda. —
—Otra vez lo estas defendiendo. —dijo irritada.
—No, solo veo lo justo de las cosas. —
—Pero él nunca fue justo cuando intento capturare a ti y a Aang. —dijo Katara.
—Si, pero se disculpó. —dije.
—De seguro fue un engaño, todo lo que dijo fue un engaño. —
—Lo más probable es que quisiera llevarnos a una trampa. —dijo Sokka.
—Es igual a lo que Lin nos contó que ocurrió en la prisión de Ba Sing Se. —dijo Katara. —Habla de algo que te relacione con él y se muestra como un humano con sentimientos. —
Rodee los ojos. Ya me estaba cansando la actitud Katara y poner lo que me pasa a mi para justificar su enojo.
—Quiere que uno se confié y sienta lastima por el para que uno baje la guardia y pueda atacar. —dijo Sokka.
—No podemos creerle. —dijo Katara enojada.
—Tengo una confesión que hacer. —dijo Aang. —¿Recuerdan cuando enfermaron, Lin los cuido y Zhao me capturo? —
—¡Nos hiciste chupar ranas congeladas! ¡¿Cómo podría olvidarlo?! —grito Sokka. —¡Tuve una verruga en la cosa que cuelga al final del paladar por un mes! —
—Sokka, Katara y yo te revisamos y te dijimos que no había nada ahí. —dije.
—¡Podía sentirlo! ¡La cosa que cuelga es mía! —
—Como sea. Cuando Zhao me encadeno fue Zuko el que me libero arriesgo su vida por mí. —
—¡No es así! Estoy segura de que te ayudo para capturarte el mismo. —dijo Katara.
—Tu y Lin son solo un gran premio para él. —dijo Sokka.
—Tal vez tienen razón. —dijo Aang.
—¿Y que fue todo esa tontería de liberar a Appa? Que mentiroso. —dijo Katara.
—No mentía. —dijimos Toph y yo al unisonó.
—Oh bravo~… en toda una vida de maldad no agrego crueldad con los animales a la lista. —dijo sarcástico Sokka.
—Solo digo que considerando su desunida familia y como fue criado pudo haber sido mucho peor. —dijo Toph.
—Tienes razón, Toph, vamos a buscarlo y darle una medalla ¡El premio a no ser todo lo perverso que pudiste ser! —grito con sarcasmo Katara.
—Solo sé que mientras él nos hablaba fue sincero. —dijo Toph con calma. —Tal vez sus sentimientos heridos no lo dejan pensar con claridad. —
—Es fácil para ti decirlo. —dijo Katara enojada. —No estuviste cuando nos atacó con piratas. —
—O cuando quemo la Isla Kyoshi. —dijo esta vez Sokka igual que su hermana.
—O cuando trato de capturarnos a mí y a Lin en el Templo Fuego. —dijo Aang.
—¡Porque insistes en defenderlo! ¡Primero Lin y ahora tú! —grito Katara con todas sus ganas.
—¡Cállate! —grite esta vez yo mirándola. —¡Y ustedes también! —esta vez mire a mi novio y a Sokka. —Yo estuve en todos esos lugares que mencionan. Yo vi su enojo y maldad de primera mano, como también vi su tristeza en las catacumbas, no tu Katara, ¡Yo lo miré, yo estuve ahí! ¿Y saben qué? Yo sí creo que cambio. —me miraron con asombro. —Mire su aura, está muy cambiada a como lo vimos en el pasado, antes solo podías ver enojo, confusión, colores oscuros y ahora solo tiene arrepentimiento y una paz que quiere emerger de el con desesperación. Y le creo después de todo lo que hizo porque creo en el perdón y el arrepentimiento, ¡Y aunque me mires así Katara! No me importa porque olvidan algo importante ¡Trio de idiotas! Algo que solo Toph y yo tenemos presente. Aang necesita un maestro de fuego control y no tenemos una lista de candidatos muy amplia en donde podamos escoger. —
—¡Y cuando aparece uno en bandeja de plata ni siquiera lo piensan! —grito Toph.
—No tendré a Zuko como mi maestro. —dijo Aang.
—Por supuesto que no, amigo. —dijo Sokka.
—Bueno, creo que todo está dicho. —dijo Katara.
—Comienzo a preguntarme ¿Quién es el ciego aquí? —dijo Toph enojada mientras se daba la vuelta y se va.
—Son un trio de idiotas al cien por ciento. —dije enojada mientras que me daba la vuelta.
—Lin, no, espera. —dijo Aang mientras me tomaba del brazo.
—Suéltame, en este momento estoy enojada con ustedes tres. —me solté y fui a donde se había ido Toph.
—Pero… Lin. —fue lo último que escuché cuando me fui.
—¡Toph! ¡Espera! —grite para que parara y pudiera alcanzarla. —¿Adónde vas? —
—Iré a hablar con Zuko. —
—¿Quieres compañía? —
—Como sea. —
—Vamos pues. —dije.
Camine detrás de Toph por todo el bosque oscuro estaba más segura de no perderme si iba con ella.
—¿Qué tan lejos se fue Zuko? —me queje.
—Ya casi llegamos, niñita, no te estes quejando. —me contesto.
A lo lejos pude ver la tenue luz de una fogata.
—¡¿Quién está ahí?! —escuche que grito Zuko y antes de que pudiera decir quienes éramos el lanzo una ráfaga de fuego. —¡¿Quién está ahí?! —
—¡Somos nosotras! ¡Ay! —grito Toph mientras hacia una pared.
Pero esta no nos ayudó y alcanzo a pasar una ráfaga por suerte para mi traía mis botas para mala suerte de Toph obviamente no usaba zapatos y sus pies terminaron quemados.
—¡Toph! —grite y la atrape antes de que cayera al piso. Prácticamente la estaba cargando.
—¡Quemaste mis pies! —le grito enojada.
—Lo siento fue un error. —se disculpó y comenzó a correr hace nosotras.
Toph se soltó de mis brazos y se tiró al piso para poder gatear lejos de él.
—¡Aléjate! —dijo Toph mientras le lanzaba rocas que él puso esquivar fácilmente.
—Déjame ayudarte, fue un error, lo siento. —decía Zuko mientras se acercaba más a nosotras.
—¡Aléjate! —le volvió a gritar Toph y gateo más rápido.
—¡Espera! —intento acercarse pero no se lo permití.
—Déjala. —dije.
—No quise hacerlo. —dijo frustrado. —Fue un accidente. —
—Lo sé pero quemaste sus pies. —dije. —Luego hablamos por ahora tengo que ver que llegue bien y no se lastime más los pies. —
—Dile que lo siento. —dijo Zuko cuando me aleje de ahí.
Corrí buscando a Toph. Cuando la vi me acerque y ella me lanzo una roca.
—¡Hey! Cuidado. —dije al esquivar la roca.
—Creí que eras Zuko. —
—Ya no nos sigue. —me acerque a ella y tome su mano. —Deja te cargo en mi espada para llegar más rápido. —
—Yo puedo sola, no soy una niña en problemas. —
—De vez en cuando es bueno pedir ayuda. —le tome la mano para que se arrodillara—¿Sabes qué? Déjame curarte rápido los pies para que sanen adecuadamente. Siéntate por favor. —
Ella hizo lo que le pedí, tomé agua de las plantas, las puse en sus pies haciendo que esta brillara y comenzara a curar.
Toph suspiro de alivio.
—Listo ¿Cómo te siente? —
—Mucho mejor, gracias. —
—De nada, ¿Crees que puedas apoyar los pies? —
Se encogió de hombros, los apoyo y se puso de pie.
—Ya no me duelen pero tendremos que ir más despacio. —dijo.
—No quieres que te lleve así te recuperas más rápido. —
Se quedo en silencio.
—Vamos no te hagas del rogar. —dije mientras me agachaba un poco, ella se subió a mi espalda y comencé a caminar hacia el campamento.
Llegamos al templo justo al amanecer.
—¡Hola! ¡¿Alguien que me ayude?! —
—¿Ya te cansase, princesita? —pregunto burlona Toph.
—No eres una pluma que digamos. —dije de la misma forma.
Ella me dio un golpe leve en la cabeza y se rio.
—¡Lin, Toph! ¿Qué sucedió? ¿Por qué la estas cargando? —nos preguntó Katara.
—Me queme los pies. —dijo cuando me ayudaron a sentarla en una roca.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué sucedió? —pregunto otra vez Katara.
—Ya te dijo que se quemó los pies. —dije mientras iba por agua de la fuente que había en el templo y regresaba.
—Lo que quiero saber es el ¿Cómo? —
—Bueno…fuimos a visitar a Zuko anoche. —dijo Toph.
—¡¿Qué ustedes qué?! —grito Aang alarmado mientras me miraba con reproche.
—¡¿Zuko?! —grito Katara.
—¡Ah! — grito Sokka.
—Solo pensé que nos sería útil. —dijo Toph. —Y pensé que si hablaba con el podríamos llegar a algo. —
—Y yo quise acompañarla porque pienso lo mismo que ella. —dije mientras comenzaba la curación.
—¿Y entonces te ataco? —pregunto Sokka.
—En realidad creo que eso fue un accidente, ¿No, Toph? —pregunte.
—Si, fue un accidente. —
—Pero te daño con fuego control. —le recordó Aang.
Toph suspiro.
—Si. —dijo resignada.
—Lo ven, confiaron en Zuko y se quemaron. Literalmente. —dijo Sokka.
—Ya están mejor tus pies. —dije. —Lo bueno fue que te los cure en el momento. —
—Que bien. —dijo Toph.
—Zuko es demasiado peligroso para dejarlo solo. —dijo Sokka. —Tendremos que ir por él. —
—Detesto tener que hacerlo pero tienes razón. —dijo Aang. —Después de lo que le hizo a Toph no tenemos otra opción. —
—Fue un accidente. —insistí. —Era de noche, a la mitad del bosque y no nos anunciamos al llegar. ¿Cómo hubieran reaccionado ustedes? —
—De esa forma no. —dijo Sokka.
—Eso ni tú te lo crees. —
—Es astuto pero veremos la forma de atraparlo. —dijo Sokka.
—Tal vez invitándolo aquí. —sugirió Toph. —Ya se ofreció como prisionero una vez. —
—Si, invítenlo a que sea nuestro prisionero, le tendemos una trampa, lo atrapamos y lo hacemos prisionero de verdad. —dijo Sokka con una sonrisa maliciosa. —Jamás sospechara. —
—Que sorpresota se va a llevar, Sokka. —dije con sarcasmo mientras ayudaba a Toph a caminar hacia la fuente.
—Ah~…así está mejor. —dijo Toph al tener sus pies en el agua. —Ahora espero que el mal olor se vaya. —
—Aang, ¿Puedes traer una toalla para secar a Toph? por favor. —le pidió Katara.
Aang asintió y trajo lo que Katara le había pedido.
—Gracias. —dijo ella.
Justo en ese momento algo impacto con una parte del templo y hubo una gran explosión cerca de nosotros.
Rápidamente Sokka y Aang sacaron a Toph de la fuente y nos íbamos a alejar pero escuchamos un grito de Zuko:
—¡Alto! —
Estaba discutiendo con el Hombre Combustión.
—¡Ya no quiero que persigas al Avatar y a la Ānníng! —le grito y se suso frente a él. —Se cancela la misión. ¡Te ordeno que te detengas! —
El Hombre Combustión no le hizo caso y lo tiro a un lado para poder lanzarnos otro de sus ataques.
Lo bueno fue que estábamos resguardados de él y no pudo llegar a nosotros.
—¡Si continúas atacando no te pagare! —escuche a Zuko gritar. —¡Esta bien! ¡Te pagare el doble si paras! —
Vi como Aang se asomaba.
—No te asomes, cariño. —le dije al mismo tiempo que lo jalaba de su túnica y justo en ese momento llegaba otro ataque.
Vimos como de un solo disparo lanzo a Zuko de donde estaban, por suerte él se logró agarrar de una de las raíces que sobresalían.
Entonces Aang decidió atacar y lanzarle un tornado al Hombre Combustión pero este lo esquivo y se lanzó hacia nosotros cayendo en el edificio que estaba al lado de donde estábamos.
Corrí tomando una gran cantidad de agua y se la lance haciendo que resbalara pero se logró sostener con su brazo de metal. Entonces Katara hizo lo mismo que yo pero ella le lanzo estacas de hielo pero este logro cubrirse con sus partes de metal.
Aprovechamos ese momento para salir corriendo y escondernos en una pared que estaba cerca de ahí.
Lanzo otro ataque que destruyo uno de los pilares.
—¡Arrancara todo el lugar del precipicio! —grito Toph.
Intente asomarme pero ese sujeto lanzo otro ataque.
—No puedo asomarme y usar mis poderes sin que me exponga. —dije.
—Tengo una idea. —dijo Sokka sacando su bumerang, miro donde estaban cayendo los tiros. —Vamos, amigo, no me falles ahora. —y tiro el bumerang.
Sokka se asomó y resulto que si le dio, justo en la frente.
Al ver que había funcionado salimos de nuestro escondite.
—¡Si, bumerang! —festejo Sokka al mismo tiempo que lo atrapaba.
Entonces vimos como el hombre como el Hombre Combustión se ponía de pie tambaleante mientras tocaba su frente.
—Ahh~…bumerang. —se quejó tristemente Sokka.
Volvimos a nuestro anterior escondite y después escuchamos una enorme explosión y pudimos ver que la parte del templo donde estaba el Hombre Combustión caía al risco.
Es ahí cuando nos pudimos relajar.
Zuko se acercó a nosotros.
—No puedo creer lo que voy a decir pero gracias, Zuko. —dijo Aang.
—Oye, ¿Y qué hay de mí? Yo hice lo del bumerang. —se quejó Sokka.
—Escuchen, está claro que ayer no me explique muy bien. —dijo Zuko. —He vivido muchas cosas, ha sido duro pero me doy cuenta de que tenía que pasar todo eso para conocer la verdad. Pensé que había perdido mi honor y que mi padre podía devolvérmelo pero ahora sé que nadie puede darte tu honor, es algo que se gana uno mismo al elegir y hacer lo correcto. Ahora quiero participar en el fin de esta guerra y sé que mi destino es ayudarlos a devolverle el equilibrio al mundo. —volteó a ver a Toph e hizo una reverencia. —Lamento lo que te hice, fue un accidente. El fuego es peligroso y salvaje así que como maestro fuego debo de ser más cuidadoso y controlar mi poder para no herir a la gente sin intención. —
—Creo que estas destinado a ser mi maestro de fuego control. —dijo Aang y los hermanos lo miraron sorprendidos. —Cuando hice fuego control por primera vez quemé a Lin. —me vio arrepentido y yo le di una sonrisa, todo estaba en el pasado. —Y prometí no hacer fuego control otra vez pero ahora sé que entiendes lo fácil que es herir a las personas que amas. —hizo una reverencia. —Quisiera que tú me enseñaras. —
Zuko sonrió y lo imito.
Sonreí, al fin se había dado cuenta del cambio de Zuko.
—Gracias, me alegra mucho que me aceptes en tu grupo. —dijo Zuko.
—No tan rápido, debo preguntarle a mis amigos si están de acuerdo. —Aang volteó a ver a Toph. —Toph, Zuko te quemo los pies ¿Qué opinas? —
—Déjalo que entre. —sonrió y comenzó a hacer ademanes de pelea. —Eso me dará tiempo para vengarme por quemar mis pies. —
—¿Sokka? —
Sokka lo miro serio para después relajarse.
—Oye yo solo quiero derrotar al Señor del Fuego, si crees que es la forma de hacerlo estoy de acuerdo. —
—¿Katara? —
Katara frunció más el ceño.
—Te apoyare en todo lo que creas correcto, Aang. —nunca dejo de fruncir el ceño.
—¿Lin? —
Analicé un poco a Zuko, vi como una gota de sudor por los nervios caía por un lado de su rostro.
Zuko me miro preocupado.
—Deja esa cara de preocupación. —le dije. —Desde el principio creí en tu cambio y sabía que tarde o temprano serías el maestro de Aang. —
—Gracias, no los defraudare lo prometo. —dijo Zuko.
Aang tomo mi mano y comenzamos a caminar hacia el interior del templo.
—Ve por tus cosas y búscame para darte una habitación. —le dije antes de entrar.
Como a la media hora Zuko llego con una mochila y una espada.
—Wow que rápido. —dije poniéndome de pie. —Creí que durarías más. Muy bien, sígueme. —
Lo guie hacia uno de los pasillos del ala este del templo en donde estaban todos las habitaciones.
—Es esta. —dije dejándolo pasar. —Acomódate, descansa un poco y sal al anochecer para cenar. —
—Gracias por todo. —me dijo.
—No hay de que. —sonreí.
Camine por el pasillo y me tope con Katara, tenía un aura muy poco favorecedora. Todo lo que resaltaba era su enojado e irritación.
—No sé porque estas tan enojada. —le dije.
—Lo que no se es porque yo soy la única que lo está cuando la Nación del Fuego hizo cosas atroces y dejamos que uno de ellos este con nosotros como si nada. —
—Tu misma lo dijiste, la Nación del Fuego no Zuko el solo era una persona confundida que necesitaba aprender de sus errores. —me miro mal. —Puedo ver su aura de arrepentimiento por eso le creo no por otra cosa, además Aang lo necesita así que no lo molestes como molestaste a Toph la primera vez que viajo con nosotros. Tu siempre eres la mandona que empieza los conflictos. —
No deje que me contestara y me fui de ahí.