Capítulo 63 – Tortura parte 1

Al ver que la vida de Jenna estaba fuera de peligro todas suspiraron en señal de alivio. Merlín en cambio suspiró porque no parecía verse afectado por el veneno.

-     Llévenla a una habitación y que descanse.

Doménica y Olivia asintieron llevándose a la desmayada Jenna. Por otro lado, Merlín miró fijamente a las mujeres quienes tragaron saliva. Sabían que Merlín no era humano al ver sus colmillos largos que perforaron el cuello de Jenna.

Cansado por todo el ajetreo del día de hoy Merlín simplificó la explicación.

-     No soy un demonio. Mi raza es vampiro y me alimento de la sangre…

Luego merlín explicó lo mismo que le dijo a Alejandra de como cambió su raza. Las chicas suspiraron al saber que no las iba a devorar como tentempiés. Aunque no debería estar tan felices por eso. Al fin y al cabo, si se estaba alimentando de ellas.

Camila regresó al pasillo después de alojar a Lena en su habitación. Al principio estaba molesta, pero Camila logró apaciguarla. 

-     Llévalas a sus habitaciones.

Camila asintió y se llevó a todas las chicas. Viendo como terminó su mansión Merlín decidió establecer formaciones defensivas. No podía dejar que los intrusos entren como les dé la gana. 

Para establecer defensas decentes necesitaba estar al menos en el tercer círculo, pero ahora tenía a Jenna permitiéndole usar sus reservas de mana. 

Sin dedicar ninguna otra mirada Merlín se acercó a los asesinos, les retiró las máscaras y revisó sus bocas. No podía creer que el mito de los asesinos sea cierto. Ambos tenían capsulas de color purpura entre sus últimas muelas. 

Aunque no le gustó meter sus manos en la boca de un hombre era algo necesario para evitar que se suicidaran. Por último, los llevó al calabozo. 

Merlín tuvo que pasar toda la noche calmando la histeria popular y calmando a los nobles que se habían quedado en la ciudad. 

Algunos nobles incluso intentaron pedir compensaciones a lo cual Merlín asintió dándoles una paliza. Estos nobles eran de bajo rango y Merlín era un alto noble. La diferencia en el estatus y poder era abismal dándole pase libre a Merlín para golpearlos como quisiera. De todas formas, no podrían tomar represalias en contra de su territorio por la protección del rey.

A la mañana siguiente Merlín lucía exhausto. Aún no había terminado de contabilizar las perdidas por este incidente cuando se le presentó una serie de documentos proporcionados por Frederick de personas que no pagaron los impuestos.

Cansado por esto Merlín decidió deshacer sus frustraciones con los causantes de todo este problema. 

-     Frederick iremos al calabozo. Debemos de ver quién está detrás de todo esto. 

Frederick asintió y ambos abandonaron el trabajo de oficina. Merlín sentía que si se quedaba en esa oficina iba a morir debajo de una pila de papeles. De todas formas, ahora tenía a su nueva administradora que podría encargarse de esa pila de papeles que no hacía nada más que crecer. 

En el calabozo Merlín estaba mirando a los bandidos. Cuando todos recobraron la conciencia intentaron suicidarse mordiendo una pastilla, pero se sorprendieron al notar que no tenían nada en la boca. Frederick había revisado a profundidad sus cuerpos buscando armas ocultas o drogas como veneno o potenciadores. Incluso los piojos fueron revisados, asustado de que Merlín amenazara de nuevo a su familia. 

-     ¡Buenos días! 

Merlín saludo a los bandidos muy felizmente mientras sostenía un cuchillo en su mano. Los bandidos, al ver la retorcida sonrisa de Merlín que no era una sonrisa, comenzaron a temblar. Sin miedo a lo que vendría el líder bandido dijo. 

-     ¡Ja! No intentes asustarnos. Sabemos que ahora estamos condenados a muerte. Solo ejecútanos de una vez y termina con esto.

Merlín algo intrigado respondió.

-     ¿Ejecutarlos? Eso solo sería si fueran capturados por el ejército. Este es mi territorio y yo decido los castigos aquí. Además, sé que estas coludido con alguien. Es inútil intentar esconderlo de mí. Así que no pierdas mi tiempo y dime quien es. 

El líder bandido se sorprendió al escuchar las declaraciones de Merlín. Él no había dado ninguna pista sobre su relación con el barón. Aun así, Merlín afirmó que estaba aliado con alguien. 

-     Marqués creo que se equivo…

Antes de poder terminar Merlín interrumpió.

-     No intentes engañarme. Tu técnica de golpe de Thor es única de los nobles y solo puede ser enseñada a caballeros formales del reino. 

Esas palabras hicieron que la sonrisa en el líder bandido desapareciera. 

-     Tortúrame si quieres, pero nunca te diré para quien trabajo.

Merlín asintió y le dijo a un guardia. 

-     Tráeme dos baldes metálicos con agua. 

El guardia asintió y salió corriendo. En pocos minutos regresó cargando dos baldes de agua. 

-     Dime líder bandido. ¿Cuál es la manera más fácil de quitarle la cascara a un tomate?

-     ¿eh?

El líder bandido estaba confuso. ¿Qué tenían que ver los tomates con su situación actual? Aun así, intentó adivinar pensando que Merlín se había vuelto idiota. 

-     Con un cuchillo.

-     ¡Error! Escaldándolos primero.

Merlín invocó una bola de fuego haciendo que el agua empezara a hervir al contacto. Sin esperar nada Merlín tomó el balde y se lo hecho al bandido.