En el jarrón solo entra una flor

Por muy emocionada que estuviera Alba, sabía que no podía evadir el supuesto tema de que había hecho trampas, no sabía porqué Daniela había dicho eso sobre ella y estaba algo molesta, quería ir hablar con ella sobre el tema y aclararlo.

Al día siguiente Alba fue directa a hablar con Daniela pero no estaba por ninguna parte, solamente vio a Martina, estaba con una chica de cabello negro y ojos grises, tenía unas gafas de montura negra. Hablaba emocionada de un proyecto artístico. Era la estudiante becada en artes. El instituto se llamaba Windeltale y tenía mucho prestigio. Como no solo querían niños ricos, becan a los estudiantes más brillantes de cada ámbito.

-Martina, Martina, ¿Me sigues escuchando?

-Frisia, si te digo que no ¿Te enfadas?-Le dijo irónicamente.

-¿Cómo puedes ignorar a la gran Frisia Bride, maestra multiartística?-Dijo egocéntricamente la chica.

-Veo que te tienes bien en estima.

Alba se acercó a ellas, quería zanjar el tema correctamente, no sabía de dónde habían sacado la idea de que las había amenazado.

-Hola Martina, soy yo, Alba...

-Ya se quien eres no hace falta que me lo digas-Le cortó bruscamente Martina.

-Ah...vale...¿Podría encontrarme con Daniela?-Le pidió a ella.

-Daniela está de viaje en el extranjero, no creo que puedas hablar con ella por lo menos esta semana.-Se explicó Frisia.

Alba estaba decepcionada, sabía que debía solucionar este problema cuanto antes y no sabía cómo si no estaba Daniela.

De pronto se le ocurrió una idea, repetiría el examen así probaría que no hizo trampa de ningún tipo.

Alba se fue corriendo hacia el despacho de la jefa de estudios.

-Discupe, soy Alba, y se me ha acusado injustamente de algo que prometo no haber hecho, y para demostrarlo, realizaré el examen de nuevo, podéis hasta cambiarlo entero, doy mi palabra de que no os decepcionaré.-Estaba muy decidida, y su voz sonaba firme y sin titubeos.

-Entiendo, señorita Fox, hablaré con el director. De momento le pido que espere pacientemente en la sala B.

Pasaron un par de horas y finalmente vino el director, había decidido aprobar su idea, y le dio un examen idéntico al que hizo al entrar en el instituto.

-Señor director, si me da el examen que ya hice le sacaré un 100, recuerdo exactamente lo que hay que responder y lo que fallé la anterior vez.-Contestó Alba confiada.

-En ese caso demuéstralo.

-Le quedan 55 minutos desde...-Puso el temporizador.

-Ya.

Alba se sabía el examen de memoria y  le sobraron 22 minutos y 49 segundos.

Los profesores vinieron y revisaron el examen, estaba todo perfecto, no encontraron ningún fallo.

El director le aplaudió.

-Al final hemos concretado que usted no hizo trampa.

Alba empezó a gritar de la emoción. Fue corriendo a hablar con sus amigos sobre su éxito. Como en su clase estaban Martín y Jhonatan, fueron los primeros en saberlo.

-¿Entonces ya no te molestarán más con ello?-Preguntó Martín con mucho interés.

-Nop. Ya me dejarán en paz de una vez.

-Esto se merece una fiesta ¿La hacemos?-Propuso con ilusión Jhonatan.

-Está bien, pero no se a quién invitar.-Alba estaba un poco triste porque sabía que no conocía a tanta gente.

-Tranquila, invitemos a toda la escuela, yo lo financio.-Jhonatan estaba muy emocionado, nunca se había llevado tan bien con una chica, y esto lo dijo inconscientemente.

-¿¡Toda la escuela!? ¡Eso es demasiado!-Alba elevó mucho el tono de voz y luego se tapó la boca por vergüenza, también se puso muy roja.

-Aviso a Marcos y a Tyler a la salida, de que se celebra se celebra - Cuando Martín pronunció a Tyler Alba se puso roja, le gustaba y no sabía cómo admitirlo.

-Te has puesto roja- dijo Jhonatan con un tono un poco amargo en la voz intentando sonar divertido.

-Que se me hace que estos dos tienen algo.

-Más quisiera -Dijo inconsciente, tras de esto se puso más roja y se tapó la boca.

-Me parece que tendremos que darle un empujón.-Dijo Martín todo emocionado, mientras que Jhonatan solo esbozó una sonrisa un tanto falsa.

Lo que Alba no se esperaba es que Daniela había tenido que volver de su viaje por un imprevisto y escuchó la conversación desde lejos, ella estaba verde de envidia, ella nunca había recibido ese trato de Jhonatan, es decir la trataba bien y desde ese día en el hospital se habían convertido en una pareja, más no solo era envidia lo que sentía, sino vacío y una tristeza gris que le oprimía el pecho.

En ese momento decidió hablar con ella.

-Buenos días, Alba ¿Podemos hablar a solas?

-¡Oh! Claro, yo también tenía que preguntarte alguna cosa.

Andaron por los pasillos y llegaron a una zona en la que no había absolutamente nadie.

-...-Daniela no sabía que decir, ¿Debería gritarle y tratar hacer alejarla de Jhonatan? No quería tratarla mal, pero quería proteger su corazón y para ello debía ser borde.

-¿Sí?-Ella esperaba que le dijera lo que tenía que decirle.

-¿Acaso no entiendes que no eres absolutamente nada?-Era un tono amargo, como si le costara decirlo.

Alba se quedó en silencio, estaba realmente dolida.

-Entiende tu lugar, aquí tu estás solo por estar, deberías saber que yo soy la única que puede estar. Entiende, solo yo, este no es tu sitio, es el mío. Solo puede estar una persona, y esa soy yo.-Dicho esto, Daniela se fue y dejó a Alba sola.

Daniela y Alba, cada una se fue por su lado, pero fueron a hacer lo mismo, llorar, Daniela lo hizo sola, como otras veces había hecho, no quería preocupar a nadie, mientras que Alba llegó llorando para que la consolaran, fue hacia Jhonatan y Martín.

-¿Qué ha pasado?-Dijeron los dos a la vez extremadamente preocupados.

- Fue Daniela...- Martín miró a Jhonatan sabiendo que tenía que pararle los pies

- ¿Qué te dijo? -Dijo Jhonatan abrazándola, Alba solo negó con la cabeza.

Seguía llorando y no respondió...

Continuará...

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