ESCÁNDALO

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—Buenos días —una Anna sobresaltada se quedó mirando al hombre que acababa de llegar a la mesa. Ya estaba vestido con un traje negro listo para el trabajo. Noah no solo era rico, también tenía el aspecto. Uno que puede hacer que cualquier mujer pierda la cabeza por él.

Pero volver a enamorarse está fuera de su alcance. Aunque podría ser una buena esposa, Anna no quería que le rompieran el corazón de nuevo. Obtendría su venganza y se iría cuando fuera necesario. Al menos Noah no parece que le importe el amor.

—¿Estás bien? —preguntó Noah y ella asintió.

—Por supuesto. Buenos días —ella sonrió al ver a Noah asentir en respuesta mientras se sentaba. Todavía se sentía como un sueño estar casada con este hombre, pero ya no era un sueño.

—¿Volverás temprano hoy? —preguntó Anna mientras las sirvientas repartían la comida. El hombre entrecerró los ojos hacia la mujer que parecía estar de muy buen humor esa mañana y se preguntó qué la tenía tan emocionada.

Ayer parecía abatida y rota y esta mañana está tan feliz.

Anna estaba realmente feliz de haber preparado el desayuno para su nuevo esposo. Estaba emocionada de ver su reacción cuando probara su comida.

—No me esperes. Acuéstate temprano, la mayoría de los días tengo mucho que hacer y podría no volver a casa —pensó que su voz fría no se había suavizado en lo más mínimo.

Tal vez ella pueda transferir un poco de calidez a ese corazón frío.

—Volverás todos los días mientras estemos casados. No puedes saltarte las comidas, marido, porque las necesitas —lo observó en silencio sin pronunciar una palabra mientras tomaba su cuchara para beber de su sopa.

¿Esta mujer realmente no tiene idea de quién es él, verdad? Qué audacia de su parte pensar que puede controlarlo. ¿Marido? Aunque el apodo de marido sonaba lindo. Pensó Noah. Tenía ganas de pellizcar sus mejillas para reiniciar su cerebro, pero luego descartó el pensamiento tan rápido como vino.

—Pero esa no es la razón por la que pregunté —dijo ella.

—¿Qué es?

—Quiero volver a mi coche... —de repente sonó el teléfono de Anna y ella revisó la llamada y sonrió.

—Vuelvo enseguida —se alejó.

Una vez que Anna llegó a un corredor un poco más lejos de la entrada del comedor, contestó la llamada.

—Anna, ¿qué hiciste? Pensé que habíamos acordado que aceptarías a Mack de vuelta —se podía escuchar la voz desesperada de Janjan al otro lado del teléfono. Anna frunció el ceño, antes de que pudiera decir una palabra, entró otra llamada y ella contestó esa.

—Señora Anna, hace dos años nos despidió a todos y se alejó de Internet para siempre. ¿Por qué está regresando ahora sin avisarnos primero? —la confusión de Anna creció.

¿Regresar?

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—¿De qué están hablando? —salió la pregunta de Anna.

—¿Está diciendo que no está al tanto de las noticias? —preguntó sorprendida la mujer al otro lado.

—¿De qué están hablando? —repetía las palabras desesperadas de Anna.

—Pensamos que era otro escándalo pagado para anunciar su regreso. Oh, señorita Sui, esto es muy malo para usted. Su novio Mack Yong está empañando su imagen en un programa de televisión en vivo, ¿dónde está usted? Necesitamos pensar cómo controlar las noticias, se están esparciendo como un incendio. Oh señora, esto le da una mala imagen.

Anna terminó rápidamente la llamada y buscó las últimas tendencias. "Uh". Exclamó cubriéndose la boca con las manos.

—ANNA SUI. —Estaba en tendencia en número uno. Detrás estaba "MACK YONG", y luego junto a eso estaba "Compromiso roto". Anna frunció el ceño. Sabía de qué se trataba sin siquiera hacer clic en la tendencia.

Mack realmente está decidido a destruirla como había prometido. Cuando Anna hizo clic en la tendencia, ya pudo ver lo que imaginaba. Era sobre su compromiso roto. Mack había emitido un discurso a la prensa como de costumbre fingiendo inocencia ante el público, y como ella ya estaba etiquetada como malvada, fue fácil manipular al público.

Anna apretó los dientes. Él la acusó de infidelidad pero ha prometido seguir casándose con ella pase lo que pase. Destruyendo aún más su imagen pública, sin embargo, confesando su amor por ella abiertamente como siempre.

Ella hará que Mack pague por todo lo que ha hecho.

Mientras Anna todavía estaba al teléfono con su antiguo equipo de relaciones públicas, alguien llamó a Noah inmediatamente. "Señor, esta mañana la señora es tendencia por un compromiso roto con Mack Yong pensé que ya estaban casados", Noah frunció el ceño al escuchar las palabras del hombre.

—No deje que esa noticia se propague más de lo que ya lo ha hecho, quiero que desaparezca. —dijo y su asistente colgó y volvió al trabajo. Noah suspiró.

Sabía que esto pasaría al casarse con una mujer con una imagen ya manchada. Pero no permitirá que nadie se atreva a tocar a su esposa otra vez. Anna ahora es suya para proteger, y no dejará que ningún daño se acerque a ella.

Noah marcó un número, "¿Quién está intentando destruir lo que es mío?"

—S... Señor, creo que es su exnovio Mack Yong. Ha sido el prometido de la señora durante siete años. No sé qué debe haber pasado entre ellos... —el hombre hizo una pausa pero luego reunió el coraje para decir lo que pensaba de todos modos.

Estaba listo para lo peor. No le importaba si su jefe lo mataba al final, tenía un mensaje que transmitir y eso haría.

—Creo... Creo que se ha casado con la esposa de alguien más, señor. —Noah apretó los dientes aún más y luego una parte de sus labios se curvaron hacia arriba.

—Tonterías, Paul, sacude un poco el negocio de la familia Yong. Hazle saber a ese bastardo con quién se está metiendo.

—Sí señor.

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Anna volvió a llamar a su equipo de relaciones públicas después de revisar las tendencias y leer todas las cosas horribles que la gente decía sobre ella. "Envía un fotógrafo en dos horas, me encantaría hacer conocido mi regreso. Enviaré la dirección". Colgó antes de que la persona pudiera responder.

Ella no era la misma Anna del pasado, si Mack piensa que puede destruirla, entonces ha cometido el mayor error. Porque esta vez lo destruirá permanentemente y le hará rogar públicamente.

Anna sonrió y volvió al comedor, pero antes de que llegara Noah ya se había ido al trabajo y no probó ni un sorbo de lo que había preparado.

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