Capítulo 27: La Mala Suerte de Tu Familia

Casa de la Familia Wang

—Madre, esa perra se vuelve cada vez más arrogante —Wang Fu Ya se quejaba a su madre—. Fui a hablar con ella pero me ignoró varias veces. Si no fuera por nuestra seguridad, no querría perder mi tiempo hablándole. Mamá, ¿todavía quieres intentar convencerla de que vuelva a casa? Después de una semana, no ha pasado nada. Creo que ya estamos a salvo —Wang Fu Ya ya no quería hablar con Yu Qi.

La Señora Wang frunció el ceño pensativa. Ella también pensaba lo mismo. Pero no podía dejar de pensar en lo que el chamán le dijo en aquella ocasión.

—¡Aaaahhh! —Se pudo escuchar un grito fuerte fuera de su casa.

Las dos salieron rápidamente a ver qué sucedía. Ambas se quedaron impactadas por lo que vieron. Vieron a Wang Ha Na en la alcantarilla frente a su casa.

—Ha Na, ¿qué pasa? ¿Por qué estás sentada en la alcantarilla? —Wang Fu Ya hizo una pregunta tonta.

—¿Qué? ¿De verdad crees que quiero estar sentada aquí? Por supuesto que no. Caí aquí adentro —Wang Ha Na le respondió de manera grosera a Wang Fu Ya.

Wang Fu Ya frunció el ceño. Solo estaba preguntando. 'Hmph, no es mi culpa que cayeras allí. Es a causa de tu estupidez.' Rodó los ojos.

—Llama rápido a tu padre. Tenemos que levantar a tu hermana —La Señora Wang se angustió al ver a su hija sentada en la sucia alcantarilla.

Wang Fu Ya no quería discutir con su madre y entró a la casa a llamar a su padre. Su padre estaba durmiendo. Al escuchar la situación de su hija, salió corriendo rápidamente. Desafortunadamente, al correr, tuvo un mal paso y cayó. Se torció la pierna izquierda. Gimió.

La Señora Wang oyó el ruido cuando su esposo cayó. La Señora Wang corrió hacia su marido.

—¿Estás bien? —preguntó.

—Creo que me torcí la pierna —dijo.

Wang Ha Na se dio cuenta de que su madre no estaba con ella.

—Mamá, apúrate y llama a papá para que me levante. Esta alcantarilla está sucia y huele mal. Mamá —gritó fuerte.

La Señora Wang acababa de recordar que su hija estaba en la alcantarilla. Ahora corría hacia su hija.

—Cariño, tu padre se cayó. Ahora la pierna de tu padre está torcida. ¿Puedes levantarte tú sola? —preguntó.

—Mamá, me duele la pierna. No puedo levantarme —Wang Ha Na pudo ver que su pierna se doblaba de manera extraña—. Mamá, comienza a doler mucho —Wang Ha Na empezó a llorar.

—Fu Ya, llama al Tío Ming. Necesitamos su ayuda para levantar a tu hermana —La Señora Wang comenzó a entrar en pánico.

Después de media hora, Wang Ha Na había sido levantada con éxito por dos de sus vecinos. La Señora Wang les agradeció. Estaba sentada al lado del dormitorio de Wang Ha Na.

Pudo ver la pierna de Wang Ha Na. Realmente se doblaba de manera extraña. Tendría que ir al hospital para recibir tratamiento. No solo su hija sino también su esposo. Va a costar mucho dinero. ¿Cómo podía conseguir algo de dinero?

—Mamá, mis piernas... ¿voy a quedar lisiada y no podré caminar más? —Wang Ha Na preguntaba con los ojos llenos de lágrimas.

—No, mi querida. No lo harás. Mamá se hará cargo de algo, está bien —La Señora Wang le acarició la cabeza.

Fue a ver a su esposo. Su esposo también estaba sufriendo. Suspiró. '¿Por qué sucede esto? No me digas que sucede porque esa perra dejó mi familia.' Apretó los dientes con odio.

—Esposo, necesitamos llevar a Wang Ha Na. Ella está sufriendo. Su pierna se ve extraña. Si no recibe tratamiento, quizás quede lisiada —La Señora Wang le dio la mirada 'Necesito dinero' al Señor Wang.

El Señor Wang dudaba en decir la verdad a la Señora Wang. La verdad era que había apostado ayer y perdido el dinero. No tenía ni un centavo en ese momento.

—Apúrate. Nuestra hija está sufriendo —La Señora Wang lo exigía.

—De hecho... —Finalmente dijo la verdad.

Al escuchar la verdad, la Señora Wang rugió a su marido. Estaba realmente enojada con su esposo. Se fue a la sala de estar para calmar su cólera. Wang Fu Ya y Wang Yu Jin también estaban allí.

—Mamá, por favor, no te enojes más. No te ves hermosa de esa manera —Wang Yu Jin empezó a calmar a su madre.

La Señora Wang se calmó al escuchar a su hijo hablarle así, y su enojo desapareció.

—Gracias, hijo mío —La Señora Wang le acarició la cabeza suavemente.

—Mamá, ya escuché sobre las apuestas de papá. Necesitamos dinero lo antes posible. Tengo un plan —Wang Fu Ya sonreía malévolamente.

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