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—¿Cuál es tu plan? —preguntó.
Lan Rong pudo sentir el elogio de los ojos de su bisabuelo, así que rápidamente se tranquilizó mucho al responder cuidadosamente.
—Si pierdo, me disculparé sinceramente.
—¿Cómo puedes pensar en perder antes de que la pelea haya empezado?
El Primer Mariscal frunció el ceño. En su mente, estaba de acuerdo con el plan, pero aun así sentía que no era una mentalidad que un joven como su bisnieto debería tener.
—No, no, no, no es eso. Incluso antes de que se emitiera este desafío, ya estábamos equivocados. Es el hijo de Ling Xiao, así que definitivamente debe mantener la dignidad de su padre cuando alguien lo desafía. Con todo, gane o pierda, tendré que disculparme —explicó Lan Rong rápidamente.
—Parece que has madurado bastante bien —el Primer Mariscal asintió con satisfacción—. Sin embargo, ya que la lucha es inevitable, hazlo lo mejor que puedas. Los subordinados de Ling Lan no son fáciles de tratar.
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