Sin embargo, Ye Shao y Dibi Luya ignoraron deliberadamente a Yuan Mulin. No lo invitaron. Eso fue incluso peor que humillarlo verbalmente. La cara de Yuan Mulin se puso roja de vergüenza.
Ling Lan no se movió de su asiento. Ella dio una media sonrisa y miró a Ye Shao.
—¿No planeas invitar al líder Yuan?
Yuan Mulin miró a Ling Lan agradecido. Ling Lan lo estaba ayudando. Si ella no mencionara nada, tendría que soportar la humillación. Su equipo mercenario sería pisoteado por los otros equipos mercenarios si dijera algo para ganar la última gota de dignidad que le quedaba.
Yuan Mulin no fue el único que agradeció a Ling Lan. Los miembros de Shadow Cat estaban agradecidos de que ella los ayudara a mantener su orgullo. Debido a eso, Pequeño Tao también decidió que le debía su vida a Ling Lan.
La expresión de Ye Shao se congeló. Después de un momento, se golpeó la frente y fingió disculparse.
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