Zhang Yang había tenido suficiente. Cuando finalmente decidió irse, las puertas del ascensor volvieron a abrirse y las dos traviesas salieron de su escondite.
Una mujer policía salió del ascensor, las miró, y siguió caminando como si nada.
Las dos chicas no estaban muy contentas con esa reacción e intentaron acercarse más a ella. Wei Yan Er estaba vestida como zombi e intentó estirar los brazos para tocar el hombro de la policía.
¡Zum! ¡Bam!
La mujer policía se giró rápidamente y atrapó la mano de Wei Yan Er antes de que ésta pudiera tocarla. Estiró su hombro y le hizo perder el equilibrio, para que caiga pesadamente al suelo.
—¡Auuu! —la pequeña estaba lagrimeando.
Con la mano, se masajeó las nalgas. Su expresión feliz había sido reemplazada por una de profundo dolor. Las lágrimas caían por sus mejillas, arrastrando parte del pesado maquillaje.
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