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Extra 2: Karma.

El país está en vilo y expectante, la cobertura es amplia y el debate se plantea a toda hora. Cada televisor, radio, página web y red social se llena de palabras de odio, apoyo y teorías.

Los nombres de personajes públicos suenan como un frasco lleno de cascabeles y las fotos de jóvenes inocentes se despliegan como una ofrenda a los hambrientos llenos de morbosidad.

Cada programa desde su respectivo estilo toma entre sus lenguas este tema que hace hervir los puntos de rating.

La información concreta y detallada puede tomarse de uno de los tantos diarios nacionales, que han destinado información contundente en la sección de policiales.

Diario Web Lq25.

El polémico caso de Atlantis Night Club.

La investigación se inició en julio del año pasado, cuando se recibió una llamada anónima a la línea 145.

El hombre afirmó haberse escapado de un prostíbulo llamado "Atlantis Night Club". Durante la comunicación, explicó cómo funcionaba el lugar y los métodos de trabajo, así como la dirección y el nombre del propietario.

La denuncia se envió a Protex, se verificaron los datos proporcionados y se inició la cooperación con la fiscalía federal.

Tres meses después, el club y la casa particular de Lucero Rodrigo fueron allanadas, durante el procedimiento fueron rescatados 14 jóvenes de entre 18 y 25 años.

Los gendarmes incautaron dinero en efectivo, teléfonos móviles, diversos tipos de publicidad, documentos contables, cajas de preservativos y tarjetas con las palabras "Discreción y Calidad" en el reverso de la misma el nombre del lugar "Atlantis Night Club".

Con base en testimonios, se ha establecido que Lucero Rodrigo atrajo a jóvenes con promesas a través de anuncios publicados en redes sociales y en diversos periódicos en el área de ofertas laborales. Estas publicaciones incentivaban la búsqueda de chicos "atractivos" para trabajar como camareros, bailarines, promotores, valet parking o personal de limpieza. Prometían buenos ingresos y generosas propinas.

A finales de noviembre del mismo año, el titular del Juzgado Federal dispuso el procesamiento y la prisión preventiva de las personas acusadas, entre los cuales se encontraban varios empleados, un contador, un médico y Lucero, quien además, según los testigos los habría sometido a maltrato físico y psicológico.

Esto le daría a Lucero un negocio millonario y le permitiría vivir una vida de lujo; residía en un departamento exclusivo en Recoleta, conducía autos de alta gama, utilizaba aparatos de última tecnología y viajaba por diversas partes del mundo.

Durante los alegatos orales declararon los principales imputados y varias víctimas. Lucero fue el primero en hacerlo, aseguró que creó el Club con la única finalidad de que sea un espacio cómodo y seguro para el cliente, donde pudiese escuchar música, disfrutar de un buen show y nada más. Aseguró que desconocía lo que hacían los empleados con los clientes en privado, se mostró ofendido y recalcó "Han abusado de la mano que les dio de comer, si vendían drogas o entregaban su culo no fue por indicación mía".

Detalló los métodos publicitarios de su negocio que iban desde folleteria hasta anuncios durante el prime time Argentino. Indicó que los jóvenes respondían a la solicitud de empleados y que su único trabajo era el indicado en el contrato laboral "Pases, ventas de tragos y acompañamiento".

Lucero explicó que se encontraba agraviado por todo lo que sucedió bajo sus narices, descargando la responsabilidad a sus empleados. Aseguró que la finalidad de su Club, sacando las ganancias económicas, era brindar un espacio agradable a aquellos hombres que se sienten solos, que buscan apoyo o que necesitan que los escuchen.

Durante el resto de la audiencia también testificaron un trabajador de mantenimiento, el encargado del Club, un inspector del Ministerio de Trabajo, el médico acusado de tratar a los jóvenes que fueron agredidos sexualmente y cuatro víctimas.

Las víctimas también relataron que tenían la orden de que ante un posible allanamiento, debían decir que el lugar no tenía dueño y que era administrado por ellos mismos. Uno de ellos indicó que el turno era de doce horas y que gozaban con un franco semanal que no podía ser durante el fin de semana, agregó que recibían el 50% de los pases y el 30% de la venta de bebidas.

Indicó además que los hombres que frecuentaban el local eran de un gran poder adquisitivo ya que "no entraba cualquiera". Añadió que, entre ellos, "había gendarmes, policías, jueces, fiscales y políticos".

Los hombres entraban a un gran salón donde se encontraban estos jóvenes y en caso de ser seleccionados no podían negarse bajo ningún pretexto.

Uno de ellos, además, declaró que tenía conocimiento de que el médico era el encargado de atender las sobredosis y las heridas de todos los "pibes" que trabajaban ahí.

Todo está llegando a su fin, las madres de algunos jóvenes alzan banderas y caminan todos los días exigiendo justicia. Las cámaras toman cada milímetro de esas mujeres que suplican por las vidas arruinadas de sus hijos, blasfeman y escupen el nombre de Rodrigo. Insultan al fiscal por exigir una pena mediocre, defenestran al sistema por no aceptar un juicio por jurado, todo va en contra de las víctimas, pavoneando con descaro frente a sus ojos que el poder de los contactos es el que domina.

Madres, padres, hermanos y desconocidos se unen a la marcha, esos hombres no son basuras descartables, son jóvenes que caen en las garras de un depredador que los vuelve adictos y los usa a su antojo. Los pocos que salen de ese lugar no vuelven a ser iguales, no quieren mirar hacia atrás, el silencio y el olvido son lo único que pueden permitirse para fingir que viven en paz.

El juicio hacia Rodrigo se inicia a mediados de marzo de este año, han sido meses largos hasta que al final llega el día de la sentencia.

◇◆◇

27 de Marzo.

05:00 hs.

Un hombre en pijama se aferra a sus piernas sentado en el sillón de cuero, el que se ha convertido en un gran gato se enrolla en forma de bollo a sus pies, mientras Lían pierde sus pensamientos en los múltiples comentarios de redes sociales sobre Atlantis Night Club.

La opinión se encuentra dividida, unos insultan y dicen: "¡Que se jodan esos putos de mierda, encima de maricas idiotas!", otros piden justicia a su manera "¡Ese tipo tiene que pudrirse en la cárcel! ¡Que le rompan el culo a ver si le gusta!", algunos presos conversaban entre ellos mismos en los comentarios de los usuarios, se etiquetaban y se respondían "Mira @Ramii_Elmasturro ya va a ve el gato ese" "tranca papa, si cae aca al pabellon xx vo sabe".

Lían lleva varias semanas bajo un aura depresiva. Desde que realizó la llamada telefónica, espera poder atestiguar y hundirlo. La denuncia por intento de homicidio contra Soichi cae por falta de pruebas, y la investigación llega a un punto muerto. El fiscal que llevaba la causa contra Rodrigo se suicidó en vísperas de año nuevo, y la nueva persona asignada considera que el testimonio de Lían solo complicaría las cosas dada la relación que tuvo en el pasado con el acusado.

Se baraja la hipótesis del sobreseimiento de Rodrigo debido a la falta de pruebas, e incluso le resulta un insulto la pena solicitada. Si se hallara culpable, con suerte llegaría a cumplir diez años de cárcel.

El temor y la impotencia invaden el corazón de Lían. Esta situación le parece injusta y él no puede hacer nada, solo debe esperar.

Soichi se despierta encontrándose solo en la cama; el lugar que siempre ocupa su pareja está frío. El joven, un poco aletargado, da unos cuantos pasos hasta llegar hacia el hombre; verlo en ese estado lo impacienta.

—¿Li, qué haces despierto? ¿Qué hora es?

El amanecer aún permanece oculto; la única luz es el reflejo de esa pantalla de celular. Lían observa a Soichi con su mirada apagada por la amargura; su voz suena agotada.

—Yo... aún no pude dormir.

El joven, con el cabello revuelto, se acerca, se inclina y lo abraza por detrás.

—No te preocupes, todo va a salir bien.

—No, no es cierto y lo sabes —murmura con tristeza.

Soichi piensa lo mismo, pero ha estado trabajando con su terapeuta en la positividad y esas cosas. No puede ser honesto en este momento; eso solo agravaría el estado de Lían. Se pone frente a él y toma su mano.

—Sé que es complicado, pero pase lo que pase, yo estoy acá.

Lían traga saliva con nerviosismo, su tono de voz cargado de resignación.

—Tengo miedo... yo fui quien hizo la denuncia, cuando él lo sepa, si ya no es que lo sabe. Estoy seguro, sé que va a pasar algo, no se va a quedar tranquilo con todo esto. No podes pasar otra vez por una situación como esa, es mi culpa, no medí las consecuencias. —El pecho le tiembla y las lágrimas que venía conteniendo al fin se desbordan—. ¡Oh, Dios mío! ¡Lo siento! Todo es mi culpa... yo otra vez lo arruiné, no quiero que te pase nada, no sé qué hacer, tengo miedo y no puedo arreglar nada. ¡Jodí todo! ¡Solo te causo problemas! —Su voz se vuelve titubeante y sus pupilas se contraen—. Tengo, tengo que irme... yo debo irme...

Con la voz firme y una expresión dura, Soichi grita.

—¡Basta! —Lo toma en sus brazos y lo alza—. Si queres irte, me voy con vos, y si queres dejarme, hacelo, pero no por miedo a ese tipo.

En pocos minutos llegan al cuarto, el hombre es recostado con cautela, aunque la expresión del joven permanece seria.

—No quise decir eso, lo siento.

—Lo sé —afirma Soichi mientras se acomoda a su lado.

—¿Te enojaste?

Lo sujeta y apoya su frente en su espalda.

—No me enojé, es solo que me duele que creas que esto es tú culpa, eso no es verdad. —Se acerca y besa su nuca—. Dormí un poco, ¿sí?

Lían asiente en silencio, mientras es abrazado por el calor de Soichi. Han hablado innumerables veces sobre esta situación y aún así le cuesta aceptar que no es responsable de los problemas que sucedieron. Pero el joven siempre lo reconforta; han superado obstáculos y avanzado día a día. Al final, el hombre relaja su pecho y se sumerge en un sueño profundo.

◇◆◇

08:30 hs.

La noticia no tarda en llegar, el celular comienza a sonar. Soichi aún está somnoliento cuando contesta.

—¿Hola? ¿Jefe?

—¿Niño por qué no atendés? ¡Te estoy llamando hace como cinco minutos!

Aleja un segundo el celular ante los gritos y consulta: 

—¿Qué paso?

—¿Lían está con vos?

Observa al hombre que se aferra a su cintura y sonríe. 

—Sí.

—Pone el canal dos o el cinco o cualquiera ¡Está en todos lados!

—Jefe, no tenemos televisión, dígame que sucede.

—¡¡¡Cómo no tenés televisor!!! ¡¡¡Aaaaaaah!!! Espera un segundo...

—¿Qué pasa? —consulta Lían, que comienza a despertarse.

—¿Soichi, estás ahí?

Hace un gesto con la mano para que Lían haga silencio y contesta. 

—Sí.

—Dicen las chicas que lo están pasando en vivo en la página de canal veinticinco, búscalo y... bueno más tarde los vuelvo a llamar, es importante, véanlo.

Un poco desconcertado, el joven agradece y corta. Mientras busca en su celular, explica a Lían que tienen que ver una noticia.

La placa roja los toma por sorpresa.

 

¡ÚLTIMO MOMENTO!

Murió Lucero Rodrigo.

En vivo.

Conductor: Maite, ya volvimos.

Notera: Lamentamos el corte repentino, fue un problema con la señal.

Conductor: No te preocupes, el día está terrible. Contanos qué dicen en la comisaria XX.

Notera: El comisario no salió a dar más detalles, lo único que sabemos es que el cuerpo de Lucero, fue encontrado sin vida a las seis de la mañana por uno de los policías que hacía el recorrido matutino.

Conductor: Pero ¿Cómo es esto posible? ¿Acaso no escucharon los ruidos? ¿Las cámaras?

Notera: Bueno, según una fuente, las cámaras fueron desconectadas.

Conductor: ¿Y los otros detenidos no vieron nada?

Notera: La misma fuente me confirma que Lucero estaba aislado y solo.

Conductor: ¡Mira vos! Y los detalles, ¿son ciertos?

Notera: Si Damián, mi fuente es confiable y por ahora nadie salió a negarlo.

Conductor: ¡Qué loco, no! El violador y proxeneta recibió una dosis de su propia medicina.

Notera: ...

Conductor: Perdón, perdón... esto es una apreciación mía, por supuesto ¿Quién estaría a favor del ojo por ojo? ¿No?

Notera: Claro, hoy se dictaba la sentencia, aunque la gran mayoría decía que el Juez Fernández lo sobreseería.

Conductor: Bueno, Maite, ya sabes, tenés prioridad, cuando surja algo.

Notera: Apenas haya novedades, nos comunicamos.

Conductor: Estimados televidentes, antes de irnos a un corte comercial, me gustaría que me dejen sus opiniones en nuestra red social, así las pasamos al aire. ¿Qué creen? ¿Quién habrá sido? ¿Alguna víctima? ¿Alguien que temía ser delatado? ¿Se merecía ser sodomizado y capado? ¡No se vayan! ¡Volvemos en cinco minutos!

Soichi apaga la pantalla, el primer instinto del joven es observar la reacción de Lían.

El hombre exhala desde lo más profundo de su alma, no está feliz, pero... siente una profunda paz.

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