El Ascenso de la Raza Demoníaca (Parte 2)

—Pueden ser no muertos, pero no van a durar mucho contra un ejército bien entrenado sin— El tren de pensamiento del coronel descarriló cuando una ola de la mano de Lith conjuró una ola de fuego esmeralda.

Todo tipo de armas y armaduras salieron de las llamas místicas. Un mar de plata, Oricalco y Adamantita yacía frente a los Demonios, pero estaba lejos de ser suficiente para todos ellos.

—Los que son los más fuertes entre vosotros, escoged un arma y una armadura cada uno— Lith jadeó mientras consumía dos usos más de Invigoration para reponer a los gólems. —No tenéis ningún privilegio. Vuestra obligación es matar al enemigo y recuperar su equipo para vuestros hermanos.

Una luz negra brilló a través de las cadenas, de cada Demonio a Lith y de él al resto de sus compañeros no muertos, conectándolos a todos en un enlace mental tan poderoso que por un momento sus consciencias se fusionaron en una mente colmena.