El cómo se había originado este poder ya no importaba. Ahora mismo, estaba en manos de Subaru, y él no tenía intención de lastimar a Emilia, ni tampoco lo que sea que hubiere dentro de este poder.
Dentro del pecho de Emilia, la mano de sombras comenzó a cerrarse.
Las puntas de los dedos que tocaban el corazón podían sentir sus latidos, la respiración de Emilia se sobresaltó por un momento al sentir el delicado agarre en la superficie de su corazón. Pero más que dolor, se sentía como una ligera picazón.
En el interior de Emilia, superpuesto en su rojo corazón, la mano de sombras pudo percibir entre sus dedos otro corazón.
Y esos latidos distintos a los de Emilia, eran los del Corazón de un Pequeño León—
_Subaru: ¡Te… ATRAPÉ!
No podía arriesgarse a arrancarlo.
Con su mano de sombras, Subaru aplastó el corazón que seguía latiendo descaradamente en el interior de Emilia.
El corazón de Emilia no recibió el más mínimo daño, solamente fue destruido el corazón parasitario cuyo dueño creía saber del amor.
Subaru verdaderamente tuvo sensaciones provenientes de esa invisible tercera mano.
Y entonces,
_Subaru: ¡Buaghh!
A la vez experimentó las consecuencias de usar a tal grado de concentración un poder que nunca consideró suyo.
Sentía como si sus órganos estuvieran siendo perforados, y por todo su ser sentía cómo se esparcía una sensación de pérdida, una sensación de corrupción, e inmediatamente cayó de rodillas. Una fuerte tos acompañada de sangre lo invadió.
_Emilia: ¡Subaru!
Emilia extendió su mano hacia Subaru, quien ahora estaba de rodillas en el suelo inundado de agua y con sangre en las comisuras de su boca. Ante eso, Subaru tomó esa mano extendida y se la puso sobre el rostro.
_Emilia: Ah…
_Subaru: Sigues viva… ¿verdad?
_Emilia: …Sí, estoy bien. Mi corazón está en perfecto estado, todavía late en mi interior.
Subaru usó el tacto de esa mano en la que todavía circulaba sangre para asegurarse de que todo era real, y Emilia usó su otra mano para confirmar la existencia de su pulso. Ahora ya no había duda, en su interior, unos imparables latidos parecían felicitarlos por lo que acababa de ocurrir.
Regulus era el único cuya expresión mostraba que no estaba entendiendo lo que acababa de ocurrir mientras los miraba.
_Regulus: ¿Eh? ¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Acaso no les importa que sólo ustedes estén entendiendo lo que ocurre? ¿Qué clase de grosería es esa? ¿Qué acaba de pasar con ustedes?
_Subaru: …¿No te has dado cuenta?
_Regulus: ¿Eh? ¿De qué estás hablando? ¿Que no me he dado cuenta de qué o qué? Si ni una sola cosa ha cambiad—
_Subaru: —Los pies se te están mojando.
_Regulus: ¿—?
Subaru le mencionó eso a Regulus, quien parecía haber sucumbido de furia. Regulus estaba atónito al ver que sus pies se estaban mojando y se quedó en silencio por un momento, abriendo los ojos por completo.
Percatándose de que los zapatos blancos y el dobladillo del pantalón de su esmoquin blanco se estaban empapando debido al agua en los que estaban inmersos sus pies.
_Regulus: Ustedes— ¿¡de verdad!?
Dándose cuenta muy tarde de este cambio, Regulus mostró los dientes y levantó un brazo. Sin embargo, una blanca y delgada pierna lo alcanzó, pateando la cara de Regulus y mandándolo a volar.
Completamente desprevenido ante tal impacto, Regulus gritó mientras la patada lo mandaba a una sección inundada del suelo. La mitad de su cuerpo estaba empapada y la suela de un zapato había quedado marcada en el lado de su cara que había sido pateado.
_Regulus: Gah… ueh. Es-esto es…
Como si fuera incapaz de comprender en lo más mínimo la realidad que estaba viviendo, Regulus levantó la mirada, con una expresión conmocionada. Mirando a Regulus en semejante estado, Emilia, que había realizado la impecable patada, ladeó la cabeza ligeramente.
_Emilia: Por fin. Por fin le doy.
_Regulus: ¡Tú… maldita—!
Ante las breves palabras de Emilia, llenas de un sentido de logro, el rostro de Regulus se agitó y enrojeció. Usando el movimiento de levantarse para reunir agua, Regulus lanzó gotas de agua hacia Emilia.
Sin embargo, el dolor de la patada hizo que su postura triunfal colapsara, y la destructiva agua terminó yendo en la dirección totalmente equivocada, dejándolo completamente abierto a ataques.
_Emilia: ¡Ice Brand Arts!
_Regulus: ¡Ghbh!
Creando un martillo de hielo en sus manos, Emilia impactó directamente el centro del cuerpo de Regulus.
Recibiendo un golpe que podría romperle los huesos, el cuerpo del villano dio vueltas por el agua. Con una ruidosa tos y golpeando el suelo con su puño repetidas veces, Regulus los miró con ferocidad con ojos teñidos de rojo.
_Regulus: ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué por qué por qué por qué?! ¡Ustedes… ustedes hicieron algo! ¡¿Cómo, qué y por qué?! ¡¿Qué le hicieron a mi Autoridad de la Codicia?! ¡¡Y A MIS DERECHOS!!
_Subaru: Para alguien como tú, que vio todos los pasos y aun así no lo ha entendido, sería una pérdida de tiempo tratar de explicártelo. Pero así son las cosas. Fue un método muy simple.
Mientras se compadecía del desesperado Regulus, Subaru soportaba la agonía proveniente de sus órganos internos, mostrando sólo una sonrisa.
Una perversa sonrisa que superaba hasta la de Petelgeuse.
_Subaru: Fuiste superado por tus oponentes porque los ridiculizaste y subestimaste demasiado.
_Regulus: ¡—!
Aunque no entendiera el significado completo de esas palabras, la sensación de burla la captó con toda claridad.
Regulus hizo un alarido que parecía imposible para las cuerdas vocales humanas, ignorando a Emilia para lanzarse contra Subaru. Sin embargo, fue detenido por Emilia.
_Emilia: Hace un rato, te lancé un ataque con un significado especial— lamentablemente no funcionó, permíteme que lance uno que sí sientas. Este va de parte de tus esposas.
_Regulus: ¡No me jodaaaas!
Apareciendo sobre la cabeza de Regulus, se encontraba una incontable cantidad de témpanos de hielo.
Todos tenían tamaños distintos, pero si caían juntos, serían una muerte instantánea. La repulsión de Emilia por Regulus había llegado al grado de que su usual gentileza estaba ausente.
Poniéndose de pie de un salto, Regulus les lanzó agua a los témpanos. Y aunque estos se rompieron, los fragmentos todavía eran útiles.
Lanzando incesantes balas de agua a modo de tormenta, Regulus maldecía en voz alta mientras era bombardeado por una lluvia de hielo de la que intentaba escapar.
Los blancos cristales de hielo se convirtieron en una neblina que congelaba las calles que estaban cubiertas de agua. Incluso alcanzó a Subaru; el agua bajo sus rodillas formó una capa de hielo a su alrededor, ante lo cual él sacó rápidamente las manos del agua.
Incluso siendo considerado con Subaru, semejante lluvia de destrucción aún lo había alcanzado. Por supuesto, Regulus, que era el verdadero objetivo, no era oponente para esto.
Pero,
_Subaru: …¿Está completamente ileso?
En el congelado escenario, luego de que el bombardeo de hielo terminara, Regulus seguía vivo y de pie.
Con sus brazos apoyándose sobre sus rodillas y respirando entrecortadamente. Aunque todo su cuerpo estaba empapado por el agua, logró evitar su final por los témpanos.
_Regulus: Eviden—evidentemen—hah, hah…
Con una grave falta de aliento, Regulus se sujetaba el pecho con fuerza.
Viéndolo así, Subaru comprendió que la invencibilidad de Corazón de León todavía podía usarse con el corazón que había en su propio cuerpo. Sólo que—
_Subaru: —Si detienes el tiempo te vuelves invencible, pero esto ocasiona que el corazón en tu cuerpo también se detenga. —Es decir, es la invencibilidad perfecta ¿pero con tiempo límite?
_Regulus: ¡Ghhh…!
Parecía que había dado en el clavo, mientras que Regulus soportaba el dolor en su pecho mostrando su furia. Si había un límite de tiempo, entonces tarde o temprano Emilia acabaría conectando un ataque efectivo.
En ese caso, Regulus no era más que un soldado al azar que había puesto todo su empeño en el ataque.
_Regulus: ¡Oy—óyeme! ¡¿No te parece que eso es muy cobarde?!
Regulus apuntó su dedo hacia Subaru, quien estaba analizando la fuerza de su oponente. Luego apuntó en dirección a Emilia, y después apuntó a ellos dos alternadamente una y otra vez.
_Regulus: ¡Dos personas reunidas contra una, en un acto que prácticamente es extorsión ¿no les remuerde la conciencia?! ¡¿No sienten algo mal en su más primordial humanidad?! ¡¿De verdad no sienten duda alguna al hacer esto?! ¡Dudar de esto es lo normal, ¿no?!
_Subaru: …Eres realmente increíble.
Eso fue dicho con la misma boca que, bajo la ventaja del Corazón de León, no paraba de hablar; y habiendo perdido ahora esa ventaja, se atrevió a usar su posición para pedirle a sus oponentes que justificaran sus acciones.
A Subaru ya nada le sorprendía ni impresionaba, y estaba a punto sentir respeto por él, por ser una existencia que no poseía ni un atisbo de dignidad humana y que, probablemente, nunca se ha visto ni se volvería a ver algo así, ni en tiempos antiguos, ni de aquí en adelante.
_Subaru: Entonces, lo que quieres decir es que tu creencia es que, dado que un dos contra uno es despreciable, deseas luchar una correctísima batalla uno contra uno. Porque es así como debería ser. ¿Eso estás diciendo?
_Regulus: ¡Exacto! ¿No te parece que eso es hacer las cosas bien? ¿Por quién me tomas? ¡¿Quién te crees que soy?! ¡Soy el Arzobispo del Pecado del Culto de la Bruja que representa a la Codicia, Regulus Corneas! El ser más pleno e inalterable de este mundo.
Dijo Regulus con una voz temblorosa, mientras miraba sus manos.
Subaru se había quedado sin palabras. Por lo que Emilia habló en su lugar.
_Emilia: Retractando tu palabra poco después de haberla declarado… Todo lo que sale de tu boca está vacío y despojado de cualquier valor. No cabe duda de que eres el ser más lamentable de este mundo.
_Regulus: ¡—Hk! ¡Deja de fastidiar! ¡Yo…! ¡Codicia, haré que te arrepientas por burlarte de mí!
Expresó su furia vacía con tal de conseguir lo que quería, repitiendo maldiciones una y otra vez.
Viéndolo en tan lamentable estado hizo que Subaru finalmente se sintiera aliviado, Regulus era verdaderamente incapaz de ganar en cualquier situación en la que no tuviera una abrumadora ventaja.
Si era capaz de usar Corazón de León incluso por un breve periodo de tiempo, entonces aún tenía una oportunidad de ganar.
Y claramente éste era el caso, pero tan pronto se le presentara la más mínima dificultad, se rendiría inmediatamente sin siquiera tomarse la molestia de observar sus alrededores.
_Subaru: Vivir menospreciando a todos los demás y esforzándose sólo al mínimo, hará que acabes en lugares inesperados.
_Regulus: ¿Eh?
_Subaru: Nada, hablaba conmigo mismo. Como sea, aceptaremos el combate uno contra uno.
_Regulus: ¡—! Esa es la actitud. Así es como debería ser. Y por supuesto, un caballero jamás dejaría que su ama pase primero, ¿no crees?
Mientras se alineara con sus deseos, Regulus inmediatamente pondría las condiciones que más ventaja le dieran.
Entre Subaru y Emilia, el nivel de combate era incomparable. Mientras matara primero a Subaru y lograra que Emilia vacilara, podría aumentar sus oportunidades de victoria. Haciendo trabajar una mente que para empezar rara vez usaba, hizo que llegara a este tramposo resultado, el cual parecía ser del agrado de Regulus.
Sin embargo, si quería superar a Subaru en términos de incansable perseverancia, le faltaban eones para poder lograrlo.
Encontrar una manera de ganar en una situación donde la victoria era visiblemente imposible, esa era la verdadera forma de luchar de Subaru.
La batalla entre Regulus y Subaru para determinar la victoria máxima, había comenzado.
_Subaru: Toda la razón, enviar a luchar a un caballero es lo más correcto.
_Regulus: Entonces…
_Subaru: Por lo que… ya que llegamos a esto otra vez, lo vuelvo a dejar en tus manos.
Dijo Subaru después de exhalar profundamente con sus pies todavía sumergidos en agua.
Ante esas palabras, Regulus no pudo evitar ladear su cabeza en confusión, acompañado de un "¿Eh?". No obstante, las palabras de Subaru no iban dirigidas a él, sino a ÉL.
_???: Ah, entiendo. —El duelo uno contra uno que has propuesto, como caballero yo lo acepto.
Respondió una flama.
Entre las inundadas calles había un joven hombre que no emitía onda alguna sobre la superficie del agua mientras se acercaba. A diferencia del inexplicable misterio que era Regulus, este hombre era poseedor de protecciones otorgadas por el amor del mundo.
_Reinhard: De la Orden de los Caballeros del Reino de Lugnica, del linaje de los Santos de la Espada, Reinhard van Astrea.
De pie frente a Subaru y Emilia, el caballero se presentó con una espada envainada ante Regulus. Esa actitud de presentación era una invitación para comenzar un duelo uno contra uno.
Se trataba de algo a lo que incluso Elsa —La Cazadora de Entrañas— respondería, la honorable declaración de un duelo.
En contraste, Regulus, que se encontraba de pie, extendió sus manos hacia él.
_Regulus: ¡Es-espera! ¡Esto… Esto no puede estar bien!
Había mancillado el sagrado duelo, la mismísima definición del guerrero y el Santo de la Espada no se mostraría tolerante ante tal insulto.
El ataque inicial comenzó por debajo de la vista de Regulus, un corte vertical que recorrió todo su cuerpo— Regulus no tuvo ni la oportunidad de gritar antes de ser disparado hacia los cielos.
_Regulus: ¡¡——!!
Ante sus ojos se desplegaba una demolida ciudad de agua——ya que había sido lanzado tan alto en el aire que tenía una vista panorámica de toda la ciudad.
Ya sea que haya gritado o maldecido, un sonido incomprensible para todo aquel que lo escuchara hizo eco.