Yang Mingzhi pensó profundamente en las palabras de Ling Lan. Después de unos segundos, sonrió amargamente.
—Entiendes bien la situación. Yo era demasiado ingenuo.
—No eres un ingenuo. Simplemente no quieres pensar —respondió Ling Lan.
Yang Mingzhi quedó atónito por el repentino elogio. Se rió después de un rato.
—Comandante de regimiento, no sea tan directo. Yo también tengo algo de ego.
—No queda mucho tiempo. Solo podré dejar ir al Clan Meka Lingtiano después de que ordenes tus pensamientos.
Ling Lan parecía estar refiriéndose a algo.
Yang Mingzhi suspiró: —No me las arreglé para engañarte.
—No planeaste engañarme en primer lugar. Si no, no me mostrarías tantas lagunas —respondió Ling Lan con indiferencia.
—¿No es porque dejaste de preocuparte por estas cosas? ¿O fui demasiado sensible?
Yang Mingzhi sonrió ligeramente mientras preguntaba.
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