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Capítulo 5 - Invitados Pt2

PoV Pamela Bluewolf

Hace unos dos meses que venimos viajando desde la capital del Reino de Fellran, al noreste de aquí. Vinimos mi marido, mis dos hijas y yo, por un pedido de ayuda de un pueblo élfico al este del Bosque de Zeriff. El pueblo se llama Durbal, tiene una población de 10.000 elfos y está teniendo problemas para controlar a las hordas de monstruos que salen del bosque. Según la información que mandaron, recientemente las bestias empezaron a salir 1 o 2 veces más de lo normal.

Naturalmente, las defensas de un pueblo relativamente pequeño que no ha tenido problemas en mantener la paz los últimos 100 años no eran muy buenas. Tienen una pequeña valla de madera, pero eso apenas retiene a los tontos duendecillos. Cualquier ser con un mínimo de inteligencia puede traspasarlo sin problemas y entrar al pueblo.

Sus guardias tampoco están muy entrenados por lo que me dijeron, y por eso estoy aquí. Soy Capitana retirada del séptimo batallón del reino de Fellran. Tuve a cientos de hombres bajo mi mando durante años, y me gané ese puesto con sudor y sangre. No nací como noble, sino en una familia de pequeños comerciantes.

A los 8 años empece a interesarme en el manejo de la espada. Con mucho esfuerzo, fui ganandome mi lugar en el ejército, subiendo mi posición y mejorando mis propias habilidades. Fellran no es un Reino donde solo la nobleza acceda a cargos importantes. Con suficiente mérito, hasta el más bajo de los plebeyos puede llegar a un buen cargo.

Sin embargo, mi vida como capitana ha terminado, hace 3 meses cumplí los 40 años, y mis superiores me dijeron que era hora de retirarme. Mis habilidades ya no son lo que eran, y la edad empezó a afectarme fuertemente. Es sorprendente que incluso mantuviese mi puesto por tanto tiempo. Me mandaron aquí, a un pequeño pueblo en el medio del continente, como forma de mejorar relaciones con la Alianza de Zeriff.

Mis órdenes son defender el pueblo junto a mi esposo de cualquier ataque, entrenar a nuevos soldados y mandar cualquier joven prometedor a la capital del Reino. Aún con mi edad, sigo siendo una espadachina de rango Maestro en el estilo de la Espada del Silencio. Es un estilo enfocado en ataques rápidos y sigilosos a puntos vitales.

Mi marido es mejor que yo incluso, un Espadachín de rango Maestro en el estilo de la Espada del Amparo. Este se enfoca en la defensa, en resistir ataques y realizar contraataques. Fue Capitán del Quinto Batallón del Reino, pero eligió venir conmigo cuando se enteró de mi retiro. Así que aquí estamos los dos, en medio de la lluvia, empapados y con mucho frío.

"Las niñas, cuida a la niñas, llévalas a la casa del Jefe de Guerreros. Allí deberían estar bien".

"¿Y tu? ¿Qué haremos con el equipaje? Dudo que tengan lugar para que dejemos todas nuestras cosas".

"El bastardo del alcalde 'olvidó' que llegábamos. Veré donde puedo dejar nuestras cosas para evitar que todo se arruine". Es lindo verlo tan enojado, a mi siempre sereno y calmo Artrid. Es así cuando las niñas están en problemas por culpa de alguien. Lo lamento por el tipo que quiera pedirles noviazgo más adelante.

"Está bien. Todavía recuerdo como llegar a la casa del Jefe de Guerreros, así que iré hasta allí. Te amo". Le doy un pequeño beso, no debo demorarme, o las niñas se enfermarán seriamente.

"Ve, nos vemos luego".

"Si, adiós".

Con esa pequeña despedida ambos comenzamos nuestras misiones. Caminé siguiendo las instrucciones que me dieron, girar a la izquierda desde la casa del Jefe del pueblo y caminar 200 metros. Luego, girar a la derecha y caminar 300 más. Finalmente, doblar a la izquierda. "La casa más grande que veas es la del Jefe de Guerreros". Pronto, llego hasta donde me dijeron. Una casa pequeña para los estándares de la capital, pero grande para los de un pueblo. Sin embargo, parece tener un patio trasero grande con algunas construcciones más, ¿Tal vez eso lo compensa?

Tock, Tock

¿Dos toques estarán bien? Fueron lo suficientemente fuertes creo. ¿Debería tocar más fuerte? No quiero pasar mucho tiempo bajo la lluvia. Justo cuando estaba por tocar nuevamente, alguien salió de la casa. Una mujer joven, más joven que yo al menos.

"¿Eres humana, verdad?". ¿Tan fácil es reconocer mi raza?

"Si, lo soy. Gracias a Dios hablas mi idioma, no estoy tan versada en el idioma élfico. Soy parte del grupo de Ayuda que envió el Reino de Fellran. Mi nombre es Pamela Bluewolf".

"¿Eh? ¿Enserio? De cualquier forma, pasen. Ustedes se están mojando demasiado, entren a casa. Les traeré algo de ropa para que se cambien".

"Te lo agradezco". Apenas entro, mi mirada pasa por la casa en la que me quedaré estos días. Es pequeña, pero acogedora. Dentro, un pequeño niño me mira con algo de sospecha. Le doy mi mejor sonrisa, espero que no se asuste demasiado con mi presencia. Según sé, los niños élficos tienden a ser asustadizos por cualquier cosa.

"Toma esto. Sécate, y seca a tus hijas. Ellas pueden dormir en la habitación de mi pequeño, no debería haber ningún problema".

"¿Eh? ¿Segura? Está bien. ¿Donde podemos dormir mi esposo y yo? Donde sea está bien".

"Mmh, no tengo más habitaciones. ¿Aquí está bien? Podemos hacer algo de espacio, debería ser suficiente".

"Si, seguro, no hay problema".

Pronto, empiezo a acomodar mis cosas junto a ella. Como esperaba, es de carácter amable y apacible. Creo que podemos ser amigas, me agrada un poco ya. ¿Eh? La chica de allá atrás está mirándome como si no entendiera nada.

"Por cierto, hablas el idioma Élfico?"

"Si, aunque no demasiado. Nos hicieron tomar lecciones antes de venir. No sabíamos si aquí podrían entendernos correctamente si no".

"Bien, entonces hablemos en mi idioma. Me gustaría que mi Aprendiz comprenda correctamente la situación". La chica de allá atrás es su Aprendiz, entonces. Había pensado que era su hija hasta ahora.

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Conversación del Capitulo Anterior

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Son agradables, aunque la Aprendiz era tímida. Puede que sea la primera vez que ve a un humano. Tenemos mala fama entre los elfos, lamentablemente. Se le pasará con el tiempo, supongo. Tal vez tenga que demostrar que no soy hostil de alguna forma para que el pueblo me acepte.

Dejando de hablar con ellas, volví a la Sala de Estar/Comedor. Allí me encontré una escena interesante. El hijo de Ingrid está mirando mis cosas. ¿En que momento se escapó hacia aquí? Es activo para su edad. Parece mirar con especial interés mi espada. Es una espada de adamantio. No tiene propiedades mágicas, pero es muy resistente y filosa. Está hecha por los enanos de Ardrack. (NA: Pronto les mostraré un mapa para que se ubiquen mejor).

"¿Te interesan las espadas, niño?". Bu, ¿te asustaste? "Jaja, siempre me gusta causar esa reacción. No tengas miedo, es normal para los niños interesarse por cosas como las espadas". Es lindo, su mirada es ternura absoluta. Está asustado, seguramente no vió a demasiada gente hasta ahora.

"Si, me gustan". Ohh, es tan lindo. Quiero abrazarlo, aunque probablemente solo lo asuste más.

"Eso quería oír. Tal vez cuando crezcas, puedas venir a pedirme como manejar una. Voy a estar aquí por un buen tiempo, así que no debería haber problema. Aunque, pequeño, no debes tocar mis cosas, ¿entiendes?". Es importante que no esté tocando mis cosas. Hay objetos que no deben ser manipulados por un niño. Quien sabe el problema que seria si le pasara algo al hijo del jefe de Guerreros. Las relaciones con este pueblo se irían al suelo.

"Si, no iba a hacerlo".

"Bien. Me voy, pequeño". Debo ver a mis hijas, revisaré que este todo correcto y luego terminaré de preparar todo para dormir está noche. Es un buen plan.