Capítulo 9: ¿Reducido a un juguete?
—¿Cómo te llamas? —dijo la Pantera Negra en lenguaje humano, su voz profunda y baja, con un tono cautivadoramente ronco y lánguido.
¡Puede hablar! Sally se sorprendió. ¿Clan Bestia?
Al principio, pensó que era una Bestia Demonio.
Pero una Pantera Negra del Clan Bestia debería pertenecer a la Tribu Oriental.
Aunque había estado viajando desde el Distrito Occidental hacia el Este desde que entró en el Bosque de Bestias Senyu, no sentía que hubiera ido muy lejos. Además, aún no había encontrado el foso natural que marcaba la división entre el Distrito Oriental y Occidental, entonces ¿cómo ya se había encontrado con un miembro de la Tribu Oriental?
¿Cómo cruzó el foso?
Se decía que la sima expulsaba constantemente fuego y magma, y ninguna bestia, excepto aquellas que volaban, podía cruzarlo. No obstante, las aves del Distrito Oriental también rara vez se veían en el Oeste.
En comparación con el bullicio del Distrito Oriental, el Distrito Occidental era de hecho mucho más pobre.
Sally pretendió no entender, haciendo todo lo posible para actuar como un pequeño ratón blanco ordinario.
El gran cabeza de la Pantera Negra se inclinó ligeramente hacia ella, sus pupilas doradas verticales escrutándola.
El pelo en la cola de Sally se erizó.
Al ver que no tenía intención de responder, la Pantera Negra se puso de pie y se comió toda la carne de pescado que ella había dejado atrás. Luego, la recogió en su boca y comenzó a caminar de regreso en dirección al Distrito Occidental del Bosque de Bestias.
Sally sentía un poco de curiosidad; ¿por qué la llevaba en su boca? Apenas era suficiente para llenar un hueco en sus dientes.
Espera un segundo... ¿podría estar buscando una hembra para engendrar descendencia?
Su vientre significativamente agrandado ciertamente encajaba con eso. Esa pregunta que le había hecho antes debió haber sido una sonda.
Pero ella no había admitido ser una mujer bestia, y aún así la llevaba. ¿Podría estar planeando usarla como un juguete?
Al igual que un gato juega con un ratón, una Pantera Negra, después de todo, era parte de la familia felina.
Tras haber descubierto el problema, Sally se sintió agraviada, nunca habiendo esperado enfrentar un día en el que se vería reducida a un juguete.
La Pantera Negra la llevó durante todo el día, y no fue hasta que anocheció que saltó fácilmente a un árbol.
Y ese árbol resultó tener una cavidad.
Sally entró voluntariamente en la cavidad.
La Pantera Negra se quedó en la entrada de la cavidad.
—¿Tiene miedo de que me escape? —preguntó Sally.
Hubo paz durante toda la noche.
Durante los siguientes tres días, Sally fue llevada o sostenida en la boca de la Pantera Negra. Se mantuvo en su forma de ratón todo el tiempo, rehusando cambiar de vuelta a humana.
La Pantera Negra no habló de nuevo.
No fue hasta que salieron del Bosque de Bestias que Sally vio el árbol gigante donde había esperado a Lin Lang anteriormente.
Se revolvió un poco.
La Pantera Negra abrió su boca y la dejó en el suelo.
Sally quería subir al árbol para verificar la situación de la Tribu Rata.
Pero su vientre era demasiado grande, y no podía trepar en absoluto.
La Pantera Negra comprendió su intención, la recogió, y saltó al árbol con facilidad.
—Gracias —dijo Sally por costumbre.
Aún así, esas dos palabras expusieron su identidad como una mujer bestia.
Su mente zumbó.
La Pantera Negra no parecía sorprendida.
—¿Cómo está tu vientre? ¿Estás a punto de dar a luz? —preguntó la Pantera Negra.
—Oh —Sally se puso de pie y miró hacia abajo a su vientre, sin poder ver sus pies para nada. De repente, su vientre dio un golpe.
Tanto Sally como la Pantera Negra lo vieron.
Los ojos de la Pantera Negra de repente brillaron.
Sally notó su reacción y sintió un sobresalto de miedo en su corazón. ¿Podría ser que quisiera comerse a su hijo?
—¿Por qué, por qué estás mirando mi vientre? —preguntó, desconfiada, abrazando su vientre. Pero las patas delanteras de su ratón eran muy cortas para rodearlo.
Para la Pantera Negra, su intento probablemente parecía un poco cómico.