La silueta de una figura humana entró lentamente en sus ojos. La figura estaba completamente enmascarada por la niebla, por lo que Han Jijyun no pudo distinguir quién era la figura.
—¿Quién eres? —Han Jijyun frunció el ceño y preguntó en voz baja.
—Los muertos no necesitan saber demasiado —respondió una voz ronca. La voz sonaba como clavos rascando una pizarra.
Cuando Han Jijyun trató de ver a través de la figura, su ceño se volvió aún más pronunciado. Era como si se enfrentara a una sombra que no existía.
Por suerte, Han Jijyun se dio cuenta lo suficientemente rápido de que era solo su mente jugándole una mala pasada. Si la figura frente a él no existiera, no habría respondido a su pregunta.
Sin embargo, antes de que Han Jijyun pudiera pensar más en su situación actual, la figura cargó hacia adelante con una lanza oscura directamente hacia él.
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