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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · อะนิเมะ&มังงะ
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935 Chs

Capítulo 20 - Defensa de Minas Tirith

-No existe tal guerra- grito el edecán de Minas Tirith.

Hoy se reunieron todos los asesores del edecán, sus hijos, y un sujeto al que nadie conocía, para discutir sobre la guerra. Los hijos del edecán gritaban a los cuatro vientos que estaban en una guerra contra Minas Morgul. Mientras que el edecán negaba esta realidad, argumentaba que este conflicto es más antiguo que él mismo, por lo tanto, dijo que era normal que hubieran muertes.

Tytos por su parte, los miraba discutir desde la distancia, era un buen espectáculo. Los hijos querían mostrarle la realidad al padre pero el padre se negaba a aceptarla. Tomo nota del comportamiento para no caer tan bajo como ese tipo. Sin embargo, tampoco puede culpar al hombre por querer mantener su posición. Miro la sala, que a diferencia del salón del trono de Rohan, este si parecía un salón del trono. Enormes pilares, un piso de mármol blanco, un gran trono, bellos grabados y pinturas en las paredes. Si salías del salón, tenías una vista magnifica de toda la ciudad. Incluso el mismo Tytos pensó que la vista era sobrecogedora. Por lo tanto, Tytos entendió porque el hombre no quería admitir sus errores. Dar su brazo a torcer significaba admitir que lo había hecho mal, que no era el indicado para el puesto, y que debía ser cambiado por alguien más apto. Significaba dejar sus privilegios.

-Suficiente- grito el edecán. Boromir y Faramir asintieron y tomaron a su padre por los brazos, se lo iban a llevar para encerrarlo. El edecán grito y llamo a los guardias. Los que a ojos cerrados actuaron sin cuestionarse si estaba bien o mal. Los hermanos miraron a Tytos y este asintió. Se movió y noqueo a los once soldados, lo cual ni siquiera se consideraba un esfuerzo. Después de que los muchachos se llevaron al edecán. Un hombre de nariz respingada, pómulos huesudos y ropa aristocrática, se paró frente de Tytos y lo cuestiono.

-¿De qué se trata todo esto?-

Tytos lo miro a los ojos y le dijo -tienes que esperar a Boromir y Faramir, ellos te explicaran-

El hombre, que al parecer era un noble de Minas Tirith, asintió y estuvo mas relajado al ver que el hombre que noqueó a todos los soldados, respondió de forma civilizada. Después de media hora llegaron los hermanos. Miraron a Tytos y este asintió, después Boromir cómo el hermano mayor miro a los nobles y les dijo.

-Cómo todos ya se han dado cuenta, hay una guerra. Los orcos cada día incrementan sus incursiones, atacan a nuestros soldados. Las pérdidas se cuentan por decenas. Señores, esto ya no es como antes- Boromir reviso la expresión de todos y continuo -ahora que las cosas han llegado a este punto, tomare el mando. Liderare minas Tirith y la defenderé, por este hecho he encontrado a mi padre incapaz de tal cosa, así que he tomado su puesto. ¿Alguien tiene algo que decir?-

Nadie se pronunció, incluso algunos tenían un rostro de alivio. Era un secreto a voces que el edecán se estaba negando a asumir la responsabilidad. Muchos de los nobles de la más alta procedencia le hicieron el comentario, pero como el edecán estaba obsesionado con su poder, no quería admitir que Minas Tirith estaba en una mala posición. Ahora que los nobles veían este cambio y conocían el carácter de Boromir, no pusieron peros a la forma de proceder. Entendían que en los tiempos difíciles, se necesitan medidas extremas.

Ahora Boromir, conforme con esta respuesta se sentó en el asiento del edecán y dijo -preparémonos para la guerra-

-o-

Boromir estaba hablando con el gremio de comerciantes. Había mandado a Faramir a preparar los suministros para el ejército de Rohan, que en uno o dos días más llegarían. Mientras tanto él y Tytos discutían las futuras políticas. Boromir ordeno una reunión con el gremio de comerciantes, ellos llegaron con una gran sonrisa en sus rostros. Sin embargo, cuando Boromir les explico las reglas del juego, ellos ya no estuvieron tan felices. Se quejaron de los bajos precios que quería pagar Boromir. Por otro lado, Boromir insistía en que debían estar unidos, pero el gremio se negaba a todo a menos que se anulen los impuestos el próximo año.

Tytos algo molesto, toco el hombre de Boromir y le pregunto -¿me permites?-

Boromir, soltó un suspiro y le respondió con una sonrisa -que no mueran, aunque son unos tontos, todavía son ciudadanos de Minas Tirith-

Tytos asintió, miro al director del gremio y le pregunto en un tono tranquilo -dime ¿Qué pasaría si Minas Tirith cae?-

El hombre con altivez e indiferencia le dijo -solo tendríamos que buscar otra ciudad-

Tytos negó con su dedo índice y le dijo -no es así. Si lo orcos ganan el territorio de Minas Tirith, la moral de los otros reinos caerá. Las economías se estancaran por miedo a la guerra. Además ¿crees que Minas Tirith es el destino final de los orcos?. Mi amigo, espero que consideres bien tu futuro, de lo contrario, de tanto que quieres ganar, lo perderás todo-

-¿Que sabes tu?- grito iracundo el director del gremio.

Tytos levanto su mano, y lo atrajo frente a él utilizando su telequinesis. El hombre estaba asustando, se movía y pataleaba con todas sus fuerzas mientras permanecía en el aire. Él vio esos fríos ojos lazuli y sintió que su vida pendía de un hilo. Tytos lo soltó dejándolo caer y le dijo -te lo diré por las buenas, así que haz caso o esta será la última vez que puedas hablar. Venderás todos tus suministros al gobierno de Minas Tirith al costo ¿entendido?-

El hombre tosió y arrastrándose en el suelo con la intensión de alejarse mientras gritaba -no me puedes obligar-.

Tytos puso una sonrisa y dijo -guardias- pero los guardias no hicieron nada. En vez de obedecer, miraron al director del gremio como esperando sus órdenes. Tytos negó con su cabeza y puso una sonrisa carnívora, utilizo su vista espectral y emitió la segadora de almas. El resto de la audiencia grito hasta que Tytos grito aún más fuerte -SILENCIO- y un silencio sepulcral se estableció por toda la sala. Entonces Tytos continuo en un tono suave pero amenazador -ahora, vamos a aclarar un tema. Para los estúpidos codiciosos que no han entendido; estamos en guerra, pueden huir pero no escapar de ella. Tarde o temprano los alcanzara, así que si no quieren morir en mis manos o en la de los orcos, mejor será que se cuadren para defender Minas Tirith-

Todos asintieron, miraron a Boromir y este levanto los hombros con indiferencia. Los miro con desdén y les dijo -me hicieron perder toda la mañana y parte de la tarde. Les dije y les recalque cuan sería era la situación. Pero de que hablaron ustedes; de concesiones, de impuestos, de rebajas, de exclusividad. Amigos míos, el problema es más grande de lo que ustedes pueden imaginar. Ahora les digo que lo que dice este hombre es real. Pueden intentar irse, pero cuando todo esto acabe, me preocupare de cazarlos a cada uno de ustedes. Así que elijan, quieren mantener su fortuna o perderlo todo. Tengo los soldados, tengo la fuerza, les puedo quitar todo y no pagarles ni uno, elijan-

-El edecán nunca actuaría así- dijo el director del gremio que todavía estaba en el suelo.

Tytos se acercó, se puso en cuclillas y lo miro a los ojos -el edecán al que tanto aprecio le tienes, es él que permitió esta situación. Dime ¿Qué le prometiste que te permitió todo este tiempo andar a tus anchas?-

El director del gremio no dijo nada, pero los otros tres dueños del gremio conversaron y llegando a un acuerdo, uno de ellos los represento -estimado señor, con mis asociados hemos considerado sus palabras y aceptamos sus términos, venderemos todo al costo pero tendrá que pagarnos al contado. Después de eso nos iremos y jamás volveremos a Minas Tirith. Con respecto a ese estúpido que está en el suelo, bueno, puede hacer lo que quiera-

Tytos soltó una carcajada y le dio una mirada burlesca al ahora, exdirector del gremio. Entonces se puso de pie y camino hasta el grupo y les dijo -no tergiverses mis palabras, te lo dije, venderás todo al costo y pelearas por Minas Tirith ¿crees que te dejaremos huir con todo ese oro así como así?. Entiéndelo, puedes ser parte de esto y ganar algo, o darnos una razón para quitarte todo-

El hombre trago saliva y asintió. Entonces Tytos le golpeo la mejilla varias veces sin ponerle demasiada fuerza y asintió.

-o-

Tytos camino por las calles en dirección a su casa. Noto que alguien lo seguía pero no lo detuvo, quería saber qué tipo de tonto no entendió su posición. Camino, compro algunas frutas, siguió su camino. Se detuvo de vez en cuando a mirar algunos artilugios para sus hijos. Camino sin la aparente noción de que lo estaban siguiendo, esto no era así pero era necesario dejar un rastro en el camino. De esta forma llevaría al espía a la trampa. Cuando llego a la tienda de Magdalena, el espía se esfumo y Tytos pensó que mañana iba a tener noticias de los tontos. Después de pensar eso entro a la casa y fue recibido por Galadriel. La niña muy respetuosa hizo una reverencia, algo que seguramente le enseño su esposa o Magdalena. Tytos sonrió, le acaricio el cabello. Por otro lado, la niña lo miro con cuidado y cuando vio su sonrisa amable, se sintió segura.

Tytos alejo su mano y le pregunto -¿Dónde está mi esposa?-

Galadriel le respondió -está con la maestra. La maestra dijo que quería caminar, pero la señora la detuvo y le prohibió salir-

Tytos asintió, se puso en cuclillas para que su vista coincidiera y le pregunto -¿Qué te ha enseñado tu maestra?-

Galadriel le contó sobre las medicinas, sobre los ungüentos, sobre el manejo de la espada. Tytos sonrió suave y pensó que los niños eran tan relajados. Esto era como una terapia. Después de pasar todo el día rodeado de esas víboras en piel humana, compartir con alguien carente de maldad era un alivio. Galadriel le contó varias cosas. Tytos entre medio de eso estiro su mano y Galadriel con algo de timidez la tomo. La llevo a la cocina y se sentaron a conversar. Para cuando Galadriel ya había comido su segunda manzana roja, se escucharon unos pasos y apareció Carmen. Galadriel con la sabiduría de los niños que se han criado en un duro ambiente, se fue a ver a su madre y dejo solo a la pareja.

Carmen se sentó en la misma banca que Tytos y se quejó de Magdalena, dijo que tenía ideas de salir a caminar. Pero por supuesto, ella se lo prohibió, le dijo que todavía no estaba lista, Carmen se puso sería y le señalo que tuvieron una discusión. Al final le pidió a Tytos que hablara con su testaruda hija. Tytos sonrió con mayor aprecio, este ambiente no lo sentía hace tiempo. Las dos mujeres que más amaba en esta vida, pasaban discutiendo. Una quería llegar y hacer cosas, mientras que la otra utilizando su sabiduría le decía si estaba bien o mal. Al final las dos discutían pero nunca fue nada serió. Tytos no le puso trabas al asunto y le dijo que conversaría con Magdalena. Carmen después le pregunto cómo estaba, entonces Tytos la sentó en su regazo y le contó como le fue con los nobles. Le comento que un espía lo estaba siguiendo y que tenía que tener cuidado. Sobre todo le dijo que cuidara de Abigail y Galadriel, ya que tenían la menor capacidad de combate. Carmen asintió y después le pregunto si podía hacer talismanes para ellas, también para Faramir, Boromir, sus amigos de la comunidad y por ultimo para Magdalena. Tytos escucho la última parte mientras fruncía el ceño, asintió y se fue al segundo piso a ver a Magdalena. Mientras avanzaba, pensaba en qué cosa tuvo que hacer su hija para que rompiera el talismán. Ciertamente el talismán no era indestructible, pero seguía pensando en lo que debe haber hecho su hija.

Tytos golpeo la puerta y un hombre le dijo que entrara. Entonces Tytos entro con el ceño fruncido. Ahí encontró a Faramir y Magdalena tomados de las manos. Tytos apretó aún más ceño y les dijo -tu aun no estas lista para ese tipo de cosas-

Magdalena avergonzada, se sonrojo y le dijo -pero papá, yo ya soy un adulta-

Tytos le dio una mirada fría y le respondió -tu cuerpo no se ha recuperado. ¿De que estas hablando?-

-No, nada- dijo Magdalena mientras trataba de fingir. Tytos le pregunto algunas cosas a Faramir, en su gran mayoría por los preparativos que le pidió su hermano. Él le dijo que iba bien, que ya estaba todo preparado. Entonces Faramir pensó en irse antes de que todo se pusiera más incómodo. Le dio un beso a Magdalena y se fue sintiendo que alguien lo apuntaba con una espada en la nuca.

Magdalena que vio a su padre mirando a Faramir con disconformidad, le dijo -papá ¿Por qué te molesta? Tú y mamá siempre se dan besos. Nunca lo han ocultado-

Tytos cerró la puerta y soltando un suspiro le respondió -buena pregunta, ni yo lo sé, pero no me gusta- entonces se acercó a Magdalena y le puso la mano en la frente para ver si tenía fiebre. La temperatura estaba normal, así que le pregunto -¿Cómo te sientes?-

Magdalena poso su pequeña mano sobre la gigante de su padre y le dijo -bien, papá. Solo me siento un poco molesta por estar todo el día encerrada-

Tytos asintió, le tomo la mano y le dijo -tu madre me comento de que querías salir a caminar. Creo haberte dicho que tenías que esperarte ¿no?-

Magdalena mascullo -esa vieja bruja- después miro a su padre le dijo -yo quería dar un paseo, eso es todo-

-Magdalena- dijo Tytos mientras soltaba un suspiro y le pasaba la mano por el pelo -sabes que no me gusta que llames así a tu madre. Ella se preocupa por tu salud, además, si te veo o me entero de que saliste en tu condición, te hubiera castigado. Por ejemplo, ¿te acuerdas de la sopa que tanto te gusta? ¿esa bien aceitosa?-

-Papá, no hagas eso, ya no soy una niña. Además, sabes que no me gusta la grasa-

Tytos soltó un risita, le pellizco la nariz y le dijo -dices eso, pero bien que te comerías una vaca asada-

-Eso es diferente. Incluso al fuego de la hoguera, aliñado solo con sal, esa carne se puede convertir en una comida divina-

Tytos asintió y respondió -concuerdo en eso, y si lo acompañas con un buen vino se vuelve perfecto-

-¡Verdad!- exclamo Magdalena -yo sabía que papá me entendía-

-Sí, pero eso no quita el hecho de que aún no estés lista para caminar. Espérate uno o dos días más. No creo que puedas correr pero por lo menos vas a poder caminar-

-Bueno- dijo Magdalena mientras inflaba sus mejillas. Tytos sonrió y se sintió como en un sueño. Ese gesto lo llevo a cuando Magdalena todavía era una niña. Después de soñar un poco con sus hijos, Tytos le dio un beso en la frente a su hija y se retiró.

-o-

Al día siguiente, Tytos despertó con Carmen a su lado. Esta última sintió los rayos del sol y medio dormida le pregunto -Tytos ¿no tienes que ir a ayudar a Boromir?-

Tytos sintiendo el calor, estiro sus manos y pasos sus dedos por las pronunciadas curvas de Carmen. Después de divertirse un poco le dio un beso apasionado y le dijo -sí tengo, pero no me dan ganas. ¿Y si me quedo aquí mejor?-

Carmen sonrió y le dio un beso -no puedes, ve a ayudar a Boromir. Si te portas bien, puede que te haga algo especial hoy cuando vuelvas-

Tytos sonrió y le dio varios besos. Solo cuando Carmen lo detuvo y lo obligo a salir, Tytos se calmó y le pregunto -¿tú no tienes nada que hacer?-

Carmen mostró una sonrisa ganadora y le dijo -soy la visita y estoy embarazada, así que puedo flojear todo lo que quiera-

Tytos no sabía si reírse o regañarla por perezosa. Al final se rindió, le dio un beso y salió de la habitación.

-o-

Cuando Tytos bajo a la cocina, encontró a Abigail, ella le sirvió el desayuno. Tytos pensó en todas las molestias que tendría que pasar hoy. Se pregunto cómo les estará yendo a Trancos, Gimli y Legolas. Cómo estará el viejo Gandalf, supuestamente iba a ayudar a Trancos en algo, pero bueno, Tytos solo espera que estén bien. Después de terminar su desayuno, le agradeció a Abigail y se fue al castillo.

De camino al castillo, noto que las personas apenas respondían a los rayos del sol. Varios comercios estaban abriendo, pero otros no parecían tener ganas de abrir. Había uno que otro borracho en la calle, algunos niños que en plena mañana andaban corriendo con todas sus energías. Algunos hombres y mujeres movían unas carretas. Otros utilizaban animales para ese trabajo. Después de cruzar la segunda muralla protectora de la ciudad y caminar hasta la tercera. Cinco hombres aparecieron bloqueando su camino.

-¿Qué hacen aquí?- pregunto Tytos con una sonrisa rebosante de confianza. No obstante, Nadie le respondió y en lugar de eso, desenfundaron sus espadas. Tytos movió su mano he hizo aparecer un cayado desde su anillo. Los hombres quedaron entre impresionados y asustados. Pero después de ver el maravilloso anillo, la avaricia invadió sus corazones. Tytos no se molestó por sus miradas y cuando lo atacaron, esquivo cada golpe. Los hombres no le podían hacer nada y cuando ya estuvieron cansado, Tytos tomo el cayado y concentrando su energía del alma. Al instante siguiente hizo aparecer cinco luces azules sobre su cabeza. Estás se mantuvieron inmóviles, como si estuvieran esperando una orden.

Tytos miro una vez más a los cinco y les pregunto -¿Quién los envió?- pero nadie se pronunció. Tytos asintió, levanto el cayado mientras lo dirigía a los hombres. Las cinco luces que estaban sobre su cabeza se dirigieron hacía los enemigos a la velocidad de una flecha y perforaron las cabezas de los cinco. Después de eso, Tytos miro así todas las direcciones y no encontró nada. Un poco defraudado por no poder experimentar más con sus nuevos conocimientos. Guardo el callado, incinero los cuerpos y siguió su camino.

Avanzo por la empinada calzada y mientras avanzaba escribía algo en una libreta:

Nota n°1 : La masa del alma es un hechizo ofensivo que permite atacar a diferentes enemigos a la vez. Su potencia le permite penetrar en armaduras ligeras (todavía falta analizar como funciona contra enemigos agiles, como guerreros experimentados y animales).

Tytos cerro la libreta mientras continuaba su camino. Siguió pensando en todos los otros hechizos que había en el arsenal. Los hechizos del alma eran útiles y aunque algunos requerían una gran concentración de su parte. Pensó que con el tiempo se volvería más fácil utilizarlos. Además de que tenía el cayado del viejo Saruman, algo que de primeras lo vio como un adorno, pero después de utilizarlo le encontró su propio encanto. Cuando llego a la entrada del castillo paso por los guardias te le dieron algunas miradas desafiante. Tytos no les hizo caso y paso ignorándolos.

-o-

Pasaron dos días y Boromir estaba preocupado porque no aparecía el ejército de Rohan. Llevaban un día de retraso y según sus espías: Minas Morgul se estaba empezando a mover. Le contaron que después de la muerte de uno de los nasgul a manos de su cuñada, la fortaleza enemiga se cerró y no se asomaron por varios días. Boromir esperaba que esto durara más pero al parecer ya no hay más salida que enfrentar a los orcos por sí mismo.

Tytos a su lado escucho a los nobles, dio algunas indicaciones mientras el edecán al parecer no estaba en su cuerpo. Le dijo a algunos comerciantes que se enfocaran en conseguir alimentos que perduraran en el tiempo. También les dijo que gestionaran a todo herrero disponible y que los hicieran trabajar a su máxima capacidad. Iban a necesitar todas las espadas, fechas y lanzas posibles. Los hombres ahora claros de quien estaba en el poder, asintieron sumisos y se fueron con rapidez a cumplir el mandado. Cuando el salón se quedo vacío, Tytos miro a Boromir y le pregunto.

-¿Qué sucede edecán? No estás muy atento-

Boromir salió de sus pensamientos y sin incomodarse le dijo -los siento. Es solo que la gente de Rohan no ha llegado y estoy preocupado-

Sin embargo, como si los hados jugaran con las esperanzas de los hombres. Faramir abrió las grandes puertas del salón y grito -Boromir, vienen los jinetes de Rohan-

Boromir y Tytos sonrieron y caminaron hasta la entrada, ahí se podía divisar a varios guerreros a caballo. Boromir tiro una pregunta al aire -¿Cuántos crees que sean?-

Tytos y Faramir contestaron al unísono -cinco mil-. Ambos se quedaron mirando, se produjo un silencio incomodo, pero la voz de Boromir los saco de ese estado -después pelean por saber quién es el dueño de ese becerro. Ahora concéntrense en el trabajo-

Tytos algo molesto le dio una mirada amenazante, que solo alcanzo a rozar el aire. Boromir ya iba más allá de su alcance. Faramir también miro a su hermano y tratando de parecer lo más cordial con su suegro, le dijo -vamos, tengo listo su caballo-

Tytos apretó su vista un poco, pero asintió al final y camino algo cabreado.

-o-

Cómo los jinetes todavía estaban lejos, Boromir y compañía tuvieron que esperar parte de la mañana para que llegaran a la ciudadela. Por lo cual, ocuparon ese momento para revisar los resguardos de la ciudad, el estado de las catapultas, como estaban reforzando las puertas. Afuera de la ciudad había hombres construyendo zanjas. Adentro, en los refugios, se estaban depositando alimentos y agua en grandes cantidades. El día de mañana toda la gente debería evacuar hasta esos lugares. Por otro lado, algunos tontos supieron lo que pasaría y optaron por huir. Nadie los detuvo, pero solo los dioses saben su destino. Si los llegaran a encontrar los orcos a mitad de camino, solo tenían un final.

Casi después del almuerzo llegaron los jinetes de Rohan. Boromir, Tytos y Faramir les dieron la bienvenida. El rey de Rohan había escuchado algunas cosas de los hermanos, conocía a Tytos, así que todo fue expedito y fácil. Entraron a la ciudad, armaron sus tiendas y alimentaron a sus caballos. En paralelo, Théoden y Boromir tenían una reunión. Ambos compartieron su inteligencia y todo lo que sabían con respecto a los movimientos de Minas Morgul. Tytos y Faramir los escuchaban en silencio. Al final de la reunión quedaron en que los jinetes de Rohan saldrían a la praderas una vez que se avistaran a los enemigos. Esperarían escondidos y los asaltarían por la retaguardia.

Cuando Théoden se iba a retirar, Tytos lo detuvo y le pregunto -¿no vienes? La casa de mi hija es humilde como para un rey, pero hay mucho espació. También esta Éowyn-

Théoden titubeo un poco pero al final asintió y fue a buscar a Éomer. Este grupo camino con una intensa sensación incomodad de por medio. Por un lado estaba Tytos y Faramir, el padre de la novia y el tipo que le quería robar la hija. Por el otro, dos hombres con sentimientos encontrados. Uno perdió a su hijo y el otro pensaba que su hermana los había traicionado. Al final pensaron que solo cuando se vieran sabrían que hacer. A lo mejor era un quiebre total o a lo mejor las cosas cambiaban para mejor, solo el destino lo sabía.

-Señor- dijo Faramir mientras caminaban por las calles

-Dime Tytos o dime suegro- respondió Tytos en un tono cortante.

Faramir tomo una respiración y le dijo -yo, quería darle las gracias por ayudar a Magdalena-

Tytos bufo indiferente y le respondió -es mi hija, ¿Qué esperabas que haga?. Tu gratitud es innecesaria. Solo preocúpate de cumplir con tu deber-

Ambos siguieron caminando con un incómodo silencio. Ni siquiera se dieron cuenta de que aun los venían siguiendo Théoden y Éomer.

Al llegar a la tienda de Magdalena, fueron recibidos por Galadriel en un hermoso vestido y Carmen, que la acompañaba mientras atendía la tienda. Ambas pusieron su mejor rostro y bromearon a Tytos, soltaron algunas líneas para forzarlo a comprar algo y cuando lo lograron, chocaron los cinco. Tytos puso un rostro suave y se llevó a ambas chicas en cada mano. Le dijo al resto que lo siguieran y que se preocuparan de cerrar la tienda. Cuando entraron en la cocina, Théoden se reencontró con Éowyn, al viejo le tirito la boca y después de derramar algunas lágrimas abrazo a la niña. El resto salieron de la cocina y los dejaron solos. Tytos se llevó a Éomer a un cuarto y le dijo que podía dormir ahí, que cuando esté lista la cena lo llamaran.

-o-

-Es bueno que se solucionó ese problema entre Éowyn y su tío- dijo Carmen en medio de la noche, tenía algo de insomnio por flojear hasta muy tarde. Por lo tanto le empezó a hablar a Tytos. Este último con calma escuchaba todo lo que decía su mujer, hasta que esta se cansó y empezó a acomodarse para dormir. Tytos miraba por la ventana, mientras acariciaba los rizos de Carmen, pensaba en porque tiene tanto desagrado por Faramir, al final de sus pensamiento no llego a ninguna respuesta racional. Carmen notó esto y le pregunto.

-¿Por qué no te duermes?-

-Nada amor- dijo Tytos mientras le daba un beso -solo tonteras-

Carmen poso su mano sobre el rostro de Tytos y le dijo -es normal que te preocupes por Magdalena, pero ella ha elegido su propia vida. Déjalo ser-

Tytos sonrió y le dijo -es molesto que leas mi mente, sabes-

-Tonto- dijo Carmen en un suave tono mientras posaba su cabeza en el hombro de Tytos. Cerro sus ojos y se fue al mundo de los sueños.

-o-

Temprano en la mañana, llego Boromir y Faramir a la tienda de Magdalena. Despertaron a todo el mundo con un escándalo. Al salir a ver quién era, Tytos se dio cuenta de que algunos soldados se podían ver por las calles corriendo. Tytos le dio una mirada a Boromir y este asintió y le dijo -ellos ya vienen-

Todos en la casa se levantaron. Corrieron y se prepararon para salir. Todos menos Tytos, que le dio el ultimo tratamiento a Magdalena y la ayudo a llegar al refugio. Allí se quedó Carmen, que quería cuidar de Magdalena, Galadriel y Abigail. Éowyn por otro lado, salió junto a Charles a patrullar las calles. El resto se dirigió a las murallas. Tytos las dejo en el refugió y corrió sin medir su fuerza. Corría por las calles, saltaba las murallas y pasaba por los techos. En menos de veinte minutos llego a las murallas, ahí lo esperaban el rey Théoden.

Tytos hizo lo que Carmen le pidió y le dio a todos sus amigos un talismán, les explico su función y les recalco que no eran invencibles, solo tenían algo más de protección que los otros. El rey de Rohan no confiaba en estas cosas, pero recordando lo que había hecho el guerrero en frente de él, no puso en duda sus palabras.

Tytos pensó que como en unas cinco horas más llegarían los enemigos. Miro alrededor y pensó que estaban listos. Si pudieran hacer más, habrían hecho más. Pero con tan poco tiempo esto es todo lo que se podían hacer. Pensó que no podrían conquistar el continente con esta cantidad de soldados, pero estaba seguro que podrían vencer a sus enemigos.

-o-

-Ves allá- señalo Boromir -deben ser el general orco. Si puedes, trata de matarlo-. Boromir hablaba de un orco pálido en medio de la horda. Iba avanzando sobre un gran lobo huargo, que era tan grande como un oso.

Tytos asintió mientras esperaba su momento. Por otro lado, el resto de los soldados seguía esperando a que los orcos se ganaran a distancia de tiro. Cuando avanzaron lo suficiente, una de las catapultas hizo una prueba. Casi aplasta al general orco. Sin embargo, la bestia se quedó firme hasta el final y solo se movió lo suficiente como para esquivar el proyectil. Tytos lo marco, pensó un poco pero desestimo la idea de lanzar una magia desde esta distancia. No creía que alguno de los hechizos del alma pudiera llegar tan lejos. Al final solo espero mientras los orcos seguían avanzando y las catapultas de Minas Tirith empezaron a funcionaron con todas sus fuerzas. Diezmaban a las fuerzas orcos, pero ellos eran tantos que apenas se notaba el daño que le hacían. Tytos vio a un conjunto de torres móviles que se aproximaba a las murallas. Querían entrar a las murallas a través de ellas, pero una catapulta le atino a la más cercana y tuvieron que desestimar la idea. La torre se desarmo y dejo caer a decenas de orcos. No obstante, no se rindieron, siguieron avanzando con otras torres. A su vez, los arqueros se activaron al notar el choque inminente. Ahora los orcos que iban a pie cerca de las torres, estaban a rango. Así que desde las murallas, lazaron lluvias de flechas sobre los enemigos.

Tytos vio que una de esas torres tuvo éxito en llegar a la muralla. Corrió a toda velocidad, corto a todos los orcos que salían de la torre y se metió en ella. Nadie lo vio por un rato, sin embargo se escuchaban los bramidos de los orcos. Después de un rato, alguien vio que en la base de la torre hubo una explosión. Tytos salió corriendo de ese lugar, mientras que detrás de él, la torre se desmoronaba. Tytos siguió su camino, evito algunos cortes, corto a los que se ponían en su camino. Corría, descansaba y cortaba. Todo en secuencia, hasta que el general enemigo vio que Tytos se dirigía hacia él. El general orco mando a cuatro trolls a bloquear el camino, Tytos tuvo que detenerse, miro a los troll y los evaluó. Eran tres veces más grandes que un humano y su piel se veía verde y rocosa, como si fuera una especie de armadura.

Tytos pensó en algo y saco el cayado del viejo Saruman. Se concentró durante cinco minutos, mientras tanto, tuvo que esquivar y mantener su concentración para poder lanzar el hechizo. Al final de toda la espera, Tytos apuntó con el cayado y lanzo una gran lanza de color azul brillante, la cual atravesó a todos los troll. Después de eso se abrió paso hasta el general enemigo. Aprovechando de que los orcos quedaron impresionados, Tytos siguió corriendo y en un súbito movimiento decapito al general.

Mientras la cabeza del general rodaba, se escucharon gritos a la distancia, Tytos miro y se dio cuenta de que no eran las bestias de los orcos. Eran los lagartos voladores que habían lastimado a su bebé. Ahora que la sangre le hervía, tomo una medicina y siguió cortando a todo lo que se le parara en frente.

Por otro lado, en el momento en que Tytos corría en dirección de los nasgul. Boromir gritaba como un loco en lo alto de las murallas. No podía creer que ese loco amigo suyo lo había logrado. Miro a sus hombres y les dijo que tocaran los cuernos, que era el momento.

Entonces los guerreros de Rohan al escuchar el llamado corrieron por las planicies y empezaron a barrer a los orcos. Una oleada tras otra. No era suficiente como para vencerlos a todos, pero pudieron hacer retroceder a los orcos. Estos últimos al perder a su general, no sabían que hacer, así que uno de los más ancianos les dijo que se retiraran y esperaran órdenes. Cosa que tuvo alguna efectividad porque solo perdieron la mitad de sus hombres y no a todo su ejército. Cuando murió el general orco, el ejercito entero había caído en el caos. Nadie sabía qué hacer, así que en muchos casos se volvieron presa de las flechas y las catapultas. Los jinetes a caballo fueron el golpe más duro para los orcos.

-o-

En la tarde, cuando los orcos se habían replegado, Tytos caminaba por las planicies y a lo lejos vio un rio. Un barco casi derruido atraco en el puerto. De él bajaron cuatro personas y a todas las conocía. Uno era Trancos que andaba con esa rara espada que tenían los elfos en Rivendel. Los otros eran Legolas, Gimli y Gandalf.

Tytos se acercó corriendo y cuando llego, les dio una sonrisa y les dijo -llegan tarde-.

Gimli, quedo en shock pero después se largó a reír. Tytos les dio un abrazo a sus amigos y les dijo que era bueno que estuvieran vivos. Entonces les dijo lo que había pasado y cómo habían hecho retroceder a los orcos. Claro que hubieron bajas, pero por lo menos los orcos no pudieron pasar más allá de la primera muralla. Los muchachos acordaron que perseguirían a los orcos con la ayuda de los fantasmas que seguían las ordenes de Trancos. Tytos les dio las indicaciones de adonde se podían haber metido los orcos.

Cuando el grupo de Trancos se quiso ir, Tytos algo curioso les pregunto de dónde sacaron a tantos fantasmas. Trancos le contó la procedencia de sus amigos y Tytos hizo una pregunto -¿Puedes llamar a su líder?-

Trancos asintió y un espectro con las carnes carcomidas se presentó -¿Qué quieres humano?-

Tytos mostró una sonrisa -¿Quiero saber que guardabas en esas montañas con tanto recelo que desobedeciste a tu rey?- pregunto

El espectro intensifico su mirada y casi se abalanzó sobre Tytos, pero este último emitió la segadora de almas. El espectro retrocedió. Tytos apunto al espectro con la segadora de almas y le dijo -habla-

Un espectro con un rostro más normal, con solo los ojos de un brillo fantasmal, le dijo -déjalo, yo te diré lo que quieres saber-.

El primer espectro lo cuestiono -pero su majestad, el juramento-

Pero el rey espectro negó y le dijo -guardamos nuestro juramento a los dioses y por causa de ellos fuimos maldecidos. ¿Qué valor tiene esa promesa ahora?, ellos nos abandonaron-. Entonces el rey espectro se acercó más a Tytos y sin miedo a la segadora, le respondió -hay un pozo, con un árbol que no perece y cada cierto tiempo aparecen unas polillas que se lanzan al agua. Los dioses nos dijeron que lo resguardáramos, pero hasta el momento no le hemos encontrado ninguna utilidad. Si quieres, ve a ver. No creo que le encuentres nada-

Tytos asintió y se despidió de sus amigos. Les entrego un talismán y puso especial énfasis en Gimli. Le dijo que no se descuidara, que no fuera tan temerario como la ultima vez.