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Capitulo 3: Escuela I

En la pequeña ciudad de Asua del reino Ashura, las calles estaban llena de actividad a pesar de ser el comienzo del dia.

Las tabernas, las tiendas y los puestos de comida estaban repleta de trabajadores de fabrica, que por lo general desayunaban en lugares como estos.

Las calles eran sorprendentemente grandes para epoca y estaba bien organizadas. Constaban de de dos carriles los cuales tenian espacio suficiente para permitir que dos carruajes condujeran sin problema.

Aunque los animales como los caballos y los burros que se utilizaban como medio de transporte amenudo defecaban en la carretera, estas eses eran recojidas todos las mañanas por los trabajadores del ayuntamiento.

Una rama del gobierno fundada por nadie mas ni menos que por Balbino XI, este departamento se encargaba de recoger los desechos de las calles.

Esto se utilizaba como abono en los campos de cultivo del gobernador de la ciudad , el conde Marcus Brend.

Mientras Clain se encontraba sumergido en estos pensamientos un carruaje se detuvo a su costado.

"!Idiota, acaso eres sordo¡ !Porque no te detuviste¡"

Un pequeño gordito furioso, abrió las puertas del carruaje, dejando a Clain confundido.

"¿Que? Faty? ¿Acaso me estabas llamando?"

"Aaaah, es enserio?, no escuchaste mis gritos?" "Sabes que, olvídalo, sube al coche, ya es tarde"

Faty, recuperando algo de calma regresó a su asiento.

Mientras el carruaje avanzaba Faty miró fijamente a Clain a los ojos.

"Que? Acaso te debo algo"

"Si, a partir de hoy tendrás que devolverme las 5 monedas de cobres que gaste en el carruaje"

"Deja de bromear Faty, porque tendría que pagar por eso? Ni siquiera te pedí que pidieras el carruaje"

"No me lo pediste, pero sabes que?"

"Que?"

"Si no hubiera tomado el carruaje, por más rápido que seas, te ubiera tomado al menos 10 minutos más llegar a la escuela"

"Si y eso que tiene que ver"

"Oooh no mucho"

Levantando los labios con una sonrisa astuta, Faty continuó.

"Solo que la escuela empieza en 5 minutos"

La expresión de Clain cambió, su rostro se puso pálido.

"Conociendo al tío Fauller , sino llegas a tiempo te espera un castigo terrible, así que técnicamente te salve. Pensándolo bien me debes 6 monedas de cobre incluyendo el interés"

"Oye, tampoco exageres"

"Crees que estoy exagerando?"

"Por supuesto que lo creo. Tu taza de interés del 20% es demasiado grande, sobre todo para un favor hecho a un amigo"

"Jajaja, eres muy ingenuo, si no fueras mi amigo no te prestaría una cuarta parte de mi mesada de esta semana por tan solo el 20% de interés"

"No? Entonces por cuanto?"

"Al menos por el doble de eso"

"!Estafador!, eres un comerciante de corazón negro.

"Jajajaja"

Entre la discusión de los dos jóvenes amigo los minutos pasaron en un instante.

Pronto el carruaje se detuvo, el conductor tosió levemente para llamar la atención de sus clientes antes de hablar.

"Niños, llegamos a su destino, será mejor que se apresuren o llegarán tarde a clases"

Ambos niños se bajaron de la cabina, mientras agradecían al conductor.

"Muchas gracias por traernos, aquí tiene su pago"

Faty extendió su pequeña mano hacia el conductor, ofreciéndole el dinero anteriormente acordado.

"Jajaja, olvida el dinero niño, tómalo como un favor de mi parte"

La sonrisa de Faty se desvaneció, su rostro se puso serio y con decisión dijo.

"Agradezco su intención, pero papá dijo, nunca acepte un favor a menos que sea una emergencia, todo tiene su precio y lo que no te cuesta nada ahora en el futuro podría salirte caro"

Extendiendo su mano nuevamente colocó las monedas de cobre en manos del conductor.

"Bueno, si insistes no lo rechazaré"

"Adiós"

"Pase buen día"

Ambos niños se apresuraron a entrar a la escuela, el edificio era amplio, aunque solo tenía dos pisos de altura esto podía considerarse bastante bueno para una escuela.

Después de todo de las 6 escuelas de la ciudad, esta era la de mayor tamaño y prestigio. Esto como resultado de unos de sus alumnos del pasado.

El padre de la mecánica, el señor Willian Wraise.

El patio de la escuela estaba repleto de niños de 7 a 12 años de edad, todos estaban organizados en 5 líneas de niños y 5 líneas de niñas.

Al frente de ellos estaban de pie algunos adultos, entre ellos mi padre, quien desde que me vio pasar por la entrada, no había dejado de mirarme con una mirada fulminante.

"Estoy jodido"

"Si que lo estás"

"Cállate"

Arrastrando a Faty por una mano, lo lleve hasta la línea de los alumnos de primer grado.

No conocía a ninguno de ellos, de echo Faty era el único amigo de mi edad que había echo.

La cantidad de estudiantes era sorprendente, había alrededor de novecientos, doscientos de los cuales a partir de hoy serian mis compañeros de grado.

Los estudiantes de primer año, por su mayoría estaban nerviosos por estar en un lugar extraño.

Permanecieron en sus lugares y se mantuvieron en silencio, un claro contraste con sus mayores quienes no paraban de hablar y susurrar entre ellos.

Pronto el reloj marco las ocho de la mañana, un extravagante hombre de mediana edad, dio un paso al frente.

De inmediato todo quedó en silencio, los chicos antes bulliciosos cerraron la boca y regresaron a sus lugares.

"Buenos días jóvenes damas y caballeros, soy el barón Soldrat el actual director de esta institución. Soy el responsable de que cada uno de ustedes se conviertan en engranajes útiles para la gran pieza de maquinaria que es el imperio."

El barón Soldrat se arregló el sombrero y continuó.

"Desde hoy les advierto que no toleraré ningún estudiante revoltoso, grosero o aún peor ignorante, con esto no quiero decir que despreció a las personas con poco conocimiento sino más bien que me disgustan aquellos que tienen la oportunidad de educarse respecto a temas que sentaron las bases y dieron forma al mundo como lo conocemos."

Después de una pequeña pausa puso las manos en la espalda antes de proseguir hablando.

"Se que no todos tenemos el don del aprendizaje académico y que todos aprendemos de manera diferente, aquellos de ustedes que no quieran especializarse en temas académicos pueden acudir a las lecciones de el"

Un hombre calvo de unos 45 años de edad dio un paso al frente, quedando solo unos centímetros detrás del director.

"Este es el señor Valier, hace 25 años cuando estalló la guerra contra el imperio aragonés, actual Republica de Lirania, Valier respondió al llamado a las armas de su majestad, tres años después gracias a sus logros militares se le otorgó el título de caballero. Actualmente está retirado y sirve como el instructor militar de esta escuela."

"Las otras damas y caballeros que están detrás de mi serán sus profesores , quienes se prepararon minuciosamente en la universidad real del imperio para ejercer como maestros que mordearan su conocimiento del mundo."