Las palabras de Número Cinco hicieron que los corazones de todos los demás instructores se hundieran. Una vez más miraron hacia el Instructor Número Uno, con la esperanza de que se le ocurriera una buena manera de ayudar a resolver la crisis de Ling Lan.
El Instructor Número Uno no respondió. Simplemente levantó su mano derecha y rajó el aire con su dedo índice. Una imagen apareció instantáneamente ante el grupo. No había nada en la imagen más que una figura solitaria. Era Ling Xiao, quien estaba pensando desesperadamente en una forma de ayudar a Ling Lan a superar esa crisis.
—¡Él es el punto de apoyo de Ling Lan en esta situación! —declaró con calma Número Uno.
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