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Capítulo 9 – La Jaula De La Mariposa

Editor: Nyoi-Bo Studio

Xia Ling lo miró, mientras sus pies permanecían enraizados al piso. Fingió una sonrisa, esperando que su expresión de felicidad fuese la última cosa que recordara de ella.

Sin embargo, antes de que pudiese pensar cómo explicar su decisión de marcharse, él se le acercó y le dio una fuerte bofetada en el rostro, diciendo: — Xia Ling, ¡no sabía que podías ser tan cruel! ¡Te atreviste a envenenar alguien para matarla!

¿Envenenar a alguien?

No podía comprender a qué se refería él, cayó débilmente sobre el piso por el impacto del golpe. Su frente se golpeó contra una esquina y la sangre comenzó a rodar por su rostro, cegando su visión. Lo miró en estado de shock, sus oídos zumbaban y su conciencia se nubló.

Se le acercó y la tomó del cuello de su blusa y gritando dijo: —¡Tienes muchas agallas al atreverte a matar a Wang Jingwan! La familia Wang nos están buscando para pedirnos una explicación. ¡¿Sabes cuantos problemas has causado?!

¿Wang Jingwan, su prometida, está muerta?

La idea rápidamente cruzó, por un segundo, su mente antes de desaparecer. Trató de abrir sus ojos para mirar bien al hombre que estaba parado frente a ella, pero la sangre que brotaba hacía imposible que pudiera ver. Su rostro ardía del dolor y se comenzaba a hinchar, lo que afectaba su habla. Entre dientes, dijo: —Me quiero ir…Déjame ir…

Ya no le interesaba si esa mujer estaba muerta o no. Su mente estaba enfocada en sólo una cosa: Pei Ziheng la había golpeado. Esta era la primera vez que la golpeaba, sin ni siquiera mostrar compasión o preocupación, como si ella fuese su enemigo mortal.

Ay, su relación era tan frágil.

Por esta mujer, salida de la nada…O, tal vez, no tan al azar. Por esta mujer quien provenía de una familia, supuestamente, compatible, un matrimonio por conveniencia, él había destruido una relación de diez años.

Realmente habían terminado.

Xia Ling no mató a su prometida, pero él no le creía.

Aparentemente, la última persona en ver a Wang Jingwan había sido ella. Ella había sido encontrada muerta sobre el sofá reservado del café donde se habían encontrado, poco después de aquella conversación donde trató de negociar. Las huellas dactilares de Xia Ling fueron encontradas en un vaso de vidrio caído al lado de su cuerpo.

Pei Ziheng la mantuvo bajo arresto domiciliario.

Xia Ling sólo deseaba olvidar todo lo sucedido luego de aquel incidente. Fue un año tortuoso que sólo le sirvió a Xia Ling para aprender una cosa: el amable Pei Ziheng, quién había prometido protegerla todos los días de su vida había muerto. En su lugar sólo estaba un animal salvaje, un monstruo abusivo…

Xia Ling tembló al sentir la fría briza de agosto.

Emergió del aletargamiento de sus recuerdos del pasado y abrazó la bolsa de papel fuertemente contra su pecho. La bolsa de papel contenía las cosas que había comprado para la grabación al aire libre, su peso le dio la sensación de estar viva. Las calles estaban llenas de gente que la empujaba de todos los lados; haciendo que su paso fuese inestable. Sorpresivamente, ser parte de este bullicio, la hizo sentirse segura. Sólo un mes atrás, no habría podido imaginar que sería capaz de escaparse de las garras de Pei Ziheng, y caminar normalmente por las calles.

Hacía ya más de un mes desde que había muerto y reencarnado.

No contó los días intencionalmente, pero…

Xia Ling levantó la vista y se encontró en el medio de una plaza de mercado. Cada quien estaba en sus propios asuntos, muchos jóvenes llevaban una margarita blanca en sus manos. Algunos sollozaban, otros les murmuraban a las personas a su lado. Incluso captó que algunos decían cosas como: —Xia Ling… Qué pena…

Una melodía familiar se escuchaba en el fondo. Era una canción que había cantado hacía mucho tiempo. En la pantalla que estaba en el medio de la plaza, una leyenda muy llamativa, en blanco y negro, se repetía una y otra vez.

La mariposa dormida —conmemorando los 77 días desde la partida de Xia Ling.

Todos los créditos eran de Imperial Entertainment.

Era una trasmisión en vivo.

Ver la conmemoración de su muerte ser transmitida en vivo, era una situación muy extraña. Xia Ling no esperaba que, por pura casualidad, hubiera visto esto un día cualquiera que había decidido ir de compras. De repente, se sintió perdida. Iba a doblar y marcharse, pero sus pies parecían haber crecido raíces y era incapaz de moverse. En lo más profundo de su corazón, una voz decía, ¿Vendrá Pei Ziheng? ¿Cómo le iba luego de su muerte?

Xia Ling, estás más allá de toda salvación.

Otra voz en su corazón se burlaba de ella. ¡Él te causó tanto daño, y ¿aun así sufres por él?!

La gente a su alrededor continuaba golpeándose contra ella, y las voces impacientes se tornaron más fuerte: —Oye, ¿caminas o no? Por qué te quedas parada en el medio de la calle. Muévete, deja de jugar a la muerta.

La empujaban a la derecha y a la izquierda hasta que chocó contra un robusto pecho. 

—Ye Xingling, ¿Estás mirando por dónde caminas? —Era Luo Tao quién la jaló al lado de la calle—. Ve a otra parte a soñar despierta si quieres. Aquí está todo lleno por los locos admiradores de Xia Ling. Si te quedas parada en el medio de la calle y viene una estampida, nadie sabrá a quién culpar por tu muerte. 

Xia Ling lo miró boquiabierta. 

—¿Por qué me miras así? ¿Acaso dije algo malo? No me digas que también eres una loca admiradora de Xia Ling —Luo Tao metió sus manos en los grandes bolsillos de sus pantalones, mostrándose irritado. Mientras hablaba volteó para mirar a varias de las "locas admiradoras de Xia Ling", quienes también lo estaban mirando.

Xia Ling se quedó muda.

Finalmente pudo hablar y preguntó: —¿Qué haces aquí?

—Vine a comprar algunas cosas. Si no fuera por la grabación del MV de mañana, y si hoy no fuese el único día de descanso, no estaría atrapado en esta multitud durante la conmemoración de la muerte de Xia Ling —Luo Tao llamó a alguien que estaba detrás mientras decía: —¡Por aquí!

Xia Ling se volteó para ver a los amigos de Luo Tao, quienes cargaban muchas bolsas grandes y medianas, abrirse paso entre la multitud con dificultad. Cuando lograron llegar donde estaban Xia Ling y Lu Tao respiraban con dificultad.

—Por Dios, Hermano Lu no creerás lo que son capaces de hacer estos locos admiradores. Esta gente está loca, hay montones de ellos por todas partes. Muchos están llorando… mira ahí, y por allá... —Los dos jóvenes colocaron las bolsas que traían sobre el piso quejándose mientras señalaban los admiradores a Lu Tao.

Luego de un rato notaron que Xia Ling estaba parada frente a Lu Tao.

—Oye, ¿no es esta Ye Xingling? —Acotaron en shock, mirándola como si fuese un fantasma—. Hermano Lu, ¿Por qué estas con ella? —No era de extrañar ya que apenas ayer, ella y Lu Tao habían estado trabados en una batalla. No sólo habían estado en una batalla de baile, sino que además, Lu Tao había tenido de arrodillarse ante ella frente a todos en el campamento de entrenamiento. ¿Cómo era posible que él estuviera a su lado hoy, hablando tan amigablemente?

Incluso Xia Ling pensó que era extraño. ¿Era Lu Tao simplemente despreocupado o muy tolerante? De haber sido cualquier otra persona, la habría ignorado como si fuese la plaga luego de haber tenido que arrodillarse ayer. ¿Quién sería tan amable y trataría de ponerla a salvo?

Lu Tao miró al cielo y volteando sus ojos, dijo: —Tiene suerte de que por casualidad me topé con ella, de lo contrario, hubiera sido aplastada por toda esta gente —Le dio un codazo y las cadenas en su muñeca sonaron—. Ye Xingling, ayer perdí la apuesta y mantuve mi palabra. Te acabo de salvar la vida hoy, ¿cómo vas a pagarme?

—¿Cómo quieres que te pague? —Xia Ling se dio cuenta de que Lu Tao era como un niño que no había crecido. Con razón, infantilmente derramó tinta sobre su mesa. Un adulto nunca hubiera hecho algo así.

Al escuchar la pregunta, los ojos de Lu Tao se iluminaron. —Ayer mientras te miraba hacer el windmill, hacías algo con tus tobillos, mientras pateabas atravesando el aire que fue muy diferente a los típicos movimientos del windmill que he visto. Nunca vi eso antes. Probé hacerlo varias veces esta mañana y no logre el ángulo correcto. ¿Dónde aprendiste a hacer eso? ¡Rápido, dime!