Boom, boom, boom... todos los rayos dejaron su marca en el meka que habían elegido. Debido a la decisión de Ling Lan de atacar desde una distancia en la que la potencia de la pistola de rayo era más fuerte, además del análisis de la potencia del meka de acuerdo con la resistencia de la cabina, la ronda de disparos simultáneos hizo que la I. A. de los nueve mekas oponentes considerara instantáneamente que el meka estaba destruido. La I. A. del meka se apagó por la fuerza y los nueve mekas cayeron al suelo.
—¡Idiotas! —Los dos capitanes que estaban en la retaguardia estaban tan enojados que sus ojos se pusieron rojos al ver esa escena. No creían que el equipo de siete hombres al que se enfrentaban le importara una mierda morir. Enfrentados a su equipo de batalla de veinticuatro hombres, ni siquiera pensaron en retirarse. Hasta atacaban proactivamente.
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