—¿Por qué no? Si no tienes un propósito, entonces construyamos uno. Una vez que tengas un propósito, jefa, entonces ya no tendrás dudas.
Cuanto más hablaba Pequeño Cuatro, más engreído se convertía, y de pronto se dio cuenta de que era, como era de esperar, una de las bio-entidades más inteligentes.
¡Tenía sentido! Ling Lan decidió probar el método de Pequeño Cuatro, a pesar de que Pequeño Cuatro realmente parecía bastante inestable... Tal vez ella podría tener suerte, como un gato ciego tropezando con una rata muerta, y llegar a la solución.
Ling Lan pensó por un largo tiempo, y luego, con una cara llena de confusión, preguntó: —Pequeño Cuatro, ¿qué propósito debo construir exactamente?
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