Qiu Yang fue muy cuidadoso. Incluso si no había nada malo, él seguía vigilante. Nunca se relajó por un solo segundo.
Confió en sus instintos. Él no bajó la guardia sólo porque no había nada que lo rodeaba.
—¿Eh? ¿Qué es eso?
Un soldado frente a él gritó de repente.
Casi al instante, se escuchó un grito de agonía.
—¡Ah!
El grito hizo eco en todo el bosque.
Los soldados detrás de él estaban estupefactos. Ellos no tienen idea de que estaba ocurriendo en la parte delantera.
Qiu Yang entrecerró los ojos. De repente, una sensación de crisis lo golpeó.
—¡Abajo!
Inmediatamente saltó sin dudarlo. Un tentáculo brotó rápidamente del suelo y atacó ferozmente a Qiu Yang.
Qiu Yang hizo girar su cuerpo y pateó el aire, pateando el tentáculo que lo estaba atacando al mismo tiempo. Antes de que pudiera lanzar un suspiro de alivio, otro tentáculo lo atacó por la espalda.
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