—¿Escuchas eso? —gritó el anciano Vincent mirando la espalda de su hijo alejarse.
—Está bien, abuelo —Noah hizo una seña a las sirvientas y ellas llevaron a su abuelo a su habitación—. Miró al anciano y a las sirvientas irse en silencio y soltó un suspiro.
Su abuelo era diferente de años atrás. Podía ver lo solo que estaba el anciano, pero aún se aferraba al recuerdo de su difunta esposa. La amaba tanto como para estar con otra mujer.
No es que no haya tratado de encontrar a otra mujer inicialmente, pero al igual que él. Todo intento de ser feliz de nuevo fracasó. Después de tantos intentos, Vincent decidió que no estaba destinado a estar con nadie más. Decidió quedarse soltero para siempre.
Noah miró hacia el ahora vacío corredor por donde su abuelo había pasado y se volvió para irse cuando, "Noah".
Se volvió al escuchar la voz detrás de él y vio a Cara allí. La amiga de su hermana, la misma persona que lo había drogado esa noche. Sus ojos cansados la miraron fijamente.
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