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La gran batalla final.

Ya se está acercando, está llegando al pasillo de los gases, acabe de saltar la primera alarma para avisarme. En cuanto llegue al pasillo y le caigan los gases será mía, la pondré las esposas y por mucho que me duela, acabaré con ella.

+Vista desde Lena.

Acabo de llegar al laboratorio, no sé qué es lo que me está pasando últimamente, lo de Zac, anoche creo que pasó algo por lo que he escuchado en las noticias. Espero que Albert me haya llamado porque haya encontrado alguna solución para quitarme esto que tengo dentro y vuelva a ser la de antes. Es desesperante que tu cuerpo actúe por su cuenta y que no seas dueño de él, estoy como loca por llegar al laboratorio ya.

Entro dentro, que raro está todo esto. En la puerta hay una cámara y antes no estaba. La mayoría de las puertas están cerradas por esposas y cuerdas. ¿Qué significa todo esto?, no entiendo nada, pero bueno, entraré y se lo preguntaré a Albert cuando le vea. Sigo caminando, y veo que todo siguen los mismos patrones, puertas cerradas, cuerdas, cámaras, esto no me está gustando nada. No me huele bien, cuando salí de aquí no había nada, y la única persona que ha estado aquí desde lo de Zac ha sido Albert.

Me está dando malas vibraciones todo esto, no quiero pensar mal, pero creo que no me ha llamado porque tenga la solución a mis problemas. Será mejor que ponga todos mis sentidos en alerta.

El camino me lleva a la sala de investigación, estoy delante de la puerta, tras ella si no recuerdo mal hay un pasillo y luego ya la sala de investigación donde me tuvieron encerrada. ¿Por qué querrá que venga hasta aquí?. Justo cuando voy a abrir la puerta, escucho a Albert, más bien le estoy leyendo el pensamiento.

(-Ahora cuando entre en el pasillo le caerán los gases encima y la debilitarán, aprovecharé para ponerle las esposas, y sintiéndolo mucho, acabaré con ella).

¿CÓMOOOO?, ¿QUÉ ESTÁ DICIÉNDOOOOO?, ¿QUIERE MATARMEEEE? ¿Acaba de decir en serio eso? Noté como de pronto se me empezó a acelerar el pulso, como la sangre me empezó a hervir. O sea que todo es una trampa y quiere acabar conmigo, pues creo que ha cometido un gran error al pensarlo, sabiendo que puedo leerle la mente me ha puesto en aviso. Está bien, reflexiona rápido, Lena. Ha dicho que el pasillo está lleno de gases, entonces si entro sin respirar no me aceptarán los gases. Y luego ya veremos. Dicho y echo, aguanto la respiración y cruzo el pasillo, llegó a la puerta, giro el pomo y entro haciendo cómo que estoy mareada, y espero a ver qué es lo que hace Albert.

En ese momento siento como se abalanza encima de mí, y justo cuando va a ponerme las esposas, dejo de fingir y le empujo, haciendo que se caiga y soy yo la que se pone encima de él, Albert se queda paralizado al darse cuenta de que no estoy debilitada, pone cara de no comprender nada. Entonces le miró y le digo:

-Te estarás preguntando que es lo que ha pasado, por qué ha salido mal tu plan, pues te lo voy a explicar. Es muy sencillo. Justo antes de entrar, has cometido un gran fallo por tu parte, has pensado tu plan, sin acordarte de que yo puedo leerte la mente y me has puesto sobre aviso de todo - según se lo estaba diciendo su cara iba cambiando, al darse cuenta de que tenía razón y que realmente había hecho todo lo que le estaba diciendo. Había cometido un fallo muy infantil.

-Lena, te lo puedo explicar todo -empezó a decir Albert, pero le frené en seco.

-Cállate Albert. Creí que eras mi amigo, pero veo que en vez de intentar ayudarme o buscar una solución a mi problema, el cual me has causado tú, por la enemistad que tenías con Perla, quieres matarme. Esa es la solución que se te ha ocurrido.- Notaba cómo me iba enfadando cada vez más y más.

-Buscamos tanto Zac como yo soluciones, en todos los informes que había aquí en el laboratorio y no encontramos nada, no sabía que hacer - me decía Albert.

-Y te fuiste por ahí y me dejaste horas con Zac, que poco té importábamos los dos que crees que no sabía por qué te ibas, porque necesitabas salir de aquí, respirar unas horas fuera del laboratorio solo - le dije, me ardían los ojos, la rabia que sentía era insoportable ya.

-Lena yo, no, yo no me fui por eso, yo..., Lena - su voz temblaba, balbuceando, no sabía realmente que decir.

-Albert, déjalo, ya te he dicho que se te olvida continuamente que leo los pensamientos, y te leí cuándo lo dijiste, que ibas a la reunión, pero sobre todo era por salir de aquí, deja de mentir porque no vas a poder. Es imposible que lo hagas porque de antemano lo sé todo. Y eso me hace daño que intentes engañarme, más después de todo lo que hemos vivido. Después de haber entrado, salvarte la vida. Ya sé que ha muerto gente, pero sabes también cómo yo que no soy yo, que es el virus, y TÚ en vez de intentar buscar una solución vas por el camino fácil. Acabar conmigo. Pues lo siento mucho. Creo que te ha salido mal el plan.

-Lena yo...-No sabía que decirme por qué en el fondo sabía que yo llevaba la razón.

En ese momento noté como el virus empezó a apoderarse otra vez de mí, pero está vez no dejé de ver lo que estaba haciendo mi cuerpo, yo estaba encima de Albert, sujetándole los brazos, tenía mi cabeza encima de la suya y vi cómo salía de mi boca y de mis ojos una especie de humo, se acercaba a la cara de Albert y en unos segundos le succionó la vida, el alma, se quedó seco, como vacío. Sin expresión. Y en ese momento el virus me dejó que volviese a controlar mi cuerpo otra vez.

Me levanté, y miré el cuerpo sin vida de Albert, en ese momento empecé a sentir miedo, no por mí, sino por toda la gente que vivía aquí en el pueblo, ya que corrían peligro conmigo porque podría matarlos, así que tome una decisión. Irme lejos, a algún lugar donde no hubiese nadie, y así no hacerle daño a nadie más. Fui a casa, hice las maletas, y busqué un sitio solitario en el mapa. Encontré un pueblo abandonado, a unos 200 km de aquí, fui a la tienda, compré bastantes provisiones, y me monté en el coche, dirección al pueblo. Conduje durante toda la noche, llegué, busqué una casa, una cama, y me tumbé, cerré los ojos y me dormí, y ....