webnovel

Y ahora qué.

Estaba dormida, cuando de repente algo me despertó, un ruido, venía de abajo, me sobresalté, me levanté de la cama de un salto, salí de la habitación y comencé a bajar las escaleras, iba sigilosamente, no quería despertar a Albert, eran las 3 de la mañana, y nos habíamos acostado bastante tarde.

El ruido venía de la cocina, me asomé por la puerta, estaba muy oscuro, apenas podía ver. Pero ese ruido, me martilleaba, me puse de rodillas en el suelo, cerré los ojos, y fui acercándome guiándome solo por el ruido. Cuando noté que ya lo tenía encima, abrí los ojos, esperando encontrarme cualquier cosa.

Del grito que di, Albert se cayó del sillón, en dos segundos estaba en la cocina, más blanco que la leche.

-Qué pasa Lena? ¿Que hacés a estas horas aqui? ¿Por qué has gritado?

Cuando por fin pude ponerme de pie, y miré a Albert, y él me miró, vio mi cara, desencajada. Cuando me cale, aunque balbuceando, pude contarle entre sollozos, lo que había ocurrido.

-Me he despertado sobresaltada, he escuchado ruidos, he bajado a la cocina, y cuando he entrado, lo que he visto, eran unas ratas, estaban comiendo. Sabes lo que eso significa, he oído cómo estaban comiendo. ¿Eso es otro de los efectos???

-¿Se me están desarrollando todos los sentidos?, que me está pasando Albert. Me estoy convirtiendo en un monstruo.

-No Lena, no lo tomes en ese sentido. Sí que se te están desarrollando, pero de hay que considerarte monstruo. Vamos a ir paso a paso, viendo si van surgiendo más cambios o si alguno puede ser peligroso. Por ahora no tienes por qué preocuparte, vale.

Yo no estaba tan segura, pero,, por una parte,, si tenía razón, de momento escuchar la mente y tener un oído ultrasónico, no eran peligrosos. Esperemos que no sigan surgiendo más, o que sean como estos, que no me afecten ni a mí ni a los que me rodeen.

Después de que Albert consiguiera tranquilizarme nos volvimos a acostarnos, aún era de madrugada, y por la mañana teníamos muchas cosas que hacer. De momento, lo primero era a ir al laboratorio a recoger toda la información posible, a ver qué podíamos descubrir.

Sonó el despertador, se me pasó la noche muy rápida, hacía tiempo que no dormía tanto, quitando el rato de los ratones, creo que haberme abierto a él me ha hecho bien, me visto después de lavarme, bajo a la cocina, Albert ya tiene el desayuno preparado, desayunamos y nos vamos hacia el laboratorio.

Cuando llegamos, estábamos a punto de entrar, pero de repente, le puse la mano en el hombro a Albert.

-Para, no entres.

Le dije, mi voz sonó bastante extraña y angustiada. Albert se dio media vuelta, me miró, y me dijo, susurrándole.

-Que pasa Lena.

-No lo sé Albert, pero tengo una sensación muy rara, hay alguien hay dentro, bueno, más bien algo.

-¿Cómo qué algo?

-Ya sé que suena raro, no sé explicarlo, pero estoy notando una presencia y no es humana.

Nos quedamos los dos un rato en la puerta sin saber qué hacer, si entrar, irnos. Entonces Albert, sin pensarlo muy bien, entró sin darme tiempo a pararlo, tuve que ir corriendo tras él.

Cuando entramos en el laboratorio, estaba todo revuelto, tirado por el suelo, destrozado. Fuimos al Office, a mirar si quedaba algo en pie. Cuando íbamos a abrir la puerta, volví a sentir la misma sensación, le hice una señal a Albert, diciéndole que estaba dentro, que no pasara, pero no me hizo caso. Abrió la puerta. Entro.

La puerta se cerró de golpe tras él, intenté abrirla, pero no pude, por más golpes que le di no se abría. Escuché voces, ruidos, golpes, a Albert quejándose

-Alberrrrrt, abremeeee.

Por más que gritaba nadie me contestaba. Nadie me abría. De repente empecé a sudar, a temblar, a acelerarseme todo el cuerpo, la sensación que sentía cada vez que iba a experimentar algo nuevo, y me la estaba causando el no poder ayudar a Albert, seguía golpeando la puerta, cuando de pronto empecé a notar algo, pare de golpear, me eche para atrás, empecé a gritar y la puerta REVENTÓ. Me quedé helada, he hecho que la puerta reviente.

Fue solo cinco segundos, volví a reaccionar y entré corriendo a por Albert, había una especie de sombra encina encima de él, Albert estaba muy magullado, medio inconsciente, miré a la sombra, le apunté con el dedo, y con un gesto le mandé a la otra punta de la habitación y chocó contra la pared.

Albert se me quedó mirando, estaba temblando, que caí de rodillas al suelo, le miré.

-Albert, has visto lo que ha pasado. He reventado la puerta de un grito, he mandado a esa cosa al otro lado le la habitación con un gesto. Tengo miedo, que va a pasar, esto ya no son bromas, puedo hacer daño a la gente.

Albert se acercó, fue a tocarme, pero me, aparte, y volvió a acercarse y me tocó, para que viese que no era peligrosa. Me hizo comprender, al hacerme eso, que a la gente que quería no la haría daño, o por lo menos de momento.

-Cuantas cosas más crees que me aparecerán.

-No lo sé Lena, supongo que lo iremos descubriendo según vayan apareciendo.

Buscamos por todo el laboratorio si había quedado algo que nos sirviera de ayuda para poder averiguar que era lo que me habían inoculado, encontramos algunos dosieres detrás de un mueble, se habían caído y no los habían visto.

Nos los llevamos, y nos fuimos antes de que volviesen o algo, y pensamos que lo mejor era que nos fuésemos a un lugar más alejado, por lo menos durante unos días, y no pasar por ninguna de nuestras casas ni para coger ropa ni nada, ya compraríamos lo que necesitaríamos.

Y menos mal que lo hicimos, nos acercamos a las dos casa, para ver qué pasaba, y vimos que tenían vigilancia. Qué es lo que está pasando, quien está detrás de todo, esperemos que poco a poco vayamos descubriendo algo más, y sobre todo que pase lo que pase nunca le haga daño a Albert.