Mundo Shinobi - Amigos - 70

-Lo siento, no fue mi intención lastimarte- dijo Kain haciendo una reverencia de noventa grados

Akane mostraba una expresión molesta y tenía los brazos cruzados. Miraba la pequeña cabeza blanca agachada, haciendo una reverencia -bien- dijo en tono serio -te perdono, Naori-sama ya me dijo que fue un pequeño error. Pero te costara cien dangos-

Kain levantó su rostro algo sorprendido -¿Está bien? Si no te hubiera dicho esas cosas, no te habrías lastimado. Además ¿Cien dangos? ¿Quieres quedar como las niñas de los Akimichi?-

-¡¿Quieres que me enoje de nuevo?!-

-No, no, para nada, serán cien dangos- dijo Kain con una gran sonrisa

Ambos estaban parados al lado del columpio, afuera de la Academia Ninja y protegidos por la sombra del árbol. Sakumo los miraba desde el lado con una actitud fastidiada y las manos puestas detrás de la nuca.

-¿Ya podemos irnos?- pregunto Sakumo -estamos perdiendo tiempo valioso-

-Cállate, Sakumo, no tienes ninguna delicadeza- dijo Akane con una expresión molesta -Kain se está disculpando, aprende, podría ser bueno para ti también. Ambos tienen tan poca delicadeza-

Kain y Sakumo soltaron un suspiro y escucharon los regaños de Akane durante diez minutos. Después se aburrieron y comenzaron a caminar, ignorando las continuas quejas. En ese momento, apenas si quedaban niños en el patio frontal de la Academia. Akane se había negado a salir para recibir las disculpas de Kain en un principio, pero después de verlo esperar por más de una hora en el columpio, se ablando. Además de qué, Naomi Yamanaka seguía rondando a Kain.

Los tres salieron de la Academia, pasaron por delante del municipio y miraron el gran edificio blanco con forma de tazón invertido. Después cruzaron la avenida con dirección oeste, al distrito Ino-Shika-Cho y pasaron por al lado de una plaza. Era nueva, y como consecuencia de eso, la mayoría de las plantas que habían puesto eran pequeños retoños. El suelo era una especie de arena blanda para que soportara las caídas de los niños. Solo había un columpio, una resbaladilla y cuatro bancas en las cuatro esquinas. Sin embargo, lo que llamo su atención fue un niño sentado en una banca, con una postura desparramada y mirando el cielo. Por el cabello oscuro y su mirada perezosa, Kain afirmaría que era una Nara.

-Espérenme un momento- dijo Akane

-Ahí vamos de nuevo- dijo Sakumo, levantando sus manos y poniéndolas detrás de la nuca -¿Estas segura? La última vez se molestó-

Akane camino y volteó su rostro a medida que avanzaba -solo espérame- dijo. Después miró hacia adelante y camino hasta llegar frente al niño Nara.

-¿Qué pasa?- susurro Kain

Sakumo le dio la espalda a Akane y al niño Nara, bajo los brazos y metió las manos en los bolsillos -es un niño sin chakra- dijo en voz baja

Kain también le dio la espalda a Akane y al niño Nara, mirando las casas que estaban al frente de la plaza y susurro -¿A qué te refieres?-

Sakumo miró a Kain, después miró al suelo con cierta molestia y dijo enojado -él nació sin poder ocupar chakra. Eso pasa-

-¿Es el único?-

Sakumo negó y dijo -hay otro, se llama Duy. Cuando entre a la academia nos evaluaron a todos juntos. Ellos se destacaron en diferentes cosas, por eso los dejaron entrar. Sin embargo, hace dos años atrás, cuando empezaron a enseñar ninjutsus, ninguno pudo lograr el mínimo requisito. Ahora fueron degradados un curso y si no pueden cumplir con los estándares de la Academia, serán expulsados. De ahí que Shishio tenga esa actitud-

-Es un Nara ¿cierto?-

Sakumo asintió -es el precio de las familias shinobis que mezclan su sangre con los civiles-

Kain asintió y se dio media vuelta para mirar de frente a Sakumo y de soslayo a Akane y a Shishio. Concentro un poco su vista y se dio cuenta de que la fuerza de Shishio, el niño sin chakra, era de 20. Un poco por encima de su madre, quien nunca había entrenado ninguna especie de ninjutsu o arte marcial.

Después de mirar suficiente y ver como el niño Nara se negaba moviendo su cabeza de lado a lado. Le volvió a dar la espalda y le pregunto a Sakumo -¿En qué se destaca?-

-Es un Nara- dijo Sakumo levantando los hombros -tiene una buena mente, rápida para los cálculos y el análisis. Sin embargo, sin chakra es totalmente inútil-

A los pocos segundos después escucharon los pasos de Akane aplastando la arena del parque. Al salir al camino, dio unos cuantos pisotones para limpiarse las suelas y avanzo hasta Kain.

-¿Qué dijo?- preguntó Sakumo

-Lo mismo de siempre- dijo Akane cabizbaja -está ocupado pensando. No tiene tiempo para los amigos-

Sakumo miró a Shishio y frunció el ceño -es un idiota- dijo y murmuro -aunque no pueda usar chakra, seguimos siendo amigos-

-Él no lo ve así-

Kain se tapó la boca con la mano y tosió, similar a lo que hacia su tío cuando había un ambiente pesado -¿Me acompañan? Tengo que ir a buscar un encargo-

Akane levantó su rostro y lo miró con cierta desconfianza -¿No estarás tratando de zafarte de tu promesa? Igual me deberás cien dangos-

-No, no, para nada- dijo Kain negando con su cabeza -tengo que ir a ver al viejo Yamanaka y preguntarle si llego mi encargo-

-¿Qué es, Kain?- pregunto Sakumo

-Metal de chakra o más bien dicho, metal que absorbe el chakra-

-Cómo se esperaba de alguien que vive con el hokage, eres rico ¿no?-

-Para nada, gane el dinero por mi cuenta. Vamos te cuento en el camino-

De esa manera, los tres niños caminaron hasta la puerta de la tienda del viejo Yamanaka. El frontis estaba enchapado en madera, con una gran vitrina y un escaparate detrás del vidrio llenó de armas de todo tipo. En su mayoría kunais y katanas.

Kain fue el primero en abrir la puerta, una invención totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado. El viejo Yamanaka siempre se estaba actualizando, y esta vez, había puesto una puerta con bisagras y manilla. Al abrir la puerta sonó una campanilla en la parte superior.

-Buenas tardes. ¡Ah! Eres tú mocoso- dijo el viejo Yamanaka, arreglaba su escaso cabello blanco, que alguna vez fue rubio como todos los de su clan, en una coleta. Poco a poco se estaba quedando calvo. Estaba parado detrás de un largo mostrador de madera, que en el frontis tenía una larga vitrina de vidrio y detrás de ella, había más armas.

-Hola- dijo Kain de buen humor -vine a preguntar por mi encargo-

-Justo a tiempo o eso quisiera decir. Has estado viniendo casi todos los días a molestar y por fin puedo decir, que llegó. Dame un segundo y vengo de inmediato-

El viejo Yamanaka camino hasta el extremo izquierdo del mostrador, en donde había una puerta corredera que llevaba a unas habitaciones internas. Abrió la puerta dejando ver una especie de bodega con estanterías y después de pasar, cerró la puerta.

Sakumo empezó a rondar las estanterías y dijo en voz baja -hay mejores tiendas-

-No deberías decir eso- dijo Akane -esta es la tienda de un mayor, se más respetuoso-

-Es la verdad- respondió Sakumo -deberías buscar un mejor lugar-

Kain se acercó a Sakumo y vio que estaba mirando una katana. Miraba el precio con cierta expresión de melancolía. Sin embargo, después de hacer memoria, puso las manos sobre el vidrio de la estantería que tenía la katana, pegó su rostro y la miró de cerca como queriendo poseerla con la mirada.

-Definitivamente, hay mejores tiendas- dijo de nuevo -pero solo este viejo esta tan loco como para vender esta espada a ese precio. Sin embargo- dijo como si toda su euforia se desvaneciera y murmuro -la pobreza-

Kain se largó a reír en voz baja y dijo -no está loco, lo que pasa es que el viejo tiene contactos y le vende las armas a un precio más bajo-

La puerta detrás del mostrador se abrió y el viejo Yamanaka salió con un pequeño paquete envuelto en papel Kraft, no más grande que la cabeza de un niño. Camino hasta la mitad del mostrador y dejo el paquete encima del mesón. Al mismo tiempo, Kain se acercó a paso rápido y apoyo las manos sobre la madera del mostrador.

-Dame un segundo- dijo el viejo Yamanaka, saco un kunai y cortó la cuerda con que estaba afirmado el contenido. Al abrir el envoltorio de papel café quedaron a la vista dos lingotes de color plomo.

Kain frunció el ceño y le pregunto -¿Puedo?-

-Claro, claro, es tuyo, por supuesto que puedes. Trata de canalizar tu chakra en el metal-

Kain canalizo su chakra a los pulmones y estos se lo devolvieron imbuido en elemento de viento. Después canalizo ese chakra elemental al metal y este comenzó a emitir una brisa.

-Ten cuidado- dijo el viejo Yamanaka -si le inyectas demasiado chakra con naturaleza viento, puedes cortarte la mano-

Kain hizo una pequeña sonrisa al saber que estaba comprando el real y dijo -gracias, esto está bien. Le entregare el dinero restante-

El viejo Yamanaka soltó una risita y vio a Kain dejar el metal sobre el mesón. Después metió su mano derecha a la manga izquierda, saco un pequeño pergamino y lo estiro sobre el mesón. Puso un dedo sobre un sello y de él salieron varios billetes que sumaban dos millones de ryo.

-Aquí está la diferencia- dijo Kain, tomo el fardo de billetes y se lo tendió al anciano. El viejo Yamanaka lo tomo y lo comenzó a contar. Por su parte, Kain guardo el pergamino y comenzó a mirar más detenidamente la forma del metal. A medio camino de ser titanita centellante, pero más parecido a la escama de titanita de los grandes lagartos de titanita. Esto último por su capacidad de almacenar y guardar energía para desplegar una naturaleza elemental.

-Está bien- dijo el viejo Yamanaka -el dinero está completo. Todavía me sigo sorprendiendo por como Hashirama-sama te deja salir a la calle con todo ese dinero. Dile que, si lo veo por la calle, tendremos una larga conversación-

-Soy un poco fuerte- dijo Kain

-Claro, si tu viejo era…- iba a decir Sakumo, pero la mirada penetrante del viejo Yamanaka lo interrumpió.

-Eso no tiene nada que ver- dijo el viejo Yamanaka con una rostro serio -y a ti eso no te importa. Si quieres tener amigos, debes aprender a separar a la gente de sus circunstancias. Conozco a Kain desde hace un par de años y jamás he escuchado nada malo. Él siempre ha sido respetuoso con esto viejos huesos. Konoha no se hizo para Senjus, Uchihas, Yamanakas ni ningún clan en específico. Se hizo para que mocosos como tú y Kain puedan crecer sin ese odio que nos inculcaron nuestros padres. Tenlo presente, por favor- tomo una profunda respiración y se quedó parado detrás del mostrador. Un tanto abstraído en sus pensamientos.

-Bueno- dijo Kain algo incomodo por como resultaron las cosas -yo me voy, pero volveré pronto-

-Oh, sí, sí, ven cuando quieras- dijo el viejo Yamanaka saliendo de su abstracción -vuelve cuando quieras, siempre es bueno para el negocio clientes que pagan cuando corresponde-

Kain guardo el metal de chakra en un pergamino, tomo a sus amigos y salió de la tienda.

-¿Estás loco?- le pregunto Kain a Sakumo -no tienes que decir esas cosas delante de los viejos. Una, porque se podrían enojar conmigo. Y dos, porque ellos piensan en Konoha como su gran proyecto. Son muy sensibles con respecto a distinguir entre clanes-

-Hipócritas- dijo Sakumo

-A lo mejor, pero este es su método de redención. Además, en serio, no digas que mi viejo es el demonio Uchiha. Mucha gente joven sigue resentida. Los viejos lo ven como el combate entre guerreros, así que lo encuentran natural. Pero la gente joven es muy volátil-

Sakumo miró hacia otro lado y pensó que debería dejar de llevarse tan bien con Kain. Después de todo, su padre y el padre de Kain, nunca se pudieron llevar bien. Incluso si fue Hashirama-sama quien trato de generar un puente entre las dos partes y reconciliar lo irreconciliable.

-Ok, ok- dijo Akane, parándose delante de los dos y haciéndolos detenerse en medio de la calle. La gente paso por sus lados y algunos se quejaron por estorbar en el camino -vamos a comer dangos hasta reventar. Una vez llenos de felicidad, todo esto será olvidado-

Sakumo miró hacia otro lado y frunció el ceño, poco de acuerdo con lo que dijo. A lo mejor, el odio se trasmitía por la sangre y nunca podrían ser amigos de verdad.

-Vamos- dijo Akane poniéndose entre Kain y Sakumo. Primero le tomo la mano a Sakumo y después a Kain. Sonrió para ambos y los jalo hasta la tienda de dangos del gigante Ooyama.