La burla extremadamente obvia de Li Shiyu hizo que la expresión del anciano se endureciera, pero rápidamente recuperó la compostura. Los dos se enfrentaron en silencio durante varios minutos y, al final, el viejo suspiró, apareciendo un rastro de fatiga en su cara. Suavemente, dijo: —Aunque soy abuelo de los dos, también soy la cabeza de la familia Li. Necesito asumir la responsabilidad de toda la familia Li.
Lo que el viejo hombre quería decir era evidente. Aunque era el abuelo biológico de Li Shiyu y los demás, no podía ignorar los intereses de la familia Li en su conjunto y hacer lo que quisiera. Como tal, no tuvo más remedio que hacer algunas concesiones.
El comportamiento del viejo hizo que el corazón de Li Shiyu se apretara. Como si sintiera la impotencia de su abuelo ante la presión ejercida por los ancianos de la familia Li, la expresión de Li Shiyu se volvió fría y premonitoria.
—El consejo de ancianos, ¿no?
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