El rústico patio del Pabellón Fluvial del Plumaje, pavimentado con grava, tenía elegancia y estilo japonés.
Aunque esperar un estanque extravagante sería demasiado, las plantas parecidas al bambú a cada lado del camino de piedra eran un buen toque.
_Subaru: Aun así, Wilhelm-san decidió no venir con nosotros.
Subaru estaba sentado en un escalón al final de un pasillo que daba al patio, jugando con la grava con los dedos de los pies mientras pensaba en el anciano de pelo blanco que había rechazado indiferentemente su invitación con una expresión de disculpa.
¿En qué estaría pensando Wilhelm? Se aburrirá si se queda solo en su habitación hasta la hora de la cena.
_Subaru: Pero… no parece el tipo de persona que se preocuparía por cómo pasan el tiempo los demás.
_Julius: Decirlo así hace que suene como si estuviéramos espiando a esos dos, a pesar de que nos invitaron aquí.
_Subaru: No es como si yo estuviera aquí porque quisiera estar... aunque sí que estoy aquí.
Subaru le contestó sarcásticamente a Julius, quien estaba sentado a su lado en el pasillo con las piernas cruzadas con elegancia y asintió con una sonrisa, como si dijera «Es verdad». Sin embargo, el hombre que estaba sentado al otro lado de Subaru no quería admitirlo con tanta franqueza.
_Ferris: Oh, por favor. Hah. ¿Crees que Ferri-chan está aquí porque quería verlo? Subaru-kyun me arrastró hasta aquí y parecía tan ansioso que no quise protestar, nyan.
_Subaru: Bueno, lo siento, supongo. Deberías estar aquí en caso de que algo malo ocurra. Aunque, parece que eso no va a ser necesario.
Subaru miró de reojo a Ferris, quien agitaba sus orejas de gato, y luego miró más allá para ver el increíble ritmo de la batalla que estaba ocurriendo en el patio.
El contendiente se movía tan rápido, que los ojos de Subaru apenas podían seguirle el ritmo. Aun así, podía afirmar una cosa claramente.
_Subaru: En serio. Reinhard es un maldito monstruo.
_Julius: Aunque es difícil de negar, no me gusta usar esa palabra para describir a un amigo.
_Ferris: Ya sería bastante difícil negarlo en circunstancias normales, nyan.
— Lo que ocurría ante ellos reafirmaba sus conclusiones.
En el patio pavimentado con grava, se escenificaba un fiero combate entre un rugiente adolescente rubio y el héroe pelirrojo que se defendía de él.
El desafiante, Garfiel, ardía a través de un flujo interminable de motivación mientras atacaba a Reinhard desde todos los ángulos posibles. Sin embargo, ya fuera usando garras, colmillos, piernas, codos o rodillas, cada uno de sus ataques fueron vistos y evadidos con facilidad.
Por no mencionar,
_Subaru: Ese tipo, ¿realmente está ahí parado sin moverse?
_Julius: Esa fue la condición original, después de todo. Reinhard nunca la incumpliría. Sin embargo, no lograr hacer que se mueva probablemente es humillante para Garfiel.
Garfiel siguió lanzándole ataques a Reinhard desde diferentes direcciones, tratando de aprovechar esas oportunidades para exponer una abertura en su defensa. Pero, por mucho que lo intentase, Garfiel no encontraría una debilidad que no existía. No sólo eso, Reinhard estaba esquivándolo todo sin esforzarse demasiado.
Desde el comienzo de este apresurado desafío, Reinhard había estado de pie en el mismo lugar sin haber cedido ni un centímetro.
Aunque Garfiel cargaba contra él repetidamente, los dos pies de Reinhard permanecieron fijos en su lugar.
— Al principio, cuando Garfiel visitó la habitación de Reinhard para retarlo, Subaru consideró que era un movimiento temerario.
Pensándolo bien, el que Reinhard aceptase el reto de Garfiel, fue completamente inesperado.
En el fondo, la contienda no era más que el producto del deseo de Garfiel. Y aceptar dicho desafío no le daba ningún beneficio a Reinhard. Si además se tomaba en cuenta la diferencia de fuerza entre los dos, era poco probable que Reinhard se dejara llevar por un sentido infantil de masculinidad. Y luchar contra Garfiel era en algunos aspectos un peligro innecesario, considerando la complicada relación entre Reinhard, los caballeros reales y sus oponentes políticos. Aunque creyera que nadie había preparado trucos o tendido trampas, aceptar el desafío era innecesario.
Teniendo todo esto en cuenta, era improbable que sucediera el combate, y Subaru consideró descartar por completo la idea.
Sin embargo, desde el fondo de su corazón, Subaru quería ver semejante combate.
Sin duda alguna, Garfiel Tinsel asumió la responsabilidad de servir como poder de combate de la facción de Emilia. Sin embargo, las condiciones externas a menudo pueden influir en el resultado de un conflicto, por lo que es claramente imposible lograr la victoria únicamente a través de la batalla. Además, Garfiel tenía bastantes defectos.
La facción de Emilia había ganado mucha fama a lo largo del año pasado, y mucha atención se dirigió hacia Garfiel.
Garfiel se había vuelto bastante arrogante debido a que todos los miembros de la facción de Emilia reconocieron y elogiaron su fuerza. Él siempre había sido capaz de estar a la altura de esas expectativas mediante resultados y logros.
Sin embargo, esa consideración unilateral de Garfiel también planteó un hecho preocupante.
Garfiel aún no se había enfrentado a suficientes oponentes tan fuertes como él desde que saliera del Santuario.
La única persona que había luchado contra él en igualdad de condiciones era la demonia homicida Elsa, durante la batalla en la vieja mansión de Roswaal, la cual había terminado con la victoria de Garfiel. Desde entonces, no había experimentado ninguna batalla reñida que le hubiera obligado a mostrar toda su fuerza.
Aunque Garfiel había perdido una vez contra Subaru, Otto y Ram, se podría decir que le vencieron únicamente gracias a sus trucos sucios.
En lo que a una batalla limpia y justa se refiere, Garfiel Tinsel nunca había sido derrotado desde su nacimiento.
— Por eso, aun sabiendo que era cruel, Subaru anhelaba que se produjera una batalla entre Reinhard y Garfiel.
Era posible continuar sin perder y permanecer desconociendo sus propios límites; pero, si permaneciera ignorante de sus propios límites y simplemente confiara en la suerte de enfrentarse continuamente a oponentes más débiles que él, entonces Garfiel nunca estaría seguro de hasta dónde llegaba exactamente su propia fuerza.
Subaru eligió confiar en el poder de Reinhard van Astrea, el héroe al que Subaru sólo había visto una vez en acción.
_Subaru: Confié en su poder... pero no pensé que la diferencia sería tan grande.
La situación había avanzado en la dirección que Subaru esperaba. Sin embargo, no estaba tan sorprendido como asombrado; hasta tal punto, que las reacciones exageradas habrían sido redundantes.
Cuando acompañó a un emocionado Garfiel a la habitación de Reinhard, Subaru hizo la petición sin rodeos y Reinhard consintió de buena gana. Subaru se sorprendió tanto que casi se cayó.
Después, en respuesta a la sugerencia de Garfiel de salir de la ciudad para evitar víctimas inocentes, Reinhard respondió con una sonrisa: «El patio es lo suficientemente espacioso, aunque deberíamos decirle al gerente que no vamos a dañar su propiedad».
Reinhard probablemente no pretendía que sus palabras sonasen maliciosas, pero sirvieron como una provocación más que suficiente para Garfiel.
Garfiel aceptó la propuesta de Reinhard, emitiendo un aura de ira tan intensa que Subaru, quien estaba de pie junto a Garfiel en ese momento, apenas mantuvo la compostura cuando sintió su furia casi clavada en Reinhard.
Luego se dirigieron hacia el patio del hotel, donde se establecieron algunas reglas. No se permitían las armas ni las Protecciones Divinas peligrosas, y también estaba prohibido herir al contrincante.
Durante ese tiempo, Subaru llamó a Ferris por si se producía alguna lesión. También invitó a Julius y a Wilhelm como comentaristas de la batalla. Desafortunadamente, Wilhelm declinó, así que terminaron siendo sólo Julius y Ferris quienes vieron la batalla con él.
Y Otto aún no había regresado.
_Subaru: Por cierto, no le mencioné esto a las mujeres ni a los hermanos de Mimi.
_Julius: Creo que eso es sabio. Si Anastasia-sama se enterase de esto, sin duda lo convertiría en un espectáculo. Y si lo supieran Hetaro o Tivey, entonces Mimi seguramente se enfadaría.
Julius estuvo de acuerdo con Subaru mientras contemplaban lo que sucedía en el patio. Era inevitable que la gente se emocionase ante una batalla tan emocionante.
Garfiel seguramente había considerado desde el principio de la contienda que se reunirían un puñado de espectadores. En lugar de lamentar un mal desempeño por no poder usar toda su fuerza, él quería que la lucha se llevara a cabo en un lugar donde lo único que importara fuera la habilidad real.
El patio del hotel era espacioso, pero no lo suficiente como para servir de escenario para una feroz batalla; aunque al menos permitiría apreciar el paisaje. Y Reinhard también había planteado la condición de «no dañar el escenario».
El objetivo de elegir este escenario era forzar a Garfiel a ser considerado o a arrepentirse de dejarse llevar por la ira, como lo haría naturalmente un niño.
Pero Subaru se preguntaba qué resultaría de esto.
_Subaru: Oye, Julius, ¿puedo hacerte una pregunta?
_Julius: Puedes preguntarme más de una vez si quieres, pero si voy a responder o no es otra historia.
_Subaru: No digas cosas tan ambiguas. Por eso te odio.
Subaru posó su barbilla sobre una mano, y empezó a hablar en un tono serio.
_Subaru: En tu opinión, ¿cómo es Garfiel?
_Julius: —Es fuerte. Según los rumores, él es el escudo que protege a Emilia-sama. Es una reputación bien merecida. Aunque, conociendo su asociación contigo, mis expectativas se vieron psicológicamente disminuidas.
_Subaru: Voy a darte una paliza.
_Julius: Él es fuerte. Realmente tiene talento. En términos de combate solamente, no sé si podría ganarle o no. Y tiene mucho margen para crecer.
La poderosa afirmación de Julius reveló que estaba emocionado de ver esa posibilidad y que el potencial dormido dentro de Garfiel era bastante genuino.
También parecía admitir una envidiosa admiración por el talento de Garfiel.
Eso no sorprendió a Subaru, ya que Julius también era un luchador.
_Ferris: Peeero, aunque le espera un futuro brillante, es triste que ahora mismo Reinhard esté jugando con él, nyan.
Ferris dijo una cruel verdad.
Sin embargo, nadie podía decir nada para negarlo. Era evidente para todo el mundo. El propio Garfiel podía verlo más claramente que cualquier otro.
Tal vez Garfiel algún día camine entre los más fuertes. Tal vez llegaría a ser el más fuerte.
Pero, en este momento, al enfrentarse al hombre más fuerte del mundo, lo que describía mejor qué le estaba ocurriendo a Garfiel era que estaban jugando con él.
_Garfiel: ——tch.
_Reinhard: Es una lástima. Demasiado precipitado.
El Santo de la Espada extendió su brazo hacia adelante, agarrando el brazo de Garfiel. Con un amplio movimiento, lo arrojó sin piedad a la dura gravilla.
Una nube de polvo se levantó como resultado del impacto. Garfiel rápidamente intentó volver a ponerse de pie, pero notó la mano de Reinhard sobre su frente, dejándolo completamente inmóvil.
Antes de suspirar,
_Garfiel: Perdí.
Aun a pesar de estar siendo observado por otros, Garfiel admitió su derrota.
Ser capaz de admitirlo indicaba que seguramente Garfiel todavía mantenía su autoestima, aunque fuera por poco.
Subaru esperaba que eso le sirviese de pequeño consuelo, al menos.