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Aurora

La lluvia no cesaba, y mis escalofríos tampoco, lo único que podía hacer era esperar. A la mañana siguiente me desperté y vi que por fin había salido el sol, pero el cielo seguía nublado y soplaba el viento, lo que hacía que la temperatura descendiese a niveles insoportables... Jin seguía dormida como una niña pequeña.

—Hey, Jin —la llamé suavemente— despierta. Ella contestó con un tierno gruñido.

—Vamos, despierta —le dije, mientras la zarandeaba con suavidad.

—Sólo un poco más, por favor —dijo, sin abrir los ojos. Le cogí la mano y se la apreté.

—Vamos, tenemos que salir de aquí. —Jin lentamente abrió sus ojos y me miró.

—Tienes un aspecto terrible —dijo Jin, sonriendo.

—Gracias —le respondí con ironía.

—No, de verdad —dijo Jin, levantándose.

—Tú también —dije riendo.

—Vamos —Jin me tendió la mano.

—¡OKAY! —dije tomándole la mano con cariño.

Nos acercamos al borde de la azotea, miramos hacia abajo y vimos a un montón de infectados esperándonos.

—Creo que no podremos ir por aquí. —Jin miró hacia los alrededores—. Quizás si saltamos al otro edificio...

—Ja, muy graciosa —le interrumpí buscando otras formas de salir de la escuela.

Jin me miró y me tomó de la mano acercándose a la orilla que está cerca del otro edificio.

—Espera, ¡no estarás hablando en serio! —me quejé.

—Sí, lo estoy —dijo Jin, saltando a la valla y balanceándose en el borde.

—Yo no voy a saltar —dije negando con la cabeza.

—Vamos, no está tan lejos —dijo Jin sonriendo.

—No lo haré —dije cruzándome de brazos.

—Vale —dijo Jin, encogiéndose de hombros.

Jin saltó al otro edificio y volvió a mirarme.

—¿Qué estás esperando? —preguntó Jin.

—Estás loca, eso está demasiado lejos —le contesté.

—Venga, no es para tanto —dijo Jin sonriendo.

Siempre le he tenido miedo a las alturas desde que era una niña, me acuerdo que una vez perdí el conocimiento después de que mi hermano me convenciera de subir a una montaña rusa.

—Maldición Jin —murmuré mientras me preparaba para saltar.

—Sabía que podías hacerlo —dijo Jin sonriendo.

—No puedo creer que esté haciendo esto —dije, sacudiendo la cabeza. Respiré hondo y salté.

Apenas lo hice, sentí que el tiempo se ralentizaba, cerré los ojos y me preparé para el impacto.

—Abre los ojos, Chloe —dijo Jin, agarrándome.

—¿Lo he conseguido? —pregunté sin abrir mis ojos—, no estoy muerta, ¿cierto?

—No, Chloe, mientras yo esté aquí —dijo la hermosa mujer poniendo su mano en mi rostro—, siempre te atraparé.

Abrí los ojos y miré a Jin.

—Gracias —le dije sonrojada.

—No hay problema —me dijo sonriendo.

Me dejé caer al suelo y permanecí tumbada un momento, con el corazón acelerado, en serio no podía creer que había saltado.

—¿Estás bien, Chloe? —preguntó Jin, agachándose a mi lado.

—Sí.

—Bien —dijo mientras me daba una palmada en la espalda.

—Bueno, tenemos que encontrarnos con el resto —dijo Jin, levantándose.

—Sí, vamos —dije poniéndome de pie.

Jin y yo nos dirigimos a la planta baja, los infectados seguían esparcidos cerca de la entrada.

—Tenemos que encontrar una manera de salir de aquí —dijo Jin, mirando a su alrededor.

—¿Y la puerta de atrás? —pregunté señalando la puerta trasera.

—Buena idea —dijo, y nos dirigimos hacia la puerta.

Al llegar allí intentamos abrir, pero la puerta estaba cerrada.

—Maldita sea —dijo Jin, golpeando la puerta.

—Creo que vamos a tener que echarla abajo — le dije.

—Genial —dijo Jin, dando un paso atrás y pateando la puerta, pero no se movía—, es demasiado fuerte —señaló Jin, frotándose el pie.

—Quizá podamos usar algo como ariete —dije, mirando a mi alrededor.

—¿Algo como qué? —preguntó Jin, mirándome.

Miré a mi alrededor y vi una gran estantería llena de libros.

—Eso —dije señalando la estantería.

—Vale —dijo Jin, corriendo hacia la estantería y cogiéndola—. Chloe, apártate.

Hizo un movimiento rápido y golpeó la puerta hasta que el cerrojo finalmente se rompió.

—Venga, vámonos —dijo Jin, abriendo la puerta de un tirón y corriendo hacia fuera.

La seguí y corrimos hasta llegar a la puerta principal.

—Ahí están —gritó Mark desde la furgoneta.

—Jin, "chica nueva", por aquí —gritó Jonathan desde los asientos de atrás.

Jin y yo corrimos hacia la furgoneta y subimos.

—¿Están bien, chicas? —preguntó Mark, mirándonos.

—Sí —dijo Jin, sentándose.

—Vamos —dijo Mark, acelerando violentamente la furgoneta.

—¿Lisa? —preguntó Jin, mirando a Lisa.

—Está bien —respondió Jonathan.

—Gracias a Dios —dijo Jin, echándose hacia atrás.

—Chloe, ¿verdad? —pregunto Mark mientras se alejaba.

—Sí —dije, sonriendo.

—Gracias por ayudarnos —dijo Mark, mirándome por el retrovisor.

—No hay problema —respondí, sonriendo.

—Me alegra ver que hay gente que no ha renunciado a la humanidad —dijo Mark, con una sonrisa.

—Gracias —le dije, asintiendo.

—¿Adónde vamos ahora? —preguntó Lisa, mirando a su alrededor.

—Vamos al centro comercial —dijo Mark, volviendo a mirarla.

—¿Por qué vamos al centro comercial? —preguntó Jin. Mark me miró por el retrovisor.

—Chloe debería saber.

—¿A qué te refieres? —confundida, le pregunté a Mark.

Mark volvió a mirar al camino, pensó por unos segundos para después de la guantera sacar una carpeta.

—Toma, esto es tuyo —me pasó la carpeta. Era la que John me había dado en su oficina.

—Iremos al centro comercial porque John me lo pidió. La razón por la que vamos debería estar ahí. —respondió Mark.

Jin me miró ligeramente, después volteó hacia Mark.

—¿Qué tan lejos está el centro comercial?

—Como a una hora —respondió Mark—. Si quieren pueden intentar dormir un poco.

—Es una buena idea —dijo Jin, cerrando los ojos.

Apoyé la cabeza en la ventanilla y miré el paisaje que se alejaba. Mis pensamientos iban a toda velocidad y sentí que estaba a punto de explotar.¿Qué tenía que ver yo con todo aquello? ¿Por qué Jhon habría solicitado a Mark que nos encontráramos en el centro comercial? Nada de eso cuadraba en mi cabeza.

Tuve esa maldita sensación de saber que algo andaba mal, pero sin saber qué era. Cuando John me entregó el folio, estaba entretenida, y no le di mayor importancia. Finalmente decidí abrir la carpeta.

Dentro de ella había un documento que parecía provenir del Pentágono, acompañado de varias fotos inquietantes.

Una de las fotos mostraba una ciudad rodeada por extrañas estructuras que, a primera vista, parecían antenas repetidoras. Sin embargo, en lugar de apuntar al cielo, estas antenas estaban inexplicablemente dirigidas hacia los edificios de la ciudad, de una forma que no entendí.

En otra de las fotos había una mujer en una bata blanca junto a un niño. La última imagen contenía lo que parecía un hombre desnudo asechando al fotógrafo desde la oscuridad.

"¿Qué diablos es esto?", susurré para mí misma, agarré el documento oficial y empecé a leer:

Pentágono, EE. UU

"El intento de establecer contacto ha fracasado, ellos se han convertido en entidades hostiles, oficialmente se iniciará el plan Aurora, los civiles tienen prioridad de evacuación. Se le aconseja a todo personal militar no intentar establecer contacto con ellos, ni ejercer confrontaciones hostiles."

—¿Qué es el plan Aurora? —dije pensando en voz alta —¿Alguien entiende estas fotos? ¿Quiénes son "ellos"? ¿De qué contacto hablan?

—Creo que por eso vamos al centro comercial —dijo Jin. Su respuesta levantó mi suspicacia.

—¿Cómo lo has sabido? —le pregunté.

—Bueno, estoy a tu lado y sé leer —respondió.

Entorné los ojos en blanco y seguí leyendo:

Pentágono, EE.UU.

"Como preparación para el plan Aurora, pondremos en marcha una operación militar a gran escala la "Operación Fénix". Esta estrategia constará de dos partes principales, la primera será la evacuación de todo el personal civil de la zona y la segunda será la destrucción de todas las entidades hostiles.

Para garantizar el éxito de la operación, se enviará un equipo para recuperar información clasificada de una instalación militar en la ciudad de Chicago, la información clasificada contendrá noticias valiosas sobre el enemigo y podría utilizarse para desarrollar una contramedida respecto a ellos.

El equipo estará compuesto por soldados altamente entrenados, a los que se informará de los detalles de la misión antes de la partida; una vez completada la misión, el equipo regresará a la base para recibir nuevas instrucciones. El éxito de esta operación es primordial y el destino de la humanidad puede depender de ello.

Dios bendiga a América".

Terminé de leer el documento y me recliné en mi asiento, estaba sorprendida y confundida, ¿Qué demonios era esto? No entendía nada.

—Jin —me giré para mirarla—, ¿has leído esto?

—La verdad es que no —respondió Jin.

—¿Crees que es una broma? —le pregunté.

—No lo creo —dijo Jin mirándome.

—Esto es una mierda —dije, tirando la carpeta al suelo. — ¿De cuándo es este documento?

—Cálmate Chloe —dijo Mark—. Llegaremos al centro comercial dentro de una hora. Espero que allí encontremos las respuestas.

—¡Eso espero! —Grité molesta —

Todos guardaron silencio. Miré a Jin, y tuve la impresión que sabía más de lo que me decía. Pero no estaba segura de querer preguntarle.