Ling Lan sonrió mientras lo miraba. Ella no lo negó ni lo admitió. Esa expresión ambigua hizo que Yi Hao dudara de su suposición. No sabía si su suposición era correcta.
Justo cuando Yi Hao estaba contemplando la identidad de Ling Lan, sintió una sensación de peligro sin precedentes. Inmediatamente saltó hacia atrás. El primer ministro Lu hizo lo mismo. Los dos atacaron el aire frente a ellos simultáneamente.
*¡Boom!*
Debido a su ataque, el aire frente a ellos explotó. Fragmentos de hielo volaron por todas partes y se dispersaron por la habitación secreta.
—¡Ah!
La tía Liu señaló a las personas que la rodeaban y gritó.
Wang Baozhuang se dio cuenta rápidamente de que las personas que apuntaban con sus armas a Ling Lan se habían convertido en estatuas de hielo. No es de extrañar que no siguieran disparándoles.
—Muy buen tiempo de reacción.
Ling Lan se levantó lentamente.
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