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Capítulo 2 - ¡El Joven Maestro Ling Lan Ha Nacido!

Editor: Nyoi-Bo Studio

Ling Lan recuperó la consciencia una vez más, pero parecía que esta vez había algo malo con sus ojos, entonces solo podía confiar en su sentido del tacto. Sentía como si estuviera contenida en una tina de agua cálida, rodeada de líquido por todos lados. A veces, sentía que la tina era movida por alguien y que ella era sacudida adentro.

¿Podría ser que no había muerto? ¿Había sido puesta en una solución de nutrientes en el hospital, para cuidar de su cuerpo?

Antes de que pudiera entender lo que pasaba, su consciencia se desvaneció, y fue envuelta en la oscuridad una vez más.

Luego de un período de tiempo indeterminado, despertó de nuevo, todavía dentro del cálido líquido, y esta vez estuvo consciente por un poco más de tiempo que antes. Esta vez pudo escuchar algunos sonidos, aunque se escuchaban apagados, como si provinieran de detrás de varias paredes, y no podía captar nada claramente. Ella realmente quería saber qué le estaba sucediendo, pero no siendo capaz de moverse, solo podía trabajar en descifrar los sonidos. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, volvió a perder la consciencia.

¡Maldita sea! ¿No podía tener solo un poco más de tiempo? Mientras Ling Lan perdía el conocimiento, no pudo evitar protestar brevemente.

Como si su protesta hubiese sido escuchada, el tiempo que Ling Lan permanecía despierta aumentó y aumentó, hasta que un día descubrió que podía moverse.

Luego de haber estado atrapada por tanto tiempo, naturalmente blandió los puños y pateó con todas sus fuerzas, pero luego de solo unos momentos, se sintió totalmente cansada y hasta adormecida de nuevo.

Esto no podía continuar. No podía continuar siendo así de débil, sino, ¿cómo podría aguantar el dolor inhumano cuando llegara? Hablando de eso, no había sentido dolor en mucho tiempo. ¿Podría ser que el dolor solo llegaba mientras se mantenía inconsciente? Ling Lan sintió de pronto que estar inconsciente también podría ser algo bueno.

No obstante, Ling Lan no era una chica a la que le gustaba evitar sus problemas, sino no hubiese podido haber vivido cada día con dolor agudísimo por 24 años. Recuperó su espíritu y empezó a practicar el conjunto de ejercicios de cultivación del Qi que la ayudaban a recuperar la salud, los cuales se los había enseñado un viejo doctor chino que la había tratado cuando había ingresado recién al hospital militar.

Aunque no había sentido ninguna forma de Qi luego de 10 años de práctica, el dolor en su cuerpo se reducía enormemente y era más fácil de aguantar luego de cada sesión. Mientras que esto bien podría haber sido resultado de engañarse a sí misma, o algún tipo de efecto placebo, no obstante la proveía de motivación para continuar practicando los ejercicios.

Perdió el conocimiento mientras practicaba, y cuando despertó, una vez más un período indeterminado de tiempo había pasado. Movió sus extremidades y cambió de posición antes de detenerse para hacerse una idea de su propia condición, y quedó inmediatamente estupefacta. Realmente podía sentir algo que no había sentido antes… algo como el Qi. Era surreal, como algo salido de la fantasía –¿podría ser que ella poseía un talento bendecido por los cielos, y que su falsa muerte había causado que dos de sus extraordinarios meridianos, Ren y Du, se abrieran, convirtiéndola en una maestra de las artes marciales?

Ling Lan no podía comprender por qué había tenido éxito ésta vez cuando el entrenamiento por más de 10 años no había surtido efecto. De todas maneras, ser capaz de sentir el Qi era algo bueno. El viejo doctor chino le había dicho que si ella podía alcanzar a sentir el Qi, podría tener la posibilidad de ser curada de su enfermedad. Por 24 años deseó curarse de su enfermedad así ya no tendría que vivir cada día en un dolor casi inaguantable, sintiendo como si todo su cuerpo estuviese siendo aplastado.

Ling Lan estaba extasiada, y su entusiasmo por la práctica creció. Empezó a practicar a cada momento en el que estuviera despierta, y continuó hasta alcanzar un estado meditativo. Hasta ahora, todavía no tenía idea de que se había convertido en un feto, y que lo que había ocurrido en su antigua vida ya no le debía de importar, y que sus preocupaciones eran por nada.

*****

Lan Luofeng acarició su abdomen con la cara llena de preocupación. Ya tenía 5 meses de embarazo, pero no había sentido ningún movimiento fetal recientemente. Si no hubiese sido por el hecho de que todos los exámenes médicos mostraban que su bebé se desarrollaba normalmente, probablemente hubiese tenido un colapso nervioso.

En realidad, ya no podía aguantar más malas noticias. Un mes luego de que su esposo Ling Xiao había partido a la batalla, la noticia había llegado diciendo que había ocurrido un accidente cuando la flota que él lideraba había ingresado a un túnel de la muerte para flanquear el campamento enemigo, y el cuartel general había perdido todo contacto con su flota.

Más tarde, fue confirmado que la flota había entrado a una alteración energética en lo profundo de la zona de meteoritos de la estrella muerta mientras pasaban por el túnel de la muerte, y la flota completa había sido consumida por esta devastadora energía. No hubo sobrevivientes. Cada miembro había muerto, y no se pudieron encontrar restos.

Antes de que pudiera absorber completamente la terrible noticia, algo más desagradable ocurrió. Un miembro de una de las ramas secundarias de la familia, con sinnúmero de generaciones lejos de Ling Xiao, había "surgido" para reclamar los honores y los privilegios ganados por el sacrificio de Ling Xiao. Esta persona hasta había tenido la desfachatez de implicar que le estaba haciendo un gran favor y que cuidaría de ella por el resto de su vida.

Lan Luofeng había echado al instante a este desagradable hombre, pero esas personas horribles no estaban dispuestas a rendirse. Habían traído a un representante del gobierno federal para discutir el asunto.

Lan Luofeng no era una persona débil. Ella sabía que llorar solo resultaría en que el sacrificio de Ling Xiao fuese aprovechado por estas despreciables personas. Sin ninguna otra salida, tomó una pronta decisión. En frente a toda esa gente odiosa y despreciable, proclamó que Ling Xiao tenía un hijo que actualmente se encontraba en su vientre, y que solo su hijo tenía el derecho de heredar los privilegios de Ling Xiao.

Existía prejuicio en las leyes de herencia de la Federación con respecto a los beneficios militares – solo se les permitía heredar a los miembros masculinos de la familia. Por esta razón, Lan Luofeng no reveló que esperaba un hijo desde el principio. Tanto ella como el chambelán Ling Qin sabían que el bebé en su vientre era una niña, pero bajo estas circunstancias, ya no podía retroceder. Ling Qin estaba de acuerdo y apoyaba totalmente su decisión.

Ya lo habían pensado bien – en el momento en que Ling Lan nazca, arreglarían que otra niña sea criada al lado suyo y sea su guardia leal, quien luego se casaría con Ling Lan en público cuando fuesen adultos.

Pensarían también en una manera de manejar la otra identidad de Ling Lan, para que ella pueda aparecer en público también como una niña. Desde luego, todo esto requería muchos más detalles y consideraciones. Aun así, Lan Luofeng creía que para el momento en el que Ling Lan creciera, ya podría haber ideado una solución que le daría a Ling Lan lo mejor de ambos mundos.

Lan Luofeng solo tenía un pensamiento inquebrantable: que todo lo que ella y Ling Xiao poseían solo iba a pertenecer a Ling Lan. No les permitiría a todos esos bastardos, que se salieron arrastrados de quién sabe dónde, el tomar ventaja de Ling Lan. Ella no lo permitiría, nunca, sin importar el costo.

Desde luego, otra razón de la confianza de Lan Luofeng era la inquebrantable lealtad de los vasallos de la casa principal de Ling Xiao. Cerraban filas alrededor de la casa de la familia Ling y vigilaban con atención, dejando a los codiciosos extraños sin chance de dañar a su joven maestro. Además, la familia Ling poseía su propio hospital personal, lo cual hacía mucho más conveniente para Lan Luofeng el ocultar el secreto del género de Ling Lan.

Así, bajo esta estricta guardia, la hora en la que Lan Luofeng debía dar a luz había llegado. Naturalmente, el lugar escogido para dar a luz era su hospital personal. No podían cometerse errores en esta etapa final. Los doctores y las enfermeras responsables del parto de Lan Luofeng eran leales a la familia, especialmente elegidos por la familia Ling – ellos nunca expondrían el secreto.

*****

Ling Lan se encontraba todavía practicando cuando grito tras penetrante grito perturbaron su meditación, causándole una gran molestia. Al mismo tiempo, podía escuchar el sonido de agua fluyendo, y su cuerpo estaba siendo repelido por una fuerza desconocida, y se deslizaba hacia abajo de cabeza.

En shock, inmediatamente abrió sus piernas para mantener su posición, deteniendo totalmente el deslice de su cuerpo.

–Maldita sea, ¿por qué no sale este niño? El fluido amniótico ya casi se acaba. – El obstetra y las enfermeras sudaban a ríos. Todo parecía ir bien, solo que el chico no parecía querer salir. Cada vez se veía más y más como un caso de parto obstruido. Si ese era el caso, tendrían que practicar una cesárea. Bajo esas circunstancias, el secreto de su pequeña ama no podría ser garantizado dado que más gente debía ser involucrada, aumentando el riesgo de que se escape el secreto.

Lan Luofeng apretó los dientes y acarició su vientre distendido, diciendo: –Cariño, deja de atormentar a mami. Sal rápido para vernos. Aunque estés enojada con mami por hacerte vivir una vida anormal, tienes que salir para gritarme, ¿cierto?

Bueno, el coeficiente intelectual de Lan Luofeng había descendido a los negativos por el dolor, entonces lo que decía no debía tomarse en serio. ¿Qué madre desea que su hijo le grite?

Pero las palabras de Lan Luofeng fueron escuchadas por Ling Lan, y combinando con lo que había sentido, más su condición hacía un tiempo, Ling Lang se dio cuenta abruptamente de que se había convertido en un feto. Ahora entendía por qué no había podido moverse por tanto tiempo…

Sin embargo, ¿no había muerto? ¿Había reencarnado? ¿Por qué no había tomado la sopa de Meng-Po[1]? ¿Acaso las memorias de su vida pasada estaban muy arraigadas? La voz amable y melodiosa de su actual madre comprobó que no era su madre de la vida pasada, así que eso había descartado la posibilidad del renacimiento.

–Ah, por Dios, ¿todavía tienes tiempo de pensar en la reencarnación y el renacimiento? Tu madre está a punto de sufrir de parto obstruido por tu culpa…¡recoge tus piernas ahora! – Una voz infantil con pánico sonó en su mente, recordándole lo que se suponía que debía hacer ahora.

Ling Lan hizo caso y retrajo sus piernas. Entonces escuchó un grito desaforado, y una fuerza empujó a su cuerpo hacia afuera.

Instantáneamente, sintió la presencia de la luz…

Antes de que pudiera hacer algo, sintió unos dedos en su boca, lo cual le dio ganas de vomitar. No pudo evitar el abrir su boca para protestar, ¡y entonces escuchó sus propias llamadas estridentes!

Exactamente, ¡llamadas! Ling Lan nunca admitiría que eran lamentos – eso sería muy vergonzoso.

– Ama, ¡la joven señorita es saludable! – El doctor de la familia Ling finalmente dejó escapar un respiro de alivio. Con la madre y la hija sanas y seguras, su trabajo había terminado. Con una sonrisa, llevó a la ahora obstinadamente callada Ling Lan al lado de Lan Luofeng.

Lan Luofeng abrió sus cansados ojos y acarició a su hija con amor. Entonces su expresión se endureció. Con firmeza, dijo: –¡Díganle al Tío Qin que el joven maestro Ling Lan y yo estamos bien!

–¡Sí, ama! – El doctor dejó su sonrisa y puso una similar expresión seria.

El nacimiento de la joven ama, no, el joven amo, no significaba el fin del asunto. Para proteger totalmente los privilegios dejados por el General Mayor Ling Xiao, todavía había muchas batallas que pelear.

[1] Sopa de Meng-Po: la Sopa de Meng-Po es un brebaje que borra la memoria antes de la reencarnación, según creencias chinas.